La divulgación de las ciencias
CON LOS MATERIALES DE LECTURA
EN PREESCOLAR


Amílcar Saavedra Rosas Celina Martínez Delgado Francisco Quirván Toledo[*]


Soy de las que piensan que la ciencia tiene una gran belleza.
Un científico en su laboratorio no es sólo un técnico:
es también un niño colocado ante fenómenos naturales
que le impresionan como un cuento de hadas.

MARIE CURIE
Premio Nobel de Física


Este es el cuarto y último ejercicio de análisis comprensivo sobre el acervo de materiales de lectura de preescolar que las educadoras[1] recibieron para trabajar en el ciclo escolar 2018-2019, por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Ahora les proponemos identificar en los libros informativos los diferentes temas relacionados con las ciencias y su divulgación en la escuela, para lo cual extendemos la mirada más allá de los contenidos curriculares y de la clasificación de las categorías de la colección Libros del Rincón, datos que podemos reconocer en la portada de cada libro por medio de recuadros de color.



c La divulgación de las ciencias con los materiales de lectura en preescolar

Este ejercicio se suma a los artículos “Conocimiento de los materiales de lectura de preescolar desde la perspectiva de los valores”, “Conocimiento de los materiales de lectura de preescolar desde la perspectiva de género, tiempo y lugar” y “Constelación de libros informativos para educación preescolar. Características”.[2]

No exageramos al señalar que es la primera vez que en México se analiza un acervo que se trabaja en todas las escuelas de educación preescolar, tanto públicas como privadas, a fin de posibilitar que las educadoras potencialicen las oportunidades de mediación en el aprendizaje de sus alumnos y el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, al conocer la diversidad de contenidos de esas obras, tanto en términos estéticos, literarios, de género, valorales, como de información científica.

Los materiales de lectura ofrecen una primera oportunidad para que en la educación formal los alumnos accedan a las diferentes facetas de la cultura, y en este caso les dan la bienvenida con 120 libros (60 informativos y 60 literarios), que se espera contribuyan a su formación e influyan positivamente en su futuro desarrollo como ciudadanos informados sobre aspectos sociales, naturales, científicos y tecnológicos, entre otros que forman parte de su vida cotidiana.

Para que esto suceda, es necesario garantizar que en la escuela y en cada salón de clases exista una biblioteca con materiales de lectura y otros recursos bibliográficos en formato impreso y digital, que sean de calidad, y se ofrezcan organizados y clasificados de acuerdo con las áreas de conocimiento, género, categorías temáticas y de interés de los lectores. También es preciso gestionar condiciones que favorezcan el aprendizaje basado en servicios bibliotecarios y actividades de fomento de la escritura y la lectura, como sesiones de lectura en voz alta, lectura sostenida en silencio, círculo de lectores, visitas a librerías y bibliotecas, y otras experiencias tendientes a permitir que los niños a temprana edad se autorreconozcan como aficionados a la lectura.


Es necesario que en cada salón de clase exista una biblioteca


Asimismo, es prioridad el desarrollo de un currículo vinculado a un acervo de biblioteca, que lo mismo sirva para abrir una sesión de clase o secuencia didáctica, que para desarrollar habilidades en la búsqueda de información precisa en diversas fuentes –desde el significado de una palabra hasta el reconocimiento de un concepto–, e incluso, una vez terminada la clase, para profundizar en un saber, ensanchar un conocimiento, correlacionar aprendizajes, llevar a cabo proyectos de investigación, en la escuela y en casa, con el apoyo de los libros u otros recursos bibliográficos.

Existe también algo de lo que poco se habla: cuando un alumno toma un libro para su consulta en plena libertad, se abre la oportunidad de que determine su ritmo para acceder al conocimiento y favorecer su desarrollo socioemocional. En el ejercicio de la lectura se ponen en juego los elementos de aprendizaje, las emociones, los sentimientos, las imágenes, el texto, el sonido; incluso se abre la posibilidad de recrear el saber al escoger los lugares y las posiciones corporales para la lectura: algunos prefieren leer en la sala de la casa, otros en la recámara, otros más en un recoveco tirados en el piso bocabajo, recostados en la cama o el sillón, en posición de yoga, no hay límites.

c Leer ciencia en la escuela

Al iniciar la vida, lo primero que hacemos es leer el rostro, el cuerpo de la madre, escuchar el tono de su voz; aun antes de conocer o entender la palabra hablada, es el primer lenguaje que conocemos. Después, esa palabra aderezada con ritmo, cadencia, a veces cantada, o emitida con un sinfín de matices: enojada, preocupada, cansada, contenta o imperiosa, sirve para interactuar socialmente, para mirar con curiosidad la vida a través de la oralidad.

