Jazzeando PAVEL LOARIA BIG BAND INFANTIL Y JUVENIL Anna Pi i Murugó[*] ![]() La música es muy importante para el desarrollo de niñas, niños y jóvenes. En particular durante la temprana infancia, la aproximación a la música beneficia el desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, motriz y del habla, razón por la cual, la música se ha introducido ya en el nivel preescolar. Tocar un instrumento, especialmente en conjunto con otros, y participar en agrupaciones musicales, en una etapa más avanzada, favorece la capacidad de atención y concentración. Son conocidas las orquestas y bandas infantiles y juveniles, pero no las big band, u orquestas de jazz, de niños y jóvenes, que en muchas partes del mundo tienen gran auge. México sólo cuenta con una, la Pavel Loaria Big Band, que aquí presentamos por su destacada labor.
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c Jazzeando. Pavel Loaria Big Band Infantil y Juvenil
Después de presenciar un concierto en vivo de la Pavel Loaria Big Band Infantil y Juvenil, junto a Andrea Motis, en la Fundación Sebastián en Ciudad de México el 15 de febrero de 2020, y conocer su historia y la de su creador, le propuse a Pavel Loaria una larga entrevista que permitiera conocer a esta agrupación en un momento en que, a causa de la pandemia de covid-19 y el confinamiento, mantiene un ritmo distinto pero no deja de tocar; y también, celebrar los cinco primeros años de la fundación de la primera big band infantil y juvenil mexicana, que coincide con el Día del Niño en México y el Día Internacional del Jazz. Tres coincidencias que en 2021 se festejaron el 1° de mayo, en el Lunario del Auditorio Nacional de Ciudad de México, con un concierto en vivo que se transmitió sin costo en las redes sociales del recinto [1] y de la banda de jazz.
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c El jazz y la big band
El jazz es un género musical que nace a mediados del siglo XIX en los Estados Unidos como producto de la fusión entre la cultura africana y la europea. En la estructura del jazz se evidencian de manera clara influencias africanas, americanas y europeas. Su origen procede de los esclavos de origen africano, residentes en zonas sureñas de los Estados Unidos, que siguiendo sus tradiciones tocaban diferentes tipos de tambores y cantaban. Cuando se les prohibió, por ley, este canto y música tuvieron que recurrir a la percusión mediante las palmas de las manos y los pies para mantener las fiestas y su música. The Old Plantation, Son dos los elementos distintivos del jazz: el ritmo y la improvisación, además de su instrumentación, en la cual tienen gran protagonismo los instrumentos de viento y metal. Si bien es difícil definir el jazz, recogemos algunas frases de reconocidos artistas que evidencian la importancia de este género musical en todo el mundo (Social Musik, 2016):
La big band es el formato instrumental de la música de jazz u orquesta de jazz, y está conformada por saxofones, trompetas, trombones, contrabajo –o bajo eléctrico–, piano, guitarra y batería, entre otros. Su formación no es sencilla, ya que se constituye con 17 instrumentos, divididos en cuatro secciones, y con entre 10 y 20 músicos.
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c Pavel Loaria, el gusto por la música y el jazz
Para entender qué es y cómo se creó la Pavel Loaria Big Band, conviene acercarse un poco a la historia de su fundador. La pasión por la música de este saxofonista mexicano, en el ámbito académico, se inició cuando contaba con 20 años, antes había estudiado fotografía. Emprendió su formación musical en la Facultad de Música de la UNAM y en el Taller de Jazz de la Escuela Superior de Música, con Francisco Téllez. El mismo Loaria comenta al respecto: “Yo empecé a estudiar saxofón grande, a los 20 años, pero como era muy ‘ñoño’ y practicaba a diario entre 6 y 8 horas, o más, eso me permitió alcanzar a mis compañeros”. Así, a los 23 años entró a la Big Band Jazz de México, donde estuvo nueve años. Allí conoció y tocó con reconocidos artistas nacionales y extranjeros, como Armando Manzanero, Aleks Syntek, Natalia Lafourcade, Eugenio Toussaint, Ximena Sariñana, George Garzone, Diego Urcola, Paquito D’Rivera, Wynton Marsalis, Vince Barnett y Seneca Black, entre otros. Su trayectoria profesional es destacada. Es fundador del Sax… Son, cuarteto de saxofones creado en 2003, el interés de mezclar la música del mundo, la música tradicional mexicana y la música clásica. Otros proyectos musicales de Pavel Loaria son Elástico Worldbeat, donde fusiona el folk, el rock-pop y el jazz, así como el Pavel Loaria Jazz Trío, que versiona clásicos del jazz. Para este saxofonista, cualquier arte es importante, pero el jazz tiene algo que lo hace fundamental y lo convierte en su pasión.
