Cursos en línea:
CUÁNDO, CÓMO Y PARA QUIÉN

Ana E. Orozco Aguayo[*]



El presente artículo ofrece una aproximación al mundo de los cursos en línea (u on-line, como se conocen en inglés) a los que un adolescente o una persona adulta, mediana o altamente versada en computación, puede acceder en la actualidad. Se describen las diferencias entre los cursos presenciales y los cursos en línea, con énfasis en las habilidades tecnológicas, alfabetización informacional y actitudes de los usuarios. Respecto a los usuarios de cursos en línea en particular y los usuarios de internet en general, se aborda el supuesto de los nativos digitales. Por último, se describen y ejemplifican algunos recursos multimedia que utilizan los cursos en línea y los principios didácticos que éstos siguen.




c Introducción

La emergencia de la comunicación por medios digitales es un fenómeno reciente en México si consideramos que el primer mensaje por internet se transmitió del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México a la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, hace treinta años, en julio de 1989 (“Este fue primer…”, 2019). Este hecho marcó el inicio de la era digital en nuestro país, que se sumó así a la dinámica global. En todo el mundo, en 2014 existían 11 mil millones de dispositivos conectados entre sí a través de internet y para 2020 se espera que esa cifra alcance 50 mil millones, según el estudio “México Digital, la ruta hacia el alto desempeño” de la empresa Accenture (Ferezin, 2014: 86).

Pero, ¿qué es la tecnología digital? Es la tecnología que utiliza la computadora y que, a diferencia de la tecnología analógica –que emplea señales eléctricas continuas como las de la radio–, se sirve de señales discontinuas, que usan sólo dos valores: 0 o 1. Dos ejemplos concretos son la música grabada en discos compactos (CD), que recurre a la tecnología analógica, y el formato MP3, por ejemplo, que usa tecnología digital. Esta definición fue tomada de Wikipedia, primera enciclopedia de contenido libre editado por los usuarios, para ejemplificar el uso masivo de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en la búsqueda de respuestas a muy variadas interrogantes.

Los cursos en línea serían una variante más o menos formal de actividades diseñadas por una persona o institución con el fin de que otras personas puedan adquirir información, procesar y comunicar conocimientos y desarrollar muy diversas habilidades. Esta tecnología ha provocado una revolución en nuestra manera de comunicarnos a partir de su desarrollo para el público en general desde los años noventa.


El aula virtual tiene un ambiente virtual que imita al de un salón de clases o
en algunos casos a todo un campus universitario

c ¿Cuáles son las diferencias entre los cursos presenciales y los cursos en línea?

Un curso presencial requiere que maestro y alumno se encuentren en un espacio físico en un momento determinado y que se propongan llevar a cabo una tarea en común; un curso en línea requiere un estudiante o usuario conectado a internet por medio de un dispositivo electrónico que le proveerá de contenidos con los cuales interactuar y a los que accede por medio de un software multimedios, definido como “cualquier programa que combina varios medios bajo control interactivo por parte del usuario” (Gándara, 1999: 133). El término multimedios se refiere a diversos tipos de datos como son el texto, el audio y las imágenes fijas y en movimiento (Gándara, 1999: 130). El aula como la conocemos, el lugar de encuentro entre maestro y alumno, se transforma en aula virtual, que ciertamente tiene un ambiente virtual que imita al de un salón de clases o en algunos casos –el de las plataformas tecnológicas como Moodle o Blackboard– a todo un campus universitario, con cursos, videos, salas de conferencias, biblioteca con miles de libros y artículos y foros de discusión, además de formas de comunicarse con los profesores y compañeros en privado en forma sincrónica o asincrónica (al mismo tiempo o en momentos diferidos). El alumno entonces lleva a cabo acciones similares a las que ocurren en el aula real, tales como ver presentaciones de información, leer documentos, hacer preguntas al maestro, dialogar con compañeros, pero “sin que medie una interacción física entre docentes y alumnos” (“Educación a distancia…”, 2018). Actualmente son más de sesenta las universidades e institutos públicos y privados en el país que ofrecen este servicio (“Educación a distancia…”, 2018).

