La interpretación del
Plan de Estudios 2011

UN PROBLEMA EN EL LOGRO DE
LA REFORMA EDUCATIVA
Saúl Acosta AlamillaKarla Sotelo Gómez[*]


La implementación de un nuevo plan y programas de estudios siempre ha representado el problema principal para garantizar el éxito de su aplicación, lo cual implica pensar y dilucidar las competencias y procesos que debe tener el docente para llevarlo a la práctica en el aula. En este sentido, se reconoce que, en su mayoría, los docentes no son lectores permanentes, lo cual les permitiría tener mejores resultados académicos; en consecuencia, muchos de los documentos que acompañan a un plan de estudios no son revisados de manera analítica y crítica dentro de los espacios académicos, como el Consejo Técnico Escolar, para su mejora profesional continua y permanente.

La interpretación del plan de estudios 2011. Un problema en el logro de la reforma educativa

Este artículo está dirigido a los profesores de educación básica que aún presentan dificultades para interpretar e implementar el Plan de Estudios 2011, mismo que demanda de los docentes una adecuada interpretación de los fundamentos y componentes que lo integran para el logro de los objetivos de una educación de calidad. Para ello, el docente requiere del conocimiento de la hermenéutica como ciencia de la interpretación. Según Perkins (2001), la interpretación es concebida como un proceso crítico de los textos que demanda poner en juego diferentes conocimientos y habilidades intelectuales, con el fin de no caer en el sentido común de lo que cada uno cree que debe ser.

Por lo anterior, la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), que inició desde 2004, tuvo como propósito fundamental dar continuidad al proceso formativo de los alumnos en los niveles que la conforman, mediante la implementación de un programa de renovación curricular y pedagógica basado en el modelo de competencias, que atienda las necesidades y retos sociales actuales y futuros, y en el cual, el papel del docente es prioritario para garantizar el éxito de dicha propuesta.

También, este documento pretende generar en los docentes la conciencia sobre la importancia que tiene el conocimiento de la hermenéutica, la ley y las reglas para interpretar, los pasos para comprender un texto, y los niveles de comprensión necesarios para efectuar una mejor interpretación. Por último, se aborda el conocimiento de los fundamentos y componentes del currículo, conocimientos que muchas veces no son atendidos cuando se revisan los documentos y analizan los materiales educativos que acompañan a determinado plan y programas.

Hermenéutica

Para Lund y Nelson (1997), la hermenéutica no es un saber teórico sino práctico, esto es, la praxis o la técnica de la buena interpretación de un texto hablado o escrito, es decir, la comprensión, que se volvió desde antaño un concepto fundamental y finalidad de toda cuestión hermenéutica. En general, hermenéutica significa interpretación, esfuerzo intelectual en la comprensión de un texto y/o en la interpretación de un texto en un contexto. En los siglos XVIII y XIX, Friedrich Schleiermacher desarrolló su teoría hermenéutica como método.

Según Lund y Nelson, la hermenéutica es el arte de evitar el malentendido. Comprender es un arte y no un procedimiento mecánico, es equipararse con el autor del texto. La fórmula consiste en comprender al autor mejor de lo que él mismo se habría entendido.

Asimismo, Lund y Nelson proponen un sistema circular que conocemos como círculo hermenéutico. Cada intérprete necesita introducirse en la dimensión social y la dimensión individual del autor para comprenderlo. Ello supone que el intérprete se identifica con las intenciones, formas de pensamiento, situación histórica y contexto histórico del autor para poder comprenderlo. En la medida en que el lector se identifique con el autor y se ponga en su lugar, tanto mejor será la interpretación que pueda hacer de aquél. La intelección del lector es lo que llaman comprensión comparativa. Un segundo nivel de comprensión, el adivinatorio, es intuitivo y subjetivo; es la comprensión de la individualidad del autor de un texto.

La hermenéutica es una técnica, un arte y una filosofía de los métodos o procesos cualitativos, que tiene como característica propia interpretar y comprender, para desvelar los motivos del actuar humano.

Para Gadamer (1997), la comprensión hermenéutica se concibe y se da a través del lenguaje. Este hecho debería hacer pensar a los educadores que la escuela es un espacio privilegiado de acción comunicativa centrada en el lenguaje; sin embargo, la comprensión humana al parecer no es alcanzada, de ahí sus resultados.

