Seguridad alimentaria
IX – BIODIVERSIDAD

Beatriz Azarcoya González[*]

En este artículo, se profundiza, en el concepto de biodiversidad, que surge en el siglo pasado y cuyo significado y sentidos han evolucionado hasta nuestros días. Se menciona la ley que, en nuestro país, la protege, dada su importancia para nuestro bienestar y para la sustentabilidad en el planeta. Además, se presentan algunas preguntas para que la escuela y la familia trabajen este importante concepto y lo descubran en su entorno.

Introducción

En los artículos anteriores, nos hemos referido a la biodiversidad en reiteradas ocasiones, principalmente al explicar por qué es importante incluir una gran variabilidad de plantas hortícolas, frutales y florales en las camas biointensivas, así como la gran cantidad de éstas que ofrece nuestro país.

Para avanzar en los elementos teóricos que sustentan nuestra propuesta de producción de alimentos –que es viable al conjuntar el esfuerzo escolar, familiar e incluso de la comunidad–, es necesario entender en qué consiste la biodiversidad. Al diseñar y establecer una parcela escolar o familiar, el concepto de biodiversidad se comprende y aprehende, se torna significativo, tanto en el microcosmos de nuestro espacio más cercano, como es la escuela y el hogar, como en el de nuestra zona o región.

La biodiversidad y su importancia

Según el Convenio sobre la Diversidad Biológica (artículo 2), la biodiversidad se define como:


La variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otros, los ecosistemas terrestres, marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas.




Esta definición implica que, en palabras simples, la biodiversidad es el conjunto de todos los organismos vivos que habitan la Tierra, todas las especies que conforman los ecosistemas, y toda la información genética de los organismos, así como todos los procesos ecológicos y todas las interacciones que se dan entre los seres vivos. Tal es la amplitud de aquello que la biodiversidad incluye.

En los ecosistemas se encuentran comunidades de organismos que actúan entre sí, y con cada uno de los componentes del medio en el que habitan (biológicos y no biológicos, o bióticos y abióticos, como se les llama).

La biodiversidad ha sido construida por la naturaleza durante miles de millones de años de evolución, lo que ha dado lugar a una impresionante cantidad de formas de vida. Sin embargo, esta herencia que hemos recibido enfrenta el riesgo de no transmitirse a las siguientes generaciones. La velocidad con que la humanidad ha ido deteriorando la biodiversidad es preocupante. Resulta significativo el número de especies animales y vegetales que desaparecen año con año, y la extensión de suelo empobrecido y erosionado aumenta de manera galopante. El calentamiento global es también una realidad que afecta a los ecosistemas y, por lo tanto, a la biodiversidad.


Talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un serio daño al hábitat, en pérdida de biodiversidad y en aridez


Las actuales generaciones de niños y jóvenes deben poner especial atención a este fenómeno con el fin de participar en acciones para revertir esta tendencia, como son dejar de lado las prácticas destructivas, en cualquier ámbito, y construir nuevas formas de ser y estar en el mundo.

Es importante que el ser humano se dé cuenta de que es parte de la naturaleza y actúe como una especie más de ésta, utilizando sus capacidades para buscar el equilibrio ecológico. Por supuesto, el ser humano tiene la capacidad de modificar el ambiente, y es imposible que no lo haga, pues necesita producir alimentos, construir viviendas e infraestructura, así como generar satisfactores de diversos tipos, pero a ello debe anteponer el interés general, no únicamente el de nuestra especie, y utilizar la ciencia y la tecnología en favor de la preservación de la biodiversidad.

Los países megadiversos albergan el mayor índice de biodiversidad de la Tierra

En capítulos anteriores, comentamos que nuestro país es uno de los pocos países megadiversos del mundo. Debido a su ubicación en el globo, a su orografía, sus múltiples climas y variados suelos, cuenta con un sinnúmero de ecosistemas, algunos de ellos muy pequeños. En el país, la Sierra Madre Occidental, la Oriental y el Eje Volcánico, que lo atraviesan, y los litorales de los océanos Atlántico y Pací- fico, son muy importantes en la generación de estos diferentes ecosistemas, los cuales nos caracterizan como uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo.



En México, hay bosques de encino, mesófilos de montaña, de coníferas, tropicales caducifolios, tropicales perennifolios, secundarios, tropicales subcaducifolios, espinosos, entre otros. Contamos con matorral xerófilo y pastizales naturales, con zacatonales y manglares. También hay gran diversidad de agroecosistemas, con pastizales introducidos y cultivos. Existe abundante vegetación acuática y subacuática, así como fauna lacustre y marina y arrecifes coralinos.