Por más sencillo que sea un curso en línea, incluso el que tiene el objetivo de enseñar habilidades como reparar electrodomésticos o editar imágenes, para que sea considerado como tal requiere un aula virtual que disponga de los elementos enunciados en la figura 1.


Figura 1. Elementos indispensables en un aula virtual (adaptado de “Educación a distancia…”, 2018).


Hay que distinguir un curso abierto (de registro y acceso libres) de un curso cerrado (dirigido a los integrantes de una institución educativa o laboral). Un ejemplo del primer tipo es el curso interactivo de música que puede consultarse en <pentagrama.org> y que cuenta con los cuatro elementos consignados en la figura 1. Los cursos cerrados son generalmente los que ofrecen las universidades y cada vez más empresas en su modalidad virtual.

La búsqueda de información y de aprendizaje de muy variadas habilidades puede llevar a los usuarios de internet a encontrar maneras de aprender por medio de los videos del popular sitio YouTube, pero este medio no constituiría un curso en línea porque no tiene todos los elementos descriptivos de la figura 1. Como ejemplo de este tipo de información de utilidad práctica se puede recurrir al sitio de internet mencionado y buscar el título “Cómo instalar calentador solar en 5 pasos”, donde se tendrá acceso a un video de escasos nueve minutos publicado en julio de 2017 y que tiene casi medio millón de visitas. Son abundantes también los videos sobre la preparación de platillos de cocina, que incluyen la lista de ingredientes y el procedimiento.

En YouTube existen dos elementos esenciales en el aula virtual: el acceso a la información y a los recursos multimedia (el video), y la posibilidad de intercambiar ideas y experiencias con el autor del video y con quienes hayan dejado sus preguntas y comentarios por medio del chat (aunque el dejar una pregunta no garantiza que ésta sea contestada). Sin embargo, YouTube no ofrece las herramientas necesarias para la aplicación y experimentación de lo aprendido ni para la evaluación de los conocimientos –en este caso, cómo instalar un calentador solar. Con este ejemplo, queda claro que los materiales informativos en internet, ya sea en sitios abiertos o cerrados, no constituyen un curso en línea.


Ejemplo de curso abierto (de registro y acceso libres)


Otra distinción entre ambas modalidades de cursos (presencial y en línea) estriba en las formas de comunicación a las que recurren. En la primera modalidad la comunicación es casi exclusivamente maestro-alumno (más aún cuando imperan los métodos tradicionales de enseñanza); mientras que en el curso en línea deben existir dos tipos de comunicación por lo menos: interacción con el programa o software (lo que se llama interfaz de usuario) y comunicación entre usuarios (compañeros de curso, tutores en línea, coordinadores).

¿Qué es un sitio en línea? Las páginas o sitios en internet (websites) son contenidos a los que se accede por medio de direcciones electrónicas o URL (sigla en inglés de Uniform Resource Locator, localizador de recursos uniforme). En internet y con ayuda de un buscador (Yahoo, Bing, Google, entre otros) es posible acceder a miles de páginas o sitios con variado contenido y propósito: desde un sitio de venta de productos en línea hasta uno para encontrar pareja. “Dos de los factores que caracterizan a Internet y particularmente al WWW son la facilidad para publicar en la red y la falta de control existente” afirman Barrera, Núñez y Motola (2006). Pero, señalan, esta ventaja se puede convertir en desventaja dado que la falta de control en las publicaciones provoca que las búsquedas conduzcan a información de baja calidad. Esto es lo que hace necesaria una de las habilidades para el uso de internet: la alfabetización informacional, que puede definirse como la habilidad para evaluar, discriminar y usar información para el ejercicio pleno de la ciudadanía (Cabra y Marciales, 2009: 332).

c Habilidades, alfabetización informacional y actitudes de los usuarios

Para seguir indagando sobre las diferencias entre los cursos presenciales y los cursos en línea, veamos ahora el desempeño del alumno o usuario en cada uno de los casos. Tanto padres como maestros estamos plenamente conscientes de que el tiempo en que los alumnos se sentaban en filas en silencio frente al maestro que dictaba su cátedra está ya muy lejos. Esa actitud de reverencia al maestro al que se escuchaba sin discutir era la virtud del alumno en un aula presencial. Otras habilidades muy apreciadas en el alumno eran la memoria para retraer en cualquier momento la información asimilada, así como la atención y el orden para recuperar materiales y seguir instrucciones. El papel del alumno era pasivo y receptivo, y nadie intentaba cambiar ese hecho.

