Ciclo de las rocas y metamorfismo: GIRO DE UN VERDE JADE AL ROJO PICANTE Las rocas fueron un factor clave durante el origen de la civilización humana al constituir tanto construcciones como material preciado, por ejemplo, gemas o materia para esculturas. A pesar de este largo vínculo, durante la mayor parte del tiempo las rocas se clasificaron en dos tipos: ígneas y sedimentarias. Fue hasta el siglo XIX cuando terminó por prevalecer la idea de un tercer tipo: las rocas metamórficas. Esta reclasificación contribuyó a reordenar la idea de cómo se originan y evolucionan las rocas, una idea que cristalizó en el modelo actual del ciclo de las rocas. En el presente artículo se muestra una experiencia didáctica que permite abordar en la escuela el concepto del ciclo de las rocas con énfasis en el metamorfismo de éstas.
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c Introducción
La geología es una ciencia fascinante, siembra inquietudes con sólo viajar en carretera y observar los estratos (capas de rocas sedimentarias con diferencias en tamaño y composición, que se acumulan y fijan). Entre las preguntas que esta ciencia ha buscado resolver se encuentran las relativas al origen de las rocas y a la mejor manera de clasificarlas. Plantear estas y otras preguntas ayuda a construir una narrativa aceptable para definir cuán activo es nuestro planeta. Para acercarse a la geología es aconsejable iniciar solicitando a los alumnos que lleven a clase una roca e informen en qué entorno la localizaron. Después hay que observar el material recolectado, de ser posible por medio de una lupa, con el objetivo de reconocer que es común que las rocas estén compuestas por materiales con diferentes características físicas. Esta observación permite al docente hacer énfasis en el hecho de que las rocas están compuestas por uno o más minerales. Posteriormente se le solicita al grupo proponer una clasificación basada en su observación de las características morfológicas (color, textura), estructurales (laminada, granulada, homogénea, heterogénea) y de propiedades físicas (densidad, dureza). La clasificación propuesta en clase podrá contrastarse con la clasificación de las rocas de acuerdo con su origen, que tiene tres grupos principales: La geología moderna explica la génesis de estos tres tipos de rocas a través de un modelo conocido como ciclo de las rocas (fig. 1). Esta versión con los tres tipos de rocas es resultado de prolongados debates que fueron más intensos entre la segunda mitad del siglo XVIII y gran parte del XIX. Al principio, las versiones dominantes eran dos y se diferenciaban en función de cuál tipo de roca se proponía como primigenia:
Figura 1. Ciclo Un asunto importante es que ambas teorías, plutonista y neptunista, se suponían opuestas. La categoría rocas metamórficas fue introducida con igual rango a las anteriores y no sólo como una fase temporal hasta el siglo XIX, como consecuencia de la génesis de un modelo que logró abarcar las virtudes (en el sentido de representar la realidad) del plutonismo y neptunismo. Esta inclusión dio lugar a un modelo más parecido al actual ciclo de las rocas, lo cual fue apoyado y difundido por el prusiano Alexander von Humboldt (1769-1859). Aunque Humboldt fue estudiante de la Academia de Minería de Feiberg, dirigida por Werner, también contaba con habilidades de interpretación del paisaje desarrolladas durante sus expediciones. Estas experiencias de naturalista sumadas a las adquiridas en la academia[2] lo motivarían a hacer un espacio para las rocas metamórficas en el ciclo de las rocas. Es decir, aunque la idea de que existen rocas que se originan desde otras rocas llamadas primarias gozaba de suficiente aceptación, a estas rocas derivadas no se les consideraba como un tercer estado, de manera que las rocas metamórficas eran una fase de transición y no eran relevantes para la explicación amplia ni para la historia de la Tierra. Humboldt incluye esta narrativa tripartita en un libro muy difundido titulado Cosmos. Es sobresaliente que el paisaje mexicano haya participado en esta idea renovada del ciclo de las rocas porque, a pesar de que Humboldt heredó las ideas de Werner, se convenció de la teoría aparentemente opuesta o plutonista al observar formaciones de basalto en América y terminó reconociendo que los basaltos son de origen ígneo y no sedimentario como aseveraba la teoría neptunista. Un significativo sitio que le evidenció este origen ígneo fue la formación de prismas basálticos en Huasca de Ocampo, Hidalgo. Prismas basálticos El concepto de cambio es el eje para entender cómo se originan las rocas metamórficas. Al respecto no hay que olvidar que el material primario y la presión-temperatura determinan el tipo y grado de modificación del material primario. A su vez, éste tiene una composición característica, es decir, un grado de homogeneidad y una composición química específica. Los tres tipos de rocas pueden ser fuente primaria para dar lugar a rocas metamórficas y al ser objeto de alteración debido a un aumento de temperatura, presión o ambas que determinará el cambio en sus propiedades físicas y químicas. El cambio debe ser significativo para que se reclasifiquen como metamórficas. En la tabla 1 se listan varios ejemplos y algunos de ellos consisten en rocas compuestas por un sólo mineral, una característica que no impide que el material obtenga cualidades distintas. También durante el metamorfismo participan reacciones químicas entre rocas primarias con fluidos. Las rocas se reordenan estructuralmente, por lo que forman nuevos minerales con propiedades también distintas. En clase se podrá identificar con mayor facilidad el metamorfismo que resulta de una alta presión o una combinación de ésta con alta temperatura, porque las rocas están laminadas. Algunos ejemplos son el gneis, la pizarra y el mármol. Tabla 1. Ejemplos de rocas metamórficas y su material (roca o mineral)
