Áreas naturales
protegidas de México:

CUATROCIÉNEGAS,‌ ‌OASIS‌ ‌CON‌ ‌HISTORIA

Andrés Ortiz Garay[*]



En esta entrega de la serie sobre áreas naturales protegidas se introduce una nueva categoría de estos espacios dedicados a la conservación del medio ambiente natural: las áreas de protección de flora y fauna. La descripción de una de estas áreas, la de Cuatrociénegas, en el estado de Coahuila, servirá como preámbulo para conocer las finalidades que persigue el establecimiento de este tipo de zonas de protección. En una próxima entrega, se completará este análisis al comparar Cuatrociénegas con otra área de esta misma categoría.




c Áreas naturales protegidas de México: Cuatrociénegas, oasis con historia

No he encontrado una explicación del todo convincente sobre el origen del topónimo Cuatrociénegas. Aunque posiblemente lagunas, pozas o manantiales no habrían sido palabras carentes de sentido al componer el nombre, lo de ciénegas seguramente resultaba muy acertado hace un par de siglos, pues la abundancia de agua anegaba gran parte de ese lugar, no sólo con los afloramientos a la superficie de los cuantiosos mantos freáticos de su subsuelo, sino además por la gran cantidad de agua pluvial que tras precipitarse mayormente en las altas serranías que rodean los costados del valle –pobladas entonces por un tupido arbolado– descendía escurriendo hacia los bajíos y se estancaba allí, pues Cuatrociénegas conformaba en ese tiempo una cuenca cerrada. Pero la palabra inicial de este nombre compuesto requiere un poco más de atención. ¿Por qué sólo cuatro, si el suelo encenegado se extendía por muchas partes del valle en ciertas épocas del año? ¿Habría realmente cuatro grandes cuerpos de agua empantanada que –como el hasta no hace mucho existente y hoy desecado Churince– merecieron individualmente el epíteto de lagunas, pero a los que se terminó por llamar colectivamente ciénegas? ¿O quizá –como afirman algunas de las fuentes consultadas–, se usa cuatro porque hacia los cuatro rumbos cardinales, es decir, por doquier, había ciénegas? ¿Se deberá acaso –como me inclino a pensar, aunque no pueda ofrecer datos concluyentes al respecto– a que cuatrocientos era, más que un número, una idea metafórica usada por los indios hablantes de lengua náhuatl que acompañaban a los primeros colonos españoles para evocar el sentido de ‘innumerables’, ‘muchísimos’, y que al pasar al habla de los hispanos esa metáfora se redujo a un más cómodo cuatro?[1] Dar por buena alguna de estas alternativas requeriría un estudio etimológico que no viene al caso aquí, así que mejor enfoquémonos ahora en las significaciones que comporta un concepto relacionado con las áreas naturales protegidas (ANP).

c Otra categoría de ANP

La Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente define así una categoría específica de las áreas nacionales protegidas de México:

Artículo 54. Las áreas de protección de la flora y la fauna se constituirán de conformidad con las disposiciones de esta ley, de la Ley General de Vida Silvestre, la Ley de Pesca y demás aplicables, en los lugares que contienen los hábitat de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres.

En dichas áreas podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la preservación, repoblación, propagación, aclimatación, refugio, investigación y aprovechamiento sustentable de las especies mencionadas, así como las relativas a educación y difusión en la materia.

Asimismo, podrá autorizarse el aprovechamiento de los recursos naturales a las comunidades que ahí habiten en el momento de la expedición de la declaratoria respectiva, o que resulte posible según los estudios que se realicen, el que deberá sujetarse a las normas oficiales mexicanas y usos del suelo que al efecto se establezcan en la propia declaratoria.

