Poesía, narrativa Y TEATRO NAHUA Leandro Delgado Rey[*] ![]() Durante el periodo colonial, la mayor parte de la producción literaria fue destruida de manera sistemática por los conquistadores y los frailes católicos, estos últimos también conocidos como “extirpadores de idolatrías”. A pesar de esta pérdida incalculable, sobrevivió parte de aquella producción gracias a las transcripciones realizadas por estos mismos frailes. Una de las civilizaciones que preservó su historia y sus conexiones con el pasado cultivando formas originales de entender el arte y la poesía fue la nahua, de cuya poesía, narrativa y teatro aquí presentamos un breve panorama.
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c Poesía nahua
La literatura nahua tuvo géneros definidos, pero la división no obedece a los criterios establecidos por la crítica literaria actual. Por eso, es difícil encontrar un texto dedicado solamente a la expresión literaria pura. Generalmente se trata de una literatura creada con cierto propósito, con alguna intención práctica de fundamento religioso, moral o histórico. De todas maneras, se puede dividir la producción literaria nahua en dos grandes géneros, poesía y narrativa, y establecer subgéneros en cada uno. La poesía era una de las artes más valiosas. Los poetas tenían una alta posición social y la poesía era cultivada por los integrantes de la nobleza, incluso por los mismos gobernantes, entre ellos el célebre Nezahualcóyotl. Su enseñanza se realizaba en los cuicacalli, centros educativos dedicados a enseñar cantos y danzas donde vivían, estudiaban y ensayaban quienes iban a ser cantores o danzantes. Muchos de los textos eran escritos para ser recitados o entonados al aire libre. Vestidos con ropas multicolores, los poetas decían las composiciones acompañados de música de flautas de madera, conchas marinas y otros instrumentos. La palabra poesía no tiene una traducción precisa en náhuatl. Corresponde a la frase in xóchitl in cuícatl, que quiere decir ‘la flor y el canto’. Gráficamente, esta noción se representaba con una voluta adornada de flores que significaba la multiplicación, el florecimiento de todos los sentidos de la palabra en la poesía. In xóchitl in cuícatl, que quiere En la época prehispánica se cultivó una gran variedad de géneros poéticos, entre los que se distinguen cuatro principales. El primero está integrado por los xochicuícatl, cantos en los que se alude a las flores. Como fue dicho, las flores eran el símbolo de la expresión literaria, usadas como metáfora de las palabras poéticas y de las obras de origen divino. A veces las flores también representan batallas y cantos de guerra. Uno de los ejemplos más conocidos de este género es el “Diálogo de la flor y el canto” que integra los Cantares mexicanos. Este texto presenta en versos un diálogo entre poetas y sabios, reunidos con el propósito de esclarecer el sentido de la poesía. El diálogo y las exposiciones de cada uno los lleva a reflexionar sobre la poesía y también sobre el sentido de la existencia del hombre en la tierra. El investigador mexicano Miguel León-Portilla, estudioso de la cultura de los antiguos nahuas, recrea este encuentro, que tuvo lugar probablemente hacia 1490. En su recreación, el lector puede evocar el momento en que varios poetas se reúnen en la casa del señor Tecayehuatzin, príncipe de Huexotzinco: “Los invitados se acomodan en esteras bajo la sombra de frondosos ahuehuetes en algún huerto cercano al palacio de su huésped Tecayehuatzin. Como es costumbre, antes de dar principio al diálogo, los criados distribuyen el tabaco y las jícaras del espumoso chocolate”. Una vez reunidos, Tecayehuatzin inicia la conversación y plantea la cuestión del significado último de la flor y el canto. Sus preguntas reciben respuestas muy diferentes de cada invitado, que van enriqueciendo la conversación. Entre los invitados se encuentra Ayocuan, quien sostiene que la poesía es un don que proviene de los dioses. Sin embargo, el poeta no puede ocultar su pesimismo al aceptar que no es suficiente para lograr la inmortalidad. ![]() El segundo género poético nahua está integrado por los yaocuícatl o cantos de guerra, usados para glorificar las hazañas militares. Este género fue muy cultivado sobre todo durante el periodo de dominación azteca. Sus poemas están relacionados con la muerte, la gloria de