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c Intención didáctica
Debido a que la inclusión de las rocas metamórficas contribuyó significativamente a que la geología explique de una mejor manera tanto el origen como la evolución de las rocas y la Tierra, proponemos una actividad que vincule el concepto de metamorfismo con experiencias de cambio en el material de vivencias cotidianas y locales. Nos referimos a nuestra cercanía con las distintas variedades de chiles consumidas en México. Es del dominio doméstico que dentro de la amplísima variedad de platillos que se preparan en México es común el uso de distintas versiones de chile fresco y seco[3] (fig. 2). Cabe aclarar que todos los tipos de chile que se utilizan en México pertenecen al género Capsicum, perteneciente a la familia de las solanáceas; especies C. annuum, C. pubescens, C. chinensis, y C. frutescens; y es C. annuum la especie que incluye más variedades. Asimismo, el secado del chile, y en algunos casos el ahumado, determina que el chile tenga un uso culinario distinto, ya que el fruto presenta cambios de sabor. Un ejemplo es el del chile poblano, que fresco se utiliza para preparar chiles en nogada, y seco (mulato) se emplea en la preparación del mole y salsas. Figura 2. Puesto de chiles
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c Desarrollo de la actividad
Edad: 10 años en adelante Duración: 90 minutos (30 para el armado del círculo y 60 para una explicación) Materiales
Procedimiento Repartir los materiales individualmente y dar las siguientes indicaciones:
Figura 3. Disco de
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c Importancia de los ejemplos de la actividad para la cultura de México
El jade El jade es una roca compuesta por el mineral jadeíta (un silicato de aluminio) y es resultado del efecto de una presión alta (alrededor de 11 kbar)[4] y una temperatura moderadamente alta (aproximadamente 400 °C) sobre rocas como la albita. Es común que estas condiciones físicas prevalezcan en zonas de subducción y colisión de los continentes. El jade tiene una dureza y color verde característicos que determinaron que fuera la gema más apreciada en toda Mesoamérica (figura 5). La adoración de esta gema verde inició desde las sociedades olmecas tempranas. Fue extendida también la asociación del color verde con la vida, el agua y la fertilidad. Considérese que la palabra maya yax significa ‘el primero’, ‘número uno’ y ‘verde resplandeciente’. No sorprende que el jade se localice en entierros de personajes de alto rango social. En Mesoamérica, la principal fuente de jade era lo que hoy comprende el valle del Motagua, Guatemala. Máscara del dios Murciélago, Monte Albán, elabo- Yo, Nezahualcóyotl, lo pregunto: Nezahualcóyotl El chile Con una perspectiva biológica (por ejemplo, características del fruto y semillas) se ha deducido que el chile fue domesticado junto con el amaranto en el actual valle de Tehuacán, Puebla. Por otra parte, el uso de esta planta como un comestible ocurría ya desde hace por lo menos 1800 a 1000 años. Este dato se obtuvo gracias a un fechamiento arqueológico al rastrear moléculas únicas o inequívocas de los chiles (moléculas conocidas como biomarcadores) en cerámica encontrada en la localidad olmeca de San Lorenzo, Veracruz. Aunque existe un reclamo cultural por parte de algunos países asiáticos por la inclusión del chile en su cocina, este uso fue adoptado durante el intercambio entre las distintas regiones que constituían el virreinato de la Nueva España, esto es, entre lo que hoy comprenden México y Filipinas. Resulta un cuadro realista a partir del siglo XVI y durante todo el virreinato el de los galeones que zarpaban de Acapulco con destino a Manila cargados de sacos de chiles secos y sus semillas prestas para germinar en un nuevo hábitat. ♦ Notas * Lilia Montoya Lorenzana es profesora de asignatura en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).Citlame Franco Rodríguez es pasante de la licenciatura en Ciencias de la Tierra por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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c Créditos fotográficos
- Imagen inicial: Shutterstock - Foto 1 a 3: Shutterstock - Foto 4: Citlame Franco - Foto 5: Shutterstock - Foto 6: Citlame Franco - Foto 7: Adrián Hernández obtenida en Wikimedia vía CC-BY 4.0 CORREO del MAESTRO • núm. 314 • Julio 2022 |