Bibliotecas: ESPACIOS PARA LEER, PENSAR, SOCIALIZAR Y DE INCLUSIÓN[1]; Anna Pi i Murugó[*] ![]() Existen múltiples lugares y ambientes donde leer, estudiar y trabajar. La biblioteca es un espacio dedicado especialmente a la lectura y el préstamo de libros, pero otras actividades se desarrollan hoy en estos espacios. Presentamos aquí, con el ejemplo de las bibliotecas públicas de Cataluña, cómo las bibliotecas públicas se adaptan a los nuevos tiempos y a la sociedad. A la vez, intentamos responder a preguntas como: ¿Están las bibliotecas en peligro de extinción? ¿Desaparecerá el libro de papel frente al libro electrónico? ¿Qué público utiliza y visita las bibliotecas? ¿Se requiere de bibliotecas en la era digital y de Internet?
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c La biblioteca pública y la biblioteca escolar, espacios en transformación constante
Detallamos una definición de biblioteca, de sus características, así como de los bibliotecarios y de los usuarios que en la actualidad frecuentan estos espacios, extraída de Edgardo Civallero: La biblioteca, como gestora de un valioso recurso público (la información), se halla en una encrucijada […] debe asegurarse su neutralidad y garantizar que el bien que salvaguarda y distribuye (vital para el desarrollo y el progreso de la sociedad) llegue a todos por igual. […] debe lograr que la información que maneja sirva como herramienta a aquellos colectivos excluidos (2011: 2). La biblioteca pública es considerada como motor de la educación, la cultura y la información Según el Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública, estos son algunos de sus fines y objetivos:
En este documento de la UNESCO, la biblioteca pública es considerada como motor de la educación, la cultura y la información, así como también “agente esencial de fomento de la paz y los valores espirituales en la mente del ser humano”(1994: 1). Para Civallero, las bibliotecas públicas tienen un valor incuestionable en la vida colectiva e individual de los ciudadanos y constituyen un equipamiento cultural de proximidad donde con más facilidad se perciben los cambios de hábitos, las necesidades y las tendencias de los ciudadanos. La biblioteca escolar, por otro lado, se ubica en el centro escolar y se relaciona con cuatro ámbitos educativos: los procesos de enseñanza-aprendizaje, el alumnado, los equipos docentes y la comunidad. El espacio de la biblioteca escolar es esencial en la formación lectora y de los alumnos y debe estar integrado con los procesos de enseñanza-aprendizaje a través de los proyectos educativos y el proyecto curricular. De acuerdo con el Manifiesto UNESCO/IFLA sobre la biblioteca escolar: “La biblioteca escolar ofrece servicios de aprendizaje, libros y otros recursos que permitan a todos los miembros de la comunidad escolar forjarse un pensamiento crítico y utilizar eficazmente la información en cualquier formato y medio de comunicación” (UNESCO, 2000). La biblioteca escolar se entiende como un centro de recursos para la lectura y proporciona a todos los escolares espacios, tiempos y la posibilidad real de múltiples experiencias de lectura. Asimismo, según las Directrices de la IFLA/UNESCO para la biblioteca escolar: “[l]a biblioteca escolar ayuda a los alumnos a desarrollar destrezas de aprendizaje” (IFLA, 2002: 3). En la actualidad, las bibliotecas públicas deben pensar en coordinar su funcionamiento con otras bibliotecas –especialmente las escolares–, orientar a los diferentes públicos lectores, organizar actividades, informar sobre lecturas, cuidar las colecciones más atractivas para los distintos públicos, facilitar encuentros y contactos con escritores, realizar representaciones teatrales o posibilitar el préstamo de libros (Marchesi, 2011: 8). Desde su inicio, este tipo de bibliotecas han tenido la misión de garantizar el acceso a todas las personas a la información; además, en la actualidad, muchas de ellas poseen los recursos necesarios para concretar y participar en procesos de inclusión social.