En la actualidad, con el uso de herramientas tecnológicas, el alumno o usuario de estas herramientas se ha tornado un comunicador y buscador independiente de información. A diferencia del aula tradicional, el aula virtual busca aprovechar estas nuevas habilidades. Sin embargo, transitar de la educación presencial a la educación en línea no es tarea fácil. El alumno en un curso en línea necesita desarrollar su capacidad de autogestión para seguir las actividades por sí mismo. Esta sería la habilidad más relevante para tener éxito en esta nueva modalidad. Para Fernández (2004: 60), el curso en línea “debe permitir el aprendizaje autónomo, proporcionando una robusta funcionalidad, con seguimiento y asesoramiento”.


Con el uso de herramientas tecnológicas, el alumno se ha tornado en buscador independiente de información


En este punto podríamos preguntarnos ¿para quién son los cursos en línea? ¿Están los niños y adolescentes preparados en habilidades y actitudes para enfrentar este tipo de reto? ¿Acaso no todos los niños que ahora usan un celular son parte de la generación net? Las respuestas a estas interrogantes no son absolutas, pero a grandes rasgos se puede afirmar que, para sacar provecho de un curso en línea, un usuario necesita otras habilidades y actitudes más allá del uso eficiente de un celular. Las investigaciones sobre nativos digitales han revelado que las competencias de alfabetización informacional no se desarrollan a la par que las habilidades para usar tecnología, y que la búsqueda de información en internet es una tarea compleja aun para los estudiantes de educación media (Cabra y Marciales, 2009: 332-333).

c Generación net o nativos digitales

Es común escuchar la expresión “los niños ahora nacen con un chip incluido”, dando a entender que las nuevas generaciones usan la tecnología digital sin ninguna dificultad ni necesidad de aprendizaje intencionado. Pero ¿qué tan cierto es esto?

Desde que Don Tapscott en 1999 habló de la generación net para distinguir a esta generación como la primera que nació rodeada de tecnología digital, y Mark Prensky usó la expresión “nativos digitales” en 2001, también para referirse a los nacidos después de 1980 y que se caracterizan por buscar en la tecnología la inmediatez y la conectividad, pareciera que hay una distancia insalvable entre esta nueva generación y las anteriores en su forma de comunicarse, de aprender, de divertirse e incluso de entender el mundo, lo que se ha dado en llamar brecha digital. Se supone que todo lo que ha traído la tecnología digital al ámbito de las comunicaciones son ventajas. Se ha hablado del nacimiento de una nueva generación de aprendices, capaces de adquirir todo tipo de conocimientos y habilidades en segundos frente a una pantalla, lo que ha llevado a los investigadores en este campo a desarrollar una visión crítica de estas suposiciones (Cabra y Marciales, 2009: 324-327).

Las conclusiones de una veintena de investigaciones realizadas en Estados Unidos, Australia y Europa en las últimas dos décadas podrían sorprender a los crédulos maestros, padres y abuelos que observamos cómo nuestros alumnos, hijos o nietos, cuyas comunicaciones están mediadas en su mayoría por un celular o una tableta, no pueden ir a ningún lado sin estos artefactos. Algunas de estas conclusiones son las siguientes:

  • No hay evidencias suficientes para determinar características específicas de los llamados nativos digitales o de las diferencias que guardan con los inmigrantes digitales (generación anterior que usa computadora) (Bennet et al., 2008, apud Cabra y Marciales, 2009: 328).

