![]() Reivindicación de los pueblos indígenas y afrobolivianos: EDUCACIÓN INTERCULTURAL Y PATRIMONIAL EN BOLIVIA Silvia Santiago Martínez [*] La educación patrimonial es un campo emergente que requiere propuestas educativas con miras a la formación de hombres y mujeres capaces de valorar, reconocer y fortalecer el patrimonio cultural de cada pueblo. Los estudios acerca del patrimonio cultural han cobrado mayor relevancia en los espacios académicos, así como en investigaciones de diferentes disciplinas: antropología, historia, historia del arte, arqueología y pedagogía, entre otras. En este escrito pretendemos dar al lector una mirada hacia el patrimonio cultural y la educación patrimonial desde Bolivia, en concordancia con las luchas y movimientos sociales emprendidos por los pueblos indígenas y afrobolivianos para buscar el reconocimiento y la reivindicación de la cultura en el Estado-nación y en el propio sistema educativo. Consideramos que la educación intercultural promueve y propicia la educación patrimonial como un derecho. ![]() Introducción
Los movimientos y luchas emergen cuando las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales en que vive la población no son las pertinentes para su desarrollo. Los pueblos indígenas y los afrobolivianos han tenido que luchar para ser reconocidos en su propio país, en donde se han sentido extranjeros. A través de manifestaciones lograron la constitución de un Estado plurinacional que reconoce sus derechos, y también la formulación de una ley de Educación que establece una educación diversificada, intra e intercultural. La Ley de Educación reconoce el patrimonio cultural de los pueblos indígenas; sin embargo, no garantiza los mismos derechos a la población afroboliviana. La lucha de esta población reclama la incorporación de su historia y su patrimonio en la nueva Ley de Educación y la Ley del Patrimonio Cultural. ▼ Movimientos y luchas por la reivindicación
Los movimientos y luchas emergen de una historia de sometimiento, de opresión, y frente a ello, responden con el grito de “¡Ya basta!”. Ante la existencia de un estado límite, los pueblos oprimidos manifiestan su inconformidad y luchan por la libertad, por la autodeterminación, por el reconocimiento de su cultura y su lengua y por procesos de identificación de los pueblos indígenas. Durante la colonización, los indígenas fueron sometidos a la discriminación y despojados de sus tierras –que fueron acaparadas por hacendados–, además de ser excluidos de las políticas del Estado. La dominación sobre los indígenas se da en dos niveles: sociocultural y económico. Frente a estos procesos de dominación, surgen varias rebeliones donde los indígenas buscan ser visibilizados en las políticas del Estado y ser parte de ello. Partimos de la historia de la conformación de la Asamblea Constituyente, un corte histórico que nos permite ubicar los movimientos sociales a partir del año 2000. Sin embargo, es importante mencionar que la Revolución de 1952 inició la lucha en contra de un Estado oligárquico. Con esta lucha, se logra la participación ciudadana de toda la población del país, la distribución de tierras a los sin tierra, la reivindicación de que “la tierra es para quien la trabaja”, y la promoción de una reforma agraria para acabar con los terratenientes. En el movimiento de los años noventa, las marchas indígenas de tierras bajas de Oriente marca una línea de lucha en que lo indígena empieza a mencionarse en la política nacional; esto, no por iniciativa del Estado, sino porque las marchas hacen que se visibilice. Las luchas y marchas de las décadas pasadas son un punto de partida hacia la visibilización de los pueblos oprimidos, y desde 2000, en Bolivia se desarrollan con mayor fuerza varios movimientos sociales en contra del Estado opresor. La “guerra del agua”[1] consistió en movilizaciones realizadas en Cochabamba contra la usurpación del agua por parte de una empresa trasnacional. Alrededor del tema del agua siguieron teniendo lugar movilizaciones hasta llegar a plantearse la autonomía indígena frente al Estado. En el altiplano, se bloquearon carreteras y se implementaron puestos de control en los caminos. La “guerra del gas”[2] fue otro importante movimiento, debido a la pretensión de