Así, las áreas de protección de flora y fauna (APFF) de México se destinan a proteger hábitats naturales caracterizados mayormente por la presencia de especies de flora y fauna silvestres emblemáticas, raras y/o sujetas a estatutos internacionales de protección. Pero se trata de una categoría de ANP que no encuentra una equivalencia fácil en los estándares internacionales. La Comisión Mundial de Áreas Protegidas (WCPA, por sus siglas en inglés), el órgano rector en esta materia de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), no la incluye en su clasificación.[2] Algunos estudiosos[3] proponen que una APFF es similar a las categorías de “Ia. Reserva natural estricta” y “Ib. Área natural silvestre” que propone la UICN, es decir, tipos en los que se busca conservar ecosistemas, especies o rasgos de geodiversidad excepcionales o extraordinarios (formados principal o exclusivamente por fuerzas no humanas), evitando su degradación o destrucción por impactos humanos significativos. Sin embargo, la interpretación tanto de la definición general de ANP como de las categorías específicas en las que éstas se dividen sigue estando abierta al albedrío de los estados nacionales que decretan tales áreas. Por ejemplo, parece una contradicción que en una reserva natural estricta (la categoría Ia de la UICN) se autorice –como lo hace el artículo 54 de la ley citada– el aprovechamiento de los recursos naturales ahí existentes. Desde luego, como ya lo hemos visto en otros artículos de esta serie, la segmentación de las ANP en zonas núcleo (con mayores restricciones) y zonas de amortiguamiento (con aprovechamiento regulado) ayuda a resolver en cierta medida tal contradicción.

Valle de los Cirios, Baja California

En México, la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) reconoce la existencia de 40 áreas de protección de flora y fauna dentro del territorio nacional. El tamaño de las superficies que engloba esta categoría varía mucho, pues la mayor, la APFF Valle de los Cirios, en el estado de Baja California, abarca 2 521 987.61 hectáreas, mientras que la de menor tamaño, que es la APFF Balandra, en el contiguo estado de Baja California Sur, cuenta con sólo 2512.72 hectáreas. Pero la magnitud de Valle de los Cirios es una excepción, pues ninguna otra APFF alcanza siquiera el millón de hectáreas. Como se puede apreciar en la siguiente tabla, hay otras cinco que rebasan las 300 000 (destacando Laguna de Términos con poco más de 700 000); siete se sitúan entre 299 000 y 100 000; seis, entre 100 000 y 50 000; cinco, entre 49 000 y 30 000; una sola, el Pico de Tancítaro, en Michoacán, tiene más de 20 000; siete están por debajo de esta última cifra y superan la de 5000; y otras ocho, las más pequeñas, están entre esta última cifra y las 2500 hectáreas de la ya mencionada Balandra.

En cuanto a su ubicación, tres se sitúan en la región que la Conanp denomina Centro y Eje Volcánico (en tierras de Ciudad de México, el Estado de México y Morelos);[4] cinco, en la región Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur (básicamente en Chiapas, además de una en Oaxaca); seis, en la región Noreste y Sierra Madre Oriental (Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas); cinco, en la región Norte y Sierra Madre Occidental (Chihuahua y Sonora); tres, en la región Noroeste y Alto Golfo de California (Chihuahua, Sonora y Sinaloa); cuatro, en la región Península de Baja California y Pacífico Norte (Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa); cuatro, en la región Occidente y Pacífico Centro (Colima, Jalisco y Michoacán); otras cuatro, en la región Planicie Costera y Golfo de México (Campeche, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz); y seis, en la región Península de Yucatán y Caribe Mexicano (todas en Quintana Roo, aunque una, Bala’an K’aax, también abarca parte de los estados de Yucatán y Campeche). Veamos pues el cuadro del que salen estos datos.