los dioses y la de los aztecas. El siguiente fragmento del canto conocido como “Desde donde se posan” también forma parte de los Cantares mexicanos y fue traducido por el investigador Ángel María Garibay: ![]() El fragmento es un buen ejemplo para analizar cómo funcionan las metáforas en la literatura nahua. El lugar donde se posan las águilas posiblemente alude a la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlán. Según la leyenda, la ciudad se fundó en el lugar donde los aztecas vieron a un águila posada en un nopal, con una serpiente en el pico. Al mismo tiempo, dice el poema, es un lugar donde se yerguen los tigres. Águilas y tigres son animales míticos en la tradición azteca. En su honor se crearon las dos órdenes más destacadas de su ejército, los Caballeros Águila y los Caballeros Tigre. La invocación al sol es un rito de adoración que concluye la interpretación de la primera estrofa. El sol representa a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Todo el poema es un ejemplo del espíritu guerrero que caracterizó a los aztecas y que los convirtió en el pueblo dominante de la región. El tercer tipo de género poético está integrado por los teocuícatl, cantos de exaltación a los dioses o himnos sagrados. Algunos eran himnos de alabanza donde se describían las características de la divinidad; otros eran escritos y recitados para solicitar los favores divinos al dios de la guerra, de las lluvias o del maíz; y también había expresiones de agradecimiento por los favores recibidos. Este fragmento del himno conocido como “El dios de la dualidad” es parte de la Historia tolteca-chichimeca. En el mismo poema se puede saber el origen de este himno. Al parecer, dos jefes toltecas habían llegado hasta la cueva de un cerro para invitar a los chichimecas a reunirse con ellos. Los chichimecas, que estaban adentro, pidieron a los recién llegados que se identificaran con el canto. Los jefes toltecas entonaron el himno en honor de Ometéotl, dios de la dualidad: ![]() Ometéotl era el supremo dios dual de los antiguos toltecas del siglo IX, antecesores de los pueblos nahuas. Quetzalcóatl es su sacerdote. El principio masculino de Ometéotl engendró el mundo, que fue concebido por el principio femenino. En el breve pasaje se observan repeticiones y paralelismos que afirman la dualidad característica del pensamiento mítico mesoamericano. Estas repeticiones y paralelismos definen profundamente a la literatura nahua, como se verá más adelante. Finalmente, se encuentran los incnocuícatl, cantos tristes y filosóficos donde se manifiesta la angustia y la intimidad. Un dramático canto de angustia de este género es el conocido como “Visión de los vencidos”, conservado en los Anales de Tlatelolco. Este canto narra la caída de Tenochtitlán en manos de los españoles, caída que significó el trágico fin del mundo mexicano antiguo. ![]() En la poesía nahua se pueden distinguir diversos procedimientos estilísticos muy característicos. El primero de éstos es el paralelismo, un recurso que aparece con mucha frecuencia y que consiste en crear o armar la expresión de un pensamiento a través de dos frases consecutivas. Así, el paralelismo puede repetir con palabras distintas la misma idea, como al inicio del yaocuícatl analizado: “Desde donde se posan las águilas / desde donde se yerguen los tigres”. También hay abundancia de difrasismos, es decir, la convivencia de dos palabras que complementan y amplían un sentido. A veces estas palabras son sinónimas o tienden a definir una idea, como en el caso de “Visión de los vencidos”, que refiere a la caída de Tenochtitlán: “Rojas están las aguas / están como teñidas”. Otras veces, la convivencia de dos palabras puede evocar una tercera idea que resulta, la mayoría de las veces, en una metáfora. “Flor y canto” quizá sea el difrasismo más claro, ya que se trata de dos palabras que, unidas, logran crear la metáfora para referirse a la poesía y al arte en general. Otro ejemplo puede ser “falda y camisa”, que refiere a la mujer en su aspecto sexual. Otro recurso estilístico frecuente es el estribillo, la repetición de un pensamiento al final de cada una de las partes de un poema, orientado a dejar su marca en la audiencia. Aparece en formas muy variadas, establecidas básicamente por la longitud del estribillo, que en algunos casos puede llegar a ser muy extenso.