Friedrich Schleiermacher (1768-1834),
teólogo y filósofo alemán

Wilhelm Dilthey (1833-1911), filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo alemán estudioso de la hermenéutica

Hans-Georg Gadamer (1900-2002), filósofo alemán conocido por su renovación de la hermenéutica

La hermenéutica, que empezó siendo una mera técnica de interpretación de textos literarios, teológicos y jurídicos, adopta una nueva dirección en el siglo XIX con Schleiermacher y Dilthey. Su consolidación llega con Gadamer (1997), que libera a la hermenéutica de las ataduras psicologistas e idealistas para convertirla en una tarea encaminada a desvelar los misterios de la comprensión de un sentido compartido inmerso en el diálogo, los textos y la historia.

Si la hermenéutica es el arte de la interpretación de textos, el esfuerzo intelectual intenta fijar su sentido, encontrar o descubrir nuevas ideas para construir nuevos conocimientos. Para ello, es necesario mostrar cómo el carácter interpretativo es no sólo esencial para toda humana comprensión, en la medida en que el malentendido no es meramente un accidente esporádico del conocimiento, sino una tendencia consustancial a él, que ha de ser siempre mantenida bajo un control hermenéutico, en donde:

  • La comprensión consiste en un rescate del sentido que comparten los seres humanos en el ámbito de la historia y la tradición.

  • La comprensión existe siempre en el seno de la tradición, porque en su interior se desarrolla una dinámica a la que merece la pena prestar atención.

  • La comprensión es un proceso de interpretación que se encuentra en el horizonte de la conciencia histórica.

Interpretar un texto es, básicamente, descubrir su sentido, esto es, saber con exactitud lo que quiere decir el autor. Cuando alguien escribe un texto, tiene una determinada intención o propósito: informar, persuadir, entretener, dar órdenes o instrucciones.

Ley y regla de la hermenéutica

Una de las ciencias que un docente debe conocer es la hermenéutica, entendida como “el arte de interpretar los textos” (Lund y Nelson, 1997), actividad que requiere de meditación y profundo estudio para comprender lo que se lee. El lector necesita una pasión por la verdad, que lo lleve a escudriñar y dilucidar cada palabra, frase o concepto.

De acuerdo con Lund y Nelson, la regla fundamental de la hermenéutica es “Todo se explica por sí mismo”, es decir, el texto debe ser explicado por el mismo texto. Sin embargo, muchas veces el lector no logra comprender un texto, ya sea por la complejidad o los tecnicismos que maneja, lo que lleva a aplicar alguna de las siguientes reglas:


Primera: “Ir al significado de las palabras”, o sea, conocer el significado de cada una de ellas
y ubicarlo en el contexto de la frase o concepto. Para ello, es necesario utilizar un diccionario especializado.




Segunda: “Ir al sentido de la frase”. Esto implica relacionar las palabras clave de la frase
con la finalidad de ubicar a cada una de ellas como un todo y de esa manera dar un mejor sentido.




Tercera: “Ir al contexto del párrafo”. Cuando se aplica esta regla, es necesario ubicar el significado de las palabras clave, así como de las frases. Comúnmente un párrafo contiene un concepto y alguna o algunas frases, las cuales se identifican pensando a través de la lectura.




Cuarta: “Ir al contexto del capítulo o libro”. Muchas veces es necesario leer todo un capítulo
o libro para comprender lo que el autor busca transmitir. Esto requiere de la lectura crítica y
analítica, lecturas que favorecen una mejor interpretación, al construir sus propias definiciones y emitir juicios de valor.




Quinta: “Ir al contexto de otros libros”. Esto implica seleccionar otros textos que hablan de la misma temática. La selección debe ser precisa con la intención de ubicarse en lo específico y sobre todo para clarificar y lograr la comprensión e interpretación de lo que se lee.
La aplicación de la ley fundamental o de alguna de las reglas de la hermenéutica permite que
el lector verdaderamente acceda a niveles de comprensión que modifiquen su manera de pensar, sentir, actuar y vivir, ya que, como piensas, sientes; como sientes, actúas; y como actúas, vives.

