José de la Luz Mena:
EDUCADOR RACIONALISTA DE YUCATÁN Cristóbal León Campos[*] Oriundo de Izamal, José de la Luz Mena nació el 2 de marzo de 1883. Realizó sus estudios en la Escuela “Perseverancia” bajo la dirección de su padre, don Tiburcio Mena, y los concluyó en la Escuela Normal de Profesores, donde se tituló de profesor de Educación Primaria. Fue catedrático del Instituto Literario del Estado, y propagandista durante los gobiernos revolucionarios del general Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto. José de la Luz Mena: educador racionalista de Yucatán
En 1916, publicó De las tablillas de lodo a las ecuaciones de primer grado, un libro innovador en el pensamiento pedagógico de la época y de utilidad para la enseñanza de los quebrados y las ecuaciones, en el que proponía la utilización de materiales como cartón, papel, cartulina, madera y lata para que los niños visualizaran estas operaciones. En 1917, al lado de sus alumnos, fundó la revista Oriente como órgano de difusión de la primera Escuela Racionalista en Yucatán, ubicada en el suburbio de Chuminópolis de la ciudad de Mérida. En 1918, colaboró en la fundación de la Liga de Profesores del estado; además, fue parte del primer Consejo de la Universidad Nacional del Sureste. De marzo de 1922 a enero de 1923, ocupó el cargo de jefe del Departamento de Educación Pública. La pasión por el camino de las reivindicaciones sociales llevó a José de la Luz Mena a ser presidente del Partido Socialista del Sureste, y diputado local y federal en diferentes ocasiones. Entre sus muchas obras pedagógicas resaltan Educación racionalista. Doctrina y método y La escuela socialista. Su padre, Tiburcio Mena, practicó durante cuarenta años el primer ensayo de educación racionalista en la Escuela “Perseverancia”, fundada en la localidad de Sitilpech, del municipio de Izamal, en 1888, con marcadas características racionalistas, incluyendo el anticlericalismo y los métodos activos. Fue allí donde José de la Luz obtuvo sus primeras enseñanzas, en las que adquirió una herencia libertaria, que permanecería en su esencia pedagógica y compromiso magisterial durante toda su vida y que plasmó en sus escritos. En la Revista de Mérida de 1909 y en el Diario Yucateco de 1912, pueden encontrarse testimonios de los trabajos realizados por él siendo profesor en el Instituto Literario. En estas prácticas pedagógicas, puso a prueba varios de los planteamientos que conformarían la metodología y los preceptos de la escuela racionalista. En “La pedagogía del anarquismo en México”, Antonio Betancourt Pérez se refiere a las fuentes en las que se inspiró el racionalismo pedagógico yucateco:
José de la Luz Mena adaptó estos postulados a las condiciones de nuestro medio y puso tal energía en esta empresa que logró que la Escuela Racionalista se adoptara primero en Yucatán, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, y posteriormente en los estados de Tabasco, Veracruz, Michoacán e incluso en Sonora. Para hacer más claras las diferencias entre la vieja y la nueva escuela, contrasta sus características. Afirma que la primera evita la convivencia entre los sexos; domestica al alumno, lo convierte en un ser dependiente; reprime los instintos, actividades y tendencias congénitas de los niños; es dogmática; se limita a las cuatro paredes del aula; es clasista, etc. En cambio, la nueva escuela promueve la educación mixta; alienta la libertad, la espontaneidad, la iniciativa, el carácter y espíritu de empresa en el educando; es científica; desarrolla la capacidad de análisis y razonamiento del niño; aprovecha todos los espacios para el aprendizaje y tiende a la igualdad de todos sus integrantes (Durán, 2005). Mena pensaba que los niños podían desarrollar sus “tendencias congénitas” al poner a su alcance los ambientes o “medios normales” adecuados. Para ello propuso cinco medios: El primero: la granja, que comprendía todo lo relacionado con la agricultura, principalmente floricultura, arboricultura, avicultura y establo. El segundo: los talleres de artes plásticas (alfarería, cerámica, moldeado y modelado); gráficas (pintura decorativa, dibujo natural y aplicado, pirograbado, litografía, fotografía, fotograbado, imprenta y rayado); mecánicas (encuadernación, talabartería, zapatería, carpintería, hojalatería, herrería y plomería); domésticas (lavado, planchado, cocina, repostería, elaboración de pan de maíz y de harina; tejidos, bordados, modas, sastrería y peinado) y bellas artes (pintura, canto, música y teatro). El tercero: la fábrica, donde chicos y chicas podrían elaborar juguetes, cestos, hamacas, artefactos de henequén y de huano, aceites, jabones, bujías, perfumería y tejidos. El cuarto: el laboratorio de Química, para la investigación y análisis de los cuerpos y perfeccionamiento de las industrias y creación de otras nuevas, con su gabinete de Física, departamentos de electricidad, telegrafía, plateado y dorado. El quinto: la vida, es decir, el permanente contacto con la realidad de su entorno a través de juegos deportivos, conferencias, representaciones, intercambio de experiencias e ideas con otras escuelas, organizaciones, profesionales, obreros, artesanos, etc. (Mena, 1917). El suburbio de Chuminópolis de la ciudad de Mérida abrió sus puertas en 1917 –en la calle 17, número 108– a la primera Escuela Racionalista en Yucatán, bajo la dirección del profesor José de la Luz Mena. Propaganda de la Escuela Racionalista La historiadora Olga Giustinianovic Chávez, en su tesis La labor de José de la Luz Mena y la Escuela Racionalista de Yucatán, reproduce fragmentos de un artículo publicado el 9 de agosto de 1917, en el periódico La Voz de la Revolución, escrito por el reportero Alberto Polanco luego de la visita que hizo a la escuela. “En el texto hace una descripción detallada de todo lo que se encontraba en ella, desde cómo era la entrada, el local, los talleres y salones, así como el laboratorio físico químico-industrial y por supuesto su plan de trabajo” (Giustianovic, 2005). Al referirse a la escuela, Polanco manifestó lo siguiente: …en el pórtico de la entrada, que se encuentra por el lado de la amplia y pavimentada avenida del suburbio, se ostenta el rótulo que es como una arquivolta de donde se destacan en campo blanco las letras de rojo bermellón que expresan el nombre de la escuela “Escuela Racionalista”, y rematando en ambos lados con dos banderas triangulares que simbolizan la orientación socialista de la escuela. La escuela contaba con doce departamentos de mampostería decorados en forma sencilla con una excelente ventilación e iluminación natural. No se ven en dichos departamentos aquellas filas de rígidos mesas bancos que la disciplina escolar tradicional han ayudado eficazmente a reprimir las tendencias infantiles y a matar la espontaneidad. Los muebles que hay allí realmente responden a su nombre, pues a cualquier momento pueden seguir, sin gran esfuerzo la volubilidad que caracteriza a la infancia; ya se trate de juegos, trabajos o estudios. Contaba la escuela con herramientas y útiles indispensables en las tareas diarias que facilitarán el desarrollo libre y espontáneo, así como el encauzamiento natural de la actividad del educando, de tal manera que en la adquisición de conocimientos por correlación, funcional y evolutiva, no haya lesión nerviosa a que estaban expuestos los niños con los empíricos y tradicionales métodos que han venido derribándose. El reportero continúa describiendo la escuela: Jardines para cultivo de plantas utilizables en la enseñanza de la botánica, y de flores para ser aprovechadas en la cría de abejas; establos, gallineros, apriscos, conejeras, corrales, terreno para horticultura, en fin todo lo necesario para los conocimientos agrícolas. A los lados de