El edén PERDIDO

Rodrigo Isaías León Villegas Ismari Ramírez Lucho[*]



Este artículo trata acerca de la inconmensurable riqueza biológica, científica y cultural de un edén perdido. ¿De qué lugar estaremos hablando?, ¿acaso de alguna zona en las abundantes selvas del Congo, plagadas de espectaculares y llamativas especies animales y vegetales, o tal vez del oro, piedras preciosas y rubíes de Papúa Nueva Guinea o Indonesia?, ¿en dónde se encontrará este edén perdido? Vamos a descubrirlo.




c El edén perdido

Entre 1958 y 1967, científicos mexicanos como el doctor Faustino Miranda y el maestro Mario Sousa Sánchez, junto con científicos extranjeros interesados en el estudio y conservación del trópico mexicano, emprendieron las primeras investigaciones biológicas contemporáneas en una región del sureste de México llamada Los Tuxtlas. También, en la década de 1960, el primer doctor mexicano en Ecología y ex rector de la UNAM, José Sarukhán, realizó estudios de ecología vegetal, y junto con el botánico estadounidense Terence D. Pennington publicó en 1968 el libro titulado Árboles tropicales de México, con la descripción de muchas especies de árboles de Los Tuxtlas. Lo que más les llamó la atención fue la enorme biodiversidad de animales y plantas presentes en aquella región sureña.

Originalmente, algunos investigadores fueron atraídos sobre todo por un par de especies vegetales conocidas popularmente como barbasco, que causaron grandes agitaciones sociales, científicas y religiosas en todo el mundo, cuestión de la que hablaremos más adelante.

c Historia cultural y biológica de Los Tuxtlas

Sergio Guevara, Javier Laborde y Graciela Sánchez-Ríos, investigadores del Instituto de Ecología, A. C. (Inecol), en su libro Los Tuxtlas. El paisaje de la sierra (2004), sostienen que esta región ha estado poblada desde hace más de cinco mil años. También explican que la palabra “Tuxtla” procede de Toztlan, término náhuatl que significa ‘lugar de los guacamayos’.

En la región existen dos municipios Tuxtlas: San Andrés y Santiago Tuxtla, de ahí el nombre de la región, la cual abarca, además, otros seis municipios: Soteapan, Tatahuicapan, Pajapan, Mecayapan, Catemaco y Hueyapan, todos localizados en el sureste del estado de Veracruz.

La región también es importante desde el punto de vista socioeconómico y cultural. Históricamente, el valor cultural de la región se basa en la presencia de antiguos asentamientos pertenecientes a la cultura olmeca. Las etnias indígenas que todavía habitan la región son los nahuas, zoques y popolucas. Con la llegada de los españoles empezó el mestizaje, además de la mezcla entre europeos y esclavos africanos que eran traídos para trabajar principalmente en las plantaciones de caña de azúcar.

En la actualidad, esta mezcla es apreciable en la variada fisonomía de la población que radica en Los Tuxtlas, donde, si bien los mestizos son mayoritarios, todavía es posible identificar a personas con algunos remanentes muy marcados de rasgos africanos y europeos. Asimismo, en ciertas regiones de la sierra aún habitan pueblos indígenas originarios.


San Andrés Tuxtla


Catemaco


La principal actividad agrícola de estos pueblos originarios de Los Tuxtlas fue el cultivo del maíz, el cual han conservado hasta nuestros días, diversificado con otros como el chile, tabaco, mango, plátano, aguacate, sandía, naranja, limón, caña de azúcar, y con la siembra y cosecha de algunos árboles nativos como el mamey y la pimienta.

Otras actividades económicas en esta región son la extracción de árboles maderables y principalmente la ganadería. Estas dos últimas actividades son las que más han perjudicado a la que por años se conoció como la Suiza veracruzana, en la cual había 250 000 hectáreas de selva hace sesenta o setenta años; sin embargo, entre 1960 y 1980 se redujeron a 40 000, de lo cual dio cuenta el doctor Rodolfo Dirzo (Dirzo y García, 1992), adscrito en ese entonces al Instituto de Ecología de la UNAM y actualmente investigador en la Universidad de Stanford en los Estados Unidos. Mediante muestreos en campo, fotografías aéreas e imágenes satelitales en diferentes rangos de años, Dirzo midió cómo se fue modificando el paisaje en esta región al perderse cientos de miles de hectáreas de bosque y selva.