  • Después de los 11 años, no se han detectado diferencias en el comportamiento frente a las tecnologías entre los adolescentes y los adultos jóvenes, ni en sus procesos cognitivos (Rowlands et al., 2008, apud Cabra y Marciales, 2009: 328).

  • Las habilidades tecnológicas están lejos de ser universales entre los estudiantes universitarios. Sólo 21 por ciento de ellos crean su propio contenido y multimedia para internet (investigación realizada con más de cuatro mil estudiantes de Estados Unidos por Kravik, Caruso y Morgan en 2004, apud Cabra y Marciales, 2009: 330).

  • Son tan diversas las habilidades tecnológicas encontradas en estudiantes universitarios, que caracterizarlos como nativos digitales es una generalización que puede llevar a supuestos falsos sobre su desempeño con los medios digitales (Cabra y Marciales, 2009: 330-331).

Estos hallazgos conducen a pensar que el término generación net fue difundido por Tapscott (1997) para crear una imagen de nuevos consumidores en la economía digital, y no hay duda de que existe este segmento de mercado, pero la caracterización de nativos digitales no puede generalizarse a la población mundial menor de 30 años. Incluso se ha hablado de una polarización de la población entre quienes usan internet y quienes no lo usan y cómo esto afecta sus posibilidades educativas y laborales (Cabra y Marciales, 2009: 332).

En abril de 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó la existencia de 74.3 millones de usuarios en México y 18.3 millones de hogares con acceso a internet.[1] El rango entre los 12 y los 34 años representa más de la mitad de los usuarios de internet. Sin embargo, los usuarios de internet en hogares se concentran en zonas urbanas, con un rezago importante (de 20 a 40 por ciento de usuarios) en estados como Chihuahua, San Luis Potosí, Puebla, Campeche, Yucatán y Chiapas. Es notable también que 93 por ciento de los usuarios se conectan a internet por medio de su celular, con una disminución en el uso de laptop, PC (computadora de escritorio) y tableta. Se identificaron como principales usos de internet: el entretenimiento, la comunicación y la búsqueda de información; en un cuarto lugar quedó el uso con fines educativos (“Usuarios de Internet…”, s. f.).

Aquí es importante destacar que, si bien el acceso a internet se ha popularizado en ciertos estratos de la población, no han avanzado paralelamente las habilidades tecnológicas ni la alfabetización informacional. En otras palabras, el que existan más de setenta millones de usuarios en nuestro país con acceso a internet no quiere decir que sean capaces de manejar la información a la que tienen acceso. Sería necesario incluir en los currículos de educación media, media superior y superior, cursos que estimularan a los estudiantes a desarrollar tanto un pensamiento crítico respecto al uso de internet, como habilidades específicas de discriminación de información y de creación de productos visuales y auditivos. Esto es, habría que enseñar a los alumnos a ser creadores críticos en un entorno cambiante.

c Cursos masivos y abiertos de educación universitaria: MOOC

Con todo, la educación por medios digitales sigue avanzando en el mundo, con buenos resultados en la apropiación de parte de los usuarios –estudiantes de todas las edades, incluyendo a los mayores de 50 años. La mayor iniciativa en este sentido han sido los MOOC (Massive Open Online Courses, cursos en línea masivos y abiertos) que brindan educación universitaria para no universitarios en todo el mundo. En 2015, más de 400 universidades en 28 países habían creado más de 2400 MOOC, aunque la mayor parte en los Estados Unidos.[2] Uno de los portales más famosos que proporciona estos cursos es Coursera, consorcio de universidades que llegó a reunir 640 mil estudiantes de 190 países en 2012 y que en 2014 matriculó a más de 11 millones de usuarios (Bras, 2016), con un crecimiento sin precedentes. La plataforma Udacity ofrece cursos de computación, programación, computación en la nube e inteligencia artificial, entre otros temas, los que han sido usados también para capacitación empresarial. En español, la plataforma Miríadax imparte cursos MOOC y tiene más de seis millones de alumnos matriculados.

