Palabra, distancia,
ESCUCHA

Segunda parte

Gerardo Daniel Cirianni Pablo Langer[*]



Cuando no podemos reunirnos en un espacio común, la voz nos reúne y nos recuerda que ahí seguimos y que nuestra inteligencia y voluntad son capaces de superar escollos que sin ellas serían insalvables. Nos tocamos con la voz. Ella nos presenta y nos representa. En ella vivimos desde el primer día de vida. Ella nos acompañará hasta nuestra muerte. La voz dicha, la voz escuchada, ambas necesarias y complementarias.



c Palabra, distancia, escucha. Segunda parte

Decir y escuchar en su justo equilibrio sería lo deseable. Sin embargo, sabemos que en cualquier grupo hay quien dice mucho y escucha poco y hay quien escucha mucho y dice poco.

Cuando la presencia física no nos estaba vedada, era común entenderse también en los gestos, en las expresiones de nuestro rostro y de todo el cuerpo. Pero al suprimirse la presencia del cuerpo, nos quedan apenas los rostros, que en no pocas ocasiones se tensan en una pantalla en la que a veces no encontramos el ritmo natural de la ida y vuelta entre lo dicho y el decir, en el estar atento a la escucha y esperar la respuesta.

Más allá de los límites tecnológicos y los entrenamientos necesarios para poder danzar en esas idas y vueltas en los mejores términos, sentimos que hay algo más profundo. El otro, la otra, está y no está (en lo que el estar y no estar ha significado en nuestro paso por el mundo a lo largo de miles de años) y eso no cambia ni se suprime por instrucción o decreto.

A estas alturas de la reflexión, parecería que poco o nada podríamos hacer, que el panorama es oscuro y de horizontes tormentosos. Pero decíamos al principio de estas líneas que nuestra voluntad y nuestra imaginación han demostrado ser capaces de superar lo que en principio parece insuperable.

En ese sentido van las propuestas que enunciamos a continuación, para resolver problemas que las nuevas circunstancias nos presentan, e incluso aprovechar este momento para abrirnos a experiencias a las que difícilmente nos hubiéramos atrevido.

Arriba el telón pues. Comenzamos.

c Entre la vista y el oído, la entrevista

La entrevista es probablemente una de las formas de escucha oral y de lectura (escucha a partir de la escritura) a la que estamos más acostumbrados. En revistas, diarios, radio y televisión escuchamos y leemos a diario entrevistas a artistas, políticos, empresarios, sindicalistas… y de vez en cuando a algún escritor o escritora. Este tipo de entrevistas se hacen a través de un medio público de difusión porque las personas entrevistadas suelen ser conocidas y reconocidas por amplios auditorios.

También tenemos experiencias de entrevistas a vecinos, profesores, comerciantes, alumnos de alguna escuela, etc. Ese tipo de entrevistas circulan por canales caseros y desde luego tienen menos difusión, pues los interesados en su escucha son miembros de una comunidad específica.

Julieta Fierro, astrónoma y divulgadora de la ciencia, UNAM

En la situación actual, podríamos prepararnos para llevar a cabo una experiencia novedosa: pensar en entrevistar a algún personaje de trascendencia pública amparados en la imposibilidad de trasladarnos físicamente al sitio donde se encuentre. Ese personaje podría ser de cualquier ámbito de la vida social, científica o cultural, pero, lo confesamos, preferiríamos que fuera un escritor o una escritora para que en la entrevista, la lectura y la escritura tuvieran una presencia importante.

Para que nadie se sienta en la obligación de elegir entre alguien del universo de las letras, podríamos pensar en trabajar en dos proyectos: uno dirigido a cualquier personaje público que nos interese y otro dirigido a un escritor o una escritora que nos interese y creamos que podría acceder a nuestra solicitud.

Pero llegar al momento de la entrevista no constituye el punto de partida sino el final de un recorrido de búsquedas, debates y trabajos colectivos que nos ayuden a encuadrar la entrevista que decidamos hacer y a elaborar preguntas que en verdad den lugar a conversaciones enriquecedoras para todos.