Doctor Rodolfo Dirzo

Esta alarmante deforestación ha sido causada por la actividad agrícola, pero sobre todo por la práctica de la ganadería: se considera a la región de Los Tuxtlas y a todo el estado de Veracruz –que es uno de los mayores productores de ganado– como el potrero más grande de México.

Al menos cuatro mil años atrás ya se cultivaba maíz en la región. El historiador José González-Sierra documenta en el Archivo General del Estado de Veracruz que, poco tiempo después de la caída de Tenochtitlan en 1521, el propio Hernán Cortés encabezó la colonización de Los Tuxtlas, ya que entre 1525 y 1528 estableció el primer ingenio azucarero e introdujo los primeros pies de cría de vacas de México.

En nuestros días, la alarmante tala de árboles pone en riesgo interacciones ecológicas y evolutivas que han sido trazadas por la naturaleza a lo largo de millones de años. Por ejemplo, las semillas de muchas especies de árboles eran dispersadas a través de un mecanismo de zoocoria, es decir, por la mediación de alguna especie animal, en particular aves y murciélagos, dos grupos de vertebrados que se encargan de llevar a cabo esta tarea de agricultores naturales de las selvas y bosques, presentes en esta enigmática región.

Sin duda, nuestro país es uno de los más privilegiados en aspectos culturales y biológicos, por lo que, de vez en cuando, es importante detenerse a observar algunos de sus rincones.

Veracruz comprende una larga franja de tierra de bordes irregulares delimitada por el mar y por montañas, características representadas particularmente en Los Tuxtlas, región ubicada en la planicie costera del golfo de México, al sur del estado. La región tiene 80 kilómetros de largo en dirección noreste-sureste y 55 kilómetros cuadrados (329 941 hectáreas).

La selva tropical perennifolia cubre 7 por ciento de la superficie de la tierra y contiene más de la mitad de las especies descritas en el mundo.


c Clima, vegetación y vulcanismo

El clima de la región de Los Tuxtlas está influenciado por su acusado gradiente altitudinal y compleja topografía, así como por su cercanía al mar, en el sur del golfo de México. La sierra es una barrera climática entre el mar y el interior del continente. Al chocar con la sierra, los vientos húmedos provenientes del golfo durante el verano y otoño provocan precipitaciones de entre 3000 y 4500 milímetros al año, lo cual la convierte en una de las zonas más lluviosas del país.

Hasta hace algunos años, la selva alta perennifolia fue el tipo de vegetación predominante en la región, extendida desde las tierras bajas hasta los 800 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, debido a la acción humana, este tipo de vegetación en la actualidad sólo puede observarse en la reserva biológica de la UNAM, en las cumbres de las montañas y en cerros aislados poco accesibles, por lo que gradualmente la vegetación secundaria, la de cultivo y de pastizales se convierten en dominantes en la región. A pesar de ello, la sierra aún alberga alrededor de ocho tipos de vegetación.

La selva alta perennifolia ocupa 11 013 hectáreas del territorio, y en ella se realizan diversos estudios florísticos. Por ejemplo, en la sierra de Santa Marta, perteneciente a la región de Los Tuxtlas, el botánico Fernando Ramírez, de la UNAM, documentó más de tres mil especies de plantas, al menos treinta de éstas endémicas (es decir que sólo se encuentran en esta zona). Además, en la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas” han aparecido alrededor de treinta especies nuevas para la ciencia, que, de no ser registradas en otra región, constituirían especies endémicas de esta región.

Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas”



En lo que respecta al vulcanismo, hay siete volcanes importantes: el San Martín Tuxtla, el cerro de Santa Marta, el cerro El Campanario, el cerro Mono Blanco, el San Martín Pajapan, el cerro El Vigía y el cerro Blanco, además de cerca de trescientos conos pequeños (Subsecretaría de Ecología, 1998).

La historia documentada del vulcanismo y vegetación en Los Tuxtlas comenzó en 1793, cuando el botánico mexicano José Mariano Mociño, de la Real Expedición Botánica de México a la Nueva España, se adentró en la sierra de Los Tuxtlas para registrar la erupción del volcán San Martín Tuxtla y colectar plantas. En los siglos XIX y XX, investigadores estadounidenses y europeos llegaron también para estudiar las plantas de la región, especialmente las orquídeas.