Áreas de protección de flora y fauna de México

Nombre Estados Superficie
total (ha) a
Fecha
de decreto
Región Centro y Eje Neovolcánico
Nevado de Toluca Estado de México 53 590.68 25/1/1986
Corredor Biológico Chichinautzin Ciudad de México, Morelos
y Estado de México
37 302.41 30/11/1988
Ciénegas de Lerma Estado de México 3 023.96 27/11/1992
Región Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur
Chan Kin Chiapas 12 184.99 21/8/1992
Boquerón de Tonalá Oaxaca 3 912.32 22/9/2008
Nahá Chiapas 3 847.42 23/9/1998
Metzabok Chiapas 3 368.36 23/9/1998
Cascada de Agua Azul Chiapas 2 580.00 29/4/1980
Región Noreste y Sierra Madre Oriental
Ocampo Coahuila y Chihuahua 344 238.23 5/6/2009
Cañón de Santa Elena Chihuahua 277 209.72 7/11/1994
Maderas del Carmen Coahuila 208 381.15 7/11/1994
Cuatrociénegas Coahuila 84 347.47 7/11/1994
Sierra de Álvarez San Luis Potosí 16 900.00 7/4/1981
Sierra La Mojonera San Luis Potosí y Zacatecas 9 201.50 13/8/1981
Región Noroeste y Alto Golfo de California
Bavispe Sonora 200 900.66 9/9/1989
Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui Sonora, Sinaloa y Chihuahua 92 889.69 19/7/1996
Meseta de Cacaxtla Sinaloa 50 862.31 27/11/2000
Región Norte y Sierra Madre Occidental
Tutuaca Chihuahua y Sonora 436 985.67 6/7/1987
Papigochic Chihuahua 222 763.85 11/3/1989
Campo Verde Chihuahua y Sonora 108 067.47 3/1/1988
Médanos de Salamayuca Chihuahua 63 182.33 5/6/2009
Cerro Mohinora Chihuahua 9 126.36 10/7/2015
Región Occidente y Pacífico Centro
La Primavera Jalisco 30 500.00 6/3/1980
Pico de Tancítaro Michoacán 30 500.00 19/8/2009
Sierra de Quila Jalisco 15 192.50 4/8/1982
El Jabalí Colima 5 178.56 14/8/1981
Región Península de Baja California y Pacífico Norte
Valle de los Cirios Baja California 2 521 987.61 2/6/1980
Islas del Golfo de California Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa 374 553.63 2/8/1978
Cabo San Lucas Baja California Sur 3 996.05
(3 788.00 marinas)
29/11/1973
Balandra Baja California Sur 2 512.72
(1 193.20 marinas)
30/11/2012
Región Península de Yucatán y Caribe Mexicano
Yum Balam Quintana Roo 154 052.25
(101 744.63 marinas)
6/6/1994
Bala’an K’aax Quintana Roo, Yucatán
y Campeche
128 390.16 3/5/2005
Uaymil Quintana Roo 89 118.15 17/11/1994
Porción norte y franja costera oriental, terrestres y marinas de la isla de Cozumel Quintana Roo 37 829.17
(32 095.96 marinas)
25/9/2012
Otoch Ma’ax Yetel Kooh Quintana Roo 5 367.42 5/6/2002
Manglares de Nichupté Quintana Roo 4 257.50 26/2/2008
Región Planicie Costera y Golfo de México
Laguna de Términos Campeche y Tabasco 706 147.67
(158 868.96 marinas)
6/6/1994
Laguna Madre
y Delta del Río Bravo
Tamaulipas 572 808.61 14/4/2005
Cañón del Usumacinta Tabasco 46 128.49 22/9/2008
Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan Veracruz 30 571.15
(todas marinas)
5/6/2009
a

Se trata de la superficie total del área, que en 34 casos es totalmente terrestre, pero en paréntesis se señalan la cantidad de superficie marina para los seis casos en que el APFF comprende también porciones de territorio en el mar.


Esta heterogeneidad de las APFF complica cualquier intento de caracterizarlas en conjunto. Por eso, considero que abordar un par de ejemplos puede ser la mejor manera de aproximarnos a conocer algo acerca de los objetivos, las configuraciones, problemáticas y formas de manejo de esta categoría de área natural protegida.

Localización de las áreas de protección de flora y fauna de México

c APFF Cuatrociénegas

El 7 de noviembre de 1994, poco más de la mitad (84 347.47 hectáreas) del valle de Cuatrociénegas,[5] ubicado en la porción central del estado de Coahuila, al oeste de la ciudad de Monclova, en el municipio de Cuatrociénegas de Carranza, fue decretada como Área de Protección de Flora y Fauna. Ese decreto del Ejecutivo Federal buscaba asegurar la continuidad de uno de los más asombrosos nichos medioambientales de todo el continente americano. Porque, en efecto, Cuatrociénegas no sólo es hábitat de especies de flora y fauna endémicas, raras o amenazadas,[6] sino que, además, alberga paisajes (dunas de yeso) y constituyentes bióticos (pozas con estromatolitos) que son realmente singulares. Cuatrociénegas está también clasificado como sitio Ramsar (1995) en la categoría de “humedal prioritario en el mundo”; es “sitio prioritario para la conservación de la biodiversidad” según nombramiento de la Comisión Nacional para la Biodiversidad, “Ecorregión prioritaria para la conservación” por parte del Fondo Mundial para la Naturaleza y “Área de Importancia para la Conservación de Aves Migratorias” de acuerdo con BirdLife International y la Comisión para la Cooperación Ambiental de Norteamérica.


