Ben Vautier, arte sin límites Edgar Alejandro Hernández Barrera[*] ![]() El presente texto revisa la exposición Ben Vautier. La muerte no existe, montada en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de Ciudad de México y que constituye la primera retrospectiva en Latinoamérica de uno de los fundadores del movimiento Fluxus.
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c Ben Vautier, arte sin límites
Ben Vautier. La muerte no existe ofrece con solvencia un recorrido por diversas vanguardias que marcaron el siglo XX, aunque en sentido estricto lo que presenta el Museo Universitario Arte Contemporáneo es la retrospectiva de un sólo artista. Y es que Ben (monónimo que lo identifica), además de haber sido uno de los fundadores del colectivo Fluxus, también participó del llamado Nuevo Realismo de la Escuela de Niza, y su trabajo se ha vinculado con el letrismo y la figuración libre. En esencia, su basta y polifacética obra constituye hoy una de las mayores influencias del arte contemporáneo. Como lo explica Ferran Barenblit (2022), curador de la muestra: Ben es un testigo de excepción del paso de la modernidad a la contemporaneidad. Vio el fin de los grandes relatos, el fin de todo aquello que estaba escrito, que parecía que no podía alterarse, y fue testigo de la llegada de la duda y la aceptación de la duda. Uno de los temas centrales en el trabajo de Ben es el ego, él mismo como artista. Es un concepto que a lo largo de esas décadas se vuelve muy popular, a partir del pensamiento de Freud, del psicoanálisis, y que él plantea a la persona artista como centro de múltiples contradicciones. Primero, la de la autoría, qué es realmente ser el autor de una obra cuando las ideas pertenecen a todos y gran parte de sus piezas en verdad las puede realizar cualquiera, porque son de una inmediatez clarísima. La exposición abre con un mural donde el artista, quien no pudo viajar a la inauguración de su exposición por restricciones médicas, explica su presencia en México: ![]() Esta declaración, que se extiende en el muro en la reconocible escritura escolar cursiva que ha definido su trabajo desde la década de 1960, alerta al visitante sobre lo que encontrará: una muestra que contiene una gran acumulación de obras y documentación que se presenta con un ritmo frenético y desordenado, haciendo eco de ese impulso que llevó al artista a prácticamente desaparecer su obra, pero también lo empujó a crear piezas que ocupan el espacio y provocan un encuentro lúdico con el espectador. Ben nació en Nápoles, Italia, en 1935, pero las presiones de la Segunda Guerra Mundial llevaron a su familia por varias ciudades hasta establecerse en Niza, Francia. Esta circunstancia explica en principio que sus obras tempranas tengan como base el idioma francés, aunque luego, la presencia de diversos idiomas en el resto de su producción sea reflejo de la circulación del artista y de su obra. Dentro de las múltiples pinturas con frases destaca To Change Art Destroy Ego (1991), uno de los temas más recurrentes e interesantes dentro de la producción de Ben, ya que es justo el ego lo que hizo que realizara acciones en la calle, donde sólo se sentaba en una plaza concurrida con un letrero que decía “Mírame, con eso basta” (1960). O que, en el otro extremo, realizara sus ejercicios de ego y se ofreciera a limpiarle los zapatos a otros artistas de Niza. ![]() To Change Art Destroy Ego [Para cambiar el arte destruye el ego], 1991, acrílico sobre lienzo En la actualidad, la apropiación dentro del campo artístico es un recurso que se ha casi estandarizado; sin embargo, uno de los precursores de esta práctica fue Ben, quien retomó, entre otros, la obra de Marcel Duchamp, extendiendo a prácticamente cualquier objeto la operación del ready-made. Ben retoma la idea de que cualquier cosa puede ser arte pero en una postura excesiva, ya que si bien Duchamp había estipulado criterios y límites para esta operación, lo que termina haciendo es volver cualquier cosa o superficie una obra de arte. Es conocida su acción en la que coloca una pequeña puerta que ofrece al paseante convertirse en una obra de arte si cruza a través de ella, o el gesto de firmar con su nombre todo lo que tenía a su alrededor. Esta conexión entre arte y vida lo llevó a firmar a su propia hija de tres meses, para volverla una escultura viviente; o a apropiarse de la ciudad de Niza, que enmarcó en 1973 como si fuera un cuadro y en el canto escribió “Ben firma a Niza”. ![]() Es justo el ego lo que hizo que Ben realizara acciones en la calle donde sólo se sentaba en 1960 en una plaza concurrida con un letrero que decía “Mírame, con eso basta” ![]() Ben signe Nice [Ben firma a Niza], 1963 ![]() Je signe la vie [Yo firmo la vida], 1963 Dentro de la obra de Ben Vautier se inscriben procesos que pueden parecer esotéricos, pero en el fondo lo que contienen es un gran interés por el azar y sobre todo por el juego. En la exposición encontramos mesas de juego que pueden ser manipuladas por el visitante, pero también esculturas desconcertantes como la cabeza de un caimán que se está comiendo el arte. ![]() En la exposición encontramos mesas de juego que pueden ser manipuladas por el visitante, pero también esculturas desconcertantes ![]() Bienvenue dans la société de consommation [Bienvenidos a la sociedad de consumo], 1989 ![]() Kunst isst kunst / L’art mange l’art [El arte es arte / El arte come arte] ![]() El arte de Ben pareciera no tener límites, y la expresión no es un lugar común, ya que el creador presenta obras en las que se apropia de Dios o del tiempo para integrarlas en sus acciones u obras. Si bien el artista no se encuentra dentro de los creadores que hacen gran alarde de sus habilidades técnicas y manuales, la muestra también presenta una extensa sección con decenas de retratos y autorretratos pintados por Ben, como si quisiera recalcar que su trabajo atiende lo mismo la desmaterialización del arte que la producción de obra bajo los medios más tradicionales. ![]() Dieu [Dios], 1974 ![]() Je n’ai rien à dire le temps passe [No tengo nada que decir el tiempo pasa], 1985 ![]() La muestra también presenta una extensa sección con decenas de retratos y autorretratos pintados por Ben ![]() Le cyclope [El cíclope], 2005 No es un dato de importancia secundaria que la muestra representa la primera retrospectiva de Ben en América Latina, razón por la cual tampoco resulta excesivo reunir este amplio y a veces caótico conjunto de pinturas, esculturas, grabados, dibujos, documentación de acciones y textos, con el que se revisan seis décadas de producción ininterrumpida. Históricamente la obra de Ben, y de la llamada Escuela de Niza, adquiere relevancia porque se constituye como una respuesta de vanguardia a la disputa histórica entre el expresionismo abstracto estadounidense y el llamado realismo social. Esto no sólo vinculó a Vautier con Fluxus sino con toda la corriente que perfilaría el desarrollo de un arte conceptual. ♦
La exposición Ben Vautier. La muerte no existe se exhibe
en el Museo Universitario Arte Contemporáneo, en Ciudad de México, hasta el 2 de abril de 2023.
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c Referencias
BARENBLIT, Ferran (2022). s. t. [Entrevista realizada por el MUAC, video, 5:45]. https://muac.unam.mx/exposicion/ben-vautier Ir al sitio Notas * Crítico de arte. Maestro en Historia del Arte, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
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c Créditos fotográficos
- Imagen inicial: Gabriela Rodríguez - Foto 1 y 2: Gabriela Rodríguez - Foto 3: www.artinterview.com - Foto 4: frstore.2022discountsale.ru - Foto 5: www.artinterview.com - Foto 6-13: Gabriela Rodríguez CORREO del MAESTRO • núm. 321 • Febrero 2023 |