Seguridad alimentaria
X - COSECHA DE AGUA

Beatriz Azarcoya González[*]

En este texto, nos concentramos en la importancia del agua para lograr una seguridad alimentaria permanente y sostenida. Hacemos un breve recorrido por la situación actual de este líquido en el ámbito mundial, nacional y local, para luego centrar nuestra atención en cómo cada uno de nosotros puede cooperar para enfrentar los periodos de escasez y evitar un mayor deterioro de las fuentes de este recurso, deterioro que –como la comunidad científica nos advierte– se acelerará día a día si no hay un cambio hacia un uso sustentable.

Introducción

En el camino que hemos transitado a lo largo de la serie, en la que se ofrece una guía para que las escuelas y las familias se conviertan en un centro de práctica y difusión del establecimiento de áreas productivas en pos de la seguridad alimentaria, hay un elemento siempre presente e indispensable: el agua. Este artículo lo dedicaremos a él.

De acuerdo con el lugar en que se encuentra la escuela, con seguridad se tendrá un punto de vista particular sobre la problemática del agua. Para algunas escuelas, es un recurso de fácil acceso: basta abrir un grifo para obtener agua dulce de calidad aceptable. Pero hay otras que se encuentran lejos de las fuentes, en las que es preciso ir a conseguir el agua indispensable, muchas veces caminando largas distancias. En general, si se habita en las zonas desérticas, el agua es escasa, y si se vive en el trópico húmedo, ésta abunda. En cualquier circunstancia, es importante conocer en qué cuenca hidrológica habitamos. Una cuenca es una porción de territorio cuyas aguas fluyen hacia un mismo río, lago o mar.



En el estudio del agua, partiremos de una visión macro: la problemática planetaria; luego hablaremos de la situación en México, en sus diversas regiones; y, finalmente, abordaremos el uso del agua en las camas biointensivas. Así, seremos fieles a nuestro lema: Pensar global, actuar local.

Nos enfocaremos en el tema de cosecha y uso racional de agua, ya que en cualquier clima, seco o húmedo, es recomendable y prudente recolectar el agua de lluvia en nuestro patio, sea familiar o escolar. Incluso en zonas con climas desérticos, en donde la precipitación pluvial es muy escasa, es posible tomar algunas medidas para minimizar la pérdida de agua: recolectar toda el agua posible que se precipita y llenar una cisterna, regar las plantas con un sistema por goteo, proteger el suelo disminuyendo al máximo la evaporación, utilizar agua de desecho (por ejemplo, del lavado de ropa y trastes) para aquellas actividades donde no sea necesaria el agua limpia, etcétera.

Situación planetaria

El agua es uno de los mayores problemas que enfrente la humanidad en este siglo, y se estima que para el año 2025, su demanda será 56 por ciento superior que el suministro.

Del total de agua en la Tierra, 97 por ciento es agua salada, de mar, y sólo 3 por ciento es agua dulce. De esta mínima proporción, una parte considerable se encuentra contaminada. Es ya un bien extremadamente escaso para 1200 millones de personas, y hay otros 2400 millones de personas que no tienen un abasto mínimamente adecuado.

Es un hecho, entonces, que nos enfrentamos a una crisis global en cuanto a la disponibilidad de agua, y, lamentablemente, todas las señales sugieren que la crisis está empeorando y continuará empeorando a menos que se tomen de manera urgente medidas correctivas, con un enfoque integral sobre el uso de este recurso.

Resulta importante tener en cuenta que si bien el agua dulce en el planeta es escasa, en la mayoría de las regiones el problema no es todavía –pero puede llegar a serlo en breve tiempo– la falta de agua dulce sino, principalmente, su mal uso e injusta distribución. Por ello, se requiere el apoyo de todos los sectores sociales, económicos y políticos en el mundo para conseguir el uso eficiente y racional del recurso, con base en el concepto de sostenibilidad.

Para lograrlo, se debe cambiar el enfoque del pensamiento: de uno en el que se tiene la idea de que el agua va a durar para siempre, a otro en el que se está consciente de que el recurso es limitado, y debe usarse con precaución en todas las actividades humanas, sean agropecuarias, industriales, turísticas o de la vida cotidiana.


El agua es un elemento imprescindible para la supervivencia y debemos aprender a ahorrarla y no contaminarla


Las acciones deben avanzar de forma progresiva, pues es imposible resolver al mismo tiempo todos los problemas referentes a la preservación y mejoramiento de la calidad del agua disponible; hay que ir paso a paso, de lo sencillo a lo complejo.

El riego agrícola es la actividad humana que consume la mayor cantidad de agua dulce en el mundo. La mayor parte de los sistemas de riego que se utilizan son ineficientes, y en ellos se pierde cerca de 60 por ciento del agua que se utiliza, sin que las plantas la aprovechen. Una gran parte se evapora, y una pequeña vuelve al cauce de los ríos o a los acuíferos subterráneos. Ante esto, la humanidad debe poner énfasis en generar tecnologías que minimicen el desperdicio de agua y mantengan las plantas suficientemente hidratadas como para producir alimentos en las cantidades requeridas.

