La música en el aula: UNA REALIDAD POSIBLE Oswaldo Martín del Campo[*] ¿Cómo debe darse la clase de música en la educación básica? Para muchos docentes, se trata de una pregunta sin respuesta, razón por la cual algunos optan por no impartir lecciones musicales a sus alumnos, pese a que esta disciplina es parte de la asignatura de Educación Artística que establece el programa de estudios. Parece existir una regla no escrita en instituciones educativas públicas y privadas: si se cuenta con un maestro especialista (un músico), la clase se impartirá; de lo contrario, generaciones completas de alumnos no recibirán educación en una disciplina que en todo el mundo se considera parte fundamental de la formación de una persona. La música en el aula: una realidad posible
¿Existe la posibilidad de impartir una clase de música si no se es especialista? Creemos que sí. Claro, siempre y cuando se busque información básica y la clase se diseñe con un objetivo claro. A este respecto, pensemos que el objetivo de una educación artística básica no es formar músicos profesionales, por lo tanto, aprender a leer música en la primaria o la secundaria no es la única meta posible. Un docente que no es médico no enseñará a realizar disecciones, pero tras una investigación sencilla tiene la posibilidad de abordar el tema de hábitos de higiene y alimentación para evitar enfermedades. Sus alumnos no terminarán la educación siendo médicos, pero tendrán conocimientos elementales para cuidar su salud. ¿Qué pasaría si los priváramos de esos aprendizajes? Más que ser músico, el requisito para no privar a los alumnos de aprender música, o aprender de ella, sería gustar de la música. La mayoría de las personas tienen un gusto musical. Todos tenemos una canción favorita, y eso es un inicio, un hecho que demuestra que eventos musicales están presentes en nuestras vidas. La simple acción de charlar en el aula acerca de música sería ya abrir una puerta para que las bondades de ésta rindieran frutos positivos en la vida de los muchachos. Es posible que la mayoría de los docentes de nivel básico no puedan enseñar a sus alumnos a tocar los nocturnos de Chopin en el piano, pero pueden hacer que los conozcan. Los jóvenes crecerán conociendo o ignorando la música de Chopin o de Agustín Lara, pero si la conocen y la integran a sus gustos serán, en primer lugar, personas más cultas y, probablemente, personas con mejores herramientas para manejar sus emociones y para entender otras formas de ver el mundo. ¿Qué es la música? Conozcamos lo básico, los fundamentos teóricos que nos ayudarán a aplicar exitosamente las actividades que se describirán más adelante y que, incluso, nos permitirán diseñar otras según nuestro contexto. ¿Qué es la música? ¿Puede existir una pregunta más elemental para comenzar? Oímos música todos los días, queramos o no, pero ¿podemos dar una definición completa que nos permita iniciar nuestra aventura de integrar la enseñanza musical en el salón de clase? Sí. Música es una combinación ordenada de sonidos y silencios en el tiempo. Vale la pena detenerse en tres palabras importantes en esta definición: orden, sonido y tiempo. La música, al contrario del ruido, es orden. En el ruido, los sonidos se suceden aleatoriamente sin reparar en su volumen, altura, duración o timbre. En cambio, la música combina los sonidos tomando en cuenta todas sus características o cualidades (de las cuales hablaremos en breve). Imaginemos, por un momento, el orden que existe en una gran sinfonía de Mahler, en la que más de cuatro decenas de instrumentos ejecutan distintos sonidos en un mismo espacio de tiempo. Personalmente, dudo de los sistemas que aseguran convertir en genio a un bebé o a un niño por escuchar a Mozart, pero me parece que el orden y la claridad mental de cualquier persona puede beneficiarse si se somete a la escucha de música muy elaborada. Un estímulo auditivo ordenado provocará un pensamiento ordenado. Escuchar música muy elaborada puede beneficiar el orden y la claridad mental de las personas Pasemos ahora al sonido y el tiempo. El sonido es la materia prima de la música, y ésta, a la par de la acústica, estudia o se interesa por las características del sonido. ¿Cómo es el sonido? ¿Qué hace a un sonido musical? El sonido se genera por la vibración de un cuerpo sonoro que agita el aire (o algunos otros materiales o sustancias) por medio de ondas que pueden captar nuestros oídos. Todos los sonidos tienen cuatro cualidades: volumen, altura, duración y timbre. Gracias al volumen, podemos distinguir si un sonido es suave, medio, fuerte o muy fuerte. La altura se refiere al carácter agudo o grave de los sonidos. La duración se relaciona con la prolongación del sonido en el tiempo (aquí entra el tiempo en la jugada). Finalmente, el timbre nos permite distinguir la procedencia de un sonido y responde a la pregunta: ¿Qué o quién emite el sonido? No escuchamos igual un violín que una trompeta, aunque ambos toquen una nota de la misma altura. Por el timbre, distinguimos la voz de los que nos rodean. Considero que nuestra base teórica estará completa si conocemos los elementos de la música: melodía, armonía y ritmo. La primera, la melodía, se refiere a la sucesión de sonidos de distinta altura, uno tras otro. La armonía es la combinación simultánea de sonidos de distinta altura, es decir, cuando tocamos varias notas al mismo tiempo. Por último, el ritmo es la disposición de los sonidos y sus acentos en el tiempo. Ahora que conocemos qué es la música, qué es el sonido y cuáles son sus cualidades, así como los elementos de la música, tenemos las herramientas suficientes para diseñar o efectuar actividades musicales. Actividad: El sonido y sus cualidades Objetivo: Reconocer y distinguir las características de distintos sonidos del ambiente y en piezas musicales. Materiales: Objetos diversos que produzcan sonidos (pueden ser instrumentos musicales), y un reproductor de música con bocina. Produciendo sonidos Los objetos que se lleven a la clase servirán para producir sonidos a fin de analizarlos y distinguir sus cualidades. Para ello se pueden plantear las siguientes preguntas:
Cuando se hayan determinado las características del sonido que cada objeto produce, se experimentará modificando cada una de ellas; por ejemplo, intentando variar la altura, duración y volumen de los sonidos, así como alterar el objeto sonoro para que su timbre cambie. Una vez que los alumnos distingan con facilidad las cualidades de los sonidos, se escucharán grabaciones de distintas piezas musicales. Es recomendable que las piezas sean de géneros diversos, en los que se incluyan tanto temas que los estudiantes prefieran, como melodías de géneros y estilos que tal vez escuchen menos, como el jazz o la música académica, que algunos llaman clásica. Durante las reproducciones, los alumnos deben apreciar la combinación de distintas cualidades del sonido. Para guiarlos en este ejercicio, pueden formularse las siguientes preguntas:
Al final de la actividad, será necesario conversar con los alumnos acerca de su experiencia al escuchar música de manera activa, es decir, analizándola, más allá de su mero disfrute. Actividad: Los elementos de la música Objetivo: Distinguir los elementos de la música de distintos géneros en audición Materiales: Un reproductor de música con bocina. Se puede dividir al grupo en tres equipos del mismo número de integrantes. Cada equipo deberá identificar un elemento de la música en piezas de distintos géneros, según las recomendaciones que se dieron en la actividad anterior. Los grupos encargados de la melodía y el ritmo podrán reproducir con su voz o con sus palmas sus hallazgos. Escuchando una melodía Siguiendo el ritmo con las palmas La melodía suele ser la parte más identificable en una pieza musical, es aquella que sobresale, que podemos tararear, silbar o que lleva el cantante cuando se trata de una pieza para voz. En cuanto al ritmo, resulta sencillo para la mayoría de las personas identificar el pulso de una pieza y seguirlo con las palmas (forma básica de acompañar musicalmente una obra). Quizá la armonía sea un elemento complejo para que los alumnos lo reproduzcan, pero pueden mencionar cuántos instrumentos emiten sonidos simultáneos durante la pieza. En ningún caso se trata de que los equipos afinen a la perfección, reproduzcan un ritmo complejo o distingan todos los instrumentos de una pieza, lo importante es que el oído comience a desarrollarse y sea capaz de apreciar la riqueza de una pieza musical gracias al conocimiento de los elementos que en ella participan. Mucha gente es desafinada porque nunca intenta afinarse o cantar. La práctica constante del canto hará que los alumnos se den cuenta con mayor facilidad, al paso del tiempo, de cuándo entonan o desentonan al cantar. No hay que desanimarse si la primera práctica de esta actividad es confusa, puede intentarse cada semana con piezas distintas o con las mismas, a las que, seguramente, cada vez se les identificarán más elementos. Actividad: Taller de composición Objetivo: Crear piezas musicales sencillas y representarlas a través de grafías. Materiales: Objetos diversos que produzcan sonidos (pueden ser instrumentos musicales), hojas de papel y lápices de colores. La escritura musical formal es el resultado de un largo y constante desarrollo. El ser humano no apareció en la tierra sabiendo escribir música. Los símbolos musicales como el pentagrama, las claves o las notas fueron apareciendo poco a poco en la búsqueda de conservar y difundir la música de manera gráfica. Bien sabemos que las grabaciones son una invención relativamente reciente. Componiendo una pieza musical Los alumnos compondrán una pieza musical sencilla con los objetos o instrumentos que trajeron a la clase. Debemos dar la libertad de experimentar a los estudiantes de las formas que a ellos les parezcan interesantes. Será necesario solicitar a los alumnos que inventen grafías para escribir sus piezas musicales en papel en el sistema que cada uno pueda crear. ¿Cómo se pueden representar los sonidos suaves o fuertes? ¿Qué signos utilizarán para acortar o prolongar un sonido? ¿Cómo pueden utilizar colores para asociarlos con alturas del sonido o timbres? Se trata de una actividad que puede practicarse de manera cotidiana, a lo largo de muchas semanas, ya que el sistema de escritura que cada alumno invente es susceptible de desarrollarse y perfeccionarse con el tiempo, lo cual es sumamente deseable. ¿Qué actividades podría realizar usted como docente con los conocimientos básicos que ahora posee? No dude en efectuarlas ni en investigar algunas más. Hay una vasta bibliografía pensada para llevar a cabo actividades musicales en el aula cuando no se es especialista en música. Ahora sabemos que está en nuestras manos brindar a los estudiantes la oportunidad de tener efectivas experiencias de aprendizaje musical de manera frecuente. ♦ NOTAS* Licenciado en Música por el Centro Cultural Ollin Yoliztli; maestro en Literatura por el Centro de Cultura Casa Lamm. Titiritero, conductor de radio y televisión y director de escena.▼ Créditos fotográficos
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