Luego, la mirada curiosa se cultiva en los juegos, en la cocina, en el patio, en el ejercicio del lenguaje; así, hay una aproximación al conocimiento del entorno familiar y natural para observar e indagar cómo funcionan las cosas,[3] es decir, hay una convivencia con la tecnología y la ciencia desde los primeros años. Comunicarse y relacionarse con las personas, conocer el entorno, descubrir la naturaleza y su funcionamiento, percibir y emocionarse, es parte del aprendizaje y desarrollo humano desde el nacimiento.

Al ingresar a la escuela, es necesario conservar y desarrollar esa mirada curiosa, inquieta y atrevida, abierta y desprejuiciada, característica de la infancia, con la necesidad de preguntar para saber y aclarar las dudas y para volver a preguntar, más allá de los planes educativos y los propósitos curriculares, situación que no siempre ocurre. La ciencia y la tecnología hoy en día forman parten de la vida cotidiana y del aprendizaje permanente. Vale recordar el origen de la palabra ciencia, la cual proviene del latín scientia, ‘conocimiento’. Inmersos en la marea continua de hechos, podríamos comprender la ciencia como un modo de mirar, de apreciar, de amar la naturaleza en su totalidad, como lo entendiera la física Marie Curie.

Desde los primeros años de la educación básica, los niños necesitan educadoras entusiastas de la ciencia y de todo lo que su divulgación conlleva. Y, para que esto ocurra, es preciso que ellas actúen como mediadoras del conocimiento científico, más aún, como divulgadoras y motivadoras de ese conocimiento, capaces de mostrar el hecho con una pedagogía que conduzca a los educandos a generar preguntas comprensivas, develadoras del conocimiento, reconociendo que la curiosidad, la observación, la indagación, la experimentación, el deseo y la alegría de saber son el camino para entender la vida científicamente.

En las escuelas de preescolar se deben explorar los distintos campos científicos, y el acervo de los materiales de lectura –en particular los libros informativos– constituye una primera oportunidad para acercarse a textos y narrativas de quien piensa de manera científica, ya sea a través de biografías de personas destacadas en este campo del saber; compartiendo la ruta de construcción del conocimiento científico, incluida la ocasión y la emoción cuando el científico grita ¡Eureka!; o abordando las ocasiones en que el saber científico se convierte en tecnología que mejora la vida cotidiana –respecto a este último caso, el acervo tiene múltiples libros.

De esta manera, la formación de los alumnos como lectores pasa por uno de los usos sociales de la lengua, la ciencia, la lectura científica, la cual se puede aprender a la par de un poema, un cuento, una rima, una narración de terror o cualquier lectura del género de ficción. Todo ello contribuye al desarrollo de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para la vida, que es el objetivo de la educación básica. Promover los valores desde el conocimiento de la ciencia, también corresponde a las maestras de preescolar, a fin de formar futuros ciudadanos participativos que tomen decisiones de manera responsable e informada.

c Organizar los libros informativos

Para iniciar un proyecto de actividades en las escuelas de preescolar con apoyo de los libros informativos, es necesario que las educadoras identifiquen y reconozcan las características, temas y contenidos de estas obras con el propósito de organizarlas e integrarlas en su planeación y en las actividades diarias de lectura, escritura y desarrollo de proyectos que permitan su mejor aprovechamiento en el aula.

En el artículo “Constelación de libros informativos para la divulgación de la ciencia en educación preescolar. Características”, nos referimos a cómo llevar a cabo una primera aproximación a estos materiales de lectura desde sus características. En el presente artículo les proponemos organizarlos por categorías temáticas, y para ello sugerimos, en el anexo, el listado de títulos ordenados por categorías que identificamos y consideramos relevantes, el cual no está cerrado a la experiencia de las educadoras, quienes podrán explorar e identificar otras categorías y organizarlos de acuerdo con sus necesidades de enseñanza, o con los intereses o curiosidad de los alumnos.

El análisis va más allá de la clasificación indicativa por géneros y categorías que se muestra en el Catálogo de Selección de los Materiales de Lectura 2018-2019, de la SEP.[4] Se identificaron los temas que están vinculados y fortalecen el desarrollo de los contenidos curriculares en este nivel educativo, a través de la revisión de los dos últimos planes y programas de estudio de preescolar (SEP, 2011; y SEP, 2017), lo que dio como resultado esta constelación de categorías temáticas, como le hemos llamado:

  • Matemáticas y las formas

  • Exploración de la naturaleza

  • Interacción con el entorno social

  • Desarrollo personal y salud

  • Expresión y apreciación artística

  • Tecnología

  • Huellas del pasado

  • Civismo y ciudadanía

  • Especies animales

A partir del análisis reconocimos hasta cuatro categorías que se destacan en cada uno de los libros informativos, los cuales están representados en el cuadro “Constelación de categorías temáticas en los materiales de lectura del género informativo”, que se anexa.

