Nuevas líneas de acción EN EDUCACIÓN BÁSICA
Los impactos y transformaciones que ha traído consigo la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) han preparado el escenario para dar un giro a la dinámica de la vida escolar de las instituciones de este nivel –preescolar, primaria y secundaria–, sobre todo en aquellas prácticas que de uno u otro modo interfieren con el objetivo y razón de ser de dichas organizaciones: la educación y su mejora continua en el ámbito de los resultados académicos de los alumnos.
Nuevas líneas de acción en educación básica
estas nuevas líneas de acción buscan retomar el sentido básico de la escuela, que en este mar de exigencias docentes había quedado sin dar un tratamiento y análisis profundo para entender la praxis de las instituciones escolares.
La apuesta, entre otras cosas, se ubica primordialmente en la función supervisora y en la figura que debe ocupar el Consejo Técnico Escolar. En este orden de ideas, serán los supervisores escolares –mediante su función y protagonismo– las piezas claves para encauzar las nuevas acciones que persiguen las políticas educativas en el ciclo escolar 2013-2014 y los subsecuentes.
La reforma planteada para la gestión escolar subraya la importancia de brindar la asesoría académica en la escuela,[1] misma que incluye los momentos de acompañamiento a sus actividades, conjuntamente con los escenarios de tutoría de algunos programas educativos, como el de Estrategia Integral para la Mejora del Logro Educativo (EIMLE); todo lo anterior, desarrollado por los equipos de asesores técnicos pedagógicos (ATP) y bajo el liderazgo imprescindible de los supervisores escolares, quienes, como se mencionó previamente, son las personas facultadas por su función para estar atentas y dar tratamiento a las problemáticas de los planteles educativos.
▼ Diagnóstico y antecedentes de las nuevas políticas educativas
La educación básica agrupa a tres cuartas partes de la población de estudiantes del Sistema Educativo Nacional (SEN), además de que integra la parte fundamental del desarrollo académico de los alumnos y, por tanto, los futuros profesionistas, pues en esta etapa se decide la suerte del futuro del estudiante. En otras palabras, en la educación preescolar, primaria y secundaria, se invierten de 11 a 12 años y se desarrolla el rezago educativo, baja eficiencia terminal, inasistencia escolar, así como abandono de la escuela. Cerca de 34 por ciento de los jóvenes de 15 años de nuestro país no asisten a la escuela.[2]
Tal como afirmó la doctora Alba Martínez Olivé, subsecretaria de Educación Básica, “No podemos permitirnos el lujo de que estos estudiantes sufran el rechazo de nuestro Sistema de Educación Básica”.[3]
Mientras tanto, de aquellos que culminan su educación básica, sólo cerca de 20 por ciento demuestran tener un dominio de conocimientos y habilidades en el nivel excelente o bueno, y el 80 por ciento restante está en el nivel elemental o insuficiente.[4]
Por otro lado, han existido esfuerzos por resolver estas problemáticas y mejorar la educación; por ejemplo, mediante el abastecimiento de materiales y recursos educativos a los planteles, como los compendios y paquetes de libros del Programa Nacional de Lectura (PNL) que se otorgan anualmente; la implementación y operación de diversos proyectos y programas educativos, como el Programa de Escuelas de Calidad (PEC), Programa de Escuela y Salud (PES), Programa de Acciones Compensatorias para Abatir el Rezago Educativo en Educación Inicial y Básica (PACAREEIB), entre otros; la inclusión de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC); y multiplicidad de cursos, talleres y diplomados para la actualización y capacitación docente.
A pesar de estos esfuerzos, el estado general de la educación y sus resultados son insuficientes, por lo que la propuesta actual de las líneas de acción para educación es: “Garantizar en todas las escuelas condiciones BÁSICAS para el aprendizaje”.[5]
Durante mucho tiempo, la lógica de las acciones educativas se ubicaba desde sus proyectos y programas para atender las problemáticas del Sistema Educativo Nacional, mismas que aunque estadísticamente engloban a la mayoría de las escuelas, no responden de modo directo al contexto específico que cada una vive; de ahí el rechazo del colectivo docente hacia muchos de los proyectos y programas, así como a las actividades administrativas que fraccionan y limitan el tiempo dedicado a las clases.