Formamos parte de un sistema complejo; existen incontables interacciones de las que no somos conscientes en la cotidianidad. Sería interesante realizar un ejercicio en la escuela y analizar con los niños el medio ambiente circundante, el bioma en el que habitan y las relaciones que en él se establecen. Se pueden plantear algunas preguntas como: ¿Qué vemos a nuestro alrededor? ¿Qué significa para la economía de nuestras familias estar en un ecosistema específico, con su particular biodiversidad? ¿Qué actividades realizamos en contra de esta biodiversidad y cuáles podríamos emprender a favor de ella?

Aves de los bosques templados de la Sierra Norte de Oaxaca, área de gran importancia para la conservación de las aves

Resulta sorprendente el papel que ciertas aves desempeñan en los ecosistemas; por ejemplo, algunas son sembradoras de plantas: cuando comen la fruta de diferentes especies arbóreas y arbustivas, ingieren también las semillas; al procesarlas en su sistema digestivo, les dan un tratamiento pregerminativo; y las sueltan, en sus heces, acompañadas de su paquete tecnológico (el estiércol del ave). Esto asegura un porcentaje muy alto de germinación y de desarrollo de una planta nueva. Por ello, cuando desaparece una especie de ave, posiblemente también desaparezca una especie de arbusto o árbol, ya que aquélla dejará de distribuir sus semillas.

Muchos animales comen semillas de plantas y las regresan al suelo envueltas en estiércol; luego, la temporada de lluvias hace germinar esas semillas. De esta forma, y de manera constante, se repuebla el tapiz de vegetación de muchas regiones.

También hay plantas que protegen a otras; por ejemplo, en la selva alta y mediana, la caoba, un árbol muy apreciado por su madera, no podría crecer en un área donde sólo hubiera árboles de caoba, ya que sería atacada por diversas plagas que no la dejarían desarrollarse. Sin embargo, en una selva biodiversa, dicha especie está protegida por otras que atraen a las plagas y permiten a los árboles crecer fuertes y sanos.

Las copas de los árboles de los bosques forman un dosel y éste genera una semisombra, la cual permite la regeneración natural de las plantas que habitan en ellos y que, en su etapa tierna, se protegen de los fuertes rayos del sol. Este techo, además, amortigua la fuerza de la lluvia, permitiendo que el agua se deslice con suavidad y no provoque la erosión del suelo o destruya las plántulas nacientes.

Producción y biodiversidad

En lo referente a las prácticas productivas que utilizan la biodiversidad en su favor, a la vez que la protegen, en muchas culturas, desde tiempos muy antiguos, se utiliza la asociación de cultivos. A manera de ejemplo, en la milpa tradicional se siembra maíz combinado con frijol y calabaza (aunque esta práctica se ha ido perdiendo), y estudios recientes han encontrado que la asociación es benéfica, ya que el maíz es altamente demandante de nitrógeno, elemento que le proporciona el frijol; y la calabaza, con la sombra que brindan sus grandes hojas, evita que se desarrollen hierbas en la milpa.


El ser humano ha ido alterando grandes extensiones de tierra para producir principalmente alimentos y ha recurrido a la agricultura intensiva de monocultivo que se practica en todo el mundo. Esto disminuye dramáticamente la biodiversidad de las regiones sembradas o dedicadas a la ganadería, y por consiguiente se pierde un gran bagaje genético. En estos momentos de climas cambiantes, al no contar las especies con variabilidad genética, no será fácil encontrar variedades que se adapten y, por lo tanto, cualquier cambio podría ser devastador.

Países como Hungría y Canadá han recuperado extensiones dedicadas al monocultivo para establecer bosquetes entre los cultivos agrícolas. Estos bosques intermedios incluyen especies de flora y fauna que permiten que los organismos puedan vivir moviéndose entre bosque y bosque y, de esta forma, rescatan la biodiversidad local.

Si no cuidamos la biodiversidad de nuestro país, se pueden interrumpir muchos procesos ecológicos. Además, la biodiversidad proporciona al ser humano bienes y servicios, como alimentos, plantas, pieles y medicinas.

Las plantas enriquecen el aire de oxígeno; muchos animales son los protagonistas de la polinización; y hay microorganismos encargados de la fijación de nitrógeno y del reciclado de materiales. La gran variedad de seres vivos constituye la riqueza genética, bioquímica y ecológica del planeta.

El ser humano necesita seguir produciendo alimentos y otros satisfactores. Tanto en la familia como en la escuela y la comunidad, podemos actuar para modificar el entorno inmediato, consumiendo con inteligencia y responsabilidad y también, en la medida de lo posible, estableciendo sistemas productivos amigables con el ambiente.

Biodiversidad y seguridad alimentaria

En una región sin ecosistemas deteriorados y con múltiples especies, tanto de microorganismos, como de vegetales, animales y hongos, es difícil que las comunidades humanas de la zona enfrenten periodos de hambruna. En este tipo de zonas, en general, hay una amplia variedad de frutos, hojas y raíces comestibles que pueden recolectarse, así como fauna para la caza y pesca, en diferentes momentos estacionales. Esto permite la seguridad alimentaria a lo largo del año.