Proceso de compresión

El proceso de comprensión, de acuerdo con Perkins (2001), tiene que ver con la actitud respecto de un tema o asignatura. Para ello, es indispensable emplear la pedagogía de la comprensión, la cual es el arte de enseñar a comprender. Para lograr este proceso de comprensión, es necesario encontrar ejemplos propios y relacionar los conceptos nuevos con conocimientos previos, los cuales sirven tanto para comprender como para guardar información en la memoria y tener conciencia de que, si no hay comprensión, es difícil usar activamente un conocimiento.

La comprensión va más allá de la información suministrada, es decir, es un estado de capacitación en el que no sólo se tiene información sino la capacidad de hacer ciertas cosas con el conocimiento. Cosas tales como: explicación, ejemplificación, aplicación, justificación, comparación y contraste, contextualización, generalización, entre otras, favorecen una mejor interpretación.

Según Perkins, la variedad de actividades revela algunas características importantes de la comprensión; en primer lugar, se debe identificar la comprensión a través de actividades creativas que permitan al alumno ir más allá de la información suministrada; en segundo lugar, se requiere de distintos tipos de pensamiento; y, en tercer lugar, la comprensión es abierta y gradual. Por lo tanto, se debe brindar información clara, práctica y reflexiva, así como realimentación informativa y estímulos. Sin dejar de lado que las actividades de comprensión y las imágenes mentales son los engranajes de la pedagogía de la comprensión.


Podríamos decir que las actividades de comprensión constituyen el lado visible de la comprensión, es decir, lo que las personas hacen cuando entienden. Y la imagen mental es un tipo de conocimiento holístico y coherente que nos ayuda a elaborar un determinado tema [en diferentes niveles] (Perkins, 2001: 85).


Citando a Perkins (2001), la comprensión tiene cuatro niveles, los cuales son:


Nivel del contenido. Conocimiento y práctica referente a los datos y procedimientos de rutina. Las actividades correspondientes son reproductivas, tales como la repetición, paráfrasis y ejecución. En este nivel, se suministra a los alumnos numerosos conocimientos que les ayudan a conocer a partir de la información que poseen.

Nivel de resolución de problemas. Se refiere a los conocimientos y práctica referentes a la solución de los problemas típicos de la asignatura. Es un nivel de interpretación y entrenamiento.

Nivel epistémico. Conocimiento y práctica referentes a la justificación y la explicación en la asignatura. Este nivel lleva a los estudiantes a reconocer el origen y desarrollo de cierta ciencia, es decir, su estado del arte.

Nivel de investigación. Conocimiento y práctica referentes al modo como se discuten los resultados y se construyen nuevos conocimientos en la materia. Las actividades correspondientes abarcan, entre otras, plantear hipótesis nuevas y cuestionar supuestos.




Teoría curricular

El diseño de un plan y programas de estudio requiere la aplicación de un modelo curricular, en el cual se plantean los fundamentos y componentes que lo estructuran. Por lo tanto, es necesario que los docentes tengan conocimiento de la teoría curricular, con el fin de realizar la interpretación y aplicación de un plan de estudios de manera exitosa.

Para ello, es importante definir en primer lugar qué es el currículo. El currículo se concibe como “un plan que norma y conduce, explícitamente, un proceso concreto y determinado de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla en una institución educativa” (Arnaz, 2004: 9). También se define como “una declaración de finalidades y de objetivos específicos, una selección y organización de contenido, ciertas normas de enseñanza y aprendizaje y un programa de evaluación de los resultados” (Taba, 1976: 10).

Para Johnson (1970), citado por Díaz-Barriga et al. (2004), el currículo especifica los resultados que se desea obtener del aprendizaje, los cuales han de estructurarse de manera previa, haciendo referencia principalmente a los fines y no a los medios. Díaz-Barriga (1981) concibe el currículo como un proceso dinámico de adaptación al cambio social en general y al sistema educativo en particular.

La teoría curricular, según Taba (1976), se entiende como el conjunto de principios teóricos de carácter político, filosófico, psicológico y pedagógico que guían y dan lugar a diferentes proyectos curriculares, teoría que experimenta su desarrollo a partir de la década de los sesenta, cuando se producen numerosos trabajos y surgen los teóricos del currículo que, desde diferentes presupuestos teóricos y metodológicos, abordan el campo de lo curricular.