En su trayectoria profesional destaca también que ha sido compositor musical de tres películas silentes presentadas los años 2013, 2014 y 2015 en la Cineteca Nacional de la capital de nuestro país, además de haber grabado más de 40 producciones discográficas. Y, por supuesto, su proyecto más reciente y motivador: la Pavel Loaria Big Band Infantil y Juvenil que, creada en 2016, es el proyecto musical en el que él ha puesto todo el corazón y algo más. La trayectoria de Pavel Loaria incluye la fundación del cuarteto de saxofones Sax… Son, el proyecto musical Elástico Worldbeat, así como el Pavel Loaria Jazz Trío
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c ¿Cómo nace la Pavel Loaria Big Band Infantil y Juvenil?
Durante su estancia en Nueva York, en la academia de artes The Juilliard School, con el maestro Joe Temperley –un connotado saxofonista de origen escocés–, Loaria descubre de manera directa la importancia de enseñar a los niños a hacer música clásica y, ante todo, jazz, ya que, como sostiene este saxofonista, “el jazz puede cambiar vidas” –y su trayectoria nos muestra que es cierta esta aseveración. En los Estados Unidos conoció a diversas bandas de jazz infantil y juvenil y, de regreso a México, Loaria se percató de que en el país no se contaba con una orquesta conformada por menores como en otras partes del mundo. Esto lo motivó a crear la Pavel Loaria Big Band Infantil y Juvenil, la primera de su tipo en México. Después de su regreso de los Estados Unidos, externa el músico, “empecé a invertir mi tiempo en lo que yo sabía y sé: en las clases y en compartir con los chicos”. Sin embargo, también comenta: “Me encontré con demasiada limitación mental por parte de la mayoría de los músicos mexicanos a los que me aproximé para iniciar este proyecto y fue también un choque respecto a la experiencia en los Estados Unidos de Norteamérica que había vivido”. Pavel explica cuál era la situación de los agrupamientos musicales hace cinco años en nuestro país: “Si bien existían diversas orquestas y sinfónicas de chicos y jóvenes en México, de reconocida trayectoria, advertí que no existía una big band con la instrumentación necesaria” y, por ello, decidió crear una, que pronto recibió invitaciones para tocar en distintos lugares, como fue el primer Lunario Big Band Fest en el Auditorio Nacional de Ciudad de México en 2017. A pesar de la corta vida de la Big Band, ya han grabado varios discos y realizado múltiples conciertos. ![]() Loaria sostiene que la disciplina en los ensayos y clases es muy importante, pero también desea que los chicos disfruten y, al mismo tiempo, sepan que cuando toman el instrumento son músicos profesionales y deben respeto al púbico y al escenario. ¿Cómo funciona esta big band? Su fundador dice que el primer paso para constituir el grupo orquestal es hablar con los papás para que conozcan y entiendan lo que es el jazz y la música, así como que valoren lo que aporta a cada persona, en especial a los chicos y jóvenes, el poder participar en una banda y tocar un instrumento. Para él, la música, y la agrupación que lidera, son “una manera de cambiar a nuestro país e implica