Este sentir generalizado sobre el hecho de que lo administrativo resta tiempo a lo pedagógico ya se abordó en otros artículos,[6] donde se destaca que la razón de ser y la premisa máxima de las escuelas se encuentra en el proceso de enseñanza y aprendizaje, en el mejoramiento de los resultados académicos de los alumnos, que están por encima de cualquier otra prerrogativa como finalidad de la educación. Asimismo, para poder lograrlo es menester que cada institución se empodere de su autonomía escolar, es decir, que todos los integrantes –director, docentes, padres, alumnos, etcétera– comprendan que los problemas que viven en el ámbito educativo y escolar sólo podrán atenderse mediante las decisiones que en conjunto determinen colaborativamente y asumiendo su responsabilidad y corresponsabilidad tanto social como profesionalmente.
De acuerdo con lo anterior, la nueva propuesta de trabajo que comprende los trayectos formativos de los docentes, tales como los de modalidad intensiva: Talleres Generales de Actualización (TGA), Cursos Básicos de Capacitación (CBC); o los de modalidad ordinaria: Consejos Técnicos Consultivos (CTC), ahora se agrupa en la lógica de las escuelas, en lo que se denominan Consejos Técnicos Escolares (CTE), en una fase intensiva de acuerdo con el calendario lectivo 2013-2014, del 12 al 16 de agosto y ocho sesiones ordinarias externas a los 200 días laborales que indica la normatividad, con la intención de generar condiciones, prioridades y proyectos específicos para lograr los propósitos y objetivos descritos.
▼ Las nuevas líneas de acción
Para el ciclo escolar 2013-2014 se establecen esencialmente tres prioridades generales, tres condiciones generales y dos proyectos específicos para propiciar la mejora continua en las escuelas del nivel básico.
a) Las tres prioridades generales
Mejora del aprendizaje en las áreas de lectura, escritura y matemáticas. No es nuevo que se le preste mayor atención a estas áreas, pues tanto la política educativa como el proyecto curricular así lo señalan. No obstante, ahora se busca como estrategia que las escuelas retomen estas áreas como prioridad y generen trayectos de atención y mejora de los resultados académicos, teniendo especial énfasis en los indicadores –exámenes bimestrales, promedios finales, etcétera–, por lo que la evaluación desempeña un papel indispensable para la mejora continua.
Es fundamental el trabajo colaborativo y comprometido del personal docente y directivos para acordar estrategias que coadyuven a mejorar los resultados académicos de los alumnos.
Alto a la deserción escolar. A lo largo del tiempo que un estudiante transita por el nivel de educación básica, puede generarse la deserción escolar, que está asociada a las problemáticas de inasistencia, rezago educativo y baja eficiencia terminal. Frente a ello, cabría plantearnos, ¿cómo contribuyen las instituciones educativas con dichas problemáticas, o bien, cómo las atienden para dar un mejor servicio?
El problema mayor es que, como país, los grados de deserción afectan el Índice de Desarrollo Humano y traen consigo tasas de analfabetismo tradicional y analfabetismo funcional, así como bajas tasas de escolaridad. Ante esta panorámica, las instituciones educativas deben actuar para detener la deserción escolar.