Según Walker (1990), citado por Díaz-Barriga et al. (2004), el propósito principal de esta teoría del currículo es fundamentar la práctica por medio de un cuerpo de ideas coherentes y sistemáticas que permitan dar significado a los fenómenos y problemas curriculares, así como guiar en la toma de decisiones de las acciones más apropiadas y justificadas. De acuerdo con dicho autor, el diseño curricular, como proceso de elaboración de un currículo de estudio, debe fundamentarse en determinados presupuestos teóricos y metodológicos.

Una de las propuestas curriculares que en México ha prevalecido es el modelo de Díaz Barriga (1981), citado por Díaz-Barriga et al. (2004: 40), que abarca cinco fases, algunas de ellas tomadas del modelo de Tayler e Hilda Taba, entre otras:

  1. Diagnóstico de necesidades.

  2. Determinación del perfil y objetivos.

  3. Estructura curricular.

  4. Elaboración de programas.

  5. Evaluación curricular.

Asimismo, la propuesta curricular de Arnaz (2004) plantea cuatro elementos básicos:

  1. Objetivos curriculares. Representan los logros educativos generales que se persiguen como un sistema específico, particular, de enseñanza-aprendizaje.

    • Precisar las necesidades que se atenderán. Requiere la identificación, selección, jerarquización y cuantificación de las necesidades seleccionadas.

    • Formular los objetivos curriculares. Implica precisar las necesidades que se atenderán, caracterizar al alumno, elaborar el perfil del egresado y definir los objetivos curriculares.

  2. Plan de estudios. Conjunto de contenidos seleccionados para el logro de los objetivos curriculares, así como la organización y secuencia.

    • Determinar el plan de estudios organizados por disciplinas, áreas y módulos.

    • Seleccionar los contenidos.

  3. Cartas descriptivas. Las cartas descriptivas pueden concebirse como una guía para orientar los cursos de una manera planeada, aunque flexible, hacia un rumbo determinado y con un método definido. Su elaboración no es otra cosa que la aplicación de la planeación al terreno de la educación, particularmente a los cursos que habrán de impartirse como parte de un currículo. Un programa de estudios es el resultado de la integración de una serie de intereses, expectativas, valores y demandas de parte de la sociedad, padres de familia, futuros empleadores, profesionales, estudiantes, sistema educativo, institución de educación, profesores y expertos.

    Las cartas descriptivas, de acuerdo con Arnaz (2004), son el instrumento adecuado para explicitar intencionalidades, objetivos, métodos y criterios de una materia, en un marco educativo determinado.

    Una carta descriptiva incluye: datos para la identificación, propósitos generales, objetivos terminales, contenido temático, objetivos específicos de aprendizaje, experiencias de aprendizaje, criterios y medios para la evaluación y los elementos de operación.

  4. Sistema de evaluación. Es la organización adoptada respecto a la admisión, evaluación, promoción y acreditación de los alumnos. Ello implica:

    • Definir las políticas del sistema de evaluación.

    • Seleccionar los procedimientos de evaluación.

    • Caracterizar los instrumentos de evaluación (Arnaz, 2004).

El conocimiento de los diversos modelos curriculares le permite al docente reconocer cuáles elementos son incorporados en un determinado plan y programas de estudio y, con ello, tener la posibilidad de operarlos en su práctica pedagógica.

Componentes del currículo

Es importante que el docente conozca los componentes del currículo con la finalidad de que comprenda la estructura de un plan y programa de estudios y con ello tenga la oportunidad de operar con éxito el desarrollo del mismo. Los componentes del currículo, de acuerdo con Nieda y Macedo (1998), se estructuran en cuatro elementos básicos: ¿Qué aprender? ¿Cómo aprender? ¿Cuándo aprender? ¿Qué, cómo y cuándo evaluar lo aprendido?

El qué aprender se refiere a los objetivos, competencias, aprendizajes esperados y los contenidos que se deben abordar durante un curso, módulo o seminario.