San Martín Tuxtla


Cerro de Santa Marta


Por todas las joyas naturales ya mencionadas, en noviembre de 1998 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial que reconoce a la región de Los Tuxtlas como Área Natural Protegida en la categoría de Reserva de la Biosfera, con el nombre “RB Los Tuxtlas”. Ésta ocupa 155 122 hectáreas (ha) y está formada por tres zonas núcleo: volcán San Martín Tuxtla (9 805 ha), sierra de Santa Martha (18 031 ha) y San Martín Pajapan (1883 ha), así como por una zona de amortiguamiento (125 403 ha).

c Los Tuxtlas, un hot spot

La región de Los Tuxtlas es un hot spot (lugar con alta riqueza y biodiversidad de especies), ya que cuenta con una sorprendente biodiversidad. Esto es más notable si consideramos que alberga más de la mitad de las especies de aves (561) conocidas para el país (1050). Además, en ella vive un significativo número de especies de otros grupos de animales, como los mamíferos, de los que se han documentado 117 especies. Más de la mitad de éstas (66) pertenecen al grupo de los murciélagos, que se encargan de dispersar las semillas de muchas especies de árboles como ceibas y zapotes; por lo tanto, cumplen el papel de agricultores de la selva. También consumen muchas especies de insectos que pueden originar plagas en los cultivos y transmitir agentes causales (virus y protozoarios), como el virus del dengue, que producen enfermedades en el ser humano.

Asimismo los anfibios y reptiles están bien representados, con 66 y 118 especies, respectivamente. En Los Tuxtlas se reconocen cinco especies y cuatro subespecies endémicas de reptiles, por lo que aquélla constituye uno de los puntos biogeográficos del país de mayor importancia de todos los grupos de vertebrados descritos por la ciencia en México.

Al menos 32 por ciento de las especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios de todo México habitan en Los Tuxtlas.


c La fuente de los anticonceptivos

Entre 1960 y 1976, comenzó la actividad de exploración y explotación desmedida de la vegetación de Los Tuxtlas, debido principalmente a una planta conocida popularmente como barbasco, cabeza de negro o gordolobo (Dioscorea composita y Dioscorea mexicana), que es un tipo de planta trepadora, con hojas en forma de corazón, cuyas raíces pueden alcanzar los cinco metros de profundidad y llegar a pesar hasta treinta kilos. Del barbasco se obtienen cerca de mil doscientas sustancias llamadas fitofármacos a través de la diosgenina, una sustancia que se utiliza para la producción de esteroides anabólicos, anabólicos para el ganado, progesterona, hormonas, cortisona, y en especial de sus derivados se obtienen las sustancias de las que se originaron las primeras píldoras anticonceptivas.

Pero ¿cómo se desarrolló la primera píldora anticonceptiva? ¿Qué brillante mente realizó este descubrimiento? Fue el científico mexicano Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, nacido en Tepic, Nayarit, en 1925, estudiante de Ingeniería Química en la UNAM y miembro cofundador del Instituto de Química, bajo la dirección del químico estadounidense de origen austriaco Carl Djerassi, mientras realizaba su tesis de licenciatura y tenía solamente 26 años, el que logró sintetizar la noretindrona, que fue el compuesto activo de la primera píldora anticonceptiva.

Junto con George Rosenkranz y Carl Djerassi, Miramontes Cárdenas publicó su descubrimiento, que fue considerado como uno de los mayores del siglo XX en tan sólo dos párrafos, en la revista científica Journal of the American Chemical Society en el año de 1951, que documentó el descubrimiento de la síntesis de la 19-nor-progesterona, compuesto activo de la píldora para prevenir el embarazo.

En conjunto, más de cien especies de plantas en Los Tuxtlas son de uso medicinal.

c Semillero de la ciencia

Debido a la abundante biodiversidad que documentaron en sus exploraciones José Sarukhán, Faustino Mirando y Arturo Gómez-Pompa, entre otros eminentes biólogos, se decidió crear una estación biológica permanente en una porción muy cercana a la costa del golfo de México en la región de Los Tuxtlas. Para tal efecto, en 1966 se creó la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas” en una extensión de 700 hectáreas. Desde aquel lejano 1966 hasta la fecha, la estación científica ha generado importantes descubrimientos biológicos y científicos, por lo que ahora se le considera una fortaleza científica en medio de la selva. Las investigaciones llevadas a cabo ahí han dado luz acerca de grandes temas, como los efectos de la deforestación y fragmentación de las selvas en todo el mundo, las interacciones ecológicas que suceden en este tipo de ecosistemas, e incluso las plantas cuyos compuestos activos han generado revoluciones sociales de nivel mundial, como la antes mencionada píldora anticonceptiva.