Normalidad mínima escolar. Existen en el marco normativo 200 días laborales de clases que la educación básica debe cumplir; sin embargo, las prácticas de las escuelas sobre eventos sociales, reuniones de Consejo Técnico Consultivo, o actividades comunitarias, así como la falta o inasistencia de los maestros por razones múltiples, impactan en la eficiencia horaria de las clases. Por dicho motivo, el calendario para el ciclo escolar 2013-2014 estipula 200 días laborales más ocho días para reuniones de Consejo Técnico Escolar, de forma que no se disminuya la eficiencia horaria de las clases marcadas en la normatividad, pues está vinculada a la eficiencia, y para tener mejores resultados deben impulsarse escenarios que la propicien. Lo más preocupante sobre las prácticas mencionadas es que, en muchos casos, se realizan de forma desvinculada a los aprendizajes de los alumnos o al Plan y Programa de Estudio vigentes; más bien están fincadas en tradiciones de las escuelas, por lo que habrá que preguntarse, ¿cómo es que tales prácticas contribuyen a la mejora del logro educativo de los alumnos? Lo verdaderamente significativo es integrarlas al enfoque y sentido de que realmente aporten al objetivo del aprendizaje.
b) Tres condiciones generales
Descarga administrativa. La mayor queja de las escuelas y las autoridades educativas es precisamente la carga de trabajo administrativo que impide el desarrollo de las actividades pedagógicas. La enorme saturación de datos estadísticos relacionados con los alumnos e incluso con los padres de familia, conlleva una sinergia en las instituciones que otorga mayor importancia o atención a lo administrativo que a lo pedagógico, de ahí que quienes tienen un rol más definido y situado en la enseñanza de los alumnos, es decir, los docentes, sean los más reacios a desarrollar dichas actividades y también a quienes más les impacte.
La escuela ha pasado de ser un centro de educación de las nuevas generaciones al banco de datos e información de los múltiples sectores sociales, donde se busca que tengan solución las grandes problemáticas de nuestro país. Por estas razones, la subsecretaria de Educación Básica, Alba Martínez Olivé, expresó que: “La SEP ha heredado una enorme cantidad de programas inservibles”.[7]
La descarga administrativa busca generar mejores condiciones para lograr mayor eficiencia horaria sobre labores pedagógicas. Con este propósito, se deberán simplificar los procesos administrativos, erradicar la duplicidad de documentación por las diversas instancias, e implementar el uso de plataformas tecnológicas virtuales para el acceso y manejo de datos, entre otras cosas. El mayor reto será el trabajo de todos, es decir, primordialmente, las acciones y estrategias que operen cada una de las instancias educativas y sus distintos niveles para lograr la descarga administrativa.
Fortalecimiento de la Supervisión Escolar. Nuestro sistema educativo tiene un amplio bagaje histórico que lo posiciona como uno de los mejor consolidados. La figura de la Supervisión Escolar data de los años 1930 a 1940. El profesor Rafael Ramírez Castañeda es el impulsor y creador de esta figura, cuyo propósito consistía en “inspirar y estimular la tarea educativa de los maestros y las escuelas”.[8]
Sin embargo, esta figura ha tenido una mayor injerencia de inspección y control, que de apoyo a las escuelas. Existen básicamente tres modalidades de apoyo[9] que realizan los asesores técnicos pedagógicos y, por ende, las Supervisiones:
Asesoría. Constituye un conjunto de alternativas que consisten en dialogar y acercarse a los colectivos docentes[10] para atender problemáticas, de tal manera que se basa en información o estrategias que se brindan a directivos, directores y docentes sobre diversas temáticas, como operación de programas de apoyo educativo, gestión escolar o manejo de planes y programas de estudio.
Acompañamiento. Se define así a los momentos en los que existe presencia del ATP en varias actividades relacionadas con las prácticas docentes o directivas con el propósito de fortalecerlas.
Seguimiento. Agrupa aquellas acciones vinculadas con la evaluación tanto sumaria como formativa sobre el desarrollo de actividades.
El fortalecimiento de la Supervisión Escolar constituye un llamado de los supervisores escolares y su función para retomar su protagonismo en el hecho educativo, en el sentido de asesorar, acompañar y dar seguimiento a las problemáticas y las actividades de las escuelas, teniendo énfasis en los resultados académicos de los alumnos y el mejoramiento de los mismos. Además, su papel es clave para la llegada pronta y oportuna de los materiales, recursos y apoyos educativos a las escuelas –fuera de las contingencias de las demás instancias–, a fin de generar condiciones propicias para el desarrollo de la enseñanza y aprendizaje de los alumnos.
