El enojo como herramienta
adaptativa de protección

Gabriela Oseguera Altamirano[*]



Es común que en la escuela, sobre todo en los primeros grados, los niños peleen entre sí y desafíen a los profesores. Estas conductas se derivan del manejo inadecuado del enojo y, aunque las personas adultas siempre buscan ayudar, suelen terminar sintiendo frustración por no saber cómo abordar tales eventos de la mejor manera. En este artículo se pone de relieve la necesidad de regular y canalizar el enojo antes de que éste controle tanto a los alumnos como a sus docentes, para lo cual se proporcionan herramientas que ayudan a afrontar asertivamente tales situaciones.




c Introducción

Miedo, alegría, asco, tristeza, sorpresa y enojo son las seis emociones básicas con las que el ser humano reacciona ante cualquier estímulo interno o externo. No pueden catalogarse como buenas o malas, pero, de no regularse de manera adecuada, cada una puede conducir a un estado emocional desfavorable (Treviño, 2018). Aquí nos centraremos en el enojo, ya que, con frecuencia, es el detonante de dificultades en el aula.

Para los niños suele resultar difícil manejar
su enojo, que comúnmente expresan
mediante burlas, golpes e insultos

El enfado es una respuesta adaptativa automática de los seres vivos ante situaciones que perciben como amenazantes, y la manera natural de expresar inconformidad es mediante la agresión, pero responder con violencia ante cada situación de amenaza puede tener consecuencias negativas. Para los niños suele resultar difícil manejar su enojo, que comúnmente expresan mediante burlas, golpes e insultos y esto les genera dificultades para socializar, bajo rendimiento escolar e incluso es posible que llegue a provocarles daños físicos y emocionales a ellos mismos y a quienes los rodean. Por lo anterior, niñas y niños necesitan conocer las mejores formas de regular y canalizar los arranques de ira (Ortega-Andrade, Viramontes-Martínez, y Jiménez-Rodríguez, 2021).

c El enojo no es malo

Hay dos formas en las que se expresa el enojo: una interna y otra externa. La primera se refiere a un aumento en el ritmo cardiaco, la presión sanguínea y la adrenalina en el sistema; la segunda hace referencia al momento en el que se presenta una elevación en el tono de voz, tensión muscular y cambios en la expresión facial (Caraballo, 2021). Dentro del enojo hay diversos matices: desde una ligera irritación, hasta un estado de enojo más elevado o un arranque de rabia intenso (Ortega-Andrade et al., 2021).

Cuando aparecen los sentimientos de enojo, las principales respuestas son la expresión, la represión y el intento de calmarse; de manera específica, para los niños, la expresión es el primer impulso, y, por lo general, quienes buscan que aparezca la calma son las personas adultas a su alrededor.

El enojo es una respuesta que sirve como herramienta para defendernos y luchar cuando nos sentimos atacados; la American Psychological Association sostiene que es un mecanismo de defensa necesario para poner límites y sobrevivir (APA, 2010). Por su parte, Catherine Pearson, en un artículo publicado en The New York Times, expresa que manifestar el enojo no es malo ni peligroso ni irrespetuoso y que saber expresarlo de manera correcta “es una habilidad para toda la vida que les permite a los niños funcionar en casa, en la escuela y en el mundo sin perder el control” (Pearson, 20 de julio de 2022). Por esto es imprescindible que en el aula de clases no se fomente la represión de esta emoción, sino que se favorezca la creación de un ambiente seguro donde pueda expresarse adecuadamente. Si se nota que un niño que afronta grandes dificultades para calmarse cuando está enojado no logra evitar las agresiones verbales o físicas, esto debe notificarse a su familia, junto con la recomendación de buscar asesoría profesional en el campo de la salud mental.

Según Alnardo Martínez, consejero de Salud Mental en el Child Mind Institute, los siguientes comportamientos constituyen señales de alerta:


  • Estallidos de enojo frecuentes que no disminuyan o paren después de los 7 u 8 años (aproximadamente) o de la etapa del desarrollo correspondiente al infante.


  • Comportamientos potencialmente peligrosos.


  • Conductas que repercuten negativamente en su desempeño escolar.


  • Dificultades para la integración social en la escuela.


  • Conductas desafiantes que estén fuera de control y causen muchos conflictos (Martínez, 2022).

c Consejos de ayuda

Aunque todas las emociones son válidas y deben expresarse, no todas las formas de hacerlo lo son


Durante la infancia es común adoptar comportamientos vistos en la televisión, en videojuegos, en los compañeros de escuela y en los adultos con los que se mantiene una relación cercana, por lo que conviene que los docentes sean conscientes de sus propias conductas a la hora de manejar algún conflicto o de mostrar su enfado. Por su propia salud mental, y para ser capaces de apoyar a los alumnos en la prevención de actitudes agresivas, es necesario que, si tienen dificultades para manejar situaciones de enojo, también cuenten con apoyo psicológico (APA, 2017).