Al revisar los datos, encontramos que la categoría temática más frecuente es la de Interacción con el entorno social, en 47 libros, lo que representa 78.33 por ciento del total del acervo de libros informativos. Esta categoría abarca libros que permiten trabajar con temas de cultura local y nacional, actividades humanas como pueden ser oficios, profesiones, interrelaciones en familia y en lugares diversos. Los libros que se agrupan en la categoría temática Expresión y apreciación artística son 29, casi 50 por ciento del acervo puede apoyar el desarrollo de temas asociados con apreciación del arte, expresiones artísticas, arte prehispánico y diferentes manifestaciones artísticas. Después reconocemos los libros de las categorías temáticas Exploración de la naturaleza, Desarrollo personal y salud, Especies animales y Civismo y ciudadanía, cada uno con 26, 25, 25 y 24 libros, respectivamente.

En estas cuatro categorías podemos identificar los siguientes temas:

  • Exploración de la naturaleza: plantas, fenómenos naturales, cuidado del medio ambiente e investigación y experimentación.

  • Desarrollo personal y salud: el cuerpo humano, salud socioemocional, salud física relacionada con el juego, la actividad física y la nutrición.

  • Especies animales: la diversidad de animales (desde microbios, anfibios, reptiles, mamíferos, incluso los dinosaurios), pero también las acciones de protección, preservación y derechos de los animales.

  • Civismo y ciudadanía: los derechos humanos, la participación y responsabilidad ciudadana y los valores sociales.

En 18 de los libros reconocimos temas que están vinculados con Matemáticas y las formas, 12 libros se agrupan en la categoría temática Huellas del pasado, 10 se relacionan con temas de la categoría Tecnología y únicamente en cinco se presenta información relativa a la categoría Universo.

Pretendemos que este mapa de las categorías temáticas que abarca el acervo de libros informativos sea una guía para enriquecer la experiencia de los alumnos al desarrollar los aprendizajes esperados.

Además, en los cuadros de “Constelación de categorías temáticas…”, se muestran los números absolutos y relativos para cada grado, lo cual permite conocer la disposición de libros en cada categoría temática. No está de más puntualizar que consideramos que el acervo debe estar a disposición de docentes y alumnos de todos los grados.

Durante la revisión de los libros informativos, apreciamos que los autores en su narrativa no sólo describen un tema, sino que en su desarrollo ofrecen recursos que abren caminos y ventanas al lector hacia otras fuentes de información. La revisión al detalle nos permitió distinguir los temas que en los planes y programas se consideran relevantes para los docentes en su práctica y para los alumnos en su proceso de construcción del aprendizaje. A continuación, ejemplificamos el ejercicio de búsqueda de los temas en dos de los libros:

En el libro Con la cabeza en las nubes, de Bianki, Franco y Kaufman, además de ofrecer información sobre el conocimiento de las nubes, sus autores motivan a interesarse en ellas a través del juego, la imaginación, la emoción; utilizan otras herramientas y recursos para que sus lectores descubran de qué están hechas las nubes, qué tipos de nubes existen, qué hay más allá del vapor de agua o gas que vemos flotando en el cielo; además de acercarse a los conceptos de volumen y peso al conocer las características de las nubes, como se menciona en la página 22: “Si pudiéramos recoger todas las gotitas que forman esa nube y las pesáramos, descubriríamos que por encima de nuestras cabezas pasan más o menos 200 toneladas de agua. Una nube común pesa lo mismo que ¡80 elefantes!”. Incluso es la oportunidad para elaborar historias a partir de las figuras, personajes, animales y cosas que se pueden imaginar con la forma y el movimiento de las nubes.

