Animales y mitos,
parte de la diversidad
cultural de México

TRES LECTURAS PARA TODAS LAS EDADES

Anna Pi i Murugó[*]


Un mito refiere a un relato de hechos maravillosos cuyos protagonistas son normalmente personajes sobrenaturales (dioses, monstruos) o extraordinarios (héroes). Los mitos forman parte de una cultura que los considera como historias verdaderas, y una de sus principales funciones es otorgar respaldo narrativo a las creencias centrales de una comunidad.

Animales y mitos, parte de la diversidad cultural de México. Tres lecturas para todas las edades

El antropólogo Claude Lévi-Strauss apunta que todo mito cumple con tres atributos: trata de una pregunta existencial; está constituido por contrarios irreconciliables; y proporciona la reconciliación de esos polos opuestos. Si bien en sus orígenes el mito fue, y sigue siendo en muchas culturas, un relato oral, con el correr del tiempo sus detalles han variado de acuerdo con la transmisión del conocimiento de generación en generación –así pasa con la escritura, imágenes, refranes, canciones, festividades, celebraciones, etc.– y muchos tienen plena vigencia en la actualidad. De este modo, con el desarrollo de la escritura, el mito también se ha reelaborado en forma literaria con distintas versiones y variantes.

Ciertos temas, como el origen del ser humano y del universo, aparecen tratados en los mitos de todas las culturas. El mito responde a una particular forma de ver el mundo y de explicar los fenómenos que en él existen. Por esta razón, en los mitos ocurren hechos absurdos, se dan soluciones mágicas y aparecen también personajes fabulosos.

En general, el mito es una narración que describe y retrata en lenguaje simbólico el origen de los elementos y supuestos básicos de una cultura. Desde el punto de vista de la mitología, el mundo que percibimos directamente no es el único mundo existente.

El mito-animal del tlacuache, que se presenta en Ladrón del fuego, de Ana Paula Ojeda y Juan Palomino, nos permite conocer el origen del fuego y su presencia en la tierra. El llamado “ladrón del fuego” se identifica por sus acciones y actividades, la principal en este caso, el robo. Y es que el tlacuache tiene fama de ladrón, ya que, con cola prensil, con su marsupio o bolsa en la que lleva a sus crías, y sus patas muy diestras –con cinco dedos parecidos a los de los humanos– puede hacerse con todo aquello que no le pertenece, a la vez que lo dona a quien lo requiere.

Así, dicen que después de la creación del mundo, el tlacuache decidió ir en busca del fuego para regalárselo a los hombres, con lo que supuso de aporte para toda la humanidad.

El tlacuache es un animal omnívoro que no ha sufrido variaciones desde que apareció en nuestro planeta, hace aproximadamente sesenta millones de años. La especie se ha preservado y ha sobrevivido a la invasión humana. Además, es el único marsupial mexicano que ha sabido adaptarse incluso al depredador más temido del planeta: el hombre. También es uno de los mamíferos más antiguos sobre la tierra que, según distintas leyendas y la historia del mito, posibilitó una vida y alimentación mejor a los humanos, quienes, al desconocer la existencia del fuego, debían comer todo crudo. Asimismo, con el fuego, la humanidad ha podido sobrellevar los rigores del frío.

Por su parte, el tlacuache puede permanecer inmóvil y aparentar su muerte –bajando a niveles increíbles su respiración y actividad vital– para evadir a sus depredadores, lo que en muchas ocasiones le permite zafarse de la muerte fingiéndose muerto. Tales características hacen de este animal un mito cargado de protagonismo e importancia en muchas culturas mexicanas con plena vigencia hoy.



El jaguar es otro animal mitológico, centro del relato en Jaguar, “Corazón de la Montaña” , de Ana Paula Ojeda y Juan Palomino, y que constituye uno de los mitos fundacionales de la cultura maya, aparte de ser el más grande y poderoso felino de América y, por más de tres mil años, uno de los más importantes animales simbólicos de Mesoamérica.

La explicación de la naturaleza y los significados del jaguar se asocian a su presencia anterior al tiempo, a la fuerza de la noche que hace posible el día, así como a la energía devastadora de la que partirá sin cesar la nueva creación y el motor del tiempo que se guarece en la oscuridad.