Dunas de yeso


Abajo, en fondo del valle está el desierto, pero alrededor, las montañas alcanzan alturas superiores
a 2000 metros sobre el nivel del mar



Así, el elemento clave que ha posibilitado tanto la existencia de especies bióticas como la configuración de estructuras abióticas tan distintivas es la abundancia de agua en medio de una región desértica; pues en efecto, Cuatrociénegas –así nos sea poco claro el origen etimológico de su nombre– es, sin duda alguna, un gran oasis pletórico de historia, tanto de la historia de la evolución natural de nuestro planeta como de la que se refiere a la incidencia de la historia humana en aquélla.

Ubicado en la parte central de los 630 000 kilómetros cuadrados que ocupa el Desierto Chihuahuense (el más extenso de Norteamérica y el segundo en el mundo de acuerdo con su nivel de biodiversidad),[7] el oasis de Cuatrociénegas es un complejo hidrológico en el que se interconectan cientos de manantiales que al aflorar a la superficie han formado lagunas, pozas, riachuelos y pantanos de diversas extensiones, algunas hasta de 600 metros de diámetro. Si bien se trata de un contexto donde predominan calurosos climas secos o semicálidos (de abril a septiembre son muy comunes las temperaturas superiores a los 40 grados centígrados), la temperatura puede descender abruptamente por las noches –algo característico de los desiertos– y no es infrecuente que en invierno el termómetro marque varios grados centígrados por debajo del cero.

La lluvia suele ser escasa, entre 100 y 200 milímetros por año, y cae casi siempre en los meses de invierno (cuando visité ese lugar, a principios de octubre del año pasado, mi primer día estuvo muy nublado y la lluvia caía no tormentosa, pero sí pertinaz).


A veces la lluvia refresca la aridez del desierto, como lo muestra esta foto de octubre de 2019


La altitud en la base del área es de 740 metros sobre el nivel del mar, pero las cimas de los picachos en los alrededores del valle llegan a los 3000. Cuatrociénegas, a pesar de estar inmerso en el sistema hidrológico de los ríos Bravo y Conchos es un valle que conformaba una cuenca cerrada, es decir, que drenaba principalmente hacia su propio interior, realizando así pocas aportaciones al caudal del Bravo. Este aislamiento hídrico favoreció el desarrollo de endemismos entre las especies pobladoras del hábitat, especialmente entre los seres acostumbrados a vivir en medios acuáticos o subacuáticos, como peces, crustáceos, moluscos y reptiles anfibios.

Al publicarse el Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Cuatrociénegas (noviembre de 1999), el volumen de extracción de agua de los mantos acuíferos superficiales y subterráneos era de 49 millones de metros cúbicos al año, de los cuales, 48 millones se destinaban al uso agrícola. Pero si consideramos que el potencial de recarga era cercano a los 25 millones de metros cúbicos, resulta indudable que desde entonces los acuíferos se hallaban demasiado sobrexplotados.

Este proceso de pérdida de agua tiene una más larga historia, que es ya centenaria, pues desde finales del siglo XIX se comenzaron a hacer dragados y canalizaciones para conducir agua del valle hasta otros lugares, como el poblado de Frontera, distante unos 60 kilómetros de la cabecera municipal de Cuatrociénegas y que ahora es parte de la zona metropolitana de Monclova. El agua que se sacaba –y se sigue sacando– del valle se destinó en principio a la irrigación de campos de cultivo y después también a la satisfacción de las necesidades de los conglomerados urbanos de las cercanías. La extracción del agua de los manantiales naturales de Cuatrociénegas ha terminado así por comprometer el funcionamiento natural del sistema hídrico de la zona. Por eso, el principal problema que enfrenta en la actualidad el intento de conservación de los humedales de Cuatrociénegas es la amenazadora disminución de los volúmenes de agua existentes y la consiguiente desecación de varios cuerpos de agua[8] (el complejo lagunar denominado Churince es uno de los más afectados: la laguna de mayor tamaño, llamada precisamente El Churince, con algo más de un kilómetro de largo, ya está seca, al igual que algunas otras del humedal); el incremento de porciones desecadas y azolvadas ha producido importantes fragmentaciones en el hábitat y, de forma paradójica, debido a la construcción de canales, se han interconectado cuerpos de agua que antes se encontraban aislados, dándose entonces la posibilidad de que especies –sobre todo acuáticas– que no estaban en contacto inicien una interacción directa. De esta manera, algunas especies exóticas invasoras se han extendido por todo el humedal, con lo que causan serios disturbios y ponen en peligro la capacidad de sobrevivencia de otras especies que se hallan en el lugar desde mucho tiempo atrás (algunos ejemplos de estas especies exóticas invasoras son el pez joya, la tilapia azul y el langostino rojo).


