¿Obediencia ciega
o por pensamiento crítico?

Gabriela Oseguera Altamirano[*]



Con frecuencia, los docentes enfrentan situaciones en las que necesitan que sus alumnos hagan algo a lo que éstos se niegan, y para lograrlo recurren a sanciones o a medidas autoritarias. Por ello, en este texto se plantean algunas pistas sobre cómo enseñar a los alumnos a obedecer inteligentemente, partiendo de la convicción y la responsabilidad, para lo cual es preciso fomentar que creen sus propios juicios y que no se vuelvan niños sumisos y fáciles de manipular.




c ¿Obediencia ciega o por pensamiento crítico?

En la educación preescolar y primaria, uno de los principales retos de la docencia es lograr que los alumnos regulen sus conductas sociomorales y que no actúen por impulso, sino por convicción. En estos niveles educativos, es común esperar que los alumnos sean obedientes y hagan caso de las indicaciones, pero conviene reflexionar sobre qué es en verdad la obediencia y qué implica que los alumnos no protesten cuando se les ordene algo.

Como afirma la psicóloga y maestra Valeria Sabater (2022), al educar y establecer normas y límites, lo primordial es no hacerlo buscando una obediencia ciega que parta de la angustia, sino una obediencia inteligente que parta de la responsabilidad. Una pregunta esencial es: ¿queremos alumnos obedientes o responsables y críticos? En palabras de la psicóloga y pedagoga Celia Rodríguez (2020):

Si sólo enseñamos al niño a ser obediente, pero no fomentamos
el desarrollo de la responsabilidad, cuando tenga que
enfrentarse a situaciones en las que no tenga quién
le diga cómo actuar no sabrá qué es lo que se
espera que haga y puede llevarle a malas
decisiones en el futuro.


Entender el porqué de la desobediencia infantil es también un paso esencial para abordarla de la mejor manera. Luego de contextualizar el tema, se presentan algunos consejos para evitar buscar una obediencia basada sólo en el respeto a la autoridad y lograr, en cambio, que los alumnos formen y se guíen por un pensamiento crítico.

c ¿Por qué los niños desobedecen?

La desobediencia puede presentarse por diversas razones, como es el tránsito natural de las etapas de desarrollo, que implican la negación y el desafío a las figuras de autoridad, mediante los cuales, niños y niñas comienzan a ser más independientes y a forjar su carácter (Vélez, 2020). Desde temprana edad, ellos buscan su individualidad y se encuentran en situaciones en las que sienten necesario diferenciarse de quienes les rodean. Otra razón por la cual se presenta la desobediencia es porque los niños piensan que son los principales afectados ante alguna injusticia y sienten que pierden parte de su libertad individual al seguir una orden, también es una manera en la que se revelan ante la figura de autoridad buscando serle desleales y no cediéndole su apoyo en lo que les pide (Martínez, 2021). Una tercera razón es que los estudiantes buscan jugar con los límites, probar hasta dónde pueden llegar y conocer las consecuencias de sus conductas; en ocasiones, estas conductas llegan a ser necesarias para el desarrollo del infante (Calandín, 2018).

c Enseñar a obedecer por convicción

Es clara la necesidad de que los alumnos obedezcan, pero no debe buscarse que lo hagan sin antes analizar la situación y el porqué de lo que se les pide. Por eso resulta esencial explicarles las razones de lo que se les indique, de modo que actúen por convicción y no por miedo al regaño o para complacer al docente sin tomar en cuenta sus propias necesidades, criterios y voluntad (Sabater, 2022). Tenemos, entonces, dos tipos de alumnos: por un lado los que obedecen desde la sumisión, porque la figura de autoridad les ha enseñado a tenerle miedo, se trata de quienes temen sentir rechazo o humillación y que actúan por complacer al otro viendo la orden como una obligación a cumplir; y, por el otro lado, quienes obedecen desde la responsabilidad, confianza y criterio propio, por el convencimiento de que hacer lo que se les pide es para un buen fin, porque se le ha explicado con calma y paciencia y saben que pueden confiar en quien está dando la orden o estableciendo los límites, de modo que no sienten la necesidad de retar a esta figura de autoridad (Pajuelo, 2018).



Aunque la obediencia ciega aparentemente tiene muchos beneficios, fomentarla puede traer consigo consecuencias indeseables para niñas y niños, entre otras, las que se listan a continuación:


  1. Que lleguen al punto en el que ya no se consideren
    valiosos y dejen de defender sus ideas y voluntad,
    para complacer a la figura de autoridad (Sabater, 2022).


  1. Que pierdan confianza en sí mismos, porque se les quita la
    oportunidad de tomar decisiones, de hacerse responsables
    de sus actos y de autoafirmarse al actuar de forma autó
    noma (Martínez, 2021).