exportar el gas a Estados Unidos por los puertos de Chile. Estos movimientos buscaron garantizar la propiedad de los recursos naturales a la población boliviana, del pueblo para el pueblo, y fueron el antecedente de la realización de la Asamblea Constituyente. El pueblo empieza así a constituirse en un sujeto político. ![]() La Asamblea Constituyente fue un espacio para abrir nuevos diálogos y formular una nueva Constitución Política[3] que incorporara a los excluidos, no sólo a indígenas sino a toda la población boliviana, incluyendo a los afrobolivianos. De acuerdo con Salvador Schavelzon, 2006 es el año de llegada de los indígenas, campesinos, al Estado, y con la promulgación de la nueva Constitución, en 2009, nace el Estado Plurinacional (2012: 1-2). La nueva Constitución es un dispositivo de poder donde los indígenas y campesinos tratan de construir un Estado diferente, que contemple las diferencias culturales y la diversidad cultural de la población boliviana. Los pueblos indígenas apostaban por la construcción de otro Estado, “uno que supere la discriminación histórica y la exclusión a la que fueron sometidos desde su instauración colonial-republicana” (Garcés, 2013: 10). Hablamos de una descolonización,[4] que implica construir un Estado al servicio del pueblo y no que el pueblo sirva al Estado. El Estado plurinacional En los inicios no estaba claro el concepto de Estado plurinacional; aunque en la Asamblea Constituyente se hablara de ello, no se sabía exactamente a qué se refería. La propuesta del Estado plurinacional se había trabajado con mayor detalle desde los Consejos Educativos de los Pueblos Originarios (CEPOS) (Garcés, 2013). El Estado plurinacional se caracteriza por las luchas de autonomías indígenas, reivindica lo indígena y lo comunitario como parte esencial de Bolivia, es incluyente y participativo. Algunas características que se definieron desde las organizaciones para identificar un Estado plurinacional son:
La construcción de un Estado plurinacional en la nueva Constitución integra a toda la población boliviana; plantea el reconocimiento de las culturas, lenguas e identidades y la igualdad de derechos; asimismo, abolir la dominación y la discriminación que por muchos años los pueblos indígenas y originarios han sufrido en su propio país. El proceso discursivo hacia el nacimiento de un Estado plurinacional se puede reflejar en el siguiente diagrama: ![]() En este otro Estado, un Estado del pueblo, los pueblos indígenas buscan la reconstrucción de una memoria de su pasado, presente y futuro. La configuración de la memoria es la constitución de un pueblo con historia y reconocimiento de la cultura. ▼ Educación intercultural y patrimonio de los pueblos indígenas
La educación es un instrumento que proporciona al sujeto los elementos necesarios para estar en sociedad, para valorar, apreciar e incorporar aquello que aprende en las dinámicas culturales a su vida cotidiana. “La finalidad principal de la educación es el pleno desarrollo del ser humano en su dimensión social” (Delors, 1997: 51). En la constitución de un Estado plurinacional, los pueblos indígenas reivindican sus derechos a una educación propia, es decir, intracultural; pero también, la misma Constitución boliviana reconoce la diversidad y las diferencias culturales. En su artículo primero establece: “…Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país”. La diversidad cultural es el fundamento de un Estado plurinacional, el cual reconoce las diferentes culturas que existen en el país y sus sistemas de organización social. En el artículo 98 de la nueva Constitución se incorpora el reconocimiento de las cosmogonías, saberes y conocimientos de los pueblos indígenas como parte del patrimonio cultural, y la propia Ley de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”[6] establece la incorporación de los procesos educativos propios de los pueblos indígenas al sistema educativo. Artículo 98. I. La diversidad cultural constituye la base esencial del Estado Plurinacional Comunitario. La interculturalidad es el instrumento para la cohesión y la convivencia armónica y equilibrada entre todos los pueblos y naciones. La interculturalidad tendrá lugar con respeto a las diferencias y en igualdad de condiciones.