En el cuadro anexo “Constelación de categorías temáticas…”, el libro Con la cabeza en las nubes se correlaciona con cuatro categorías: con Matemáticas y las formas, ya que, por medio de la mirada constante y la imaginación, es posible descubrir figuras y formas geométricas en las nubes; con Exploración de la naturaleza, pues propone que mediante la observación de las nubes se descubran diversos fenómenos, como el ciclo del agua, la lluvia, la evaporación del agua, la nieve, el granizo, el viento, la tormenta, la niebla, un relámpago, un rayo, un trueno, entre otros. Y más allá de nuestro entorno, la información nos puede llevar a investigar para conocer en qué otros lugares se forman grandes volúmenes de nubes y llueve constantemente, o en dónde están los lugares desérticos donde no llueve con regularidad, los lugares donde cae nieve, y cómo viven o sobreviven las personas en esos lugares, por ello también clasificamos este libro en la categoría Interacción con el entorno social. Asimismo se le relaciona con Expresión y apreciación artística, debido a que utiliza imágenes e ilustraciones llamativas en formato y color que motivan a interesarse, investigar, desarrollar proyectos y elaborar narrativas a partir de las temáticas y actividades que sugiere el libro.

Otro ejemplo es el libro Mi mano es una regla, de Kim Seong Eun, obra que resulta ser una ventana abierta para conocer costumbres orientales, en particular de Corea del Sur, algunas muy sencillas, como la de estar descalzos en el interior del hogar, lo cual se puede observar en los diferentes escenarios que muestra el libro. Un dato curioso es que en el texto del libro no aparecen los nombres de los protagonistas: la niña, el papá y la mamá, lo cual invita al lector a concederles los nombres que decida, a partir de su contexto.

Este libro se relaciona, al menos, con tres categorías temáticas: Matemáticas y las formas, considerando que la principal actividad de la niña protagonista es medir espacios y objetos a través de su cuerpo, para determinar longitudes y aprender unidades de medida simples, tema importante, relacionado con el aprendizaje de la ciencia. También muestra de manera sencilla el croquis de una casa, sus espacios principales, y ayuda a reconocer las nociones chico y grande. Casi al final del libro, aparece un apartado en donde se mencionan las unidades de medición que nacieron del cuerpo; algunas medidas son coreanas, otras chinas, inglesas y romanas, que incluso se siguen utilizando.

Asimismo, este libro corresponde a la categoría Interacción con el entorno social, pues la autora narra de manera sencilla cómo se miden objetos a través de la mano, lo cual realiza la protagonista con el apoyo de los padres; de esta manera, retroalimentación y reconocimiento median su aprendizaje. Además, el autor presenta embarazada a la madre de la niña, se resalta este hecho porque hasta el vientre de las madres embarazadas se puede medir con cariño y amor, como lo hace la niña.

El tercer tema que identificamos es Desarrollo personal y salud. La narración del libro atiende esta temática al reconocer el desarrollo físico de la niña: “¿Qué pasa? Estos pantalones no me quedan”, pero también el desarrollo emocional, en la medida que la relación de los padres con la niña se sustenta en fortalecer su confianza y autoestima, lo cual le permite explorar su entorno sin temor a equivocarse, descubriendo que su cuerpo sirve para medir el mundo, su mundo: “Mi cuerpo es una regla muy versátil. Con mis manos, brazos, pies y piernas, puedo medir la longitud, el ancho y la altura de cualquier cosa. Mientras crezco, también crecen las reglas de mi cuerpo”, afirma la protagonista.

De esta manera invitamos a las educadoras a releer los materiales de lectura con el apoyo de los cuadros “Constelación de categorías temáticas en los materiales de lectura del género informativo”, con el fin de identificar los libros que pueden emplear para desarrollar una secuencia didáctica relacionada con una o varias categorías temáticas (más adelante les presentamos un ejemplo). Al terminar la actividad de revisión y clasificación de los libros, les proponemos sistematizar la información en el catálogo pedagógico,[5] como una herramienta de consulta permanente por parte del colectivo docente en el momento en que desarrollen proyectos innovadores y desafiantes con sus alumnos.

c Ambientar la biblioteca con temas sobre ciencias

La palabra ambientar no es sinónimo de decorar: ambientar implica considerar el contexto social y económico donde se ubica la escuela, aquello que le da su identidad cultural, e incluso tomar en cuenta el interés y la disposición de la comunidad para desarrollar proyectos. En la biblioteca escolar y la biblioteca de aula se requiere aprovechar los recursos de los que dispone la escuela con un sentido pedagógico. Por ejemplo, cuando en la conmemoración de las fiestas patrias se colocan en un librero o repisa los libros de la biblioteca que se relacionan con el movimiento de Independencia para difundirlos y ampliar la información sobre el tema, realizar actividades de lectura libre, y más aún, invitar a los alumnos a ilustrar el Grito de Independencia en un periódico mural ambulante e interactivo, con la representación de los pasajes más significativos que llevaron a la consumación de la Independencia, se abre la ocasión para que la comunidad educativa profundice sobre este acontecimiento histórico. Todo ello implica ambientar. Decorar es, solamente, mostrar elementos ornamentales para poner bonito un espacio.

