El danzón en México,
DESDE LA MIRADA DE GERARDO PACHECO

Arlette Salvador Revoreda[*]



Arranca con un ritmo alegre y elegante que después migra a compases más suaves y coquetos que salen de flautas, clarinetes, saxofones, trompetas, timbales, güiro, entre otros. El sonido continúa, abraza corazones y atrapa almas nuevas que en movimientos involuntarios de alguna parte del cuerpo acompañan la música. En la pista los bailadores se identifican, disfrutan y se transportan a los terrenos de la melodía que está por iniciar su momento cumbre. El resonar de las trompetas y flautas es cada vez más fuerte y logra una complicidad entre los sonidos y quienes los disfrutan. Es el danzón, un género musical de origen cubano que llegó a México en la década de 1920.



c El danzón en México, desde la mirada de Gerardo Pacheco

Con gran éxito, el danzón llegó impactando a los pobladores de Mérida en Yucatán, pero poco tiempo después entró a Veracruz, donde encontró su hogar y se convirtió en un estandarte del puerto jarocho conservando hasta la actualidad esas raíces musicales en las famosas tardes de danzón en las que el color blanco, la cadencia rítmica, la pulcritud de los bailarines y la elegancia musical hacen vibrar a más de uno.

De acuerdo con el sociólogo José Luis Cerón, este género musical “proviene de una fusión de ritmos haitianos como la contradanza inglesa (country dance) adoptada en Francia en el siglo XVII, y de cubanos de ascendencia africana, también de ritmos europeos aclimatados como el minueto, el rigodón, los lanceros y otros bailes del mismo origen” (INAH, 2013).


El danzón llegó impactando a los pobladores de Mérida en Yucatán, pero poco tiempo después entró a Veracruz, donde encontró su hogar y se convirtió en un estandarte del puerto jarocho


“Para bailar danzón el hombre debe colocar el brazo izquierdo en escuadra lateral sosteniendo la mano derecha de su compañera, y luego, apoyar su propio meñique derecho extendido sobre la cuarta vértebra (de abajo p'arriba) de su pareja” dice Abraham Gorostieta (Martínez, 2013), historiador y artista plástico por la UNAM.

La descripción de Gorostieta es básica respecto de la postura corporal para bailar este ritmo, sin embargo, otra fuente ofrece más detalles:

El danzón se compone en ritmo de dos por cuatro y su base rítmica se apoya en la utilización del piano. Estructuralmente consta de tres partes, llamadas: Paseo o introducción; un primer trío (de clarinete); segundo trío (de violines) y un tercer trío (de metales), éste de sabor muy popular, por su ritmo marcado y pegajoso. Asimismo, lucía introducción, melodías y paseos que se interpretaban entre las melodías. Por costumbre, las parejas bailaban durante las melodías y dejaban de bailar durante los paseos, que aprovechaban para caminar, conversar y coquetear (“¿Cómo evolucionó el danzón?”, s. f.).

“Nereidas” es el danzón más popular en la historia de este género musical en México. Otros danzones, como “Cuando canta el cornetín”, “Mocambo”, “Zacatlán” o “La Negra”, también son considerados como los más representativos de este género.

c El danzón, un aporte social de Veracruz para la humanidad

Uno de los principales promotores de la preservación y conservación del danzón en México es Gerardo Luis Castro Pacheco, mejor conocido como Gerardo Pacheco. Él es director del Programa de Preservación de Costumbres y Tradiciones del Puerto de Veracruz. Su pasión y amor por este género musical lo han llevado a otros países para difundir el aporte social que, de acuerdo con sus propias palabras, Veracruz le ha dado al mundo.

Gerardo Pacheco, quien en la última edición del Carnaval de Veracruz recibió por parte de la Unión Nacional de Cronistas de la CDMX, la Medalla Prof. Jesús Flores y Escalante por mérito a la preservación de tradiciones, es un apasionado del danzón desde los 18 años, cuando en el Instituto Veracruzano de la Cultura se ofrecían talleres sobre tradiciones en países como Cuba, Puerto Rico, Venezuela, de ahí su acercamiento a géneros musicales como el merengue, son cubano, chachachá y mambo, entre otros.

Entrevistado para Correo del Maestro, Pacheco afirma:

El 1 de enero de 1879 el músico cubano Miguel Faílde presentó por primera vez en el Liceo de Matanzas, uno de los salones de baile más importantes de la época, el danzón “Las alturas de Simpson”, lo que marcó un parteaguas y lo consolidó como un nuevo género musical. Esa noche también se presentaron dos danzones más: “Ingratitud” y “Quejas”, pero de los segundos lugares nadie habla, hay pocas referencias de estos dos títulos.

Sobre la llegada del danzón a México, Pacheco expresa lo siguiente:

…en el danzón predominaban los instrumentos musicales como la flauta, el violín o los contrabajos que provenían de la charanga francesa. Sin embargo, los músicos mexicanos tuvieron que adaptarse a lo que tenían en casa. Introdujeron los instrumentos de viento de metales, como trompetas y saxofones; no había cañas (flautas), por lo que el músico mexicano fue creando un nuevo esquema musical que conserva hasta la fecha y se observa una gran diferencia entre el danzón cubano y el que se toca actualmente en México.

La expresión musical del danzón tuvo grandes exponentes, con muchas identidades del género, como Los Concha, los Chinos Ramírez o Acerina. Esta última, considerada la primera danzonera de México, fue conformada por Diego Pérez y Reyes (un joven músico refugiado de Cuba que en sus inicios era cargador de los instrumentos de Los Concha), y a 140 años de su fundación, sigue siendo una referencia muy importante.