La propuesta de una nueva Constitución trajo consigo cambios en la Ley de Educación, la Ley de la Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”, y una propuesta de redacción para una Ley Nacional del Patrimonio Cultural Boliviano que, si bien fue aprobada por la Cámara de Senadores de Bolivia el 4 de diciembre de 2013, y considerada en un primer momento como la muy esperada ley sobre patrimonio cultural, quedó en revisión para, finalmente, ser aprobada la Ley 530, Ley del Patrimonio Cultural Boliviano, el 23 de mayo de 2014. Existen entre ambas leyes, diferencias que deseamos aquí subrayar. Si bien, en las dos leyes se reconocen las identidades culturales y la obligación del Estado de promover la diversidad cultural e intercultural, es en el artículo 2º de la Ley de 2014 que tal obligación se explicita con total claridad señalando que: Artículo 2. La presente Ley tiene como finalidad poner en valor las identidades culturales del Estado Plurinacional de Bolivia, sus diversas expresiones y legados, promoviendo la diversidad cultural, el dinamismo intercultural y la corresponsabilidad de todos los actores y sectores sociales como componentes esenciales del desarrollo humano y socioeconómico del pueblo Boliviano. La Ley Nacional del Patrimonio Cultural propuesta en 2013, e inspirada en la nueva Constitución y en la Ley de Educación “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”, reconocía que los principios que regulan la inclusión, que da lugar a la lengua y cultura de los pueblos indígenas, son: la interculturalidad, el vivir bien y la descolonización, y los definía en su artículo 4°: Artículo 4 (Principios). La regulación del Patrimonio Cultural Boliviano se regirá por los siguientes principios: d) Interculturalidad. Reconocimiento a la expresión y convivencia de la diversidad cultural, institucional, normativa y lingüística de las bolivianas y los bolivianos, y las naciones y pueblos indígena originario campesinos del Estado Plurinacional. El ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos garantizados en la Constitución Política del Estado, constituyendo una sociedad basada en el respeto y la igualdad entre todas y todos, donde predomine la búsqueda conjunta del Vivir Bien. […] e) Vivir Bien. Es reflejo de la diversidad cultural que fomente el equilibrio, la estabilidad en la población mediante el acceso y disfrute de las expresiones materiales e inmateriales del Patrimonio Cultural Boliviano, en armonía con la naturaleza y en comunidad con los seres humanos. f) Descolonización. Las políticas públicas del Patrimonio Cultural, deben estar diseñadas en base a los valores, principios, conocimientos y prácticas del pueblo boliviano; por lo que toda acción deberá estar orientada a preservar, desarrollar, proteger y difundir la diversidad cultural con diálogo, intercultural y plurilingüe, concordante con las diferentes identidades y nacionalidades del país. […] Dada la importancia del concepto vivir bien, sorprende que éste no se mencione ya como principio rector en la Ley del Patrimonio Cultural Boliviano de 2014. La cultura de los pueblos indígenas se desarrolla en los espacios de las políticas culturales y en el sistema de educación. El patrimonio cultural es todo aquello que posee sentido y significado para los sujetos, carga símbolos y códigos que forman parte de una memoria colectiva y de los procesos identitarios. Así, el patrimonio de los pueblos indígenas es tan válido como el patrimonio que define el Estado-nación. Sin los tres principios antes enunciados, la sociedad boliviana se encontraría con un patrimonio inferiorizado, estigmatizado y subordinado frente a las élites del Estado y su definición tradicional de patrimonio cultural. De ahí que la Ley del Patrimonio Cultural de 2014, en su apartado dedicado a definir y clasificar el patrimonio, establezca: Artículo 4 (Definiciones). Para efectos de la presente ley y su reglamento, entiéndase por: Bienes culturales. Son todas las manifestaciones inmateriales y materiales de la