Con el propósito de resolver las cuestiones planteadas, el supervisor –más allá de lo que la normatividad pueda señalarle– requerirá de apertura y de un diálogo abierto, constante y profundo entre él y las escuelas –director y docentes–, de un debate y análisis que dé claridad sobre las estrategias que mancomunadamente y de manera colaborativa tendrán que implementarse, y, sobre todo, de un verdadero y honesto compromiso por querer crecer, avanzar y mejorar todos: alumnos, padres, docentes, directores, directivos, etcétera. Un verdadero proceso de mejora continua se construye mediante la voluntad y el compromiso de todos, y se define y mejora progresivamente, aprendiendo de los errores o fallas a través del diálogo abierto, honesto y profundo de los participantes.
 Foto 1: Los docentes, directivos y asesores deben reunirse para analizar y debatir las estrategias por implementar en los planteles
Los Consejos Técnicos Escolares. Anteriormente se denominaban Consejos Técnicos Consultivos (CTC), y ahora, con la intención de reenfocarlos, se les llama Consejos Técnicos Escolares (CTE). Nos referimos a un reenfoque porque en esencia su función y finalidad ha sido la misma desde sus orígenes: Atender problemáticas o asuntos relacionados con la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos, asegurando la eficacia del servicio educativo.
Entre las últimas actividades que se han apreciado ocurren en el interior de los Consejos Técnicos, se encontraban reuniones con el objetivo de atender acciones de organización y administración escolar e incluso algunas de orden social. El actual director general de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa, el maestro Germán Cervantes Ayala, sostiene que: “Es muy conocido que los espacios y momentos ordinarios de reuniones de Consejo Técnico se ocupen para celebraciones o convivios de los participantes”.[11]
Valdría la pena preguntarnos, ¿en qué momento se perdió el rumbo de los Consejos Técnicos? O más bien, ¿en qué momento se perdió el rumbo y sentido de la escuela? Las posibles respuestas a estas preguntas quizá nos remitan al contexto y problemáticas en las que se circunscribe la Planeación Institucional en la caso de las Supervisiones, o el Plan Estratégico de Transformación Escolar (PETE) en el caso de los planteles educativos, pues siendo documentos que construyen y definen la identidad de las organizaciones, su visión y misión, y sobre todo el o los objetivos que se desea alcanzar, se han convertido en documentos y procesos de trámite y burocracia administrativa, sin real trascendencia para el desarrollo, crecimiento y mejora de las escuelas. Por supuesto que nos referimos a las ocasiones en que dichos documentos no se construyen con la participación de todos o bien no han tenido un proceso de apropiación por parte de quienes los hacen y emplean.
“Para quien no sabe hacia dónde se dirige, todos los vientos le son desfavorables” (Séneca). La estrategia de estas nuevas políticas educativas es retomar y reenfocar la función del CTE desde el ámbito y contexto de las propias escuelas, por ello la nueva denominación: Consejo Técnico Escolar.
c) Los dos proyectos específicos
El nuevo modelo de escuela: Escuelas de Tiempo Completo. El Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) no ha rendido los frutos que se esperaban, aunado a las deficiencias estructurales y presupuestarias que sufre. La jornada de talleres que hasta la fecha han desarrollado este tipo de escuelas no ha tenido una sistematización clarificada en las actividades pedagógicas o en el logro de aprendizajes de los alumnos, y dado que las pretensiones gubernamentales plasmadas en los planes de desarrollo actuales son acrecentar en mucho el número de escuelas de este modelo,[12] deberá mejorarse la eficiencia de su operación. Por ello se insiste en que se apoye a estas instituciones en una organización planificada haciendo funcional su Plan Estratégico de Transformación Escolar y su Plan Anual de Trabajo (PETE-PAT), con la mira en que sus alumnos alcancen buenos resultados académicos.