La exhibición del acervo tiene que atrapar la atención visual para invitar a su lectura, empleando cualquier recurso que se tenga a la mano, y cualquier espacio físico por pequeño o grande que sea, además del apoyo de una gran imaginación y creatividad pedagógica para acondicionar un área de lectura, tal como lo expresa Aidan Chambers en su libro titulado El ambiente de la lectura:


Los seres humanos son animales territoriales y ritualistas.

Nos gusta saber qué se puede hacer, dónde, cuándo, cómo y con quién. Tendemos a respetar los espacios establecidos para un propósito particular. Y nos gusta saber cómo debemos comportarnos en diferentes circunstancias. Se nos enseña desde niños qué tipo de comportamientos son apropiados en diferentes lugares: cuando estamos en casa de un extraño, por ejemplo, o en un comercio o en una biblioteca, o en un partido de futbol o en una fiesta de cumpleaños…

“Leer” es así. Es una actividad que tiene ciertas necesidades de comportamiento. Tenemos que preparar bien nuestra mente, concentrarnos en el libro de modo que seamos arrastrados a su interior y podamos darle nuestra atención. La experiencia ha demostrado que en la escuela los niños hacen esto mucho mejor si cuentan con espacios destinados sólo para leer: lugares que muchos maestros llaman “áreas de lectura” (2007: 47).


Esta es la intención, crear un área de lectura de libros informativos, con necesidades de comportamiento propias.

Resulta preciso considerar que, si bien los libros informativos –también llamados de no ficción– atienden situaciones y temas científicos (ciencias naturales y formales), asimismo existen libros relacionados con las ciencias sociales –que por lo regular analizan las relaciones y los grupos sociales–, por ejemplo: la sociología, la antropología, la psicología, la filosofía, entre otras. Estas ciencias también hay que incorporarlas al bagaje intelectual de los alumnos de preescolar, por pequeños que ellos sean.

Para tener presentes los libros informativos, se recomienda ambientar la biblioteca escolar y la biblioteca de aula cada mes con un tema alusivo a la ciencia o dedicado a una personalidad sobresaliente en este campo. Como ya se mencionó, no se trata de efectuar un acto decorativo, sino de ofrecer un espacio en el que se interactúe con los cinco sentidos, donde se presenten las ciencias sociales, naturales y exactas, con los libros del acervo y diversos soportes informativos. Para ello, se pueden efectuar talleres, exposiciones de libros y trabajos, murales colectivos, periódicos murales interactivos, espacios libres para la lectura en el patio escolar, lecturas colectivas, experimentos lúdicos, presentación de ponencias, entre otras actividades.

c Desarrollar proyectos sobre ciencias

Emprender actividades retadoras en la escuela y en otros espacios con apoyo de los libros informativos para que los niños de preescolar, en proceso de alfabetización científica, exploren y vivan experiencias que les permitan obtener aprendizajes significativos relacionados a la ciencia, de manera individual o colaborativa, forma parte de los proyectos que las educadoras tienen la oportunidad de incorporar en su planeación y en el Programa Escolar de Mejora Continua (antes Ruta de Mejora Escolar). El propósito de ello es que los alumnos desarrollen habilidades como la búsqueda y selección de información, junto con el registro, análisis y presentación de resultados; además de incrementar sus conocimientos y su confianza en la solución de problemas; vivir la experiencia del trabajo en equipo, preguntar, y aclarar sus dudas; fortalecer sus habilidades, actitudes y valores; todo ello con el fin de, no sólo elevar su logro académico, sino, sobre todo, su interés por las ciencias.

Diseñar un proyecto en educación preescolar significa planear actividades en dos o más sesiones que ofrezcan la oportunidad de abordar un tema desde diversos ámbitos, con apoyo de múltiples fuentes de información y la participación de madres y padres de familia. Incluso puede preverse la pertinencia de volver al tema en otro momento o cuando lo ocasión lo demande, para reforzar los aprendizajes. En el diseño es preciso considerar los temas de los libros informativos y la diversidad de recursos bibliográficos impresos o en formato electrónico disponibles, para ampliar las fuentes de consulta. Los libros informativos y los recursos bibliográficos ya organizados en el catálogo pedagógico, de acuerdo con sus necesidades, facilitarán esta tarea. Para iniciar, es conveniente proponer proyectos que aborden temas relacionados con el entorno más inmediato de los alumnos, que sean de su interés y contribuyan al cumplimiento de los objetivos pedagógicos.