cultura, cuyo valor depende de su origen, naturaleza, espacialidad, temporalidad, su contexto social e identidad cultural. Patrimonio Cultural Boliviano. Es el conjunto de bienes culturales que como manifestación de la cultura, representan el valor más importante en la conformación de la diversidad cultural del Estado Plurinacional y constituye un elemento clave para el desarrollo integral del país. Se compone por los significados y valores atribuidos a los bienes y expresiones culturales, inmateriales y materiales, por parte de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales y afrobolivianas y las comunidades que se autodefinen como urbanas o rurales, migrantes, espirituales o de fe, transmitidos por herencia y establecidos colectivamente. Estos significados y valores forman parte de la expresión del Estado Plurinacional de Bolivia. Patrimonio Cultural Inmaterial. Es el conjunto de representaciones, manifestaciones, conocimientos y saberes que las comunidades, grupos e individuos reconocen como parte integral de su identidad. Se transmite de generación en generación, y está vinculado a procesos y técnicas que incluyen instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales y naturales que le son inherentes. Patrimonio Cultural Material. Es el conjunto de bienes que tienen substancia física y pueden ser conservados y restaurados a través de técnicas especializadas. Identifican una época o una cultura y son evaluados y reconocidos de acuerdo a criterios específicos. […] ![]() La Ley de Educación define la educación como unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad, intracultural, intercultural y plurilingüe (art. 1, numerales 5 y 6). En ella se promueve la incorporación de los saberes, conocimientos, manifestaciones culturales y lenguas de las culturas indígenas al currículo escolar. La educación intercultural da un giro en los procesos educativos en las comunidades y pueblos indígenas, “pues la interculturalidad en la educación tiene que ver con conocimientos y saberes, los cuales habían sido tradicionalmente negados” (Gutiérrez, 2010: 45). La interculturalidad es una propuesta de reconocimiento de las diferencias. Por ello, la educación intercultural promueve las relaciones igualitarias entre culturas, y la aceptación de la diversidad de saberes y conocimientos de los pueblos indígenas y de otras culturas; asimismo, da pauta a la convivencia armónica entre culturas erradicando la noción de que una cultura es superior a otra. Por otra parte, la educación intracultural promueve la recuperación de los saberes y conocimientos para el fomento y fortalecimiento de la cultura propia del pueblo; también permite saber quiénes somos, qué sabemos y qué queremos. La intracultural es una mirada desde adentro, y la intercultural es la mirada de la relación con otras culturas desde afuera. ![]() Artículo 3 […] La educación se fundamenta en las siguientes bases:
Al incorporarse los saberes, conocimientos e idiomas de los pueblos indígenas en el sistema educativo boliviano, se fomenta la reividicación del patrimonio cultural que había sido excluido y marginado por una cultura considerada siempre superior a la de los pueblos indígenas. En la Ley de Educación, los pueblos indígenas reividican los procesos educativos propios de su cultura sin discriminar a otras culturas, como son las urbanas. Esta ley fue propuesta desde abajo y valora las lenguas y culturas de la nación.[7] ▼ Los afrobolivianos y la lucha por sus derechos