El cómo aprender se relaciona con la metodología de enseñanza y aprendizaje; en las teorías del aprendizaje destacan: la teoría del aprendizaje significativo, de David Ausubel; la teoría psicogenética, de Jean Piaget; la teoría sociocultural, de L. S. Vigotsky; la teoría de la instrucción, de Jerome Bruner; y la teoría del humanismo, de Abraham Maslow, entre otras.

El cuándo aprender tiene que ver con los momentos, ciclos o cursos que se imparten en un proceso formativo. También se refiere a la estructura de un programa dado: unidades, bloques, ejes, rubros, en los cuales se incluyen los contenidos básicos de cierto nivel o ciclo educativo.

Finalmente, el qué, cómo y cuándo evaluar lo aprendido remite a la forma de acreditación y certificación de los aprendizajes y desarrollo de competencias que deberá lograr el alumno.

Fuentes del currículo

Suelen destacarse, según Nieda y Macedo (1998), cuatro tipos de fuentes del currículo, cada una de las cuales realiza una aportación y proporciona una información específica:


La fuente sociológica refiere a las demandas sociales y culturales acerca del sistema educativo; a los contenidos de conocimientos, actitudes y valores que contribuyen al proceso de socialización de los alumnos; a la asimilación de los saberes sociales y del patrimonio cultural de la sociedad. El currículo ha de recoger la finalidad y funciones sociales de la educación, intentando asegurar que los alumnos lleguen a ser miembros activos y responsables de la sociedad a la que pertenecen.
    Respecto a lo sociológico, el Plan de Estudios 2011 plantea la formación de un mexicano con competencias para resolver problemas; tomar decisiones; encontrar alternativas; desarrollar productivamente su creatividad; relacionarse de forma proactiva con sus pares y la sociedad; identificar retos y oportunidades en entornos altamente competitivos; reconocer en sus tradiciones valores y oportunidades para enfrentar con mayor éxito los desafíos del presente y el futuro; asumir los valores de la democracia como la base fundamental del Estado laico y la convivencia cívica que reconoce al otro como igual; en el respeto de la ley; el aprecio por la participación, el diálogo, la construcción de acuerdos y la apertura al pensamiento crítico y positivo (SEP, 2011: 9).




La fuente psicológica se relaciona con los procesos de desarrollo y de aprendizaje de los alumnos. El conocimiento de las regularidades del desarrollo evolutivo en las distintas edades y de las leyes que rigen el aprendizaje y los procesos cognitivos en los seres humanos ofrece al currículo un marco indispensable acerca de las oportunidades y modos de la enseñanza: cuándo aprender, qué es posible aprender en cada momento y cómo aprenderlo. En el Plan de Estudios 2011 se plantea centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje, generar el trabajo colaborativo y sobre todo utilizar la evaluación para aprender (SEP, 2011: 26-30).




La fuente pedagógica recoge tanto la fundamentación teórica existente como la experiencia educativa adquirida en la práctica docente. La experiencia acumulada a lo largo de los últimos años en diversos países constituye una fuente insustituible de conocimiento curricular. La fuente pedagógica se refiere a los procesos de cómo aprender y a la aplicación del currículo en el aula. El Plan de Estudios 2011 de Educación Básica plantea en lo pedagógico que el docente planifique para potenciar el aprendizaje; ponga énfasis en el desarrollo de competencias, el logro de los estándares curriculares y los aprendizajes esperados; y utilice diversos materiales para favorecer el aprendizaje (SEP, 2011: 30).