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c Poetas nahuas
Aunque la mayoría de los poemas y las composiciones nahuas son de origen anónimo, muchos otros textos son atribuidos a famosos poetas indígenas. Habitualmente, la poesía era una actividad propia de los sacerdotes, pero hubo excepciones, como Nezahualcóyotl (1402-1472), considerado el más grande poeta mexicano anterior a la Conquista y conocido como “el rey filósofo”. ![]() Representación de Nezahualcóyotl en el Códice Ixtlilxochitl Descendiente de las culturas chichimeca y tolteca, Nezahualcóyotl fue príncipe en su juventud y para su crianza contó con la asistencia de nobles y tutores. A los 16 años fue testigo del asesinato de su padre por los tecpanecas de Atzcapotzalco. Luego se exilió, y estudió con los tlamatini (los hombres sabios) mientras establecía alianzas con poderosos gobernantes de otras ciudades, entre ellos los mexicas, de quienes era descendiente. En 1430 tomó Atzcapotzalco con la ayuda de sus aliados y obtuvo el poder de Texcoco. Se instaló en el trono, donde permaneció hasta su muerte realizando tareas como gobernante, guerrero, filósofo y poeta. Durante su gobierno, Nezahualcóyotl promovió las actividades relacionadas con el arte, la arquitectura, la poesía y la filosofía. Construyó lugares de encuentro para artistas e intelectuales, acueductos para llevar agua al valle de Tenochtitlán, jardines zoológicos y botánicos. Pasaba gran parte del tiempo con los astrónomos, que tenían un rol muy importante en la cultura mesoamericana. Nezahualcóyotl marcó una época dorada en el valle de México. En sus poemas formuló las grandes preguntas que tuvieron los filósofos de todas las culturas. Buscó el significado último de la existencia más allá de las guerras y los placeres terrenales, un significado que podía encontrarse en la habilidad del hombre para crear belleza. Estas preguntas aparecen en un fragmento de su poema conocido como “Somos mortales”: ![]() La historia de “el rey filósofo” incluye haber planeado la muerte de su leal amigo Cuacuauhtzin para casarse con su esposa. Nezahualcóyotl lo envió a la guerra a una muerte segura y Cuacuauhtzin, enterado de la traición de su amigo, se mantuvo fiel a su superior, fue a la batalla y murió. Su viuda se convirtió entonces en la reina de Texcoco y en la madre de Nezahualpilli, sucesor de Nezahualcóyotl, también poeta. De Nezahualpilli (1460-1515) se cuenta que se enamoró de la hija de un comerciante a la que tomó como concubina. De gran inteligencia, esta mujer componía poesía y discutía temas filosóficos con los tlatoani y sus consejeros. Huexotzincatzin, el hijo de Nezahualpilli, era también poeta. La historia cuenta que Huexotzincatzin y la concubina de su padre pasaban cada vez más tiempo juntos, hasta que comenzaron los rumores de que los jóvenes mantenían una relación oculta. Nezahualpilli consideró esto una traición y ordenó el estrangulamiento de su propio hijo. Como poeta, a Nezahualpilli se le atribuye la autoría de la llamada “Canción de Nezahualpilli”, que puede ser descrita como un poema pacifista, un sentimiento poco frecuente entre los nahuas. Aunque era un guerrero, lamentaba las pérdidas en la guerra. Nezahualpilli tuvo las mismas convicciones que su padre: aparentemente creyó en una deidad no antropomórfica y tuvo preocupaciones hacia los más necesitados, como las viudas y los huérfanos. Durante toda su vida se dijo que Nezahualpilli era un ser extraordinario con poderes sobrenaturales, que podía transformarse en águila o jaguar y vivir después de la muerte en una lejana caverna. Cacamatzin (1483-1520) fue otro importante poeta, hijo ilegítimo de Nezahualpilli. Su madre fue la hermana de Moctezuma II. Pasó su vida rodeado