Fauna

Cuatrociénegas podría tener más de 1100 especies de plantas y animales; y entre las que se han registrado, 77 se describen como únicas de la región. En la de peces (ictiofauna) se han contado 16 especies diferentes (nueve endémicas), lo que constituye todo un récord para una zona árida. Los crustáceos (carcinofauna) presentan 12 especies, la mitad de ellas endémicas. Hay siete familias de moluscos acuáticos (malacofauna) (con la familia Hydrobiidae como la más representada), entre las que se conocen 10 endemismos. Los reptiles (herpetofauna) suman 67 especies (con al menos seis endémicas) distribuidas en medios acuáticos, subacuáticos o terrestres, entre ellas hay ocho anfibios anuros, cuatro tortugas, 23 lagartijas, 31 culebras. Se han registrado 197 especies de aves (siete endémicas), de las cuales, una gran mayoría son migratorias, pero también las hay como residentes permanentes del área.

Oso negro

Aunque los estudios sobre los mamíferos (mastofauna) no son concluyentes, se puede decir con seguridad que en Cuatrociénegas hay puma, venado, lince, coyote, zorra gris y zorra norteña, oso negro y varias especies de roedores (siendo de estos últimos los más representativos la liebre cola negra y el conejo cola de algodón del desierto). Antes había borrego cimarrón y berrendo en el valle, pero ahora ya no, posiblemente porque la cacería acabó con ellos. De vez en cuando hay noticias de la presencia de venados bura y cola blanca que, sin embargo, también están bajo amenaza de extinción, al igual que coyotes, mapaches y varias especies de palomas y aves acuáticas que son de interés para los amantes de la cinegética o que se cazan porque representan molestias para la población humana local.



El mayor índice de endemismos en Cuatrociénegas ocurre entre animales acuáticos, principalmente moluscos, crustáceos y peces pequeños, algo inusitado para un medio desértico



Zorra gris


Entre las especies conspicuas de esta APFF que son más generalmente mencionadas se podría incluir: cachorrito del bolsón, mojarra de Cuatrociénegas, bagre yaqui, carpa potosina, tortuga de casco suave e isópodo acuático. Pero hay muchas más, pues, como ya mencioné, se han registrado casi 80 endemismos y para el caso de un buen número de subespecies la clasificación definitiva no ha sido alcanzada aún. Desde luego, un sinnúmero de insectos (entre los cuales se cuenta la emblemática mariposa monarca como especie transitoria) y organismos bacterianos microscópicos (como los estromatolitos que abordaremos más adelante) completan la rica fauna que habita en Cuatrociénegas.[9]


En su largo trayecto migratorio, la mariposa monarca transita por
Cuatrociénegas al dirigirse a los santuarios del centro de México


Flora

En el área de protección de flora y fauna, la vegetación se encuentra repartida mayormente entre pastizal halófilo y vegetación acuática en el piso de la cuenca. En las dunas de yeso se albergan especies endémicas de plantas gypsófilas, así como matorral xerófilo y matorral submontano en las partes más elevadas. En el valle de Cuatrociénegas, se localizan básicamente ocho tipos de vegetación dominante: matorral alto espinoso, matorral bajo micrófilo o matorral de larrea, pastizal halófito, matorral gipsófilo de yuca, vegetación acuático-riparia, matorral rosetófilo, matorral de arroyo arenoso y vegetación inducida compuesta principalmente por especies cultivadas. Entre las especies nativas más destacadas están la hierba del escorpión, la hierbabuena silvestre y el maguey de Parras, y otras más; árnica yesosa, hierba de las cuatro en punto, cenicilla, son los curiosos nombres de especies florísticas endémicas del valle.

La flora –y también la fauna– del APFF Cuatrociénegas enfrenta fuertes amenazas para su viabilidad provocadas por la contaminación que producen los desechos sólidos, las aguas residuales no tratadas, el uso de agroquímicos y la continua afectación de incendios forestales, además de que el complejo ecorregional presenta problemas de deforestación y degradación en zonas aledañas al área natural protegida.