El jaguar aterra al ser humano y al mismo tiempo es necesario para la supervivencia de éste en distintas culturas. Este animal es, también, expresión de la vida y la fuerza, tal como lo es de la muerte. Sólo los humanos matan al jaguar, lo que podría explicar la creencia, ampliamente difundida entre distintas culturas indígenas de México, en la igualdad espiritual de ambos seres. Partiendo de esa visión del mundo, cada hombre lleva en su interior un jaguar y cada jaguar podrá ser a su vez un hombre disfrazado.

Hoy en día existen muchas culturas en México en las que aún se celebran fiestas que tienen elementos simbólicos asociados a los felinos y en especial al jaguar. En la cosmovisión mesoamericana, el jaguar ha tenido un lugar sumamente relevante. Por ejemplo, los olmecas, los aztecas y los mayas solían representar a los hombres con rasgos de jaguar. Este animal simbolizó la noche y la oscuridad, lo oscuro de la matriz de la Madre Tierra que genera vida. Fue el guardián de las oscuridades terrestres, y también símbolo del Sol en su recorrido nocturno por los inframundos subterráneos.



Todos estos aspectos del jaguar y del tlacuache se presentan en las páginas de estas dos obras, mediante una escritura de trazo limpio, directo y eficaz –entendible para todos–, y junto a otra forma narrativa, las imágenes y dibujos que la acompañan, cuya belleza, color y formas asombrosas dan mayor vida y expresividad al relato.

Ladrón del fuego forma parte de la Biblioteca de Aula –Libros del Rincón– en el apartado de Mitos y Leyendas para el primer grado de primaria. En esta colección se incluyen narraciones maravillosas situadas fuera de un contexto histórico y protagonizadas por personajes de carácter divino, heroico y tradicional que buscan a menudo explicar la cosmovisión de un pueblo, su ideología y creencias, así como reafirmar su identidad.

Transmitir a públicos tan diferentes como son los niños, jóvenes y adultos, la realidad de los mitos –en la historia y en la actualidad–, en estos dos libros –Ladrón del fuego y Jaguar, “Corazón de la Montaña”– no es una tarea fácil, pero los textos cargados de realidad y tradición de Ana Paula Ojeda y las espléndidas ilustraciones de Juan Palomino lo consiguen a la perfección.

Además, en las guardas de los libros, hallaremos información geográfica, cultural, datos biológicos y de contexto de ambos animales que nos ayudan a comprender que sin el tlacuache y el jaguar no seríamos los humanos quienes somos y como somos, y que las distintas culturas de México tienen en estos animales su origen mitológico.

En ambas obras, los mitos del tlacuache y del jaguar se nos presentan de manera clara y accesible. El texto y las imágenes, excelentemente editados, forman una mancuerna perfecta que nos atrapa y transporta a distintos lugares y culturas de México, tanto actuales como del pasado.

Estas obras, cuya lectura es apta también para jóvenes y personas adultas, nos ofrecen la oportunidad de adentrarnos, página tras página, en una bella e interesante narración escrita, junto a un excepcional trabajo gráfico que anima la imaginación del lector.

El nuevo mito-animal que formará parte de esta colección, y que podemos encontrar ya a la venta, es el mono. Sospechamos que este nuevo volumen de la colección, titulado Monos, “Mensajeros del viento” (Conaculta / Ediciones Tecolote, 2016), nos hará saltar de alegría cuando tengamos entre las manos este nuevo texto y podamos gozar de su lectura e imágenes.




Reseña de los libros:

Ana Paula Ojeda y Juan Palomino, Ladrón del fuego, México, Conaculta / Ediciones Tecolote, 2013.

Ana Paula Ojeda y Juan Palomino, Jaguar, “Corazón de la Montaña”, México, Conaculta / Ediciones Tecolote, 2014.



NOTAS

* Doctora en Ciencias Antropológicas por la UAM Iztapalapa.
Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Ojeda, A. y Palomino, J. (2013). Ladrón del Fuego. México: Conaculta / Ediciones Tecolote.

- Fotos 1 y 2: Ojeda, A. y Palomino, J. (2013). Ladrón del Fuego. México: Conaculta / Ediciones Tecolote.

- Fotos 3 y 4: A. Ojeda y J. Palomino (2014). Jaguar, “Corazón de la Montaña”. México: Conaculta / Ediciones Tecolote.

- Imagen recuadro final: Ojeda, A. y Palomino, J. (2013). Ladrón del Fuego. México: Conaculta / Ediciones Tecolote.