Caminos que SUMAN CERO
Claudia Hernández García [*]
“ Para una persona moderna resulta difícil concebir la vida sin el cero, del mismo modo que resulta difícil concebirla sin el número 7 o el número 31. Sin embargo, hubo un tiempo en que no existía el cero, como tampoco el 7 ni el 31. Esto era antes del principio de la Historia, así que los paleontólogos han tenido que reconstruir las vicisitudes del nacimiento de las matemáticas partiendo de fragmentos de piedra y hueso. De esta evidencia fragmentaria, los investigadores sacaron en claro que los matemáticos de la Edad de Piedra eran un poquito más toscos que los modernos. En lugar de pizarras usaban lobos. […] a finales de la década de 1930 el arqueólogo Karl Absolom descubrió, mientras tamizaba tierra checoslovaca, un hueso de lobo de 30 000 años marcado con una serie de muescas. Nadie sabe si Gog, el hombre de las cavernas, usó ese hueso para llevar la cuenta de los venados que había abatido, de las pinturas que había trazado o de los días que llevaba sin lavarse, pero es evidente que algo contaban ya los primeros humanos. En la Edad de Piedra, un hueso de lobo era el equivalente de una supercomputadora. Los antepasados de Gog no alcanzaban a contar hasta dos y no tenían necesidad del cero. Al parecer, en los albores de las matemáticas la gente sólo sabía distinguir entre uno y muchos. […] Con el tiempo, las lenguas primitivas evolucionaron, comenzaron a distinguir entre uno, dos y muchos, luego entre uno, dos, tres y muchos, pero carecían de términos para expresar números mayores. Algunas lenguas tienen todavía esta limitación. Los siriona[**] de Bolivia y los yanoama[***] de Brasil no disponen de palabras para designar cantidades superiores a tres; en su lugar, estas tribus usan los términos “mucho” o “muchos”.
”
CHARLES SEIFE
Tomado de Charles Seife (2006). Cero. La biografía de una idea peligrosa. Castellón (España): Ellago Ediciones, pp. 14-15.
Charles Seife estudió la maestría en Matemáticas en la Universidad de Yale y la maestría en Periodismo en la Universidad de Columbia. Actualmente es profesor en el Instituto de Periodismo Arthur L. Carter de la Universidad de Nueva York y se especializa en el periodismo científico. Ha publicado notas sobre ciencia en The Economist, Scientific American, The Washington Post y The New York Times, entre otras publicaciones.
▼ Actividad
Actividad |
En esta ocasión les proponemos una actividad para alumnos de tercero de secundaria en adelante. Les sugerimos que después de trabajar los retos, inviten a sus alumnos a explicar cómo encontraron sus soluciones y qué fue lo que les pareció más complicado. |
Para los tres retos, el objetivo es unir los dos ceros en la cuadrícula mediante un camino cuyos números sumen cero; los números verdes suman, los rojos restan.
Por ejemplo, la suma del camino marcado en la primera cuadrícula es 0, ya sea que lo leamos en orden vertical descendente: 3 - 3, o en orden vertical ascendente: -3 + 3. El camino señalado en la segunda cuadrícula no cumple la condición porque la suma es igual a -1 (-2 + 1 o 1 - 2).
Otra cosa importante es que no se puede pasar de una casilla a otra en diagonal, debe hacerse horizontal y/o verticalmente.
Ahora sí, los retos.
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▼ Soluciones
NOTAS
* Técnica académica de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM.
** Se refiere al pueblo indígena sirionó [N. de la E.].
*** Conocido más extensamente como yanomami [N. de la E.].
▼ Créditos fotográficos
- Imagen inicial: Shutterstock
- Portada del libro Cero. La biografía de una idea peligrosa: Digitalización del original.
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