Jazmine McCoy, psicóloga infantil y familiar, retomada por Pearson, afirma que es preciso establecer límites claros y coherentes respecto a comportamientos potencialmente agresivos e inseguros, ya que es una manera de enseñar a los alumnos que, aunque todas las emociones son válidas y deben expresarse, no todas las formas de hacerlo lo son. La psicóloga presenta dos formas de atacar los arranques de rabia:


  • Recurrir a ejercicios sencillos de respiración.


  • Recurrir a algún tipo de liberación física más intensa como permitir que golpeen plastilina o algún cojín, rasguen o rayen papel, construyan una torre y la derriben, etc. (en Pearson, 20 de julio de 2022).


Para la segunda opción, hay que enfatizar que está permitido expresar la furia, siempre y cuando sea sin hacerse daño a sí mismo ni a nadie más. En cualquier caso, no se debe esperar a que el niño o niña ya esté en medio de la rabieta, para intentar aplicar un método de tranquilización o contención, sino que se debe aplicar desde las primeras señales de enojo o frustración. Conviene por ello tener siempre presente que “[ap]render a controlar los sentimientos de enfado es una parte normal del crecimiento. Algunos niños adquieren habilidades efectivas para el control de la ira fácilmente, mientras que otros necesitan más práctica” (Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, 2022).

Asimismo, es imprescindible mostrar paciencia ante los pequeños, ya que no todos responderán de la misma manera. Como sostiene Martínez (2022), es importante no rendirse y no ceder al berrinche del pequeño para acabar con el ataque de furia, ya que esto hará que piense que es un método efectivo para conseguir lo que quiere; son necesarias la calma y la consistencia: “Cuando usted está en control de sus propias emociones, está en un mejor lugar para enseñar y seguir adelante” (Martínez, 2022). Este autor subraya que mantener la calma ayuda a ser ejemplo para los pequeños y evita que la situación se agrave como consecuencia de respuestas ásperas o con enojo.

Otra forma de intentar calmar un arranque de enojo es ignorando los comportamientos negativos y reforzando los positivos, ya que reprender o controlar podría resultar contraproducente. Finalmente, también es importante tomar en cuenta que pretender razonar y negociar en medio del enojo no es muy efectivo, por lo que es preferible esperar a que las partes se tranquilicen y buscar, entonces, practicar la negociación (Martínez, 2022).

c Conclusión

Para finalizar, debe recordarse que el enojo es una emoción básica y una conducta intrínseca del ser humano, que existe como método de autoprotección y no está mal expresar. No obstante, desde la niñez, es necesario ayudar a su correcta regulación y canalización, a fin de evitar los comportamientos agresivos. El mal manejo de la ira y las conductas violentas son, en gran parte, aprendidas desde la primera infancia, mediante la imitación de aquellos con quienes se está en contacto más cercano. Por esto mismo es necesario que los maestros cuenten con las herramientas para manejar su propio enojo y así ser un buen ejemplo para los alumnos.

Si se presenta algún caso en el que se vuelve difícil ayudar a un pequeño a manejar sus ataques de furia, es recomendable plantear la posibilidad de que el niño o la niña reciba orientación psicológica apropiada.

c Referencias

APA, American Psychological Association (2017). Cómo controlar el enojo. https://www.apa.org/act/resources/espanol/enojo Ir al sitio

— (2010). Cómo controlar el enojo antes de que lo controle a usted. https://www.apa.org/topics/anger/enojo Ir al sitio

CARABALLO Folgado, Alba (2021). 7 técnicas para enseñar a los niños a manejar la ira. https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/conducta/7-tecnicas-para-ensenar-a-los-ninos-a-manejar-la-ira/amp/ Ir al sitio

Hospital Sant Joan de Déu Barcelona (18 de noviembre de 2019). El enfado: cómo ayudar a los niños a manejar esta compleja emoción. Faros. https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/enfado-como-ayudar-ninos-manejar-esta-compleja-emocion Ir al sitio

MARTÍNEZ, Alnardo (2022). ¿Es normal la ira de mi hijo? Child Mind Institute. https://childmind.org/es/articulo/es-normal-la-ira-de-mi-hijo/ Ir al sitio

ORTEGA-ANDRADE, Norma Angélica, Linda María Viramontes-Martínez y David Jiménez-Rodríguez, (2021). El enojo desde la perspectiva de un grupo de niños y niñas mexicanos. European Scientific Journal, 17 (5), 51-68.

PEARSON, Catherine (20 de julio de 2022). Enseña a tus hijos a enojarse con inteligencia. The New York Times. https://www.nytimes.com/es/2022/07/20/espanol/manejo-ira-berrinche.html Ir al sitio

TREVIÑO, Ricardo (2018). Conoce tus 6 emociones básicas y 3 pasos para regularlas. https://conecta.tec.mx/es/noticias/nacional/salud/conoce-tus-6-emociones-basicas-y-3-pasos-para-regularlas Ir al sitio

Notas

* Licenciada en Psicología con maestría en Terapia Familiar y especialidad en Psicología Clínica.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1 a 9: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 320 • Enero 2023