Las luchas sociales en Bolivia han presionado para cambiar las ideologías del Estado-nación, donde los pueblos indígenas reclaman derechos en su propia tierra. Con los varios movimientos que se han realizado en los últimos años, se logró la conformación de la Asamblea Constituyente y la reelaboración de la nueva Constitución boliviana, documento que sustenta el Estado plurinacional de Bolivia. A pesar de la conformación de un Estado plurinacional, la población afroboliviana[8] no goza de los derechos que establece la nueva Constitución, pues se ha olvidado que son parte de la historia del país. A la llegada de esta población al territorio boliviano, fueron sometidos a la explotación, a la esclavitud ejercida por los colonizadores, haciéndolos trabajar de sol a sol sin ninguna remuneración económica. [En] La región tropical de los Yungas de La Paz (zona a la que los nativos hacían su ingreso por caminos incaicos) desde la época pre-hispánica los indígenas producían coca. Los colonizadores que se apropiaron de estas tierras a partir del siglo XVIII, internaron a los afro para hacerlos trabajar de sol a sol y sin paga en sus haciendas, para que cultivaran las plantas y semillas y cuidaran de los ganados que importaron de su continente y, en particular, para que aprendieran de los nativos la técnica del cultivo de la coca, convertido hoy, en la columna vertebral de la economía regional (Angola, 2011: 232). Los afrobolivianos llegaron a las tierras de Bolivia como esclavos; vivieron en Yungas de La Paz, donde compartieron el territorio con los aymaras. El proceso histórico de la población afro es construido a partir de su participación junto con los indígenas en la Guerra de Independencia de 1809 a 1824. En este tramo histórico se delinean dos procesos distintos, en una vía encontramos a los indígenas y en la otra a los afro; estos últimos han tenido que emprender otros movimientos para buscar el reconocimiento de sus derechos. Juan Angola menciona que a partir de la década de los ochenta, los afro migran a las ciudades centrales de Bolivia –La Paz, Cochabamba y Santa Cruz–, y en estos lugares llevaron a cabo movimientos en busca del reconocimiento de sus derechos a través de la saya,[9] danza que ha sido un bastión de resistencia cultural que acompaña los discursos de los afrobolivianos en busca del reconocimiento. La saya manifiesta la cultura y los procesos identitarios construidos a lo largo del tiempo y la historia. Los afrobolivianos, población que reconstruye su historia a través de la memoria colectiva y de las manifestaciones culturales, mediante la saya reclaman su derecho a la historia, a la memoria, y sus derechos como ciudadanos del país. No tener historia es carecer de la memoria a la que tienen derecho, para recordar y contar las vivencias de sus ancestros y de las nuevas generaciones en un país que es tan suyo como de los otros pueblos originarios. ▼ Educación y patrimonio: reclamo de los derechos culturales
En la propuesta de creación de otro Estado, en un país plurinacional, no todas las poblaciones gozan de los derechos y políticas que se han formulado en la nueva Constitución. Los afrobolivianos siguen excluidos de las políticas de reconocimiento, de la cultura y de la educación. Juan Angola dice que la población afroboliviana ha sufrido de discriminación y racismo: a pesar de las nuevas políticas de un país plurinacional y de las nuevas propuestas de educación, podríamos decir que la Ley de Educación boliviana aún no incorpora a la población afro (Angola, 2011: 232). ![]() La nueva Constitución de un país plurinacional incorpora a los afrobolivianos, pero eso no les garantiza el derecho a una educación acorde a sus intereses y necesidades. En el primer capítulo de la Constitución, Modelo de Estado, en los artículos 2 y 3 se establece lo siguiente: Artículo 2. Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos […], se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley. Artículo 3. La nación boliviana está conformada por […] las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano. Un avance para saldar la deuda histórica con la población afroboliviana ha sido la incorporación a la nueva Constitución del Estado plurinacional; sin embargo, en el ámbito educativo sigue ausente. Como menciona Juan Angola, en las leyes de Educación y del Patrimonio Cultural aún no se incorpora a los afrobolivianos. Si bien la nueva Ley de Educación promueve una educación intra e intercultural, ¿esta ley considera a todos los pueblos de Bolivia? Existen dos posiciones contrapuestas: los pueblos indígenas y originarios y los afrobolivianos. Los primeros han logrado espacios de reconocimiento en lo político, económico y educativo; en el ámbito de la educación reivindican su derecho a una educación propia, y también el reconocimiento de saberes y prácticas educativas occidentales (por ejemplo, se han diseñado materiales que incorporan los saberes, conocimientos, música y tecnologías de los pueblos indígenas). En cambio, la población afroboliviana aún sigue realizando esfuerzos para ser reconocida en el sistema educativo. Juan Angola sostiene que en la historia oficial se ha borrado la historia de los afrobolivianos; se desconoce para qué, cómo y por qué fueron traídos a Charcas (Bolivia) y, en lo referente a la educación, “el plan de estudios del Ministerio de Educación no contemplaba la historia, las tradiciones y los saberes de la comunidad afroboliviana” (Angola, 2011: 239). Erradicar la historia es olvidar, excluir a la población de los procesos sociales, económicos, políticos y educativos. Olvidar la historia es no reconocer a los afrobolivianos como sujetos que tienen derecho a una educación basada en la historia de sus ancestros y de su cultura. Las manifestaciones efectuadas por los afrobolivianos han pugnado por el reconocimiento de su cultura; por una educación que incorpore los saberes de las comunidades afrobolivianas, una educación basada en la “casa adentro, casa afuera”[10] que vincula la relación intra e intercultural; por que en el currículo se refleje el capital cultural de cada pueblo y las relaciones con las demás culturas. Si los saberes, conocimientos, expresiones musicales e historia de los afrobolivianos no son incorporados en los contenidos escolares, entonces aún no existe un reconocimiento del patrimonio cultural afroboliviano por parte del Estado y de las propias instituciones de cultura y educación. Para los afrobolivianos, el patrimonio cultural con mayor arraigo se encuentra en los instrumentos musicales, símbolo de la relación entre América y África, en primer lugar porque la música es parte de África, y en segundo, porque con los troncos de árboles de América se construyeron cajas, baterías, marimbas y tambores. En la música existe una relación entre estos continentes. Otro patrimonio de los afrobolivianos es la herbolaria: aprovechaban las plantas de los cerros y las praderas para buscar cura a sus enfermedades. En su gastronomía sobresalen las comidas que preparaban con las hojas tiernas de la papa. Estos conocimientos y saberes de los afrobolivianos como parte de su patrimonio están al margen del currículo escolar. ▼ Conclusiones
La educación intercultural es una construcción, un modelo de educación que busca el diálogo de saberes, entre los conocimientos de los pueblos indígenas y los conocimientos que se han considerado universalmente válidos (occidentales, contenidos escolares) y respecto a los cuales, los primeros han sido subordinados. Los pueblos indígenas de Bolivia han buscado que sus conocimientos y saberes, que forman parte de su patrimonio cultural, sean visibilizados en los espacios escolares, que se reconozcan otras formas de pensamiento y construcción de conocimientos. Por ello, podemos decir que la educación intercultural en Bolivia es un proceso de des-aprendizaje y aprendizaje en que se forman sujetos capaces de reconocer y valorar su patrimonio cultural. Los pueblos indígenas reivindican su cosmovisión, su cultura y sus propios procesos educativos; crean espacios para formar sujetos capaces de leer su historia, de cambiar la visión de un mundo en donde han vivido marginados-subordinados, y crear otro mundo en que haya igualdad de oportunidades, respeto a la diferencia cultural y otras formas de pensamiento. Bolivia es un país cuyos pueblos siguen buscando el reconocimiento y reivindicando sus derechos culturales, como sucede con los afrobolivianos, que aún no son incorporados en la educación y buscan construir una historia diferente de la que se ha hecho de ellos. En Bolivia, la educación