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c Las bibliotecas públicas hoy
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) refiere que las bibliotecas públicas deben tener carácter gratuito y estar bajo la responsabilidad de las autoridades locales y nacionales, así como ser un componente esencial de toda estrategia a largo plazo de cultura, información, alfabetización y educación. En cuanto a los aspectos referentes a su funcionamiento y administración, recomienda que los servicios que ofrecen sean accesibles a todos los miembros de la comunidad, con edificios bien situados, buenas salas de lectura y estudio, tecnologías adecuadas y un horario suficiente y apropiado. Asimismo, concibe al bibliotecario como un intermediario activo entre los usuarios y los recursos, para lo cual es indispensable su formación permanente (UNESCO, 1994). La biblioteca escolar proporciona a todos los escolares la posibilidad real de múltiples experiencias de lectura La biblioteca pública moderna inició de manera formal en 1850 en Gran Bretaña. La disposición legal mencionaba entre los principios de las bibliotecas públicas: la gratuidad, que fueran abiertas a todo público y costeadas con los impuestos de los ciudadanos. Con base en estas ideas se extienden en el siglo XIX las bibliotecas públicas y las redes de bibliotecas en Gran Bretaña, los Estados Unidos, Australia y Canadá (VV. AA., 2015: 15). Hoy estos espacios se encuentran en un proceso de cambio constante generado por varios factores, entre los que destacan la introducción y empleo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como las nuevas demandas de la sociedad que han supuesto un replanteamiento de sus objetivos y servicios.
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c El modelo catalán de bibliotecas públicas
En Cataluña la creación de las bibliotecas públicas y de la red de bibliotecas se inicia con la Mancomunidad de Cataluña[2] y Enric Prat de la Riba hacia 1920. Destacamos aquí las palabras de Prat de la Riba al tomar posesión como presidente de la Mancomunidad, sobre la importancia de las bibliotecas: “Todos los pueblos de Catalunya deben tener su escuela, su biblioteca, su teléfono y su carretera” (VV. AA., 2015: 16). Estas ideas permitieron, no sin problemas, la creación de diversas bibliotecas en Cataluña y, ante todo, la concreción de la Red de Bibliotecas Populares, que se extendió en los ámbitos rural y urbano. Asimismo, se impulsó la formación y graduación de los primeros profesionales en biblioteconomía, siguiendo el modelo angloamericano de la biblioteca pública que se caracteriza por innovadoras técnicas de organización de los catálogos con colecciones de acceso público, actualización constante, préstamos abiertos y otros servicios dirigidos a la población, amplios horarios de atención y actividades de extensión cultural (VV. AA., 2015). Mancomunitat de Cataluña Enric Prat de la Riba Ya en pleno siglo XXI, la aprobación de la Ley 4/1993 del Sistema Bibliotecario de Cataluña (DOGC, 1993) aporta algunos elementos sobre las bases y estructura fundamental para la planificación, creación, organización y funcionamiento del Sistema Bibliotecario actual basado en el derecho de los ciudadanos a la lectura y a la información públicas. En el artículo 2 de la Ley se define a la biblioteca como “el conjunto organizado de libros, publicaciones periódicas, grabados, mapas, registros sonoros, documentación gráfica y otros materiales bibliográficos, manuscritos, impresos o reproducidos en cualquier soporte, que tenga por finalidad reunir y conservar estos documentos, así como facilitar su uso a través de los medios técnicos y personales adecuados para la información, investigación, educación u ocio”. En el artículo 21 también se establece el Sistema de Lectura Pública. Estas conceptualizaciones y elementos son los que en la actualidad perduran y vertebran las bibliotecas públicas de Cataluña. Edificio de la Generalitat de Cataluña en Barcelona Edificio de la Diputació de Barcelona Las bibliotecas catalanas han experimentado grandes transformaciones, que abarcan desde la oferta documental hasta los espacios, las formas de trabajar y los medios para hacerlo. Así, en las bibliotecas públicas se han incorporado otros soportes además del papel y los libros como son la música, las revistas, los videos y los discos compactos, además de la introducción de las TIC. La Generalitat de Cataluña, así como la Diputació y el Ayuntamiento de Barcelona, son las instituciones que impulsan este cambio del modelo bibliotecario de acuerdo con los nuevos tiempos. La Generalitat tiene entre sus competencias establecer una nueva política de bibliotecas y es quien gestiona el funcionamiento de éstas en la mayoría de los municipios; por su parte, la Diputació de Barcelona tiene jurisdicción donde vive 75 por ciento de la población de Cataluña, mientras que el Ayuntamiento de Barcelona atiende a más de 1 620 809 habitantes (2017) en la capital catalana. Los edificios e infraestructura bibliotecaria, tal como detallan los entrevistados, son importantes. Las nuevas bibliotecas se han construido preferentemente en lugares céntricos, cercanos a la población y