Una región con cubierta vegetal asegura la captación de agua, el brote de manantiales, y multiplica los escurrimientos que permiten a las comunidades de montaña, aguas arriba, así como a los valles, aguas abajo, contar con el “oro azul”, el cada vez más preciado y escaso líquido vital: el agua.

En una región en la que hay biodiversidad, se recicla el agua, el oxígeno, el carbono y otros elementos y, como ya lo hemos visto, se mantiene la fertilidad de los suelos, lo que es fundamental.

El pequeño esfuerzo que significa tener una escuela que produce alimentos de manera ecológica, que difunde esta propuesta a las familias de los niños, y de esta forma a la comunidad en general, se suma a un impulso estratégico más amplio que involucra al mundo entero. En todos los ámbitos, micro y macro, se busca promover la biodiversidad, tanto en las camas biointensivas como en el monte que nos rodea.

La biodiversidad y la ciencia

Aun cuando el término ecosistema aparece en 1857 y el concepto de ecología lo hace en 1866, es recién a principios del siglo pasado, entre 1913 y 1915, cuando surgen sociedades ecológicas en Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. En América Latina, esto sucede a mediados del siglo XX.

El doctor Víctor M. Toledo sostiene que a mediados de los años cincuenta del siglo XX aparecen en México los primeros investigadores dedicados a la ecología. Así, el estudio de la ecología y el medio ambiente es una disciplina realmente nueva.

A pesar de los avances en el mundo científico que han tenido la investigación y el desarrollo de propuestas para la conservación de la biodiversidad, ocurren de modo más acelerado el deterioro del ambiente y la pérdida de la biodiversidad.

Como también sostiene el doctor Toledo, aún existe una brecha entre el quehacer científico, por un lado, y el sector social y su relación con los recursos naturales, por otro. Por ello, los científicos deben incluir en sus investigaciones a los pobladores del sector social que se encuentran directamente involucrados en los diferentes ecosistemas y éstos deben recibir la información científica para planear su actuación.

Es importante entender que la biodiversidad puede materializarse en progreso y desarrollo efectivo de una manera sustentable, a partir de la ciencia y la tecnología.

Marco legal

México es signatario del Convenio sobre la Diversidad Biológica, un tratado internacional que entró en vigor en 1993 y que representa el instrumento global más importante para promover la conservación y uso sustentable de nuestro capital natural.

El convenio establece que, en la medida de lo posible, cada país firmante integrará el examen de la conservación y la utilización sostenible de los recursos biológicos en los procesos de adopción de decisiones; adoptará medidas relativas a la utilización de los recursos biológicos para evitar o reducir al mínimo los efectos adversos para la diversidad biológica; y protegerá y alentará la utilización de los recursos biológicos de conformidad con las prácticas culturales tradicionales que sean compatibles con las exigencias de la conservación o de la utilización sostenible.

En nuestro país, la preservación y protección de la biodiversidad está normada por la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Además, hay algunas leyes locales que facultan a los gobiernos estatales y municipales para emprender acciones con el fin de cuidar la biodiversidad en sus estados y regiones.


Una experiencia mexicana

Aun cuando el conocimiento de estas leyes se encuentra lejos del saber popular, hay experiencias exitosas en nuestro país en las que los habitantes de una comunidad han desarrollado un sistema de producción sustentable que les permite vivir de su entorno al tiempo que lo protegen. Se ha documentado la existencia de comunidades rurales que han protegido los sistemas, cuidado la biodiversidad y, al mismo tiempo, han obtenido recursos para su subsistencia.

Recientemente, visitaron el poblado de Tlayacapan, Morelos, grupos provenientes de los estados de Michoacán, Puebla, Oaxaca, Quintana Roo y Baja California, para relatar sus experiencias de manejo forestal sustentable, de producción de chicle, de cultivo de hortalizas orgánicas y de producción de café orgánico, que es exportado a Europa. Cuidando la biodiversidad al no usar pesticidas químicos agresivos con las especies ni otras sustancias, pudieron acceder a un mercado en el que obtienen mejores precios, ya que en Europa, una importante parte de la población busca consumir productos con sello verde (orgánicos).

Asociación de cultivos en las camas biointensivas

Como vimos en la tercera entrega de esta serie (Azarcoya, 2014), en las camas biointensivas se asocian diferentes especies y variedades, copiando de la naturaleza el patrón de la biodiversidad.

Puede resultar interesante diseñar las camas biointensivas con los maestros de Ciencias Naturales y de otras asignaturas, e intercambiar ideas con los alumnos sobre la pertinencia de mantener el principio de la biodiversidad en la parcela de la escuela y, si los niños llevan la idea a su casa, en las camas de los patios familiares.