patrimonial se incorpora dentro de la educación intercultural, donde el patrimonio cultural no sólo sirve de relleno curricular, sino que reconoce otra epistemología del conocimiento: las comunidades indígenas participan en la elaboración de un currículo diversificado. En México, el Estado es quien asume la responsabilidad de elegir cuáles contenidos de patrimonio cultural integrar en el currículo escolar, y los contenidos del currículo escolar muchas veces son esencializados y acaban siendo actividades extraescolares, porque aún no se reconoce la epistemología de los pueblos indígenas. Podemos afrimar que en México, el patrimonio cultural apenas se incorpora en los contenidos escolares de educación básica, es decir, la cultura de los pueblos indígenas apenas se asoma en los contenidos curriculares. La educación intercultural en el país está en construcción y busca que los diferentes pueblos asuman una educación que forme sujetos que puedan leer la historia para crear un mundo que reconozca, respete, valore y preserve el patrimonio cultural de los pueblos indígenas.♦ ▼ Bibliografía
ANGOLA, J. (2011). Estudio sobre educación con poblaciones afrodescendientes en Bolivia. En Iván Pabón, Axel Rojas y Juan Angola (investigadores), Rutas de la interculturalidad. Estudios sobre educación con poblaciones afrodescendientes en Ecuador, Bolivia y Colombia. Enfoques, experiencias y propuestas (pp. 229-265). Quito: UNESCO. CRESPO, A. (1977). Esclavos negros en Bolivia. La Paz: Academia Nacional de Ciencias de Bolivia. DELORS, J. (1999). La educación encierra un tesoro. México: Correo de la Unesco. GARCÉS, F. (2013). Los indígenas y su Estado (pluri)nacional: una mirada al proceso constituyente boliviano. Cochabamba: Clacso / Jaina / FHyCE-UMSS. GUTIÉRREZ, W. (2010). La educación intercultural bilingüe y participación social como ejes de la ley 1565 de Reforma educativa y el proyecto de Ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez. En Juliana Ströbele Gregor, Olaf Kalmeier y Cornelia Giebeler (comps.), Construyendo interculturalidad: Pueblos indígenas, educación y políticas de identidad en América Latina (pp. 44-49). La Paz: gtz / ZiF / Ministro Federal de Cooperación Económica y Desarrollo. MIGNOLO, W. (2007). El pensamiento decolonial: desprendimiento y apertura. Un manifiesto. En Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (eds.), El giro decolonial: Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global (pp. 25-46). Bogotá: Siglo del Hombre Editores, Universidad Central / Instituto de Estudios Sociales Contemporaneos / Pontificia Universidad Javeriana / Instituto Pensar. ——, (2006). El desprendimiento: pensamiento crítico y giro desconial. En Catherine Walsh; Álvaro García Linera y Walter Mignolo, Interculturalidad, descolonización del estado y del conocimiento (pp. 9-19). Buenos Aires: Del Signo. SCHAVELZON, S. (2012). El nacimiento del Estado Plurinacional de Bolivia. Etnografía de una Asamblea Constituyente. La Paz: Clacso / Plural / CEJIS, IWGIA. ▼ Legislación
CÁMARA de Senadores del Estado Plurinacional de Bolivia, Ley Nacional de Patrimonio Cultural Boliviano, aprobada en la Cámara de Senadores el 4 de diciembre 2013 y cuya expedición quedó en revisión. Disponible en: <blog.cebem.org/wp-content/uploads/2014/02/LEY-DE-PATRIMONIO-CULTURAL-BOLIVIANO.pdf>. Ir a Sitio. LEY de Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”, 20 de diciembre de 2010. Disponible en: <www.oei.es/quipu/bolivia/Leydla%20.pdf>. Ir a Sitio. LEY de Patrimonio Cultural Boliviano, aprobada por la Asamblea Legislativa Plurinacional el 23 de mayo de 2014. Disponible en: <www.wipo.int/edocs/lexdocs/laws/es/bo/bo046es.pdf>. Ir a Sitio. NUEVA Constitución Política del Estado, en vigor a partir del 7 de febrero de 2009. Disponible en: <www.mindef.gob.bo/mindef/sites/default/files/nueva_cpe_abi.pdf>. Ir a Sitio. NOTAS* Maestra en Pedagogía y estudiante de doctorado en Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
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