Para ello proponemos algunos pasos previos a la elaboración de las preguntas sobre las que se sustentará finalmente nuestro encuentro con la persona entrevistada.


Primeros acercamientos

  • Conversar acerca de si recordamos una o varias entrevistas que nos hayan gustado o llamado la atención.

  • Intercambiar puntos de vista sobre las similitudes y diferencias entre la experiencia de escuchar una entrevista o leer una entrevista.

  • Investigar acerca de entrevistas famosas, compartir la fuente y darse el tiempo necesario para que, por acuerdo de la mayoría, puedan escucharlas varias veces antes de conversar sobre qué piensan y sienten sobre ellas (recomendamos tomar apuntes sobre cosas que les vayan surgiendo como reflexión o pregunta luego de cada una de las escuchas).

  • Programar un debate que dé lugar a una puesta en común de las impresiones generales y las notas que fueron tomando en la escucha.


Acuerdos para la elección de la persona por entrevistar


Este momento del proyecto es importante por varios motivos. Tendremos que lograr un equilibrio entre lo deseable y lo posible y también tomar acuerdos de mayoría. Esto último implica asumir que, si el elegido o la elegida no es la persona que hemos propuesto, seguiremos colaborando para el proyecto con todo nuestro entusiasmo y creatividad.

Sugerimos a continuación algunas pautas que pueden ayudar a organizar la tarea conjunta:

  • Disponer de un tiempo antes del encuentro virtual para que cada participante proponga tres o cuatro nombres de personas para entrevistar (sería deseable que una de ellas fuera un escritor o una escritora).

  • Elegir una de las entrevistas famosas localizadas en la web y estudiarla individualmente a fin de aportar ideas al colectivo al estructurar las preguntas que escribiremos entre todos y todas para plantearle a la persona seleccionada.

  • Compartir los nombres de las personas que cada uno haya elegido, conversar sobre los motivos de la elección y comentar si hemos leído o visto alguna entrevista que se le haya hecho.

  • Darse el tiempo necesario (puede ser más de un encuentro) para decidir por mayoría a qué personaje contactaremos para efectuar la entrevista (es recomendable tener dos o tres opciones por si el personaje elegido se negara a la entrevista o no fuera localizado).


La escritura de las preguntas


Una vez decidido quién será la persona que se entrevistará, comienza la etapa de darle forma al esqueleto del proyecto: las preguntas sobre las que se tejerán los diálogos. Ellas serán los músculos, la piel, las articulaciones del encuentro con la palabra, por eso tendrán que construirse a partir de un trabajo de todo el grupo. Antes de comenzar su formulación, valdría la pena tener en cuenta:

  • Que todo lo que se pregunte podrá será interpretado por la persona entrevistada, de modo que hay que cuidar no sólo qué se pregunta sino cómo se pregunta.

  • Que no es posible preguntar cualquier cosa, pues una entrevista supone un uso público de la palabra, de modo que hay que tener en cuenta qué temas son del orden público y cuáles pertenecen al orden privado. Los temas del orden privado deben estar fuera del cuestionario.

  • Qué asuntos se consideran propios y cuáles pueden resultar impropios en relación con el perfil del personaje que se va a entrevistar.

  • Cuáles son los lugares comunes que suelen abundar en entrevistas improvisadas y tratar de evitarlos hasta donde sea posible.

Como sugerencia final, proponemos elaborar un listado amplio de preguntas que luego pasen a una comisión revisora que opine sobre cómo quedaría finalmente el cuestionario.


El contacto con la potencial persona entrevistada y la concreción del encuentro


Quiénes asumirán la responsabilidad de establecer contacto con la persona que se desea entrevistar no es un asunto de importancia secundaria. Por lo tanto, previamente deberán tener muy claros los motivos de la entrevista y haber formulado argumentos convincentes para lograrla.

Pocas personas (no más de dos) asumirán la responsabilidad del encuentro, pero conversar sobre las motivaciones y estructurar los argumentos será trabajo de todos y todas. Lo ideal es que esas mismas personas sean quienes efectúen la entrevista, pero la persona entrevistada debe saber que representan a un grupo mucho más amplio.