Los Concha



Danzonera “La Playa”


Gerardo tiene un conocimiento profundo de los orígenes del danzón, pero también lo disfruta tocando y bailando desde hace más de cuarenta años. Es integrante de la danzonera “La Playa”, bajo la dirección del maestro Gonzalo Varela, de Paso de Ovejas, Veracruz.

Bailar danzón no es fácil, hay que desarrollar una habilidad que permite sentir y vivir la música a través de los pies, disfrutar del fraseo musical e interpretarlo en el fraseo bailable acorde a los cortes e instantes que marca el ritmo, así como la combinación de sonidos y silencios. “En cuanto a la música, se maneja con una cadencia, un tiempo y un compás muy original. Los compases son de 2 × 4. Hay una primera parte, una segunda parte o melodía y una tercera parte que es el montuno (la parte más movida); tienen que estar bien marcados y se deben respetar para que podamos hablar de danzón, porque cuando se interpreta de otra forma es denominado danzón mutilado” dice el originario de Tlalixcoyan, Veracruz.

El vestuario constituye una de las características principales del danzón, con diversas expresiones dependiendo del clima de la región en la que se practique. Así, en sus inicios, mientras que en Mérida y en Veracruz, de clima cálido, se acostumbraba a usar ropa de algodón o una guayabera, en la capital del país se utilizaba el bombín o traje elegante.

“Los estilos de baile también tienen sus representaciones conforme la zona o región. En lugares de la costa como Mérida, Cancún o Veracruz, el danzón es ‘cerrado’, se baila con una cadencia más suave y tranquila. En Ciudad de México, en el danzón de floritura sueltas a la pareja, es un baile más movido, es el danzón ‘abierto’”, explica Gerardo Pacheco. Según los cánones del danzón, hay que adoptar tanto el vestuario como el estilo de baile del lugar al que vaya a bailar, como una forma de respeto.

Las palabras de Gerardo para describir lo que significa el danzón para él dejan ver el profundo amor que tiene hacia este género musical que sigue promoviendo:

Es una expresión musical que, con ese impacto social que se ha manejado a través de los años, puede llegar a transformar vidas. Es una música sensible. Cuando una persona se identifica con este género, empiezan a florecer […] otras expresiones, como el amor por alguien, [que] se puede manifestar a través de la música.

En el danzón también es importante la identidad del bailador, caracterizada por la galantería, la limpieza y la pulcritud de la persona; en la comunicación no utiliza vocabulario soez. También implica un comportamiento que involucra modales de socialización como acercar la silla a la dama que acompaña en el danzón o invitarle educadamente una bebida.

c El danzón en la era de la digitalización

Ante la pregunta ¿cómo ha logrado atraer la atención de las nuevas generaciones en la era de la digitalización, una era en la que la tecnología los mantiene concentrados en aparatos móviles?, Gerardo Pacheco contesta optimista, que no ha sido fácil, pero está orgulloso porque su acercamiento a los jóvenes a través de talleres y cursos ha producido resultados positivos: muchos de ellos ya tienen sus propios grupos o academias de instrucción dancística.

Expresa también que la promoción y preservación del género musical está alineado a los apoyos que algunas instituciones o grupos culturales ofrecen, pero no son la mayoría. Sin embargo, la comunidad dancística tiene apertura ante la llegada de cosas nuevas para recibir aportaciones culturales o las requeridas para impulsar con mayor voluntad el danzón.

c Veracruz, baluarte del danzón

Veracruz lleva el danzón al mundo, dice Pacheco, y entre risas advierte: “Si le preguntas a alguien disparatado (sic): ¿oye, el danzón es de Cuba? La respuesta es firme: No, el danzón es de Veracruz”.

Los proyectos que Gerardo Pacheco tiene a corto plazo son tres: publicar un libro de instrucción para bailar el danzón; lograr que el danzón sea reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; e instaurar la Casa del Danzón para acercar el género a la gente a través de documentos y música.

En más de un siglo del danzón en México, ha habido grandes exponentes y promotores incansables, como Pacheco, que tiene un solo objetivo: nutrir a la comunidad de un género musical que se distingue por su elegancia rítmica y difundirlo en más lugares del país y del resto del mundo.

c Referencias

¿Cómo evolucionó el danzón? (s. f.) [en línea]: <difusionfractal.upnvirtual.edu.mx/index.php/blog/325-como-evoluciono-el-danzon>. Ir al sitio

INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia (2013). El danzón, de los más populares en música mexicana [boletín], 29 de mayo [en línea: <www.inah.gob.mx/boletines/2359-el-danzon-de-los-mas-populares-en-musica-mexicana>. Ir al sitio

MARTÍNEZ, A. G. (2013). Danzón, sangre y tierra de por medio. En: Abraham Gorostieta Escritos [blog]: <abrahamgorostieta.blogspot.com/2013/01/musica-danzon.html>. Ir al sitio

Notas

* Licenciada en Ciencias de la Comunicación y maestra en Gestión Pública Aplicada.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Gerardo Pacheco

- Foto 1: twitter.com/torrucoturismo

- Foto 2: facebook.com/pg/CONSEJO-VALIENTE-ROBERTS-ACERINA

- Foto 3: coatzacoalcos.gob.mx

CORREO del MAESTRO • núm. 287 • abril 2020