La compleja
IDENTIDAD HUMANA

Zyanya Jiménez Solís[*]

El libro de la risa y el olvido, de Milan Kundera, escritor checo, se publicó en 1978. Como su nombre lo indica, y podemos deducir por el contexto en el que se encuentra, esta obra refleja no sólo la ideología de su autor, sino de toda una sociedad que formó parte de un movimiento histórico. Consciente de esto, Kundera crea una novela excepcionalmente viva en contrastes, que alterna problemáticas personales y sociales en un solo escenario. Esto se traduce en una pieza literaria que, a través de la alteridad y las dualidades, demuestra que la complejidad del ser humano surge de la construcción misma de su identidad.

La compleja identidad humana

para entender el trabajo que desarrolla el autor, debemos tener presente que el ser humano es un ser social e individual por excelencia. Cada individuo pertenece a un grupo, a una colectividad que lo conforma y a través de la cual cobra sentido. Este argumento es precisamente uno de los obstáculos que los personajes de El libro de la risa y el olvido enfrentan en la construcción de su identidad, puesto que el grupo al que pertenecen se encuentra fragmentado y casi olvidado.

La historia tiene lugar en Checoslovaquia, donde los personajes recuerdan la Primavera de Praga como un proyecto en que “el mundo y todas las personas están hechas de la misma materia y el fuego que flamea en el cielo es el mismo que arde en las almas humanas” (p. 17). Por ello, el fracaso del ideal por el que lucharon los condena a un insufriblemente lento proceso de exilio y vergüenza que motiva su olvido.

Esto afecta su identidad por el simple hecho de que su “autoimagen en función de los demás”, y por medio de la cual ésta se conforma, se encuentra –según el primer protagonista, Mirek– oprimida, marcada por un error que se traduce en traición a sí misma, y manipulada por el nuevo poder.

Así pues, en su forma más básica, el complejo de identidad se determina tanto por la percepción de los personajes como por su entorno en un dinamismo identitario por el cual su identidad se adecúa al papel que el nuevo gobierno les ha asignado a través de la manipulación de los hechos, y la parte de culpa que ellos deciden aceptar por medio del olvido. Y pese a que esta problemática, siendo una crisis social, afecta a cada uno de los personajes, en cada historia se muestra una variación significativa que se relaciona directamente con la personalidad de cada uno.

Ya hemos indagado en la dificultad que representa la construcción de la identidad; no obstante, no hemos considerado aún que este proceso surge como causa y consecuencia de una deconstrucción contextualizada o indicada para cada personaje. Esto quiere decir que podemos encontrar elementos de ésta tanto en el autor (o contexto en el que se creó el libro) como en cada uno de los personajes.

De este modo, encontraremos muy variadas reflexiones de Mirek, Karel, Hugo y otros tantos, sobre el poder político, tanto en sus monólogos interiores, como en su comportamiento o en sus relaciones sociales. Ellos pueden cuestionar directamente a su actual gobierno, exponer sus contradicciones y ambigüedades, e incluso atestiguar un desmantelamiento ideológico que se encuentra relacionado de manera estrecha con éste o con ellos mismos (como es el caso de Mirek).


Milan Kundera, novelista y ensayista checo


Por otro lado, Kundera se apoya en su obra para reconocer la alteridad, expone una profunda reflexión sobre el sentido de la vida más allá de las metanarrativas, e incluso emplea metáforas (como un viaje en barca que representa la muerte de un personaje) que rompen con la “naturalización” de los grandes mitos.

Resulta obvio que esta deconstrucción es crucial para entender cabalmente la impotencia y/o incapacidad de los personajes ante la construcción de su identidad. Y aun así, parece imposible comprender a uno sólo de ellos. No cabe duda que su complejidad se basa en todo lo ya mencionado, pero vale la pena preguntarse qué otros elementos la conforman.

Es precisamente este punto lo que nos lleva a percibir la minuciosa producción de la novela, pues Milan Kundera no pretende resolver la complejidad del ser humano; por el contrario, aporta una base (la crisis de identidad), una personalidad, y deja un espacio en blanco sobre cada personaje para acentuar la ambigüedad que los lectores o incluso los propios personajes tengan.

La personalidad del protagonista puede manifestarse en su percepción sobre los hechos, su comportamiento ante ellos o simplemente su carácter (o forma de ser). Uno de los mejores ejemplos en esta novela es “el estudiante” que se encuentra definido por la lítost.


La lítost es un estado de padecimiento producido por la visión de la propia miseria puesta repentinamente en evidencia […] La lítost funciona como un motor de dos tiempos. Tras el sentimiento de dolor sigue el deseo de venganza… (pp. 177-178).


Del mismo modo, su ambigüedad puede identificarse en la falta de datos concretos sobre él, una cronología de vida poco detallada o confusa, e incluso en la carencia de interés sobre él mismo. Estos elementos permiten la creación de personajes complejos como Tamina. Identificarlos hace posible que el lector entienda los monólogos internos o incluso se identifique con parte de la ideología que presentan, sin comprenderlo jamás del todo:


Ya nada sabía de ella […] Lo único que le quedó fue un terrible deseo de vivir y su cuerpo. Sólo esas dos cosas, nada más. Quería llevárselas de la isla para salvarlas. Su cuerpo y sus ganas de vivir… (p. 274).


¿Por qué podemos comprender una ideología y un sentimiento aparentemente surgidos de una fuente única y completamente subjetiva? Descartando el hecho de que Checoslovaquia y México hayan sufrido tragedias parecidas en cuanto a la pérdida de identidad nacional, ¿cómo es posible encontrar una similitud tan grande entre el estado anímico de la sociedad checa alrededor de 1960 y la sociedad mexicana actual?

Esto se debe a que el autor, si bien define de forma nítida a sus personajes, trata la complejidad del ser humano como un tema universal y se apoya en sus puntos esenciales, como la búsqueda de la identidad, la percepción de la muerte, y la soledad.

Esta obra, pues, puede comprenderse como una “novela en forma de variaciones” (así autorreferida) que se vale de un periodo histórico para desenmarañar la aún incomprensible complejidad del ser humano partiendo de su punto más importante: su identidad.


Reseña del libro:

Kundera, M. (2014). El libro de la risa y el olvido. México:
Tusquets Editores.

NOTAS

* Escritora, estudiante de ingeniería mecánica en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.