con una comunicación adecuada; se trata de espacios abiertos y acogedores donde a menudo se celebran actos culturales para todo tipo de público. Estos nuevos espacios también cuentan con salas de audición, espacios más grandes donde los libros se pueden presentar de manera atractiva y donde los diferentes públicos pueden compartir servicios sin molestarse. Así, hay espacios específicos para niños, para la música, para conferencias y exposiciones y para trabajos grupales, ello en un entorno agradable, funcional y luminoso, muchas veces con terrazas y espacios abiertos al aire libre para descanso. Además, ya en los años noventa, se llevó a cabo la informatización de las bibliotecas públicas de Cataluña. Asimismo, y según la normatividad, en cada municipio de más de 5000 habitantes debe haber una biblioteca pública, y también hay una en la mayoría de los municipios de menos de 3000 habitantes, ya que estas bibliotecas se instalan según las demandas, necesidades y posibilidades de los municipios. Hoy existen 404 bibliotecas en todo el territorio que constituyen el Sistema de Lectura Pública de Cataluña, a ellas hay que añadir 10 bibliobuses que permiten proporcionar sus servicios a los municipios de menos de 3000 habitantes, donde no es obligatorio tener una biblioteca. Ramon Bosch i Torra, Mercè Muñoz y Josep Vives i Gràcia, funcionarios entrevistados del Ayuntamiento y la Generalitat de Barcelona que se encargan de las bibliotecas de Cataluña, nos ponen al día sobre la realidad de su ámbito de acción. Detallan que el público que acude a estas bibliotecas es cada vez más diverso y tiene nuevas demandas de libros, publicaciones periódicas, música, videos, así como del uso de computadoras. Por ello, se han incorporado las nuevas tecnologías que los ciudadanos demandan, se cuenta con espacios para aprender a usarlas y para personas con dificultades para acceder a ellas; además, se piensa en usuarios tanto presenciales como virtuales. Área infantil, Biblioteca Sant Pau-Santa Creu, Barcelona Club de lectura que organiza la editorial Pulpture en Madrid En la actualidad existe una diversa tipología de usuarios según edades, culturas e intereses; por ejemplo, los más pequeños (de 0 a 4 años) cuentan con espacios adecuados para sus necesidades y las de los adultos que los acompañan (salas para pequeños lectores); y tras la llegada de emigrantes de diferentes culturas, las bibliotecas se han dotado de servicios que ellos necesitan, así como de libros en sus lenguas, y en catalán para su aprendizaje, además de aumentar el número de computadoras y extender el wifi. De este modo, las bibliotecas se constituyen en espacios de acogida e integración. Además, los jubilados, las personas sin trabajo y los estudiantes de distintos niveles educativos utilizan de forma habitual los servicios bibliotecarios y aumentan las visitas escolares programadas, los clubs de lectura y los programas de fomento a la lectura. Por todo ello, podemos decir que las bibliotecas se han abierto al conjunto de la sociedad y son muestra de la diversidad e intereses de los diversos colectivos que conforman los barrios de las ciudades y pueblos de Cataluña, con lo que se han convertido en motores culturales y elementos significativos de la actividad cultural. Las bibliotecas públicas catalanas en la actualidad son los equipamientos mejor valorados por parte de los ciudadanos. También se constata que ha habido una disminución de visitantes presenciales y de préstamo en los últimos años, pero éste se centra en el préstamo de materiales audiovisuales y especialmente de CD. El libro, describen, “aguanta bien” –junto con el papel– a pesar de las teorías del imperio de la lectura digital y del libro electrónico. Y si bien el número de visitas a las bibliotecas catalanas ha disminuido en 5 por ciento, en el año 2017 hubo 20 millones de visitas y en Barcelona se contabilizaron este mismo año 6 millones de visitas. La disminución de las visitas y del préstamo en las bibliotecas públicas, no obstante, es generalizada en todo el mundo. Resulta importante señalar que en Barcelona existen 40 bibliotecas que están organizadas en función de la población y de la configuración territorial de cada distrito. Así, cada biblioteca tiene una especialización temática, según el entorno. También se reconoce que los recortes presupuestales han provocado un importante recorte en la compra de libros y que no han permitido construir e inaugurar nuevas bibliotecas, tal como sucedía en años de bonanza económica. Asimismo, los recortes han hecho que las bibliotecas tengan que reducir sus horarios de servicio. Pero curiosamente, y en oposición a ello, ha aumentado la demanda de aulas de estudios para estudiantes –universitarios y de otros niveles educativos– en horarios más amplios y especialmente nocturnos. Las bibliotecas públicas, tal como hemos detallado, se convierten en espacios cómodos y cercanos a casa donde estudiar, que los centros educativos no proporcionan. La mayoría de los alumnos jóvenes carecen de espacios o ambientes adecuados en su casa para el estudio, y las bibliotecas públicas han realizado, con mucho esfuerzo, una flexibilización horaria hasta la una de la