también un paso más: cambiar el mundo”. Según su experiencia, no se trata solamente de tocar, además hay que cargar con los instrumentos, manejar para llevar al grupo a los distintos eventos, organizar, apoyarlos con clases de inglés, conseguir vestuario, etcétera. Todos los miembros de la banda participan en distintas tareas, y, según el propio director menciona, él es muy estricto con la disciplina y respecto al cuidado de los instrumentos, de los cuales cada quien debe ser responsable. Loaria no considera bueno que los profesores sean siempre los mismos, por ello impulsa que entre los alumnos se apoyen y aprendan de manera colaborativa. Así, propone que los jóvenes con más experiencia impartan clases a los que tienen menos y, al mismo tiempo, desechen aquello que no les gustó de las clases recibidas o aquello que no les ha servido, es decir, propone enseñar de otra manera. Otra de las preguntas que surgen al conocer la Big Band y todo el trabajo que han desarrollado es ¿qué serán en un futuro estos jóvenes músicos?, interrogante compartida por sus familias y cuestión que también les preocupa. Para nadie es extraño pensar que ser músico significa morirse de hambre. Pavel Loaria les responde de manera contundente con otra pregunta: “¿Usted o ustedes son millonarios?”. Además, plantea una realidad y es que hoy en día existen nuevas ocupaciones que no existían antes, como youtubers, blogeros, instagrameros, etc. Y así, apunta: “En la actualidad es importante que estas nuevas generaciones sepan lo que quieren hacer. Es importante preguntar a los chicos qué quieren hacer y apoyarlos en ello”. Presentación en el Lunario Big Band Fest del Auditorio Nacional de Ciudad de México en 2017 Emprender la conformación de la banda no fue sencillo, Loaria recuerda que empezó dando clases particulares de jazz. La primera convocatoria para entrar a la big band e iniciar las clases fue un fin de semana y llegaron 7 chicos, el siguiente fin de semana ya eran 16, y el tercer fin de semana, 45. Al darse cuenta del interés que se había despertado, buscó apoyo, tanto de instancias gubernamentales como de Los conciertos de la Pavel Loaria Big Band buscan incitar al público a acercase al jazz privadas y de colegas, pero esta ayuda no se concretó y Pavel Loaria se hizo cargo de todo, siempre con el apoyo de las niñas, los niños, los jóvenes, de sus familias y de la familia del músico. Los conciertos de la Pavel Loaria Big Band buscan incitar al público a acercase al jazz, con presentaciones diseñadas especialmente para niños, jóvenes y adultos, en las que lo importante es el disfrute de este género, a través de la ejecución de un repertorio amigable, pero lleno de calidad y virtuosismo. En sus inicios, la banda se dio a conocer con un repertorio integrado principalmente por piezas que formaron parte del soundtrack de famosas caricaturas y películas animadas, como La Pantera Rosa y Los aristogatos, para demostrar que el jazz estaba presente en el imaginario colectivo de diversas generaciones y que personas de cualquier edad disfrutan por igual. Con el tiempo, la banda ha abordado repertorios más arriesgados técnicamente.