Las educadoras pueden diseñar proyectos innovadores que
den la oportunidad de que los niños aprendan a explorar los
libros informativos

Las educadoras pueden diseñar proyectos innovadores basados en la constelación de categorías temáticas ya referida, que den la oportunidad de que los niños aprendan a explorar, conocer y utilizar los libros informativos, y de igual forma descubran, experimenten, se emocionen y maravillen con los temas de las ciencias a través de la indagación, no sólo en los materiales de lectura, sino en diversas fuentes de consulta, como revistas, periódicos, la computadora y el teléfono celular, para búsquedas en internet que permitan ampliar los conocimientos sobre el tema que se está investigando.

La implementación de proyectos permite también que los niños pongan en práctica y contrasten conocimientos y aprendizajes en la escuela y fuera del contexto escolar al explorar, observar y describir cosas por sí mismos, dialogar y argumentar. Citando nuevamente a Chambers:


Leer es una actividad social.Y cuando compartimos nuestra lectura conversando sobre ella en una especie de plática profundamente importante, su carácter social alcanza su máxima expresión. Por ello se debe estimular a los niños a hacerlo; lo que significa darles tiempo para que platiquen juntos, informalmente, sin las imposiciones del maestro. Y esto significa que nosotros también platiquemos con ellos, de modo que escuchen cómo hablamos, el lenguaje que usamos, los temas que abordamos, la manera en que escuchamos a los otros; y sean testigos de nuestro entusiasmo por la letra impresa.

Pero si vamos a ayudar a los niños a convertirse en lectores reflexivos, la plática informal no es suficiente. Debemos ayudarlos a desarrollar su facilidad innata para interrogar, informar, comparar, discriminar. La enseñanza de este tipo es una habilidad de especialista. Es necesario estudiarla y reflexionar sobre ella, haberse convertido uno mismo en un experto en el tipo de conversación receptiva [conversación literaria] que es más estructurada, más conscientemente organizada y más profunda que la plática diaria (2007: 117-118).


Por ello invitamos a conversar intencionadamente con los alumnos sobre las temáticas que presentan los libros informativos, a desmenuzar cada obra, a llegar a sus entrañas, y de lo aprendido buscar aplicaciones en el entorno y el mundo natural y social, lo que favorecerá una actitud más sensible y reflexiva en torno a su persona y a los fenómenos y problemas.

La implementación de un proyecto requiere la definición de un objetivo y actividades que guíen su cometido, acorde con los programas de estudio vigentes, además de la participación comprometida de madres, padres y familiares de los alumnos.

Un ejemplo de tema apropiado para el desarrollo de un proyecto que utilice los libros informativos como material de apoyo y consulta es el del conocimiento y cuidado del agua. Si examinamos el cuadro de organización y clasificación de los temas al final de este artículo, comprobamos que varios libros están relacionados con la categoría temática Exploración de la naturaleza, por ejemplo: La princesa del agua, El gran poder de la naturaleza, Mini ciencia en el jardín, Con la cabeza en las nubes, Historia de un Albatros, Y eso, ¿cómo llegó a tu lonchera? También, para conocer los lugares donde escasea el agua: Paquimé, la ciudad de las Casas Grandes; o cuando llega el invierno y el agua está en forma de nieve: Quedémonos aquí para estar calientitos. Incluso para saber que los científicos encontraron en el planeta Marte un cuerpo sólido y cristalino debido a las bajas temperaturas (bueno, en la Tierra se llama hielo): ¡Planetas a la vista!

Considerando la diversidad de libros informativos que tratan, desde diferentes perspectivas, el tema del agua, éste ofrece la posibilidad de diseñar un proyecto en varias sesiones, de acuerdo con la planeación docente, para que los alumnos conozcan, aprendan y se sensibilicen sobre el uso, aprovechamiento y cuidado del agua.





Ejemplo de secuencia didáctica sobre ciencia
con apoyo de los libros informativos


Ciencias naturales y tecnología en preescolar


Tema: Tiempo y cambio.

Aprendizaje esperado: Que los alumnos reconozcan el tiempo como un periodo determinado, durante el que se desarrolla una acción o un acontecimiento. Diferenciar entre tiempos largos y cortos.


Primera sesión

Materiales

  • Libros informativos

  • Pizarrón

Desarrollo

  1. Invite a los alumnos a comentar libremente las respuestas a las siguientes preguntas:


    • ¿Cuántas horas dura un día?

    • ¿Cuánto tiempo dedican para ver la televisión?

    • ¿Cuántas horas duermen?

    • ¿Cada cuándo cumplen años?, ¿días, meses?

    • ¿Cada cuándo compran tortillas en su casa?