En Cuatrociénegas están representadas muchas de las especies que caracterizan
a los desiertos de Chihuahua, Sonora y Coahuila, como el abundante ocotillo


Tortugas endémicas


Entre las seis especies de reptiles endémicas de Cuatrociénegas, se hallan dos de tortugas, que son las que trataremos aquí.

La tortuga bisagra, también llamada en el lenguaje ordinario tortuga de Cuatrociénegas, tortuga negra, tortuga de caja de Coahuila o tortuga de caja de agua, es la especie conocida en la clasificación científica como Terrapene Coahuila. El primero de estos nombres, que es el más común, se debe a que los escudos abdominal y pectoral de su plastrón se unen en una especie de bisagra y esto le permite, al retraer la cabeza, la cola y las patas, cerrar en forma hermética su oscuro caparazón (el plastrón es la parte ventral del caparazón y le brinda protección a toda la sección inferior del cuerpo de la tortuga). Sus mandíbulas carecen de dientes, son como un pico córneo y, al igual que todos los quelonios, tiene en sus extremidades y cabeza la piel gruesa y escamosa, con cinco dedos en las patas delanteras y cuatro en las traseras, todos ellos provistos de fuertes uñas.


Terrapene Coahuila, conocida también como tortuga bisagra o tortuga negra


Se ha propuesto que la especie Terrapene Coahuila es la más similar al ancestro común que supuestamente comparten las tortugas de tipo bisagra, o al menos que es la que pasado por menos cambios adaptativos al habitar en un medio ambiente relativamente estable desde el Pleistoceno.

Su hábitat natural lo constituyen pequeños arroyos, pozas y ciénegas, donde los cursos de agua llevan poca corriente y hay una vegetación acuática abundante complementada por zacates, raíces de mezquite, lampazos y tules.

La tortuga bisagra es una cazadora más bien crepuscular y nocturna, aunque se le llega a ver durante el día después de algún aguacero fuerte o cuando sale del agua para desovar. Se alimenta de una variedad de plantas acuáticas, insectos y peces pequeños.

Su época de apareamiento ocurre en los meses de marzo y abril; construye sus nidos a las orillas de charcas, donde el suelo es lodoso y suelto; aproximadamente tres semanas después de la cópula, la hembra deposita allí de dos a seis huevos de cáscara granulada. Tras una incubación de dos meses en el nido (y desde luego, si no han sido antes encontrados por coyotes, mapaches, hormigas u otros depredadores), los huevos eclosionan y las tortugas recién nacidas deben cavar su salida a la superficie y de allí avanzar hasta el humedal más cercano donde pueden encontrar mayores posibilidades de sobrevivir.

Se ha calculado que existen unos 2500 ejemplares de este quelónido en Cuatrociénegas, pero se le considera en peligro de extinción porque su hábitat acuático se reduce cada vez más. Los estudios realizados indican que en 1968 había por hectárea de humedal 148 de estas tortugas y que actualmente su población se ha reducido a tres o cuatro por hectárea.

Otra especie, la Apalone atra, llamada tortuga de caparazón suave de Cuatrociénegas, tortuga de casco suave espinoso o tortuga negra de concha blanda, es también endémica, aunque todavía se discute si se trata de una especie en toda regla o si más bien debe ser considerada una subespecie o variante local de la Apalone spinifera. En cualquier caso, se encuentra en un estado crítico de conservación, por lo que forma parte de la Lista Roja de Animales en Peligro de Extinción de la UICN y del apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés) (también la NOM-059-Semarnat 2010 la considera como especie en peligro de extinción).


Apalone atra, llamada tortuga de caparazón suave de Cuatrociénegas


Las hembras, que curiosamente son más grandes que los machos, llegan a medir unos 50 centímetros. Los individuos de ambos sexos tienen un cuerpo muy plano, que les sirve para nadar mejor, por lo que alcanzan una velocidad que les permite atrapar peces y engullirlos. Sus patas carecen de dedos, ya que están completamente palmeadas. Quizá su característica morfológica más distintiva sea la nariz en forma de trompa que, junto con su largo cuello, habilita a este animal para respirar sin tener que salir completamente a la superficie. Es una tortuga omnívora que cuando come carne suele preferir atrapar presas vivas.