Por tales motivos, la jornada horaria ampliada estará enfocada en la obtención de mayores aprendizajes de los discentes y en el mejoramiento de sus resultados; con una plantilla de personal fija y completa para resolver problemas estructurales y presupuestarios; mediante programas focalizados que estimulen el mejoramiento de las condiciones de operación, tales como la Cruzada Nacional contra el Hambre y el Programa para la Prevención Social de Violencia; así como integrando en el modelo de ETC a escuelas indígenas, unitarias y multigrado para atender a quienes más lo necesitan.
 Foto 2: Las computadoras portátiles son un importante apoyo didáctico para los alumnos
Nuevo recurso educativo: laptops para alumnos de 5° y 6°. Para el ciclo escolar 2013-2014, se abastecerá de lap tops a tres estados: Colima, Sonora y Tabasco; y en los siguientes ciclos escolares, al resto de la población de alumnos de 5° y 6° grados de los demás estados.
En esta época tecnológica, la escuela no puede quedarse al margen de las transformaciones que implican un mayor acceso a la información y a la comunicación. Las computadoras constituyen los medios de los nativos digitales de esta era de la información y la sociedad del conocimiento. Con estas tecnologías (laptops) se abre un vínculo hacia el uso de las competencias desarrolladas por los docentes en Habilidades Digitales para Todos (HDT), y se permite la generación de redes sociales colaborativas, así como el manejo de programas y plataformas virtuales, como el caso de Explora.
▼ Escenarios para las nuevas líneas de acción
Todo lo hasta aquí mencionado representa las acciones sustantivas de la Subsecretaría de Educación Básica, que plantea, entre otras cosas, reactivar lo básico en las escuelas para construir una plataforma de mejora continua.
Cabe decir que, como toda acción programática, las acciones adjetivas (secundarias) tomarán también un sentido y papel relevante para impulsar el éxito y eficacia de dichas políticas; por ejemplo, los apoyos metodológicos que los supervisores tengan, reciban o elaboren para brindar las asesorías, acompañamientos y seguimientos de los planteles; la formación, capacitación y certificación de dichos supervisores para una asertiva detección de problemáticas y desarrollo de esquemas de intervención eficaz; la definición de estrategias pertinentes y viables para garantizar la normalidad mínima en las escuelas, tanto de parte de los supervisores como de los directores, así como la elaboración de políticas para abatir el rezago educativo y la deserción escolar; la construcción e implementación de herramientas cualitativas de acompañamiento y cuantitativas de seguimiento para reforzar la mejora continua y afianzar la responsabilidad y compromiso de los docentes y directores, tratando de esta forma de establecer un pacto magisterial por el beneficio de los alumnos y de los agentes educativos (maestros y directivos); y un amplio manejo y dominio de la Planeación Institucional y el PETE-PAT, pues será fundamental para sistematizar las acciones, observarlas, medirlas, evaluarlas y corregirlas para mejorarlas. Pero lo más importante estará en el mejor protagonismo de su liderazgo educativo para llevar a la práctica los procesos de cambio.
Por último, concluimos volviendo a mencionar lo que consideramos esencial para una real y trascendente transformación de los resultados en las escuelas y en cualquier otra organización o instancia educativa:
Un verdadero proceso de mejora continua se construye mediante la voluntad y el compromiso de todos, y se define y mejora progresivamente, aprendiendo de los errores o fallas a través del diálogo abierto, honesto y profundo de los participantes.
Tenemos el barco, sólo debemos fijar bien el rumbo y hacer los esfuerzos para llegar con buen destino. ♦
▼ Bibliografía
CERVANTES Ayala, Germán, Conferencia en el Encuentro Estatal con Supervisores Escolares, Metepec, Toluca, Estado de México, 20 de junio de 2013.
GUEVARA Tovar, Raduel, “Propuesta de un modelo de asesoría pedagógica para el asesor de docentes de la escuela multigrado”, en Conexxión, año 2, núm. 4, pp. 29-32.