Finalmente, el currículo tiene su fuente epistemológica en los conocimientos científicos que integran las correspondientes áreas o materias curriculares. La metodología, estructura interna y estado actual de conocimientos en las distintas disciplinas científicas, así como las relaciones interdisciplinarias de éstas, realizan también una aportación decisiva a la configuración y contenidos del currículo.
    En el ámbito epistemológico, el Plan de Estudios 2011 se fundamenta en el desarrollo del pensamiento complejo, el pensamiento crítico y el pensamiento científico.
    En el pensamiento complejo se consideran los siguientes principios: principio hologramático, el cual relaciona el todo con las partes, y las partes con el todo; principio recursivo organizacional, el cual consiste en reconocer que el todo impulsa a las partes y viceversa; y principio dialógico, el cual se basa en la necesidad de actuar de manera conjunta (Morín, 2004).
    El pensamiento crítico implica el modo de pensar correctamente sin prejuicios ni esquemas mentales coercitivos sobre cualquier tema, contenido o problema y, a la vez, la posibilidad de pensar la realidad para cuestionarla y transformarla (Paul y Elder, 2003: 4).
    El pensamiento científico supone el reconocimiento de la ciencia como una “actividad humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto es el conocimiento, obtenido por medio de un método científico organizado en forma deductiva y que aspira a alcanzar el mayor consenso posible” (Pérez Tamayo, 1989: 26). Este conocimiento requiere de un proceso sistemático para conocer la verdad, el cual está basado en el uso de la razón.




En resumen, el diseño curricular es el conjunto de responsabilidades de una institución educativa, para promover una serie de experiencias, que proporciona consciente e intencionalmente; fomenta, además, las experiencias de aprendizaje planeado, dirigido o bajo la supervisión de la institución educativa, ideadas y ejecutadas u ofrecidas por ella para lograr determinados cambios en los alumnos. Por ende, el diseño curricular son las experiencias que la institución utiliza con la finalidad de alcanzar determinados objetivos.

Conclusiones

Es necesario que todo maestro identifique que la elaboración de un plan y programa de estudios pasa por diversas etapas, entre las que destacan el diagnóstico de necesidades, la formulación de objetivos, la selección y organización de contenidos, la selección de estrategias didácticas, así como el modelo de evaluación de los aprendizajes.

Un maestro que identifica los fundamentos y los componentes que conforman un plan y programa de estudios tiene mayores posibilidades de aplicarlos correctamente en su práctica docente, pues logra relacionar el proceso de diseño con el proceso de aplicación del mismo. De esta manera, al elaborar su planeación didáctica, los considera para hacer realidad los principios pedagógicos que los sustentan y con ello garantizar el logro de los aprendizajes esperados, la formación y consolidación de competencias para la vida.

La correcta interpretación de quien opera un plan y programa de estudios repercute positivamente en lo que se espera que el estudiante aprenda y, por consiguiente, en el perfil de egreso, con lo cual ofrece una educación de calidad.

El éxito de la propuesta curricular del Plan y Programas de Estudio 2011 depende de la capacidad de interpretación del docente de los fundamentos curriculares que la sustentan; de que analice cada uno de los componentes; y, sobre todo, genere el trabajo colaborativo para lograr los aprendizajes esperados, las competencias para la vida y el perfil de egreso de la educación básica.

El conocimiento y aplicación de la hermenéutica en la práctica docente favorecen una adecuada interpretación de la realidad y necesidades de los alumnos, así como de los propósitos educativos.

Referencias

ARNAZ, J. (2004). La planeación curricular. México: Trillas.

DÍAZ-BARRIGA, Á. (1981). Alcances y limitaciones de la metodología para la realización de planes de estudio. En Revista de Educación Superior, vol. 10, núm. 40.

DÍAZ-BARRIGA, F., M. de L. Lule, D. Pacheco, E. Saad, y S. Rojas-Drummond (2004). Metodología de diseño curricular para educación superior. México: Trillas.

GADAMER, H. (1977). Verdad y método. Salamanca: Sígueme.

LUND, E., y P. Nelson (1997). Hermenéutica. Miami: Vida.

PAUL, R., y L. Elder (2003). Miniguía para el desarrollo del pensamiento crítico. México: Eduteka.

PERKINS, D. (2001). La escuela inteligente. México: Editorial Electrocomp.

SEP (2011). Plan de Estudios 2011. Educación Básica. México: Conaliteg.

TABA, H. (1976). Desarrollo del currículo. Teoría y práctica. Buenos Aires: Troquel.

NOTAS

* Karla Sotelo, maestra frente a grupo nivel primaria sexto grado, Escuela Primaria “Niños Héroes de Chapultepec” en Zapotlán de Juárez, Hidalgo. Saúl Acosta, funciones de apoyo técnico pedagógico en supervisión de secundarias generales. Dirección de Secundarias Generales, Secretaría de Educación Pública de Hidalgo.
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