Estos cursos demuestran cómo internet ha logrado socializar la educación superior llevándola a millones de usuarios adolescentes y adultos de todas las edades que de otra forma no podrían acceder a ella. Sin embargo, no todo son ventajas: tal vez el punto débil de los MOOC está en el carácter masivo de los cursos, que impide una comunicación directa alumno-docente, lo que se logra paliar con las evaluaciones automatizadas tipo opción múltiple y la retroalimentación entre los propios alumnos-usuarios. Este tipo de cursos tienen una duración media de algunas semanas y exigen una dedicación de un par de horas diarias. Al finalizar, puede obtenerse un certificado que ante algunas instancias comprueba la capacitación laboral.


Uno de los portales más
famosos que ofrece cursos
MOOC es Coursera


En contextos más formales, las universidades han creado campus virtuales que proporcionan la misma calidad de educación con mayor cobertura que la de los cursos regulares, sin necesidad de ampliar su infraestructura ni su número de docentes. Con este fin, muchas universidades han adoptado la modalidad semipresencial o blended learning, según la cual los alumnos asisten a unas clases presenciales, comúnmente de inicio y cierre, pero toman el resto del curso en línea.


Algunas opiniones positivas de universitarios en dos universidades de España sobre los cursos semipresenciales son las siguientes (Hinojo, Aznar y Cáceres, 2009: 170):

  • «Te organizas el trabajo de mejor forma»

  • «Cuentas con flexibilidad horaria para trabajar donde quieras y cuando quieras»

  • «Se aprende más, sobre todo en temas más áridos, porque los trabajas mejor que en clase presencial, donde el profesor te lo explica y tú te limitas exclusivamente a copiar apuntes»

  • «La documentación a trabajar es amplia y la tienes siempre que quieras a la mano»

  • «Para la gente que estamos trabajando es una metodología muy adecuada, ya que sólo podemos asistir a clase algunos días»

  • «Cuentas con un profesor en todo momento, ya que le planteas las dudas y al poco tiempo son resueltas, lo que supone que no pierdes el contacto con el profesor»



La plataforma Udacity dispone de cursos de computación,
programación, computación en la nube e inteligencia artificial

La plataforma Miríadax ofrece cursos MOOC y tiene más de
seis millones de alumnos matriculados


Un tipo informal de curso breve en línea son los webinars o seminarios por internet. Se trata de una conferencia en línea impartida por un especialista o equipo de especialistas en un tema que permite a los usuarios interactuar entre sí. Por lo general, los webinars están organizados por empresas o anunciantes con el objetivo de brindar una capacitación rápida a los interesados, quienes se registran para participar desde un correo electrónico. Tienen una duración aproximada de una a dos horas. Las sesiones generalmente se graban para posibilitar que las personas que no pudieron verlas accedan a su contenido, aunque ya no interactuarán con los demás participantes.

c Recursos que utilizan los cursos en línea

No todos los recursos en línea se utilizan en educación media superior y superior, o para educación formal. Hay una gran cantidad de recursos que pueden incorporarse en las prácticas de clase en primaria y secundaria, aunque previamente el docente debe evaluarlos y elegirlos para su uso, ya sea utilizando tabletas en el aula o en una sala de cómputo. Equivalen a materiales didácticos, pero en el aula virtual se les conoce como objetos de aprendizaje.[3]

Los objetos de aprendizaje (OA) pueden usarse por separado o ser parte de secuencias didácticas o de cursos completos; por eso una de sus características es la de ser reutilizables, es decir que pueden ser usados en diferentes secuencias didácticas y con diferentes usuarios, pero siempre conservan un propósito educativo. La figura 2 muestra el sitio que ocupan los objetos de aprendizaje dentro de los recursos digitales en educación. Los simuladores como los laboratorios virtuales,[4] y los juegos interactivos, permiten a los usuarios experimentar probando sus respuestas y recibiendo retroalimentación, mientras que WebQuest es una investigación colaborativa guiada en internet que utiliza enlaces externos (links) para acceder a la información previamente seleccionada por el diseñador (por lo general un docente). Se centra en desarrollar una tarea en equipos colaborativos, seguir un proceso, investigar en los recursos y presentar una conclusión. Se evalúa por medio de una rúbrica.[5]