“La SEP ha heredado una enorme cantidad de programas inservibles”, nota de Héctor Martínez Rojas, en Campus Milenio, 26 de junio de 2013. Disponible en: ‹educacción contracorriente.org› [consultado: 28/6/2013]. Ir al sitio
MARTÍNEZ Oliver, Alba, Conferencia en el Encuentro Estatal con Supervisores Escolares, Metepec, Toluca, Estado de México, 20 de junio de 2013.
MEZA Luque, Marily, María del Ángel Vázquez Cruz y Graciela Cordero Arroyo, “Las funciones del Asesor Técnico Pedagógico. Análisis de la documentación oficial”, en Memoria Académica del 1er. Congreso Latinoamericano de Ciencias de la Educación, Mexicali, Universidad Autonoma de Baja California, 27, 28 y 29 de septiembre de 2010.
Secretaría de Educación Pública, Un nuevo enfoque de trabajo para la educación básica, Toluca, SEP-Subsecretaría de Educación Pública, 2013.
Secretaría de Educación Pública, Plan de Estudios Primaria 2011, México, SEP, 2011.
Secretaría de Educación Pública, Enlace-Secretaría de Educación Pública, 2013. Disponible en: ‹www.enlace.sep.gob.mx› [consultado: 21/6/2013]. Ir al sitio
VICENCIO Leyton, Omar, “La planeación de la cultura de calidad”, en Correo del Maestro, núm. 179, abril de 2011, pp. 42-49.
VICENCIO Leyton, Omar, “La praxis institucional en la calidad de la educación”, en Correo del Maestro, núm. 183, agosto de 2011, pp. 34-47.
NOTAS
* Subjefe de Planeación y Evaluación de la Subdirección de Educación Primaria Región Naucalpan SEIEM.
- Plan de Estudios 2011, México, SEP, p. 74.
- Un nuevo enfoque de trabajo para la educación básica, Informe para asesoría sobre los Consejos Técnicos Escolares a Supervisores, México, SEP, 2013, p. 10.
- Conferencia en el Encuentro Estatal con Supervisores Escolares del Estado de México, Metepec, Toluca, Estado de México, 20 de junio de 2013.
- Un nuevo enfoque…, op. cit., p. 9.
- Ibid., p. 15.
- Omar Vicencio Leyton, “La planeación de la cultura de calidad”, en Correo del Maestro, núm. 179, abril de 2011, pp. 42-49; y “La praxis institucional en la calidad de la educación”, en Correo del Maestro, núm. 183, agosto de 2011, pp. 34-47.
- “La SEP ha heredado una enorme cantidad de programas inservibles”, nota de Héctor Martínez Rojas, en Campus Milenio, 26 de junio de 2013. Disponible en: ‹educaccióncontracorriente.org› [consultado: 28/6/2013]. Ir al sitio
- Alba Martínez Olivé, Orientaciones para fortalecer las competencias profesionales de los equipos de Supervisión de Escuelas de Tiempo Completo, México, SEP, 2011, pp. 7 y 8.
- Marily Meza Luque, María del Ángel Vázquez Cruz y Graciela Cordero Arroyo, “Las funciones del Asesor Técnico Pedagógico. Análisis de la documentación oficial”, en Memoria Académica del 1er. Congreso Latinoamericano de Ciencias de la Educación, Mexicali, Universidad Autónoma de Baja California, 27, 28 y 29 de septiembre de 2010.
- Raudel Guevara Tovar, “Propuesta de un modelo de asesoría pedagógica para el asesor de docentes de la escuela multigrado”, en Conexxión, año 2, núm. 4, pp. 29-32. Disponible en: ‹aliatuniversidades.com.mx› [consultado: 29/6/2013]. Ir al sitio
- Conferencia impartida en el Encuentro Estatal con Supervisores Escolares del Estado de México, Metepec, Toluca, Estado de México, 20 de junio de 2013.
- Plan de Estudios 2011, México, SEP, p. 76.
▼ Créditos fotográficos
- Imagen inicial: shutterstock
- Foto 1: www.bceducacion.blogspot.mx
- Foto 2: factornoticia.com
|