La paideia EN EL MUNDO GRIEGO Luz María Gómez Ordoñez[*] Este artículo nos aproxima a la génesis de educación y cultura, conceptos que en el mundo griego integran el vocablo paideia, la cual se refiere a la educación que recibe el hombre para tratar de alcanzar lo más excelso: la perfección de los dioses. La paideia es el ideal del hombre que los poetas Homero y Hesíodo describen en sus poemas: Ilíada, Odisea y Teogonía. Este modo de ser o ethos se ejemplifica en los siglos V y IV a. C. con la paideia de Esparta, enfocada en educar en la valentía, la fortaleza y el honor necesarios para la guerra; y con la paideia en Atenas, donde se educa para saber hablar, dialogar, debatir y escribir, es decir, para resolver los conflictos por medio de la argumentación.
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c Introducción
La paideia, el concepto que hoy comprende la educación y la cultura, proviene del griego paidos: niño. Se refiere a la educación que en los siglos V y IV a. C. recibían los hombres libres en las ciudades griegas. La paideia incluye la sabiduría popular, las reglas de conducta de artes y oficios vigentes en la sociedad. Trasciende el conocimiento particular y presenta la imagen del hombre, como un hombre perfecto; que actúa con nobleza de espíritu y practica conductas distinguidas. Modelo educativo donde son esenciales la educación física, la educación musical y espiritual, bajo el supuesto de formar un ser algo más humano, más amable, con dominio de la retórica; una educación para edificar cada uno su forma de ser: su ethos.
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c Paideia en Homero y Hesíodo
Werner Jaeger (2012), especialista en la paideia griega, expresa que el concepto de paideia integra cualidades morales y espirituales propias del hombre libre. Este vocablo comprende la educación acorde con la verdadera forma humana, con el auténtico ser, por lo que abarca tanto el ideal de los héroes de Homero (928 a. C.), presentes en sus poemas, como de los hombres de Hesíodo (700 a. C.), que ensalzan las actividades cotidianas. Así, en la Ilíada, Homero narra cómo los hombres libres contaban con ayos, que eran hombres mayores con una serie de cualidades, conocimientos y valores espirituales, y a quienes también se les denominaba pedagogos. Éstos tenían la función de aconsejar, guiar y acompañar a sus alumnos para la adquisición de los hábitos y virtudes. La paideia es identificada como kalo kagothia (del griego kalos, ‘bello’ y agatos, ‘bueno’). La kalo kagothia es un ideal de conducta personal basado en la práctica de las virtudes consideradas bellas, por ejemplo: la valentía, la nobleza y la bondad. César García (2008) interpreta que Homero reconocía a la paideia en tres acepciones: como crianza en la infancia, como enseñanza de los niños y jóvenes para que realicen grandes hechos, y como areté: el aspecto espiritual, que sustentaba la virtud guerrera y el espíritu heroico. Así expresa: La areté en la Ilíada en parte es aristocrática, pues pertenece a una forma privilegiada de guerreros. Sin embargo, la areté en la Odisea trasciende por las maneras y las conductas distinguidas y colocadas en la más alta estima social; o sea, las bases mismas de la civilización (García, 2008, p. 4). Los protagonistas en la Odisea, dice García, citando a Jaeguer: “Tienen algo más de humano y amable; en sus discursos y experiencias domina lo que la retórica posterior denomina ethos […]” (2008, p. 4). La areté en un principio significa una excelencia humana que muestra la superioridad del ser humano sobre otros seres no humanos, una excelencia no necesaria para los hombres ordinarios, si bien algunos esclavos la tienen. La areté es capacidad y fuerza. Por ello, el vigor y la salud constituyen la areté del cuerpo. La sagacidad y la penetración son la areté del espíritu. En ocasiones, la areté implica reconocimiento social, es decir, respeto y prestigio. Vasija del siglo V a. C., donde se representa al joven Hércules, seguido por su nodriza Geropso (que porta la lira), en su papel pedagógico, entendido como acompañante (en la otra cara de la vasija Hércules aparece con Lino, su maestro El objetivo de la paideia es que el hombre cultive las virtudes, proponiéndose imitar (mímesis) a los héroes y a los dioses, en la búsqueda de la perfección.