del cultivo de las artes y las glorias del poder, aunque también de la traición y la muerte. Al morir su padre, se produjo una disputa por el trono, y su hermano Ixtlilxóchitl se opuso a su coronación. El gobernante Moctezuma II había designado a Cacamatzin como señor de Texcoco, pero esta decisión ignoraba la descendencia directa del gobernante muerto, quien tuvo tres hijos legítimos. ![]() Nezahualpilli, Códice Ixtlilxochitl En el cantar que se le atribuye, conocido como “Cantos de Cacamatzin”, se puede observar una preocupación por la existencia humana y el misterio de lo que acontece después de la muerte. Este canto es también una oportunidad para recordar a sus ancestros, los grandes poetas y gobernantes Nezahualcóyotl y Nezahualpilli. ![]() Con la llegada de los españoles, Cacamatzin intentó convencer a su tío Moctezuma II de atacar a Cortés y su ejército. Sin embargo, Moctezuma envió a Cacamatzin a recibir a los españoles para convencerlos de no entrar en Tenochtitlán. Tiempo después, Moctezuma fue hecho prisionero por Cortés. Cacamatzin intentó liberarlo pero fue traicionado por su hermano, Ixtlilxóchitl, quien lo entregó a Cortés. Se dice que fue sometido a tormento para que hiciera entrega del oro y otros tesoros y murió en 1520 colgado y apuñalado por los españoles.
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c Narrativa nahua
Además de la poesía, la prosa narrativa tuvo una función muy importante en la literatura nahua. Escrita en piedra o pintada en códices, gran parte de esta producción registró acontecimientos con exactitud cronológica, como es el caso de los anales, y estableció enseñanzas morales, como sucede con los llamados “Discursos de los ancianos”. Estos dos subgéneros integran la mayor parte de la producción narrativa. En los anales o xiuhamatl se indicaban acontecimientos relevantes a continuación de una entrada que marcaba la fecha. Los anales anteriores a la Conquista tuvieron muchos elementos en común con los que se escribieron luego de la llegada de los españoles. En ambos casos fueron un poderoso instrumento administrativo y una invalorable fuente para la investigación histórica. A través de ellos es posible saber las fechas y las características del establecimiento de ciertos pueblos en determinadas regiones, el nacimiento o la muerte de los gobernantes, la duración de las guerras o el tiempo de las peregrinaciones. De particular cuidado fue la descripción de la descendencia y la genealogía de los gobernantes. En los anales se registró todo tipo de acontecimiento extraordinario sobre el cual la población se conmovía y recordaba. En general se registraban apariciones de cometas y eclipses, terremotos, tormentas de nieve, inundaciones, plagas de langosta, temporadas de sequía, hambrunas y epidemias. También se registraron espectáculos y escándalos públicos, desfiles, construcción de nuevos edificios, celebraciones y producciones teatrales, ahorcamientos públicos, alteraciones de la paz y asesinatos. Luego de la Conquista abundaron también los registros de imágenes de santos o el arribo de bulas papales. Se puede decir que todo lo que se registraba en los anales es comparable a la información de los periódicos actuales. Casi todos los anales fueron escritos por un integrante del altépetl local. Por eso los cambios en las posiciones administrativas son los registros más abundantes, sobre todo en los anales posteriores a la Conquista, donde a veces se emplea el náhuatl para registrar asuntos específicos dentro de los textos escritos en castellano. Cuando el mismo texto tiene una sección escrita durante el tiempo anterior a la Conquista, es posible encontrar los cambios de los tlatoani con énfasis similar a los registros administrativos