Figura 2. Sitio que ocupan
los objetos de aprendizaje
dentro del mundo de
los recursos digitales en
educación y capacitación
(adaptado de Núñez, s. f.).

c Uso creativo, recreativo y de autoaprendizaje de otras herramientas tecnológicas

Pódcast

Son grabaciones de audio en formato digital que permiten la creación de contenido con cierta programación y necesidad de equipo. Los pódcast tienen una duración de aproximadamente 10 minutos. Suelen alojarse en internet, sobre todo en blogs u otro tipo de páginas.[6]

Un repositorio muy famoso de pódcast es el de la Universidad Nacional Autónoma de México, Descarga Cultura, que cuenta con cientos de pódcast de obras literarias (algunas en la voz de sus autores), música, fragmentos de teatro, conferencias científicas y ensayos.

Un proyecto interesante para la educación media sería la creación de un pódcast.


Videos y presentaciones con movimiento

Hay muchas herramientas para crear presentaciones, presentaciones en movimiento y videos. Las herramientas se deberían adaptar a las habilidades de los alumnos, siempre teniendo presente su uso educativo.

Muchos niños y adolescentes de hoy sueñan con ser youtubers, o creadores de videos que se suben a la popular página YouTube. Aunque el uso que se le ha dado es principalmente de entretenimiento, la creación de videos puede abarcar cualquier tema y darles un uso educativo.



Blogs

Un blog es un sitio en internet que crea una persona o grupo de personas con el fin de comunicar ideas, noticias de su comunidad, producciones en texto, imagen o video, y que se actualiza con cada nueva entrada o publicación. Mediante un blog, los alumnos –de manera individual o en equipo– pueden presentar sus trabajos de investigación o creación, interactuar con los interesados, en especial con su maestro y compañeros, y hacer observaciones y comentarios.[7]

Hay varias plataformas de internet que proporcionan plantillas y dominios (espacios en internet) para construir blogs. Entre ellos: Blogspot, WordPress, Blogger, Wix, todas con versiones de uso gratuito. Son tan fáciles de usar que constituyen una herramienta de uso diario para adolescentes y jóvenes.



Por su versatilidad, los blogs son una herramienta que permite a cualquier persona crear contenido en formato digital, una de las características de la Web 2.0 (pero de ello hablaremos en el próximo artículo del tema sobre herramientas educativas a través de internet).


c Referencias

BARRERA, C. R., S. Núñez, y D. Motola (2006). Evaluación de sitios web en internet. Propuestas para la evaluación de sitios web de bibliotecas públicas y de salud. En: Acimed, vol. 14, núm. 4 [en línea]: <scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352006000400004> [consultado: 13 de agosto de 2019]. Ir al sitio

BRAS, I. I. (2016). Los MOOC en números, un análisis para comenzar la reflexión. En: Revista Digital Universitaria, vol. 17, núm. 1 [en línea]: <www.revista.unam.mx/vol.17/num1/art01/>. Ir al sitio

CABRA, F., y G. P. Marciales (2009). Mitos, realidades y preguntas de investigación sobre los ‘nativos digitales’: una revisión. En: Universitas Psychologica, vol. 8, núm. 2, pp. 323-338 [en línea]: <revistas.javeriana.edu.co/index.php/revPsycho/article/view/476>. Ir al sitio

CUÁNDO utilizar Blogs en procesos educativos (s. f.). En: Eduteka [en línea]: <eduteka.icesi.edu.co/herramientas/4/28>. Ir al sitio

EDUCACIÓN a distancia y su impacto en la educación tradicional (2018). En: Wikiversidad, 21 de agosto [en línea]: <es.wikiversity.org/w/index.php?title=Educaci%C3%B3n_a_distancia_y_su_impacto_en_la_educaci%C3%B3n_tradicional&oldid=140419>. Ir al sitio

ESTE fue primer mensaje que se envió en México por Internet (2019). En Unotv.com, 20 de julio [en línea]: <www.unotv.com/noticias/portal/tecnologia/detalle/estefue-primer-mensaje-envio-mexico-internet-928175/>. Ir al sitio

FERNÁNDEZ, E. I. (2004). E-Learning. Implantación de proyectos de formación on-line. México: Alfaomega.