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c La paideia en Esparta y Atenas
Estas dos ciudades de la Grecia antigua se caracterizan por el esclavismo. Sus habitantes se dividían en dos clases: los hombres libres (los ciudadanos) y los esclavos. Las mujeres espartanas y atenienses eran libres, pero no ciudadanas. Otra característica era la distinción entre el trabajo manual y el trabajo intelectual. El trabajo manual era propio de esclavos; resultaba indigno que un hombre libre trabajara físicamente. El adiestramiento físico en Esparta era aceptado, pues implicaba el ideal heroico del guerrero; en Atenas cultivaban las virtudes intelectuales, de ahí que haya sido el lugar donde surgió la filosofía. Las actividades para la subsistencia estaban asignadas a los esclavos (ilotas) y los extranjeros (periecos); a ellos correspondían las labores del campo, el cultivo, la cría de ganado, la producción de objetos y servicios, actividades esenciales para la supervivencia de la sociedad entera. En Esparta realizaban actividad física: el adiestramiento para la guerra, considerada una actividad noble donde se ejemplificaba y desarrollaba el heroísmo que acercaba a los hombres al valor y estatus de los dioses. En este sentido, el ideal espartano expresa el sentido de su paideia: En Esparta realizaban actividad física: el adiestramiento para la guerra, considerada una actividad noble donde se ejemplificaba y desarrollaba el heroísmo que acercaba a los hombres al valor y estatus de los dioses Cuando Glauco se enfrenta con Diómedes en el campo de batalla y quiere mostrarse como su digno adversario, enumera, a la manera de Homero, a sus ilustres antepasados y continúa: “Hipóloco me engendró, de él tengo mi prosapia. Cuando me mandó a Troya me advirtió con insistencia que luchara siempre para alcanzar el precio de la más alta virtud humana y que fuera siempre, entre todos, el primero” (Jaeger, 2012, p. 26). En Atenas, la paideia estaba ligada a la filosofía, a la que Jaeger (2012) define como la intención de comprender el orden permanente que se halla en el fondo de todos los acontecimientos y cambios de la naturaleza y de la vida humana. La reflexión filosófica otorga importancia al sentido de la comunidad, a la vida armónica de los hombres en la comunidad, para ello es necesaria la enseñanza moral de las virtudes, por ejemplo: la eusebia (piedad), el respeto por los demás, la nobleza, el orgullo, la bondad, todas expresiones de la areté (Rojano, 2009). En Atenas el esfuerzo y la superación de los jóvenes busca el prestigio social y el honor espiritual, para ello son necesarios los conocimientos y las artes. La intención es formar a los hombres dentro de un proceso de construcción consciente, en el ideal de la areté. Las disciplinas que se deben cultivar son: la gramática, la retórica y la dialéctica. La imagen del hombre incluía acción y nobleza de espíritu. En este sentido, Jaeger expresa: [Se impulsaba] una nueva imagen del hombre perfecto para la cual, al lado de la acción, estaba la nobleza del espíritu, y sólo en la unión de ambas se hallaba el verdadero fin. […] este ideal […] expresado por el viejo Fénix, el educador de Aquiles, héroe prototípico de los griegos. [Se comprende] en una hora decisiva [cuando] recuerda al joven el fin para el cual ha sido educado: “Para ambas cosas, para pronunciar palabras y para realizar acciones” (2012, p. 27). La paideia en ambos casos tiene un propósito formativo, se educa para la valentía y para tener una mejor convivencia en la sociedad. Así, Isócrates (436 - 338 a. C.) creía que era apropiado aprender la gimnasia, la gramática, la poesía, la matemática, la filosofía y la retórica, esencial para desarrollar la oratoria (García, 2009). Además de la retórica, la gramática y la dialéctica, la paideia incorpora el aprendizaje de la astronomía, la matemática (aritmética), la geometría y la gimnasia (música y educación física). La paideia pretende que los jóvenes adquieran saber y dominio de sí mismos, es decir, crear carácter; es educación y cultura al conjuntar el desarrollo físico y espiritual para vivir en comunidad, con valores que honran la dignidad del ser humano y la armonía en la sociedad. Meleagro y su hijo Parthenopaios se despiden de la familia antes de irse Estas disciplinas permanecen en la Edad Media y son conocidas como la enseñanza del trivium y el quadrivium. Posteriormente constituyen las denominadas siete artes liberales. La areté entendida como virtud continúa siendo tema central en la filosofía, en la voz y los escritos de los filósofos clásicos: Sócrates, maestro del diálogo con los jóvenes en el ágora (la plaza pública); Platón, creador de la Academia; y Aristóteles, fundador del Liceo, primeras escuelas en la antigüedad. Sin olvidar la labor de los sofistas, maestros que impulsan la creación de las escuelas como espacios dedicados ex profeso para la enseñanza y formación de los jóvenes. De ambas visiones hablaremos en otra ocasión. ♦
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c Referencias
GARCÍA, César (2008). La actualidad de la paideia griega desde el estudio de la literatura y la filosofía clásica. Memoria X Congreso Nacional de Investigación Educativa, COMIE. http://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v10/pdf/area_tematica_08/ponencias/1329-F.pdf Ir al sitio JAEGER, Werner (2012). Paideia: los ideales de la cultura griega. Fondo de Cultura Económica. ROJANO, Martha (2009). La paideia griega. Temas para la Educación, núm. 5. https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd6290.pdf Ir al sitio Notas * Docente de la Universidad Pedagógica Nacional 151, Toluca, Estado de México.
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c Créditos fotográficos
- Imagen inicial: J na Lendering (CC0 1.0) - Foto 1: The American Schools of Oriental Research - Foto 2: shoplt.oiykuyj.ru - Foto 3: www.zendalibros.com CORREO del MAESTRO • núm. 313 • Junio 2022 |