los patios se encontraban los talleres cada uno equipado con las herramientas necesarias para desarrollar los oficios de carpintería, juguetes, cestería, hamacas; artefactos de henequén y de huano. El carácter radical de los ideales racionalistas puede observarse con la puesta en práctica de su método, pues éste se basaba en la participación directa del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, como parte de las actividades de la Escuela Racionalista de Chuminópolis, se propuso elaborar una revista que contribuyera a la adquisición de los aprendizajes esperados. Impresa y elaborada totalmente por sus alumnos, la revista Oriente apareció por vez primera el sábado 15 de septiembre de 1917, y se convirtió en el principal órgano de difusión de la Escuela Racionalista. En sus páginas, se encuentran narraciones de los alumnos sobre las formas de aprendizaje, la vida cotidiana en la escuela, los juegos y los trabajos que realizaban.[1] La revista se distribuyó por toda la República, pues la labor propagandista de José de la Luz no se circunscribió únicamente a Yucatán. Como él mismo recordará, visitó al menos trescientas poblaciones del país. Además, al efectuarse el Congreso Nacional de Maestros en noviembre de 1920 en la Ciudad de México, pudo comprobar, junto al doctor Eduardo Urzaiz Rodríguez, el alcance de la revista al escuchar los relatos de maestros de diferentes latitudes que le confesaron conocer la existencia y marcha de la escuela de Chuminópolis por su órgano difusor: Oriente. María Pérez Hernández, alumna de la Escuela Racionalista y primera directora de Oriente, escribió un artículo titulado “Cómo se hace Oriente”, en el cual contaba que, al nacer la revista, la intención de sus integrantes era canjearla por otras producciones educativas y literarias, pero debido a la necesidad de conseguir el papel y la tinta para la impresión, comenzaron a venderla. De igual forma, del papel que sobraba al recortarse la revista, los alumnos elaboraban sus cuadernos. “Los artículos se escriben –cuenta Pérez Hernández– debajo de los árboles; se corrigen y se pasan en la máquina. Después se llevan a la imprenta y cada escritor toma su artículo y lo entrega para entrar en prensa” (Mena, 1941: 47). La humilde imprenta constaba de dos cajas de lectura y tres de titulares, y una prensita de mano. Una vez impreso, los voceadores salían a las calles a ofrecer a diez centavos el ejemplar. La venta de Oriente se realizaba de forma colectiva, en las calles, casas y oficinas. Del dinero de la venta, los alumnos podían disponer de una parte; algunos de ellos utilizaban sus ganancias para comprar zapatos, overoles y demás objetos (Mena, 1941: 48). Con la elaboración de Oriente, los alumnos obtenían muchas de las enseñanzas esperadas, pues les permitía aprender: Portada del primer número de la revista Oriente, publicado el 15 de septiembre de 1917 Alumnos de la Escuela Racionalista elaborando la revista Oriente
Por todo ello, consideraban que Oriente era también su maestro. Además, con los intercambios que efectuaban, adquirían periódicos de otras partes del país, e incluso del mundo. Desde su aparición pública, la revista despertó mucha polémica, fue objeto de burla y duras críticas, pero con el tiempo y la perseverancia lograría el reconocimiento y la aceptación de la mayoría del medio cultural. José de la Luz Mena precisó en su libro La Escuela Socialista que, contra lo que se podría creer, estos “medios normales” no pretendían solamente formar obreros o artesanos: …sino ante todo, satisfacer las leyes biológicas de que el niño vive para adquirir experiencia, es decir, necesita desarrollarse, lo que se traduce en observación y experimentación para inferir por sí mismo los principios generales de la ciencia que en él existen latentes por herencia: necesita, pues, reproducir en su orden y sintéticamente todo cuanto la Humanidad ha hecho para crear su civilización, y su cultura (Mena, 1941: 40).