Sistema de riego por goteo

Otro mecanismo que se debe impulsar en todo el mundo es la cosecha de agua, ya que ésta se desperdicia en grandes cantidades al caer la lluvia. Se debe enseñar a la población sobre cómo se puede hacer la colecta y facilitar los elementos técnicos para ello. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cuenta con un manual de captación y aprovechamiento del agua de lluvia.

Situación en México

La crisis del agua obliga a nuestro país a reinterpretar los análisis que se realizan de nuestra realidad e impulsar una postura emergente para enfrentar la crisis, en la que la consideración dominante sea la ecológica y no la económica. De manera semejante a lo que ocurre en el resto del mundo, los factores que más influyen en los problemas relacionados con el agua en nuestro país son su injusta distribución y el mal uso que hacemos de ella. En la actualidad, más de 12 millones de personas carecen de agua potable, especialmente en las zonas rurales y marginales, mientras que algunos sectores la desperdician y contaminan.

La contaminación de las fuentes de agua se debe a las descargas de residuos domésticos, industriales, agrícolas y mineros. Lo más lamentable es que esta injusticia ha resultado ser un lucrativo negocio para unos pocos, pues un enorme volumen de agua potable se ha convertido en un bien privado.

Para asegurar el suministro de agua dulce, ya sea para la agricultura o para consumo urbano, en el país se ha intensificado el uso de aguas subterráneas mediante la perforación de pozos y el bombeo. Consideremos que la sustentabilidad de este recurso depende de un equilibrio entre la extracción y la recarga. Así, la sobreexplotación de los acuíferos agota los manantiales, provoca la desaparición de lagos y humedales, reduce el caudal de los ríos, elimina la vegetación nativa y provoca una grave pérdida de ecosistemas. Además, el agua de los acuíferos se deteriora por intrusión salina y por migración de agua fósil.


La contaminación de las fuentes de agua se debe a las descargas de residuos domésticos, industriales, agrícolas y mineros


Los sistemas de riego para producir alimentos son altamente inadecuados, por lo que se pierde agua, se contamina el suelo y las fuentes, lo que afecta a los ecosistemas de manera grave. Es urgente adoptar nuevas tecnologías de riego, para lo que hay que impulsar una nueva cultura del agua. Se deben estudiar las cuencas, valorar los recursos hídricos, y planear el uso para evitar la sobreexplotación de las fuentes. Es un hecho que la seguridad alimentaria depende, indefectiblemente, del uso sustentable del agua.

Como parte de esta nueva cultura del agua, se requiere construir paradigmas científicos, tecnológicos y productivos que den al país respuestas diferentes, que abandonen el pensamiento lineal y se abran a un pensamiento holístico. Las comunidades deben ser consideradas dentro de su biorregión, y la toma de decisiones se ha de realizar de abajo hacia arriba (geográficamente), para que se pueda responder a las necesidades y condiciones reales y tomando en cuenta la diversidad cultural del país. Creemos que la forma de racionalizar el consumo de agua es impulsando una visión biocéntrica, entendiendo los límites biofísicos de las diversas regiones de nuestro país.

Los cambios de conducta que se generen, deben seguir los preceptos de lo sostenible, considerando que las generaciones actuales tenemos la responsabilidad de heredar a las generaciones futuras un planeta que no se encuentre irreversiblemente dañado.

El ámbito local

Si bien el consenso y participación de todos los sectores de la sociedad es fundamental en el cuidado y recuperación del agua, es posible que pequeños grupos o los individuos realicen algunas actividades para disminuir la contaminación y limpiar el agua ya contaminada.

¿Qué podemos hacer nosotros en la escuela y en el patio familiar, en nuestra localidad? Como lo mencionamos en párrafos anteriores, es importante conocer a qué cuenca hidrográfica pertenece el lugar donde habitamos y cuáles son las fuentes de agua más importantes que surten a la comunidad.

Recomendamos a los maestros dibujar con sus grupos la cuenca, y la ubicación geográfica dentro de esa cuenca, del lugar en que viven. Para conocer la relación de nuestro centro urbano o rural con el cuerpo de agua más cercano, pueden hacer una sencilla investigación consultando en Internet o con las autoridades responsables del agua.

Ejemplo de una cuenca hidrográfica

Si se trata de un área rural, pueden indagar sobre los diversos escurrimientos que van al río y la ubicación de la escuela en relación con los escurrimientos; también, si hay fuentes subterráneas y cuáles son.

Si nuestra escuela se encuentra en una ciudad, es recomendable investigar de dónde proviene el agua y cómo llega a los hogares, fábricas, parques, etcétera.

Si habitamos en un medio rural que no cuenta con agua entubada, pueden discutir sobre cómo se consigue el agua y cómo sería posible contar siempre con ella.