madrugada en ciertas épocas del año para atender esta necesidad que coincide especialmente con los exámenes finales. Asimismo, las bibliotecas públicas organizan de manera periódica visitas guiadas, adaptadas por el personal bibliotecario a distintas edades, a los grupos escolares de diferentes niveles educativos de escuelas cercanas, para que alumnos y docentes conozcan y puedan tener acceso a los libros e información de todo tipo que albergan, a fin de apoyar su educación. Otro aspecto importante de las bibliotecas públicas, y que señalan también las estadísticas, es que casi la mitad de la población catalana dispone del carné (credencial) de biblioteca, lo cual convierte al sistema público de bibliotecas en el club de cultura más importante de Cataluña. Este carné es gratuito, personal e intransferible y permite el acceso a todas las bibliotecas públicas catalanas y a sus servicios, como la consulta de cualquier documento –libros, revistas, diarios, CD y DVD, entre otros–, el préstamo de libros, la lectura a domicilio, el acceso a Internet y a la red wifi en todos sus espacios, la consulta de fondos especializados, la participación en los clubs de lectura, exposiciones, talleres, sesiones de cuentacuentos para los más pequeños; también facilita descuentos en museos, teatros y otras actividades culturales y de ocio.
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c Las bibliotecas, mucho más que libros (libro en papel frente a libro electrónico)
Aunque parezca imposible, en la actualidad existen bibliotecas sin libros –las bibliotecas digitales– que concentran colecciones de objetos digitales organizados, pero en las cuales no hay estantes ni libros. En ellas se ofrecen servicios interactivos para el usuario y se puede acceder a los recursos informáticos documentales mediante diferentes dispositivos de comunicación que usan los servicios de Internet. Así, las nuevas bibliotecas sin libros constituyen un recinto informativo de nueva generación basado en las nuevas tecnologías. A este recinto informático digital se puede ingresar a cualquier hora los 365 días del año. La biblioteca digital tiene como características generales ser una colección global de recursos importantes para la investigación, la enseñanza y el aprendizaje, de fácil acceso para todo tipo de usuarios, y que está gestionada y mantenida por profesionales. En resumen, la biblioteca digital es un concepto que subraya la importancia del trabajo en red y los atributos de ubicuidad, asincronía e hipermedialidad. En el ámbito de las bibliotecas universitarias destaca que, en 2010, la Universidad de Texas en San Antonio inauguró la primera biblioteca sin libros en un campus universitario que ofrece a los estudiantes una creciente colección de recursos electrónicos, entre ellos 425 000 libros electrónicos (e-books) y 18 000 suscripciones a periódicos. En 2013, se creó Bibliotech, la primera y única biblioteca pública de los Estados Unidos que permite alquilar libros electrónicos y pone a disposición de los usuarios múltiples contenidos y aparatos digitales, desde tabletas electrónicas hasta consolas de videojuegos. Además, tiene un club de lectura al que los participantes pueden acceder en persona o en línea. Las instalaciones cuentan con personal que brinda atención a los visitantes y resuelve sus dudas. Bibliotech pone a disposición de los usuarios múltiples contenidos y aparatos digitales En México destacan las bibliotecas digitales Telmex En México destacan las bibliotecas digitales Telmex que existen en distintas ciudades del país, como centros de conocimiento e innovación educativa que ofrecen al público en general acceso gratuito a equipo de cómputo, conexión a Internet y actividades educativas. A estas bibliotecas sin libros hay que añadir también las llamadas bibliotecas humanas que iniciaron de manera experimental en el año 2000 un grupo de jóvenes de Copenhague con el objetivo de fomentar el diálogo frente a la violencia, a cargo de la organización de la sociedad civil Stop the Violence en el Festival de Roskilde. La forma de organizar una biblioteca humana se basa en personas voluntarias que se ofrecen a dialogar. En estas bibliotecas los libros son sustituidos por seres humanos que tienen la palabra y están dispuestos a contestar a las preguntas de las y los lectores, o a provocarlas si fuera necesario. Por tanto, se trata de obras interactivas, con voces distintas, que mediante una metodología innovadora favorecen el contacto personal a través de la narración de historias de vida y del planteamiento de preguntas. En ellas los bibliotecarios realizan distintas funciones de apoyo para las personas que cuentan sus historias y experiencias –los supuestos libros de la biblioteca–. En resumen, las bibliotecas humanas son experiencias participativas que fomentan una actitud colaborativa, rompen los roles tradicionales y no necesitan dispositivos móviles, conexión a Internet o papel. Es un hecho que desde hace años las bibliotecas han experimentado cambios en cuanto al rol que desempeñan dentro de la sociedad, los servicios que brindan y el empleo de tecnología. De igual forma, el libro como soporte tampoco ha escapado a estos cambios.