  2. Invítelos a comparar qué tiempo es más largo: el tiempo que dura una canción o el tiempo que dura una película; un partido de futbol o un comercial.

  3. Oriente a los alumnos hacia la identificación de que el tiempo se puede percibir con varios ritmos, por ejemplo:


    • ¿Qué actividades hacen todos los días?

    • ¿Qué actividades efectúan una vez a la semana?

    • ¿Qué actividad llevan a cabo una vez al mes?

    • ¿Qué actividad realizan cada año?

    • ¿Cuál es y cómo se identifica el ritmo cardiaco? (Invítelos a que sientan su pulso en la muñeca.)


    Promueva que todos los alumnos escuchen la opinión de sus compañeros. Subraye los elementos que les permitan reconocer el tiempo como un periodo determinado: tiempos largos y cortos.

  4. Coloque todos los libros informativos en una mesa, proponga a los alumnos que los lean, los observen e investiguen cuáles se relacionan con el paso del tiempo. Por ejemplo, cuando en una imagen hay un sol, y posteriormente se muestra una luna…

    Escuche el razonamiento de los alumnos, sus argumentos y la forma de interpretar el tiempo; recuerde que es una noción compleja para comprenderla.

  5. Comparta la lectura en voz alta del libro ¡La luna cambia de forma! Muestre las ilustraciones y permita que los alumnos hagan sus conjeturas sobre cómo cambia la forma de la luna y cómo pasa el tiempo.

    Otra opción de lectura puede ser La princesa del agua, donde el tiempo está representado por la relación del día y la noche. Después de leerlo en voz alta, sugiera a los alumnos que comenten: ¿Cómo se relaciona el día y la noche? ¿Cuánto tiempo tarda Gie Gie en ir por el agua? ¿Cómo reconocen en la historia el transcurso del tiempo?

  6. Comparta en el pizarrón una definición de tiempo: Un periodo determinado, durante el que se desarrolla una acción o un acontecimiento. Puede haber tiempos largos y cortos.


Segunda sesión

Materiales

  • Libros informativos

  • Calendario (de los que dan en los comercios)

  • Reloj con manecillas (de pulsera o de pared)

  • Reloj electrónico (puede ser de un celular)

  • Tambor


Desarrollo

  1. Muestre a sus alumnos un calendario, propóngales que comenten lo que saben y cómo interpretan la representación de los días, las semanas, los meses y el año. Escúchelos con atención, y ante alguna aseveración errónea, promueva por medio de preguntas que recapitulen lo expresado. Por ejemplo:


    • Entonces, ¿qué dura más, una semana o un mes? ¿Cuantos meses tiene un año? Comprobémoslo contando los meses en el calendario…


  2. A continuación, presente al grupo un reloj de manecillas e invite a comentar sus características, y la función de cada manecilla. Muestre un reloj electrónico para que los alumnos comenten sobre las diferencias que observan entre el reloj de manecillas y el reloj electrónico. Hablen sobre sus partes y la información que pueden obtener respecto a la medición del tiempo.

  3. Invite a sus alumnos a jugar con el sonido de un tambor (se puede emplear otro instrumento o simplemente un bote y un palo) para representar tiempos cortos y largos. Pídales que se pongan de pie, ellos colocados en círculo y usted al centro. Con la consigna de que caminen al ritmo del tambor, ejemplifique tiempos cortos y tiempos largos. Permita que sean los propios alumnos quienes marquen el tiempo-ritmo al tocar el tambor. La actividad puede resultar más divertida si agrega otras consignas, como dar zancadas largas, o dar palmadas al mismo tiempo que caminan.

  4. Siente a sus alumnos en círculo para que puedan ver las imágenes del libro Cómo sanar un ala rota mientras usted lo lee en voz alta. Al terminar la lectura relean las imágenes e identifiquen cómo transcurre el tiempo. Descubran cuántos relojes se pueden ver en todo el libro, cuántos calendarios hay, cuántas veces está escrita la palabra tiempo.

  5. Finalmente, coloque todos los libros informativos en una mesa e invite a que los alumnos los exploren y lean libremente; propóngales que descubran de qué manera el tiempo está presente y escuche con atención sus argumentos.


Tercera sesión

Material

  • Libro Mini ciencia en el Jardín

  • Materiales señalados en el experimento “Mira cómo crezco”

Desarrollo

  1. Proponga a los alumnos desarrollar un proyecto de representación del transcurso del tiempo y crecimiento de una planta.

    Previamente muestre el libro Mini ciencia en el Jardín y lea en voz alta el experimento “Mira cómo crezco”.