El hábitat principal de la tortuga de caparazón blando es la laguna y los canales adyacentes que se conocen localmente como Río Mezquites, en la parte centro-oriental del valle. Este cuerpo de agua es por lo general cálido y su claridad permite ver el fondo en muchas partes. Aunque de carácter tranquilo, estas tortugas se han acostumbrado a ser alimentadas por los turistas que visitan Río Mezquites (donde está permitido nadar y pasear en kayak, también hay un pequeño restaurante donde además se expenden productos chatarra, cacahuates, etc.). Así, no es inusual que las tortugas se acerquen sin demasiado recato a las orillas, donde hay palapas, para buscar la comida que mucha gente les ofrece, a pesar de los letreros que advierten que no se les debe alimentar.

Las dos especies endémicas sobre las que aquí hemos hablado compiten entre sí por la primacía en los cuerpos de agua que todavía les ofrecen un hábitat favorable para su reproducción y supervivencia.




Las tortugas de caparazón suave tienen un cuerpo muy plano, que les sirve
para nadar mejor y sus patas carecen de dedos, ya que están completamente palmeadas




c Manejo y problemática del APFF

Con innumerables afloraciones de agua en pleno desierto, Cuatrociénegas merece sobradamente el calificativo de oasis

El Programa de Manejo del Á;rea de Protección de Flora y Fauna Cuatrociénegas fue publicado en noviembre de 1999 por el Instituto Nacional de Ecología (INE). De acuerdo con en ese documento –que cuenta con atribuciones legales–, el área natural protegida se subdivide en varios tipos de zonas en las que se permiten o restringen las actividades humanas atendiendo a las posibilidades de aprovechamiento, conservación y/o restauración de los recursos naturales existentes. Tales zonas son:

  • Zonas de protección. Comprenden seis unidades territoriales en las que se encuentran los recursos más sobresalientes del valle (ambientes acuáticos, dunas de yeso y lugares con amplia cubierta de cactáceas y otras especies vegetales de importancia). En 1999, estas unidades presentaban un estado de conservación de los recursos naturales que era considerado como bastante bueno en la perspectiva de dar continuación a los procesos evolutivos de la naturaleza. Por eso, en este tipo de zona no se permite realizar actividades que pongan en riesgo a las especies de flora y fauna silvestres, especialmente a las que se hallan bajo algún estatus de protección de acuerdo con la NOM-059-ECOL-1994.[10] Asimismo, se prohíbe el desarrollo de nuevas obras o actividades que afecten los flujos y ciclos naturales del agua, aunque se admite la realización tanto de actividades ganaderas que no sobrepasen la capacidad de carga establecida, como de las agrícolas en los sitios donde éstas ya se han llevado a cabo (pero no se deben abrir nuevos terrenos al cultivo). Se permite efectuar actividades relacionadas con la investigación científica, la educación ambiental, el monitoreo de especies y la recreación.[11] Cualquier obra de infraestructura nueva que se pretenda construir debe contar con la aprobación debida de su manifestación de impacto ambiental.

  • Zonas de uso restringido. Constan de cuatro unidades territoriales que abarcan superficies donde el estado de conservación de los recursos naturales se clasificó entre regular y bueno. La noción central que rige a esta categoría es que, a pesar de que los terrenos ya presentan un cierto grado de impacto ambiental, es posible mejorar las condiciones de aprovechamiento de los recursos de manera que se garantice su continuidad. Las actividades agropecuarias están permitidas a condición de restringirse a las áreas anteriormente usadas para ellas o a que, en todo caso, se obtengan los permisos que legalicen el cambio de uso del suelo. Las actividades de minería extractiva se permiten en los sitios donde ya se han realizado con anterioridad que cuenten con la debida autorización, y cualquier nuevo aprovechamiento minero debe sujetarse al procedimiento de evaluación de la manifestación de impacto ambiental. Las actividades de investigación, educación ambiental y recreación están permitidas. El Programa de Manejo establece que los sitios de interés histórico-cultural ubicados en estas zonas se manejarán de manera conjunta entre la dirección del APFF y las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con la finalidad de restaurar y dar mantenimiento a los edificios, la infraestructura y el paisaje que los rodea.

  • Zonas de aprovechamiento controlado. Comprenden diez unidades territoriales en las que el estado de conservación de los recursos naturales es en general considerado como malo, y algunos pocos sitios, como regular. Se trata entonces de las zonas del área natural protegida en las que los impactos ambientales han sido más graves.