Asimismo, se han publicado más de mil doscientos artículos en revistas científicas y libros como resultado de investigaciones realizadas en la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas”.

c Problemas ambientales que afectan a Los Tuxtlas

La deforestación extensiva es la principal amenaza para la biodiversidad en todo el mundo, y en particular en las selvas tropicales de México. Ha sido enorme el daño hecho a la selva de nuestro país y por ende a las especies animales que habitan en simbiosis con la vegetación presente en este inconmensurable ecosistema. En especial, los grupos de vertebrados más grandes y que son fuente de alimento, como los grandes mamíferos y algunas especies de aves, se han visto seriamente afectados por la deforestación, la fragmentación del hábitat y la cacería furtiva.

En México, la selva disminuyó a una tasa anual de 630 574 hectáreas entre 1999 y 2000 según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Se calcula que al inicio de 1999 había un poco más de 55 millones de hectáreas de cubierta forestal en todo México. En la región de Los Tuxtlas, hace aproximadamente cien años, existían 250 000 hectáreas de selva. Una estimación es que en la actualidad sólo quedan 11 000 hectáreas, es decir, ¡apenas 5 por ciento de su cobertura original! Por lo tanto, el hábitat de muchas especies de animales se ha visto reducido en más de noventa por ciento.

Además de la alarmante deforestación, la cacería ilegal ha hecho que especies como el jaguar (Panthera onca), el tapir (Tapirus bairdii) y el temazate (Mazama americana) hayan sido extirpadas de la región de Los Tuxtlas.

En esta región deben implementarse ambiciosos programas de concientización ambiental y reforestación con especies nativas. Todos los científicos que estudiamos esa y otras áreas naturales de México tenemos el deber ético, moral y científico de emprender diferentes iniciativas para asegurar la permanencia de los procesos ecológicos y evolutivos naturales, con la participación de los pobladores locales y las diferentes instituciones académicas y gubernamentales. Para ello es indispensable difundir en la región la importancia del área natural protegida (ANP). Una sociedad insensible, que desconoce que vive dentro de una ANP y sus reglamentos, difícilmente hará algo por frenar sus actividades perjudiciales al ecosistema.

c Referencias

DIRZO, R., y M. C. García (1992). Rates of deforestation in Los Tuxtlas, a Neotropical area in Veracruz, Mexico. En: Conservation Biology, núm. 6, pp. 84-90.

GUEVARA, S., J. Laborde y G. Sánchez-Ríos (eds.) (2004). Los Tuxtlas. El paisaje de la sierra. Xalapa: Inecol / Unión Europea.

Subsecretaría de Ecología (1998). Manual de ordenamiento ecológico del territorio. México: Sedue.


Para saber más

Estación de Biología de Los Tuxtlas (s. f.). Aspectos bióticos de la región [en línea]: <www.ibiologia.unam.mx/tuxtlas/localizacion/aspectos/frame.htm>. Ir al sitio

FLORES, J. J., R. I. Coates, V. Sánchez-Cordero, V. J. Mendieta (2014). Mamíferos terrestres de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas. En: Revista Digital Universitaria, vol. 15, núm. 4 [en línea]: <www.revista.unam.mx/vol.15/num4/art29/art29.pdf>. Ir al sitio

NOTAS

* Rodrigo Isaías León Villegas se formó como licenciado en Biología en el Instituto Tecnológico de Altamira y como maestro en Ciencias Biológicas en el Instituto de Biología de la UNAM, donde investiga las interacciones ecológicas entre algunos tipos de insectos, garrapatas, ratones, murciélagos y ciertos parásitos que originan enfermedades en el ser humano.
* Ismari Ramírez Lucho es técnico superior universitario en Manejo de Vida Silvestre por la Universidad Veracruzana. Colabora en la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas” (Instituto de Biología, UNAM) realizando diversos muestreos de fauna.


c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: www.dgcs.unam.mx

- Foto 1: www.topsimages.com

- Foto 2: Shutterstock

- Foto 3: www.udg.mx

- Foto 4: Correo del Maestro a partir Shutterstock

- Foto 5: www.dgcs.unam.mx

- Foto 6: www.dgcs.unam.mx

- Foto 7: mapio.net

- Foto 8: wafrarodriguez.blogspot.com