Producto final


El material producto de la entrevista podría dar lugar a diferentes acciones posteriores. También será posible utilizarlo de modos diversos.


Entre las posibles acciones están las siguientes:

  • Escrituras de reflexión sobre lo que les sugiere el resultado de la entrevista luego de mirarla en por lo menos dos o más ocasiones (acción que conceptualmente se relaciona con la lectura intensiva).

  • Escrituras que tengan valor expresivo, es decir, que cuenten qué sienten a partir de lo que ven y oyen (esto es más allá de lo que concluyan acerca del valor comunicativo del producto).

  • Ejercicios de transcripción literal de un fragmento de la entrevista para discutir posteriormente las analogías y diferencias entre la sintaxis de la oralidad y la sintaxis de la escritura (descubrirán que la transcripción literal de una grabación los conduce a una escritura que puede resultar confusa sin el respaldo de la imagen).

  • Discutir y producir un texto colectivo que surja de un análisis crítico de lo actuado y de posibles ajustes a la tarea en el caso de que se encarara un segundo proyecto de esta naturaleza.

En cuanto a los usos del material, es plausible considerar:

  • Darlo a conocer a otras escuelas para que alumnos y profesores cuenten con un material que pueda servirles de inspiración para encarar un proyecto similar.

  • Solicitar a otras personas, grupos o instituciones un juicio crítico sobre logros y falencias de la entrevista, que permita educarnos en la aceptación de los errores que pudieran descubrirse en nuestros trabajos.

  • Volver al material producido después de un tiempo más o menos prolongado (dos meses, por ejemplo) para reconocer si tenemos la misma mirada sobre nuestros logros y errores o nuestra perspectiva ha variado.


A continuación, y como cierre de este artículo, les proponemos tratar un tema que nadie ignora, pero del que no se suele hablar mucho en las aulas: qué hacer con la escritura en la escuela más allá de su uso comunicativo.

El valor de la escritura como herramienta comunicativa resulta indudable en todo proyecto pedagógico, pero ¿es la escuela también un lugar donde la escritura expresiva tenga un lugar relevante?

Sabemos que usualmente no es así. Este tiempo excepcional que estamos viviendo podría bien ser un tiempo de exploración de sus posibilidades.

c La escritura creativa y su lugar en el tiempo escolar de producción de escritura

La escritura en la escuela, si no es en respuesta a una demanda de trabajos vinculados a contenidos curriculares, vive en los márgenes del tiempo escolar o está ausente. Aunque esta afirmación suena muy contundente, es producto de haber observado cómo se desarrolla esta actividad en muchos lugares a lo largo del tiempo.

La escritura vive en los márgenes del tiempo escolar

La alteración de las rutinas escolares cotidianas, que impide compartir el espacio del aula, tal vez ofrezca la oportunidad de darle otro lugar a la voz propia. Escribir sobre lo que nos pasa, preocuparnos por lo que deseamos decir y hacerlo por escrito, dejar los problemas de la forma para después de haber dado el paso más importante, que siempre es y será, poner en escritura lo que anda en nuestro interior y busca salir sin encontrar el momento de hacerlo ni interlocutores interesados en escucharnos.

Pero es sabido también que la hoja en blanco es un lugar deseado y temido. Y el temor con frecuencia puede paralizar. ¿Qué hacer entonces para motivar la escritura personal? Básicamente, dos cosas: buscar un punto de apoyo y construir un andamiaje de puntos de partida para atrevernos a la escritura. Luego, bastante después, y sin ninguna prisa, llegará el momento de abrirnos a la escucha de nuestras escrituras y de los que consideremos los otros nuestros.

Empecemos entonces.


Puntos de apoyo


Transcribimos dos fragmentos de diferentes textos que pueden, según nuestro punto de vista, ser útiles puntos de apoyo.


¿Cómo transcribir la Biblia al lenguaje de los pobladores del Ártico que tienen, por ejemplo, treinta palabras para decir nieve, pero ninguna para nombrar cordero, templo o árbol?