Haremos aquí un alto para esta primera parte de las entregas dedicadas a las áreas de protección de flora y fauna de México. El próximo mes volveremos sobre Cuatrociénegas y luego la compararemos con otra área protegida de la misma categoría.

c Referencias

CONANP, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (s. f.). Ficha del Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación para la Conservación del APFF Cuatrociénegas [en línea]: <simec.conanp.gob.mx/ficha_pdf.php?anp=151®=4>. Ir al sitio

INE, Instituto Nacional de Ecología (1999). Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Cuatrociénegas. México: Unidad Coordinadora de Áreas Naturales Protegidas [en línea]: <www.paot.org.mx/centro/ine-semarnat/anp/AN16.pdf>. Ir al sitio

MELO, C. (2002). Áreas naturales protegidas de México en el siglo XX. México: Instituto de Geografía, UNAM.&

Notas

* Antropólogo. Ha laborado en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional Indigenista y el Instituto Nacional de Ecología. Para Correo del Maestro escribió las series “El fluir de la historia”, “Batallas históricas”, “Palabras, libros, historias”.

  1. Recordemos, por ejemplo, el poema del tlatoani de Texcoco, el famoso Nezahualcóyotl, que hace referencia a la gran multiplicidad tonal de una conocida ave mexicana en su trinar: “Amo el canto del cenzontle/ pájaro de cuatrocientas voces, amo el color del jade/ y el enervante perfume de las flores/ pero amo más a mi hermano/el hombre”. Y recordemos también que fueron innumerables los indios de grupos tribales del Altiplano Central de México aliados a los conquistadores españoles e integrantes del grueso de los contingentes armados que hicieron posible el avance de la colonización hispana más allá de las fronteras del derrotado Imperio azteca (muchos de ellos, como los tlaxcaltecas, muy presentes en la conquista del noreste de México, hablaban la misma lengua que Nezahualcóyotl).
  2. En 2008, el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN efectuado en Barcelona aprobó una definición de las áreas protegidas, determinó los tipos de gobernanza aplicables en ellas y definió las categorías de gestión para su establecimiento y manejo.
  3. Véase, por ejemplo, el trabajo del geógrafo Carlos Melo citado en el apartado de referencias.
  4. Aquí sólo se mencionan los estados que cuentan con APFF por decreto del Ejecutivo federal, pero no son los únicos que conforman las regiones de la Conanp.
  5. El bolsón de Cuatro Ciénegas es un pequeño valle intermontano con menos de 1500 kilómetros cuadrados.
  6. En primer lugar, las incluidas en la NOM-059-ECOL-1994 (norma oficial mexicana sobre la protección de especies de flora y fauna), así como las registradas en las listas de convenciones y acuerdos internacionales en la materia.
  7. Según se afirma en la página web del Fondo Mundial para la Naturaleza (más conocido como WWF, por sus siglas en inglés). Véase: <www.wwf.org.mx/que_hacemos/programas/desierto_chihuahuense/>. Ir al sitio
  8. La extracción de aguas, en especial las subterráneas, se ha realizado básicamente para permitir el cultivo de forrajes, en particular de alfalfa, que tiene un alto contenido de proteína, pero que demanda grandes cantidades de agua para su crecimiento. El Grupo Lala, fundado como Pasteurizadora La Laguna, en Torreón, Coahuila, en 1949, es hoy una de las empresas más grandes del mundo en la producción láctea, cárnica y de otros alimentos, por lo que su demanda de insumos forrajeros es muy alta y buena parte de sus abastecedores de forraje se localizan en la zona de Cuatrociénegas y los municipios circundantes.
  9. Un listado de especies representativas de flora y fauna, así como de especies endémicas y microendémicas, puede consultarse en la ficha del SIMEC incluida en el apartado de referencias (Conanp, s. f.).
  10. Esta es la norma oficial mexicana de carácter ecológico que enlista las especies de flora y fauna que se consideran amenazadas de extinción y por lo tanto deben gozar de un estatuto especial de protección.
  11. La recreación deberá contemplar actividades de bajo impacto, contar con un programa específico de manejo que incluya el número máximo de visitantes que puede recibir y un programa de mantenimiento de las edificaciones avalado por el INE (INE, 1999: 51).
c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: angelmetropolitano.com.mx

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- Foto 2: Correo del Maestro a partir de sig.conanp.gob.mx/website/interactivo/anps

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- Foto 11: www.especiesendemicas.com

- Foto 12 a 15: Andrés Ortiz Garay

CORREO del MAESTRO • núm. 289 • junio 2020