FEREZIN, L. (2014). Sociedad. Clave para implementar una agenda digital. En: Revista Istmo, núm. 330, p. 86 [en línea]: <issuu.com/istmo-revista-/docs/is330>. Ir al sitio

GÁNDARA, M. (1999). ¿Qué son los programas multimedios de aplicación educativa y cómo se usan? Una introducción al Modelo “NOM”. En: Uso de nuevas tecnologías y su aplicación en la educación a distancia. Módulos IV, V y VI, pp. 129-152. México: Universidad La Salle / Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa [en línea]: <www.researchgate.net/publication/315665390_Que_son_los_programas_multimedios_de_aplicacion_educativa_y_como_se_usan_una _introduccion_al_modelo_NOM>. Ir al sitio

HINOJO, F. J., I. Aznar, y M. P. Cáceres (2009). Percepciones del alumnado sobre el blended learning en la universidad. En: Comunicar: Revista Científica de Comunicación y Educación, vol. XVII, núm. 33, pp. 165-174 [en línea]: <www.revistacomunicar.com/numeros_anteriores/archivospdf/33/c33-2009-03-008.pdf>. Ir al sitio

NÚÑEZ, Ch. (s. f.). Generación, producción y distribución de objetos de aprendizaje [en línea]: <www.riate.org/version/v1/recursos/exe_riate/caractersticas1.html>. Ir al sitio

PACHECO, M. (2006). Internet: aplicaciones educativas [en línea]: <www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002984/helvia/aula/archivos/repositorio/1500/1656/html/internet_apl_educat/webquests.html>. Ir al sitio

Salvador, E. (2018). Laboratorios virtuales y simulaciones: Herramientas en el aula. En: Correo del Maestro, núm. 268, pp. 5-11 [en línea]: <www.correodelmaestro.com/publico/html5102018/capitulo4/laboratorios_virtuales.html>. Ir al sitio

TAPSCOTT, D., y M. B. Osorio (1997). La economía digital. Nueva York: McGraw-Hill.

USUARIOS de Internet en México 2019 INEGI #ENDUTIH2019 (s. f.). En: TodoPorMayoreo.mx [en línea]: <www.todopormayoreo.mx/usuarios-de-internet-en-mexico-2019-inegi/>. Ir al sitio

VILLALBA, M. (2019). Cómo hacer un pódcast para iniciarte en el mundo de la comunicación. En: Digital Trends, 29 de mayo [en línea]: <es.digitaltrends.com/entretenimiento/como-hacer-un-podcast/>. Ir al sitio

Notas

* Licenciada en Pedagogía y maestra en Educación (tecnología educativa). Diseñadora instruccional de cursos en línea para universidades.
  1. Con base en la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH2018) aplicada a finales de 2018.
  2. <http://www.revista.unam.mx/vol.17/num1/art01/#> Ir al sitio
  3. Para saber más sobre lo que son los objetos de aprendizaje, consúltese: <www.ecured.cu/Objeto_de_Aprendizaje>. Ir al sitio
  4. Véase también: Salvador, 2018.
  5. Para saber más sobre WebQuest, véase: Pacheco, 2006.
  6. Para saber más sobre cómo grabar y alojar un pódcast en un sitio web, consúltese: Villalba, 2019.
  7. Para saber más sobre cómo utilizar los blogs en procesos educativos, consúltese: “Cuándo utilizar Blogs…”, s. f.
c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1: Fuente: soniatecnologiaeducativa.blogspot.com

- Foto 2: Fuente: twitter.com/jallievi

CORREO del MAESTRO • núm. 283 • diciembre 2019