  2. A continuación, sugiérales desarrollar el experimento y registrar el crecimiento de una semilla hasta que se convierta en una planta.

    De preferencia inicie el experimento el primer día del mes, e invite a los alumnos a usar una hoja tipo calendario para registrar, cada día, por medio de dibujos y texto escrito, el desarrollo de la planta:



  3. Una vez que ha crecido la planta, promueva una conversación con sus alumnos sobre la relación entre el transcurso del tiempo y el crecimiento de la planta. Formule preguntas para apoyar la reflexión, por ejemplo:


    • ¿En cuánto tiempo germinó la semilla?

    • ¿Qué le ocurrió a la planta a mayor tiempo transcurrido?

    • ¿Qué les hace pensar lo observado?


    Hay otros libros que pueden apoyar el desarrollo de la secuencia didáctica:


    • Ya no somos bebés. Género informativo. 1° de preescolar. Categoría: El cuerpo. Presenta el ciclo natural de crecimiento del cuerpo humano, para transformarse de bebé en niño.

    • Antes de mí. Género informativo. 1° de preescolar. Categoría: Las historias del pasado. Presenta de manera amena los acontecimientos que sucedieron antes del nacimiento de una persona y los sucesos de hoy en su propia vida; es un buen manejo del tiempo para ubicar el pasado y el presente.

    • Mi mano es una regla. Género informativo. 2° de preescolar. Categoría: El cuerpo. Invita a usar las partes del cuerpo humano, como piernas, pies, manos, brazos, hombros, para medir objetos, superficies y delimitar espacios. Es otra forma de medición aparte de la del tiempo.

    • ¿De dónde sale la ropa? Género informativo. 3° de preescolar. Categoría: Los objetos y su funcionamiento. Ayuda a observar procesos que tienen como resultado un producto, en donde están involucrados lapsos de tiempo y uso de artefactos.


Hemos terminado el análisis de los materiales de lectura de educación preescolar, ciclo escolar 2018-2019. Resta ahora que las educadoras empleen esta información para diversificar las oportunidades de aprendizaje de los alumnos, y que se muestren generosas al ofrecer la palabra escrita, de modo que ellos, desde ya, tomen la palabra y construyan su biografía lectora y escritora desde los primeros años de la educación formal, siendo bienvenidos al mundo de la cultura escrita. Por nuestra parte, estamos en la posibilidad de continuar este diálogo por medio de charlas, talleres y cursos, para seguir aprendiendo de ustedes.

c Referencias

CHAMBERS, A. (2007). El ambiente de la lectura. México: FCE.

SEP, Secretaría de Educación Pública (2011). Acuerdo número 592 por el que se establece la Articulación de la Educación Básica. En: Diario Oficial de la Federación, 19 de agosto [en línea]: <www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/9721849d-666e-48b7-8433-0eec1247f1ab/a592.pdf>. Ir al sitio

─ (2017). Aprendizajes clave para la educación integral. Educación preescolar. Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. México: SEP [en línea]: <www.planyprogramasdestudio.sep.gob.mx/descargables/biblioteca/preescolar/1LpM-Preescolar-DIGITAL.pdf>. Ir al sitio

c Anexos






Notas

* Amílcar Saavedra Rosas es maestro, psicólogo social, con máster en Promoción de la Lectura y Literatura Infantil por la Universidad de Castilla-La Mancha. Especialista en formación de docentes, imparte talleres y charlas a maestros y educadoras.
Celina Martínez Delgado es pedagoga. Colabora en la Dirección de Bibliotecas y Promoción de la Lectura de la Secretaría de Educación Pública.
Francisco Quirván Toledo es sociólogo. Colabora en la Dirección de Bibliotecas y Promoción de la Lectura de la Secretaría de Educación Pública.
  1. Utilizamos el término educadoras considerando que la mayoría de quienes imparten educación preescolar son mujeres; sin embargo, reconocemos que también participan varones.
  2. Correo del Maestro, núm. 270, noviembre de 2018; núm. 273, febrero de 2019; y núm. 281, octubre de 2019, respectivamente.
  3. Incluso en los últimos años se habla del internet de las cosas, concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet.
  4. Se puede consultar en la página electrónica de los Libros del Rincón: <librosdelrincon.sep.gob.mx/control.php?pagina=coleccion#>. Ir al sitio
  5. Un catálogo pedagógico incluye el título del material de lectura, autor, características del material, principales temas que aborda, contenidos, campo formativo y aprendizajes clave del plan y programas de estudio vigente que apoya.
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CORREO del MAESTRO • núm. 282 • noviembre 2019