Una vez que se tengan los resultados de la investigación, en los salones se debe analizar si la fuente es abundante y está en buenas condiciones o si el suministro de agua está en riesgo. Si nos encontramos en el medio rural, habrá que analizar lo que se puede construir para un abasto permanente. Los maestros pueden realizar con sus alumnos una serie de actividades prácticas en relación con la fuente de abastecimiento: observación de la fuente (sea de la fuente natural, si está cerca, o de los tanques y tuberías), determinar el estado en que se encuentran los tanques y depósitos e indagar si se usa algún tipo de tratamiento en el agua que se utiliza en la escuela. Luego de estudiar la situación, se puede analizar y planear qué es posible hacer para proteger la fuente de agua, lo que puede abarcar desde no tirar contaminantes como grasa o detergentes agresivos por la tubería, hasta la limpieza de tinacos o cisternas. Así, todos juntos, padres de familia, profesores, alumnos y toda la comunidad, pueden tomar conciencia y trabajar para procurar el buen estado de un bien común y necesario, el agua.

Cosecha de agua

Tanto en el medio urbano como en el rural, los techos son sumamente útiles para la cosecha de agua. Ésta puede guardarse en una cisterna o en tanques para su posterior uso.

Sistema de canaletas para captar agua de lluvia


En el medio rural se pueden encontrar algunas fuentes como manantiales, ojos de agua, escurrimientos y otras formas de afloramiento natural. Algunas de ellas son permanentes y otras se secan durante el verano.

Como afirmamos en la introducción, para considerar la posibilidad de obtener seguridad alimentaria, se tiene que asegurar el aprovisionamiento de agua durante todo el año. Así, proteger las fuentes de agua es proteger la salud de la comunidad. Donde aflora el agua, hay que volver eficiente la captación, el almacenamiento y el uso.

Para aumentar la captación de agua en las fuentes, se recomienda utilizar prácticas de retención y captación de escorrentía, como barreras vivas, acequias de ladera tipo trinchera y gavetas de infiltración. Se pueden construir pequeños reservorios y pozos artesanales en quebradas y pequeñas escorrentías, taparlos con plástico grueso negro y sobre éste colocar una placa de piedras mezcladas con cemento y arena.


Adecuación de una acequia de ladera


Para asegurar la producción de alimentos para la familia o la comunidad, es importante hacer estas sencillas construcciones que acumularán agua que se usará en tiempos de secano.


En nuestra parcela

A fin de mantener las camas biointensivas productivas todo el año y contar con alimento en las cuatro estaciones, es recomendable construir una cisterna para recolectar el agua de lluvia que se capta en el techo. Para la colecta se debe establecer un sistema de canaletas que desemboquen en un caño y que éste conduzca el líquido hasta la boca de la cisterna o de algún tambo.

Un diseño que ha demostrado ser bueno es la cisterna redonda de ferrocemento. Algunas entidades gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil capacitan a las comunidades rurales para la construcción de estos depósitos de agua, en todos los estados.


Cisterna redonda de ferrocemento


Conclusiones

El suministro de agua, como hemos visto, está amalgamado a la seguridad alimentaria. Por ello, si se planean actividades a largo plazo, tendientes a producir alimentos para la escuela, la familia y la comunidad, entonces, junto con la planeación del establecimiento de los cultivos, es necesario planificar el abasto de agua de manera permanente considerando las mejores alternativas para asegurar la provisión del recurso durante todo el calendario estacional. Y no sólo eso, también se debe considerar cómo se va a emplear el agua de manera sustentable. Lo ideal es no dejar la tarea y sus resultados en la escuela, sino extender los beneficios llevándolos a la comunidad y trabajando de manera colectiva.

Es importante tomar conciencia y ayudar a concientizar a quienes nos rodean, sobre el hecho de que el problema del agua nos concierne a todas las personas, por lo cual, todas debemos conocer la situación y hacer aquello que esté en nuestras manos para cuidarla, para recuperar las fuentes y sanear el ciclo del agua, afectado por el calentamiento global.

Con este artículo terminamos el tratamiento de los aspectos productivos de las camas biointensivas. En el siguiente aprenderemos a deshidratar algunos vegetales, ya que es muy probable que se tengan excedentes, los cuales se pueden almacenar secos para consumirlos cuando no haya producción de una planta en particular.

En el último artículo, aprenderemos a construir y manejar un gallinero-conejera, lo que permite la cría de animales para complementar la dieta con suficientes proteínas.

Referencias

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GUTIÉRREZ, F., y C. Prado (1997). Ecopedagogía y ciudadanía planetaria. Heredia (Costa Rica): Instituto Latinoamericano de Pedagogía de la Comunicación.

PROGRAMA de Investigaciones del Uso Integral del Agua (1998), I Seminario Internacional del Uso Integral del Agua. Texcoco (México): Universidad Autónoma Chapingo / Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial.

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TÉLLEZ, E. (1998). Agua de calidad en la escuela. Agua potable: esfuerzo de todos. Lima: Centro Panamericano de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (CEPIS).

NOTAS

* Doctora en Agroecología. Consultora latinoamericana en desarrollo rural sostenible de la FAO y evaluadora del Programa para la Seguridad Alimentaria de la FAO en México.
Créditos fotográficos

-Imagen inicial: Correo del Maestro

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-Foto 8. Marcos J. Vieira, Protección y captación de pequeñas fuentes de agua, Ministerio de Agricultura y Ganadería, Proyecto
CENTA-FAO-Holanda “Agricultura sostenible en zonas de ladera”.

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