Se puede idear una infinidad de asociaciones, siempre teniendo en cuenta el principio de la seguridad alimentaria (es decir, producir alimentos que brinden una amplia gama de nutrientes en condiciones saludables). Ya mencionamos el cultivo de maíz junto con frijol y calabaza. En zonas cafetaleras, se asocian árboles forestales con cafetos. Alrededor de una selva tupida, se traza un círculo como zona de amortiguamiento, y dentro se establecen franjas de asociaciones de árboles como cacao, pimienta, plátanos y otras especies adaptadas al clima, que, por un lado, protegen la selva y, por otro, proporcionan alimentos.



Cultivos intercalados con árboles

Las parcelas con diversidad biológica pueden ser agroforestales y agrosilvopastoriles. En las primeras, se combinan árboles maderables con árboles comestibles y producción agrícola; y en las segundas, se crea un sistema en el que se alimenta ganado de diverso tipo con pastizales y arbustos, y en el mismo terreno se establecen árboles frutales, maderables y otros productos agrícolas.

Existen ciertas asociaciones que los pueblos han descubierto que son benéficas. En Bolivia, se ha desarrollado la práctica de combinar en una misma parcela el árbol del pirul (o pirú) con vid, lo que resulta en uvas de mejor calidad. El pirul libera un líquido con trementina, la cual ahuyenta a ciertas plagas que atacan a la vid. Las hojas del pirul caen, se pudren y, al compostearse en la temporada de lluvias, producen un abono natural que nutre a las plantas. Esta asociación es una práctica generada después de la conquista española. El pirul se denomina así en nuestro país porque llegó del Perú, mediante los franciscanos; y la vid no existía en América.

Estas experiencias ilustran los diversos diseños interespecíficos que efectúan varias culturas en nuestro país, el continente y en el mundo entero.

Conclusión

La biodiversidad es importante para el sano equilibrio del planeta, para el beneficio de todos los seres vivos que en él habitan y también para que el ser humano obtenga bienes y servicios. Por ello, debemos actuar con el propósito de protegerla y conservarla, tanto en el ámbito de la producción de alimentos como en todos los demás.

Uno de los factores quizá más importantes en pro de la biodiversidad es el desarrollo de hábitos de consumo responsables y sustentables.

Con respecto a la producción de alimentos bajo los principios de la seguridad alimentaria y considerando la biodiversidad, es importante que en cada escuela se investigue en qué tipo de ecosistema está ubicada, cómo es la biodiversidad en el entorno y cuál es su estado de conservación, además de qué especies nativas o adaptadas son útiles como alimento y, con toda la información, se determine qué se puede hacer para que el patio de la escuela sea un espacio biodiverso y, a la vez, productivo.

Como sabemos, el agua es un elemento vital para lograr la seguridad alimentaria. El próximo artículo estará dedicado principalmente a la cosecha de agua. Luego, sólo quedarán dos temas por tratar: la construcción de un deshidratador solar casero y de una gallinera-conejera.

En encuentros, reuniones, talleres y mesas de discusión a los que hemos asistido, descubrimos que en todo México existen grupos que efectúan esfuerzos serios para la producción de alimentos de manera sustentable y que desarrollan tecnologías propias para apoyar su trabajo. Las escuelas que hayan iniciado el trabajo en busca de la seguridad alimentaria de su comunidad, pueden entrar en contacto con grupos locales para establecer un intercambio de experiencias y compartir logros.

Fuentes

AZARCOYA, B. (2014). Seguridad alimentaria. III. Preparación de una cama biointensiva. En Correo del Maestro, 221 (octubre), pp. 5-15.

BIODIVERSIDAD, Sustento y Culturas, 78 (octubre 2013).

BROWN, L., M. Renner, y C. Flavin (1999). Vital Signs 1999. The environmental trends that are shaping our future. Washington: Worldwatch Institute.

TOLEDO, V. M., y A. Castillo (1999). La ecología en Latinoamérica: Siete tesis para una ciencia pertinente en una región en crisis. En Interciencia (24) 3, Caracas, pp. 157-168.

TOLEDO, V. (1998). Estudiar lo rural desde una perspectiva interdisciplinaria: el enfoque ecológico-sociológico. En E. Valdivia (ed.), Memorias del V Congreso Latinoamericano de Sociología Rural.México: Universidad Autónoma Chapingo.

—— (1992). Modernidad y ecología. En Nexos, 169 (enero), pp. 56-60.

PROGRAMA de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural (1997). México: Semarnap.

LEY General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Delitos ambientales (1997). México: Semarnap.

NOTAS

* Doctora en Agroecología. Consultora latinoamericana en desarrollo rural sostenible de la FAO y evaluadora del Programa para la Seguridad Alimentaria de la FAO en México.
Créditos fotográficos

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