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c La Pavel Loaria Big Band hoy
Los actuales integrantes de la banda, con edades entre los 7 y los 19 años, son 21 y provienen de distintos lugares de México: Toluca, Texcoco, Ciudad Nezahualcóyotl y Ciudad de México (de San Ángel, la Colonia del Valle y Coapa). Esta unión de diferentes lugares y estilos de vida, indica el músico, “me deja muy claro que entre mexicanos nos podemos ayudar y hacer cosas muy importantes. Por ello la presentación de la banda es clara: ‘Jazz de ellos para ellos. Swing de México para el mundo’, es decir, jazz para chavos, hecho por chavos”. El proyecto de la Big Band está creciendo mucho, y es que la música “permite crear mejores seres humanos, más conscientes y más sensibles, que sin duda hay que apoyar; por ello es básico acercar el jazz a la mayor cantidad de niños que sea posible”, considera Loaria. No obstante, la cuestión económica es determinante, y el compromiso de los músicos y familias, también. El trabajo de Loaria con los niños y jóvenes de la banda abarca desde comprar instrumentos y todo lo que se necesita hasta impartir clases, apoyar en los traslados, viáticos, etc. En la actualidad, los conciertos que dan se cobran para poder tener un cierto apoyo económico y mostrar el profesionalismo de sus miembros. Al respecto, explica Pavel Loaria: “Lo más importante para mí es que se les pague a los chicos, para que sepan que su trabajo vale desde pequeños”. Los actuales integrantes de la banda, con edades entre los 7 y los 19 años, son 21 y provienen de distintos lugares de México Para entrar a la banda, es necesario tener una mínima noción sobre el instrumento y, ante todo, disciplina y disposición para practicar mucho tiempo. Hay algunos chicos que vienen desde lejos, explica Loaria: “Por ejemplo, Daniel, que ahora tiene ya 14 años, y llegó con 10 años, vive más adelante de Texcoco y se tarda varias horas de camino de ida y vuelta. Ahora ya va solo, pero a veces no les alcanzaba para ir a los ensayos con sus papás, ya que hay que pagar el autobús, pesero, metro, etc., para llegar”, una muestra de las dificultades que los jóvenes músicos y sus familias deben afrontar para poder ensayar. Otro aspecto relevante que el saxofonista destaca es el hecho de que las familias apoyen a los chicos y estén comprometidas con el proyecto, por eso se abrió un chat donde se platica y debate sobre los conciertos, los avances, los proyectos, entre otros asuntos. Loaria insiste en que los chicos son muy disciplinados en el trabajo y que éste involucra a tres generaciones, por lo que unirlas, y que todas mantengan el necesario respeto mutuo, a veces resulta complicado.
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c La pedagogía del jazz: música, disciplina y juego
Loaria afirma que es estricto en la disciplina, especialmente cuando practican con el instrumento, pero que cuando se termina la clase todo cambia: “Jugamos y cargamos siempre un balón de futbol y realizamos juegos de palabras que les gustan mucho en los viajes, etcétera”. En la actualidad, para apoyar el desarrollo profesional de los jóvenes, la idea es que cuando los miembros de la banda lleguen a los 20 años, partan y busquen nuevos horizontes. Cabe mencionar que los ensayos son duros, y que desde hace poco incluyen también clases de inglés. Cada domingo, de 10 a 16 horas, se concretan los ensayos, y dos de esas seis horas son en inglés. Los viajes son frecuentes y, muchas veces, no se pueden realizar con los familiares por problemas de presupuesto, por ello es necesario su autorización y tener una disciplina y comportamiento social estricto. Por ejemplo, “aquí, en los ensayos, conciertos y viajes, está prohibido decir groserías”, y si bien los chicos que ya llevan tiempo en la banda se adaptan fácilmente, los nuevos se deben adaptar no sólo en términos musicales, sino también de comportamiento. “Primero debemos llevarnos bien, el respeto es el primer principio que une a la banda, no solamente la parte musical” afirma el músico.
Loaria cuenta: “Soy de la vieja escuela, yo les hago leer la partitura, primero todos deben aprender la partitura y después a tocar en la Big Band”. Para él, leer la partitura es básico y, además, para pertenecer a la banda, “debes tocar ya un poco algún instrumento y contar con cierto nivel, […] yo enseño lo demás”. La idea de este saxofonista es crear un círculo donde los chicos empiecen a tomar clases con los más grandes; y los que ya se van de la banda, por edad, y que ya tienen la experiencia, puedan dar clases a los jóvenes que ingresan. “No me gusta esta estrategia de seguir con los maestros de toda la vida”, apunta el director de la banda, así que es importante “que entre ellos se empiecen a enseñar y al mismo tiempo es una manera de darles trabajo a los otros. Que ellos mismos se pregunten qué no te gustó cuando estudiabas y que intenten hacerlo de otra manera, más didáctica y dirigida a los jóvenes, tal como a ellos les hubiera gustado recibir las clases. Es decir, que cada quien cree su método propio”. Pavel Loaria nos cuenta que a quienes llegan sin ningún tipo de formación se les propone aprender con los alumnos ya avanzados, a través de clases que proporcionan a los mayores algún ingreso, pues la música es vista también como un medio de vida y no se puede dejar de insistir en el profesionalismo de la banda y el trabajo que desarrollan como un valor determinante. “El talento de todos los miembros de la banda es inmenso –argumenta su fundador–, pero éste no crece si no lo estimulas, y muchas veces es más importante la voluntad y el trabajo”.