escritos durante la Colonia. En una sección del llamado “Manuscrito de Cuauhtitlán”, se puede observar la entrada de las fechas a partir de las cuales se describen sobriamente los acontecimientos, aunque también se puede observar cierta inclinación al registro de detalles: Año 10. Casa. En él murió Huactli, rey de Cuauhtitlán. Reinó 72 años. Este fue el rey que no sabía cómo sembrar el maíz comestible. Y sus vasallos no sabían cómo hacer las mantas. No tenían otro ropaje que pieles. Aún era su alimento ese de pájaros, culebras y conejos; tampoco habitaban casas, andaban sin rumbo, vagando. Año 10. Pedernal. Los chichimecas ataron a la reina “enaguas de cuero”. Y la asaetearon por allá donde se nombra Calacohuayan. La razón de haberse airado los chichimecas fue que los de Colhuacan habían hecho de ella una ramera. Una diferencia entre los primeros registros y los posteriores es la progresiva abundancia de descripciones. En ellas se explican, en mayor detalle, determinados puntos de vista e interpretaciones del escritor, el carácter de algunos personajes o las causas de algunos acontecimientos. En realidad, muchos de estos comentarios no estaban presentes en los textos más tempranos. Esa información no se registraba por escrito, sino que era memorizada en los centros educativos y después expresada en la lectura entrenada de los códices. Luego de la Conquista, todos estos comentarios fueron trasladados directamente a la escritura y gracias a ellos es posible conocer varios aspectos de la vida diaria, el motivo de las guerras o la importancia específica de ciertos viajes comerciales. Muchos de los anales también incluyen acontecimientos que refieren al nacimiento, vida y acciones de figuras legendarias y religiosas como Quetzalcóatl. Aunque incluye las entradas cronológicas, este tipo de narración se puede considerar una forma intermedia entre la narrativa épica y la histórica. Otro subgénero narrativo son los huehuehtlahtolli, más conocidos como “discursos de los ancianos”. Fueron discursos para ser dichos en ocasiones importantes durante el ciclo de la vida del individuo o de la comunidad. Eran pláticas orientadas a determinar normas y conductas sociales, por ejemplo de la madre a la hija, de la mujer al marido o del padre al hijo después de casado. De fuerte contenido ético, los “discursos de los ancianos” fueron reconocidos por los españoles como un testimonio de la sabiduría y de las convicciones morales de los mesoamericanos. Una de las recopilaciones más importantes fue realizada por el padre Olmos a principios de la Colonia, quien había recogido sus versiones entre los ancianos de las clases populares. El siguiente es un fragmento de una plática donde un padre aconseja a un hijo sobre cómo debe escuchar una amonestación: Y cuando alguno te estuviere amonestando: no te estarás divirtiendo con alguna otra cosa, no tendrás algo en la mano con que te estés dando gusto, no estarás dando golpecitos con los pies, como quien se distrae, no estarás mordisqueando la manta con que te cubres, no escupirás, no volverás el rostro para uno y otro lado, no te pararás de repente. Todas estas cosas te tengo recomendado que no hagas: hazlas así y te darás a conocer como un gran bellaco. A continuación del padre Olmos, Bernardino de Sahagún y sus asistentes recopilaron discursos en un contexto mucho más amplio. Los huehuehtlahtolli forman la parte principal del libro VI de su Historia general de las cosas de Nueva España. Posiblemente hayan sido recopilados de las memorias de ancianos pertenecientes a clases más altas que las presentes en las recopilaciones de Olmos. ![]() Los huehuehtlahtolli forman la parte principal del libro VI de la Historia general… de Bernardino de