En inuktitut, la lengua de los esquimales, cordero de Dios se traducía en la antigua Biblia como, esa cosa especial de Dios que se parece a la cría del caribú. Hoy, gracias a la televisión, el cordero ya es conocido y tiene su equivalente esquimal. Sin embargo, un burro sigue siendo esa cosa con grandes orejas, así como un templo es un gran iglú, y una reina es la mujer del gran jefe.

Hasta hace poco, cuatro traductores se han reunido para hacer una nueva traducción de la Biblia que tome en cuenta las inclemencias del tiempo que azota a los pobladores del Ártico.


Fragmento tomado del periódico
Excélsior de México


San Agustín se confesaba ignorante respecto de la razón de Dios para crear moscas. Lutero resolvió más atrevidamente que habían sido creadas por el diablo para distraerlo a él cuando escribía buenos libros. Esta íntima opinión es ciertamente plausible.

Bertrand Russell
En Edmundo Valadés, El libro de la imaginación



Algunas ideas para atrevernos a escribir a partir del fragmento de la nota periodística

  • Hay palabras que se usan a diario desde hace un tiempo y que, aunque conozcamos su significado, parecen haber adquirido ahora otra fuerza, otras posibilidades de contar cosas, por ejemplo: pandemia, virus, confinamiento, temor, contagio, rebaño, cubrebocas, mascarilla, prevención, vacuna…

    Esta lista puede crecer muchísimo. Sería deseable intentarlo para luego elegir cinco o seis de ellas que sirvan para articular un texto propio cuya extensión y tono deberá decidir cada uno. Cuando hablamos de tono queremos expresar que la escritura podría ser dramática, extraña, ligera o incluso graciosa.

  • Podríamos elegir tres o cuatro palabras de la extensa lista de términos recurrentes en este momento de la vida social para explorar alternativas distintas que refieran a un significado idéntico o similar y contar por escrito si esas diferentes palabras nos generan sensaciones diversas.

  • ¿Cuáles son las palabras que evocan actos que hoy están vetados o de complicada realización y cómo podríamos poner en escritura lo que sentimos al descubrir esta circunstancia?

  • ¿Cuál será, según la opinión de cada escritor, la palabra que hoy más duele a un niño?, ¿cuál la que más duele a un joven?, ¿y a una persona adulta mayor? Se podría escribir asociando esa palabra con el o los sentimientos que suponemos que predominan en las personas que están atravesando estos momentos de la vida.


Algunas ideas para atrevernos a escribir a partir de la cita de Bertrand Russell

  • El mismo problema sin duda es visto o valorado de manera diferente según la historia de cada persona, sus valores, su modo de enfrentar y resolver los dilemas que le ha tocado encarar en su vida. Pensar en circunstancias que para cada uno de nosotros han sido dilemáticas es algo que no se hace con frecuencia, y es posible que resulte, por lo tanto, un potente disparador de escrituras.

  • Reflexionar sobre cuál es la circunstancia que hoy vivimos con mayor duda o contradicción (en el ámbito familiar, social o escolar) puede también ser ocasión propicia para múltiples escrituras.

  • El fragmento elegido tiene sin duda un tono gracioso. En las situaciones graves o difíciles, es posible y hasta necesario encontrar el humor, la alegría que da fuerza para seguir sobrellevando las dificultades. Interrogarse sobre motivos para relajarse, reír, compartir momentos graciosos, en medio del malestar abre sin duda nuevos caminos hacia la escritura.

Notas

* Gerardo Daniel Cirianni es maestro. Como promotor de la lectura y la escritura desde hace más de veinticinco años en varios países de América Latina, ha coordinado diplomados e impartido cursos y talleres dirigidos a la formación de maestros de educación básica y media superior, ha sido asesor de planes nacionales de lectura y autor de numerosos libros y artículos.
Pablo Langer es sociólogo por la UNAM y editor, interesado en temas de formación educativa.


c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1: Correo del Maestro

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- Foto 4: fromoldbooks.org

CORREO del MAESTRO • núm. 293 • Octubre 2020