[2] Para el profesor Mena, la educación debía ser nacionalista, gratuita, laica, obligatoria e integral. Formó parte como diputado del Poder Legislativo del Estado, que el 23 de mayo de 1921 dio a conocer la Ley de Educación Racional en el Estado de Yucatán. La obra educativa de la Revolución mexicana en el estado es profunda, pues abarcó cada uno de los niveles educativos y sectores de la sociedad. Al ocupar el socialista Felipe Carrillo Puerto el cargo de gobernador (1922-1924), la educación primaria se benefició con nuevos bríos. Se promulgó la Ley de Educación Racional, medida que estableció la Escuela Racionalista en todo el estado. Este tipo de educación se basaba en la razón, permitiendo al niño ser el agente de su propio aprendizaje (León, 2010). Los educandos adquirían conocimientos de la vida misma. Se dotó a las escuelas de los medios necesarios para este tipo de enseñanza; las granjas, el huerto y el taller se convirtieron en partes comunes de los centros de enseñanza. La Escuela Racionalista, implementada en Yucatán, fue la precursora de la Escuela Socialista que años más tarde se implementaría en todo el país durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940). El gobernador Carrillo Puerto, al promulgar la Ley de Enseñanza Racionalista, convirtió en mixtas y coeducativas las escuelas primarias elementales y superiores, y sus direcciones fueron remplazadas por consejos de maestros. Tras el asesinato de Carrillo Puerto en 1924, la Educación Racionalista perdió fuerza, pero el profesor Mena continuó promoviendo la consolidación de una nueva escuela libre de dogmas, en la cual, los infantes pudieran desarrollar todas sus capacidades intelectuales y físicas. Los planteamientos radicales e innovadores de José de la Luz Mena mantienen su vigencia por centrar el proceso de enseñanza en el niño. La publicación de Oriente fue una eficaz herramienta didáctica, que proporcionó la oportunidad de desarrollar capacidades y habilidades a los alumnos. Además, las ideas racionalistas constituyen una parte muy importante del patrimonio pedagógico que a través del tiempo las generaciones de profesores yucatecos nos han legado; por ello, es de gran importancia su conocimiento, estudio y preservación. El profesor Mena falleció el 13 de enero de 1946, en la Ciudad de México. Nunca dejó de luchar por conquistar su sueño de extender la enseñanza racionalista por toda la república. ♦ ▼ Referencias
BETANCOURT, A. (1969). La pedagogía del anarquismo en México. En Revista Estudios y Ensayos, vol. II, núm. 4 (Mérida). DURÁN, A. E. (2005). La educación socialista en Yucatán (1915-1940). Tesis para optar al grado de licenciado en Ciencias Antropológicas en la especialidad en Historia. Mérida (Yucatán). GIUSTINIANOVIC, O. A. (2005). La labor de José de la Luz Mena y la Escuela Racionalista en Yucatán. Tesis para optar al grado de licenciado en Ciencias Antropológicas en la especialidad en Historia. Mérida (Yucatán). LEÓN, C. (2010). La Revolución Mexicana y la educación en Yucatán. En Archipiélago, año 19, núm. 70 (octubre-diciembre). MENA, J. de la L. (1917). Educar trabajando. Escuela. Método funcional y evolutivo. Director José de la Luz Mena. Chuminópolis. Mérida (Yucatán). —— (1941). La Escuela Socialista. Su desorientación y fracaso. El verdadero derrotero. México: EDA. —— (2010). Escuela racionalista. Doctrina y método. Mérida: SEP / UADY. NOTAS* Antropólogo, coordinador técnico de la Casa de la Historia de la Educación de Yucatán.
▼ Créditos fotográficos
- Imagen inicial: redliterariadelsureste.blogspot.mx - Foto 1: Biblioteca Yucatanense. Separata. - Foto 2: Biblioteca Yucatanense. Oriente, núm. 1, vol. 1, Mérida, Yucatán, 15 de septiembre de 1917. - Foto 3: Biblioteca Yucatanense. Oriente, núm. 2, vol. 1, Mérida, Yucatán, diciembre de 1917, p. 9. |