Sahagún. Posiblemente hayan sido recopilados de las memorias de ancianos. En la Historia general de las cosas…, los discursos están divididos en cuatro grupos de acuerdo con el tema: invocaciones y charlas con los dioses, piezas de la oratoria real y política, consejos de los reyes a sus hijos, y ceremonias en la elección de la esposa, durante el embarazo o al momento de nacer un niño. En el fragmento siguiente, un rey se dirige a su pueblo para advertirlo acerca de los peligros del alcohol: […] el borracho nunca tiene asosiego ni paz, ni jamás está alegre ni come ni bebe con asosiego ni en paz ni en quietud. Muchas vezes lloran estos tales; siempre están tristes; son vozingleros y alborotadores de las casas agenas. Después que han bebido cuanto tienen, hurtan de las casas de sus vezinos las ollas y los jarros y platos y escudillas. Ninguna cosa dura en su casa ni medra. No tiene asosiego ni reposo en su casa el borracho, sino todo es pobreza y malaventura. No hay plato ni escudilla ni jarro en su casa; no tiene qué se vestir, ni qué cubrir, ni qué calçar, ni tiene en qué durmir. Sus hijos y todos los de su casa andan suzios y rotos y andraxosos; cubren sus hijas con algún andraxo roto sus vergüenças, porque el borracho de ninguna cosa tiene cuidado, ni de la comida, ni de los vestidos de los de su casa. Por último, Sahagún cuenta sobre la afición de los mesoamericanos por inventar adivinanzas y elaborar proverbios que, aunque tienen contenido didáctico, constituyen un género literario en sí mismo. En el mismo capítulo de su Historia general… menciona algunas adivinanzas, como las que siguen: ¿Qué cosa y cosa: diez piedras que las tiene alguno a cuestas?: Éstas son las uñas de los pies. ¿Qué cosa y cosa: piedra y blanca y de ellas nacen plumas verdes?: Es la cebolla. ¿Qué cosa y cosa: una piedra almagrada que va saltando?: Es una pulga. ¿Qué cosa y cosa que va por un valle y va dando palmadas con las manos como la muger que haze pan?: Es la mariposa, que va volando. El investigador Ángel María Garibay estableció características de la narrativa nahua que están presentes tanto en los anales como en los “discursos de ancianos”. En primer lugar, Garibay ve la oración nahua como una sucesión o concatenación de cuadros aislados, como si el lector o la audiencia estuvieran viendo un cuadro a continuación de otro, de a poco elaborando y aclarando los conceptos expresados. Esta forma gradual de presentar la información se puede observar en el siguiente huehuehtlahtolli, extraído del trabajo recopilado por Olmos, donde un anciano aconseja normas de discreción al joven que está fuera de su casa: Ten cuidado de no permanecer en el mercado, y en el agua, y en el camino no te pares, no te sientes. Allí está allí anda el demonio que se bebe, que se come a la gente, a la mujer ajena, al hombre ajeno, a los bienes ajenos, a la propiedad de otros. Garibay señala también el uso del paralelismo (como ya fue visto en los poemas) que se puede ver en la sucesión “que se bebe, que se come a la gente”. También advierte la sucesión de frases breves e interrumpidas que van encadenándose la una a la otra como eslabones donde cada uno tiene una particular intensidad. Esta sucesión incesante está orientada a la memorización. El ritmo repetitivo permite ir variando los conceptos gradualmente a fin de hacerlos más comprensibles y al mismo tiempo mantener la atención de la audiencia sobre la idea central que se quiere transmitir. Es muy importante señalar que la enseñanza de la moral y de la urbanidad en la época prehispánica se transmitía junto con la enseñanza del vocabulario y de las construcciones gramaticales haciendo de la transmisión cultural en general un proceso extremadamente rico y complejo.