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c La Big Band ante la pandemia por covid-19
Como a todos, la pandemia por covid-19 afectó y afecta a la agrupación musical. En un inicio, ante esta situación, la estrategia fue que cada semana los jóvenes mandaran un video con sus progresos y prácticas. Las primeras semanas, el director les mandaba videos cada semana con las instrucciones, y el domingo, el día que era el ensayo, debían enviar un video del estudio que les había dejado. “Por ejemplo, una semana les propuse duetos; otras, subir un estándar del jazz (y se subía a Instagram); otro día, una pieza de Charlie Parker y tenían 8 días para prepararla, y allí las familias siempre estaban apoyando”, aunque, reconoce, “el encuentro físico se echaba en falta y también [había] desánimo, pero nunca se saturó a los chicos con tareas”. Han sido momentos difíciles para todos y todas pero, poco a poco, de manera gradual y con todas las medidas necesarias, los ensayos y conciertos se van reanudando. Hubo veces, recuerda Pavel Loaria, que podían estar varios días sin sacar el instrumento y sin tocar, pero las ganas de mejorar, la pasión por la música y el jazz hicieron que los instrumentos y las ganas volvieran con fuerza. También el hacer ejercicio, apunta el director, “es muy importante y les apoyé en ello para que se cuidaran, ya que es su herramienta básica, su cuerpo”. Los avances, ensayos, celebraciones y miembros de la Pavel Loaria Big Band (cuyo nuevo disco se titula Christmas Jazz) pueden verse y escucharse en Facebook (Pavel Loaria Big Band @Pavelloariabigband). ![]()
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c El jazz, la Pavel Loaria Big Band: aprendizaje y futuro
Pavel Loaria termina la entrevista comentando que “los egos en el mundo adulto muchas veces no ayudan a la música, y entre los jóvenes estos egos, por suerte, aún no existen”. Además, apunta, “si bien a los chicos se les exige para estar en la Big Band mucha disciplina, puntualidad, respeto, horas de estudio y dedicación, al mismo tiempo viajamos y nos divertimos muchísimo, compartimos vivencias y juegos. Es una big band formativa para todos, y especialmente para los chicos, que posiblemente se van a convertir en músicos profesionales en escenarios increíbles y que además ya han compartido escenario con grandes músicos”. Esta experiencia también a él le ha permito aprender y así lo expresa: “Lo que he aprendido con todos estos chicos es que ya no quiero trabajar con adultos”. Terminamos con una importante idea que Pavel Loaria nos compartió: “La música, y en concreto el jazz, es una poderosa herramienta para sensibilizarnos como sociedad y para combatir la violencia”. ♦
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c Referencias
Social Musik (2016). 10 frases sobre Jazz. http://socialmusik.es/10-frases-sobre-jazz/ Ir al sitio Notas * Doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana - Unidad Iztapalapa. Especialista en temas de educación.
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c Créditos fotográficos
- Imagen inicial: www.facebook.com/Pavelloariabigband/photos/ - Foto 1: Dominio público en commons.wikimedia.org - Foto 2 a 16: www.facebook.com/Pavelloariabigband/photos/ CORREO del MAESTRO • núm. 302 • Julio 2021 |