  1. Que busquen continuamente el reconocimiento de
    los demás sin hacerse valer por el simple hecho de
    ser, lo cual les hace propensos a sufrir abusos
    (Pajuelo, 2018).


  1. Que se vuelvan dependientes de una autoridad, lo que en
    el futuro afectará su capacidad de analizar situaciones y
    podrá desembocar en que obedezcan sin preguntarse si
    lo que se les ordena es correcto (Martínez, 2021).


  1. Que caigan en un estado de conformidad en el cual no se
    sientan cómodos o a gusto con su entorno, pero que no
    hagan nada para cambiarlo porque deben obedecer y no se
    cuestionan la situación (Martínez, 2021).


c Consejos

Una vez que se ha tomado conciencia de la complejidad del tema, los siguientes son algunos consejos que pueden seguirse en el trato con el alumnado:


  1. Evitar la disciplina autoritaria, así como la falta de disciplina
    siendo demasiado permisivos, ya que esto obstaculiza el
    desarrollo de la responsabilidad (Rodríguez, 2020).


  1. Establecer y aclarar desde un principio las normas
    básicas, procurando que sean consistentes y que
    siempre se cumplan (Vélez, 2020).


  1. Otorgar a los alumnos oportunidades para opinar y
    negociar, a fin de arribar a algún acuerdo que beneficie
    a ambas partes (Rodríguez, 2020).


  1. Brindar momentos de autonomía en los que puedan com-
    probar sus capacidades y que vivan las consecuencias
    (positivas o negativas) de sus acciones (Rodríguez, 2020).


  1. Reaccionar a las conductas indeseadas con calma y sin
    gritos ni castigos inmediatos, optando por ayudarles a
    resolver la situación de raíz, estimulando la empatía y su
    desarrollo prosocial (Vite-Sierra et al., 2016).


  1. Fomentar en los alumnos la reflexión sobre las posibles consecuen-
    cias de actuar de manera inadecuada y ayudarlos a visualizar la
    situación con ejemplos apropiados para su edad.


  1. Brindar alternativas para que los pequeños no se sientan limitados
    por completo (Calandin, 2018), por ejemplo, presentándoles
    opciones: “no puedes cantar dentro del salón de clases, pero
    puedes hacerlo en clase de música o a la hora del recreo”.


  1. Retroalimentar a los estudiantes cuando hacen algo positivo,
    agradecerlo y mostrar satisfacción (Vélez, 2018).


c Conclusión

Es importante buscar conocer las razones de la desobediencia de los alumnos, ya que esto ayuda a abordar la situación de la mejor manera y a no intentar corregirlos mediante gritos o medidas autoritarias.

La obediencia ciega puede causar varios problemas en el desarrollo de los pequeños, ya que se les quita la oportunidad de que confíen en sí mismos y de que generen un sentido de empatía y respeto. He aquí la relevancia de explicar siempre el fundamento de lo que se les pide: así, ellos puedan ser críticos, analizar la situación y actuar por convicción y responsabilidad sociomoral, siendo conscientes de que sus acciones los beneficiarán a ellos y a quienes los rodean.

c Referencias

CALANDÍN, Amparo (2018). 10 Pautas para corregir niños desobedientes. https://www.amparocalandinpsicologos.es/10-pautas-para-corregir-ninos/ Ir al sitio

MARTÍNEZ, Isabel (2021). Obediencia ciega a la autoridad y conducta violenta. Trabajo de grado en Criminología y Seguridad. Universidad Jaume I. https://repositori.uji.es/xmlui/handle/10234/194010 Ir al sitio

PAJUELO, Carlos (2018). El peligro de confundir niños obedientes con sumisos. El Norte de Castilla. https://www.elnortedecastilla.es/padres-hijos/educacion/peligro-confundir-ninos-2018100-1124615-ntrc.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F Ir al sitio

RODRÍGUEZ, Celia (2020). Niños obedientes o niños responsables. https://educayaprende.com/ninos-obedientes-o-responsables/ Ir al sitio

SABATER, Valeria (2022). El niño callado y obediente no siempre es un niño feliz. https://lamenteesmaravillosa.com/el-nino-callado-y-obediente-no-siempre-es-un-nino-feliz/ Ir al sitio

VÉLEZ, María (2020). Niños desobedientes: 5 claves para actuar. https://lamenteesmaravillosa.com/ninos-desobedientes-5-claves-para-actuar/ Ir al sitio

VITE-SIERRA, Ariel; David Miranda-García, Agustín Negrete-Cortés, Javier Nahúm Alfaro-Belmont (2016). Las instrucciones como mediadoras entre la sensibilidad materna y la obediencia infantil. Revista de Psicología, 25(1), 1-14. http://dx.doi.org/10.5354/0719-0581.2016.41694 Ir al sitio

Notas

* Licenciada en Psicología con maestría en Terapia Familiar y especialidad en Psicología Clínica.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1 a 15: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 321 • Febrero 2023