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c Teatro nahua
Las formas de representación teatral en el mundo nahua estuvieron directamente vinculadas a las celebraciones religiosas. En algunas pinturas murales en Teotihuacán se ven procesiones religiosas con sacerdotes que van entonando himnos sagrados. En aquellas procesiones, los sacerdotes representaban a los dioses y recitaban poemas religiosos. De Michoacán se conservan figuras en barro de personajes y bailarines. Las danzas y los himnos se realizaban luego de las victorias militares o al iniciar una peregrinación. Con el tiempo, es probable que estas representaciones se hubieran convertido en acciones dramáticas con un procedimiento más o menos establecido. A la llegada de los españoles, las grandes ceremonias eran, junto con los sacrificios, los acontecimientos más importantes de las fiestas religiosas y se fijaban de acuerdo con un calendario agrícola sagrado. Quienes participaban de estas representaciones eran los sacerdotes, los estudiantes de los centros educativos y también el pueblo en general. Los participantes se disfrazaban, dialogaban con los dioses, cantaban himnos y realizaban determinadas acciones. Junto a estas formas de actuación, había también actores que representaban la figura de algún dios por una sola vez en la vida. En esa interpretación finalmente ascendían al altar de piedra para ser sacrificados y unirse, en el más allá, a la divinidad representada. La mayoría de estas víctimas habían aprendido durante años su papel. En su Historia general…, Sahagún cuenta la representación del dios Tezcatlipoca que anualmente realizaba un mancebo prisionero. Durante todo el año, el joven recibía todos los placeres y honores de su pueblo antes de ser sacrificado. Cinco días antes de que muriese hacíanle fiestas y banquetes, en lugares frescos y amenos; acompañábanle muchos principales. Llegado el día donde había de morir llevábanle a un cu u oratorio que llamaban Tlacochalco, y antes que llegase allí, en un lugar que llamaban Tlapitzoayan, apartábanse las mujeres y dejábanle: llegando al lugar donde le habían de matar, él mismo se subía por las gradas y en cada una de ellas hacía pedazos una flauta, de las con que andaba tañendo todo el año; llegado arriba echábanle sobre el tajón, sacábanle el corazón y tornaban a descender el cuerpo bajo, en palmas; abajo le cortaban la cabeza y la espetaban en un palo que se llamaba tzompantli. En estas ceremonias también se realizaban luchas simbólicas con guerreros cautivos atados de un tobillo que sólo disponían de un escudo blando y un palo simple y sin punta. Tras la lucha simbólica, el cautivo moría. En algunos poemas y cantares existen indicaciones de carácter mímico o teatral junto a las notaciones rítmicas. Otras indicaciones en los poemas señalan también un cambio constante de personas y situaciones, de modo que el texto es a veces la manifestación de uno u otro personaje y otras veces de un grupo. ![]() En su Historia general…, Sahagún cuenta la representación del dios Tezcatlipoca que anualmente realizaba un mancebo prisionero. El investigador Garibay ve en estas indicaciones la forma del melodrama, es decir, la repetición, acentuación o prolongación de una determinada escena estableciendo una serie de cuadros dramáticos más que una trama o argumento. Es probable que algunos de estos poemas melodramáticos hayan tenido más carácter de farsa que de celebración y es probable que se representaran en ámbitos privados reservados a las clases altas. Todo parece indicar una cierta estructura dramática tal como la podemos concebir actualmente, es decir, la existencia de una representación específica frente a los espectadores. Sin embargo, no hay indicación en los antiguos textos sobre la disposición de la escena, el uso del vestuario o las características de los personajes. ♦
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c Referencias
GARIBAY, Á. M. (1987). Historia de la literatura náhuatl. México: Editorial Porrúa. LEÓN-PORTILLA, M. (1964). Las literaturas precolombinas de México. México: Editorial Pormaca. SAHAGÚN, B. (1990). Historia general de las cosas de Nueva España. Madrid: Historia 16. Notas * Escritor uruguayo.
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c Créditos fotográficos
- Imagen inicial: www.famsi.org - Foto 1: www.famsi.org - Foto 2 a 5: www.wdl.org CORREO del MAESTRO • núm. 296 • Enero 2021 |