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c Las bibliotecas públicas y las personas en situación de vulnerabilidad
En la actualidad, las bibliotecas públicas en algunos países de Europa y en los Estados Unidos, además de lo anteriormente mencionado, proporcionan techo para las personas que viven en la calle y posibilitan espacios para la inclusión de personas en situaciones de extrema necesidad y vulnerabilidad. Es el caso de Jane, una mujer sin hogar que lleva más de un año viviendo en la calle y quien pasa parte de su día en la Biblioteca Pública de Madison en Wisconsin. Allí ha encontrado un espacio de confianza y libertad, ya que, como ella comenta, en la biblioteca tiene derecho a los mismos servicios e igual trato que las personas que están a su lado, lo que no sucede en la calle u otros espacios públicos que frecuenta debido a sus carencias (Cencerrado, 2016). Detrás de las estadísticas sobre los hábitos de lectura y el uso de las bibliotecas, se esconden historias de personas que llegaron a situaciones extremas por carencia de vivienda o trabajo o por razones de salud, y que visitan las bibliotecas, donde disponen de espacios agradables y cómodos con libros y computadoras, que les permiten estar informadas de lo que sucede en el mundo, buscar por Internet servicios de apoyo y orientación de diferente tipo –médica, laboral, legal o social–, asistir a conferencias y talleres, convivir con otras personas, e incluso dormitar en horarios cada vez más extendidos y más días a la semana. De este modo, las bibliotecas públicas se han convertido en una institución de apoyo de los usuarios en situación de vulnerabilidad social, además de ser promotoras de la cultura y la educación. No debemos olvidar que el acceso a la información es un recurso que permite la transformación y el empoderamiento especialmente para aquellos individuos que viven en situación de pobreza y marginación. Hoy las bibliotecas públicas afrontan nuevos retos como espacios sociales que –junto con otros también destacados– posibilitan procesos de integración ciudadana y contribuyen al ejercicio de derechos universales básicos como el acceso a la información, la educación y la cultura. La gratuidad, su enfoque compensatorio de dificultades y su presencia en la mayoría de los pueblos y ciudades las hace un recurso de cohesión social, de aprendizaje permanente y de generación de oportunidades. La biblioteca pública es para todos, pero especialmente debe serlo para quienes menos medios propios o alternativos tienen para acceder a la información, la lectura, el ocio, la cultura (Gómez-Hernández: 2016). Por último, no olvidemos que las bibliotecas públicas establecen una estrecha vinculación con escuelas y universidades y, de este modo, apoyan a los estudiantes en su formación y educación, al mismo tiempo que fomentan la lectura y el estudio adaptándose a las necesidades de la sociedad y el entorno. ♦
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c Referencias
CENCERRADO, L. M. (2016). La biblioteca, un techo para las personas que viven en la calle. En: Biblogtecarios, 23 de marzo [en línea]: <www.biblogtecarios.es/lmcencerrado/la-biblioteca-un-techo-para-las-personas-que-viven-en-la-calle/>. Ir al sitio CIVALLERO, E. (2011). El rol de la biblioteca en la inclusión social. En: XIII Jornadas de Gestión de la Información “De la responsabilidad al compromiso social”. SEDIC (Asociación Española de Documentación e Información). Madrid, 17 y 18 de noviembre [en línea]: <www.aacademica.org/edgardo.civallero/51.pdf>. Ir al sitio DOGC (1993). Llei 4/1993 del Sistema Bibliotecari de Catalunya Núm. 1727 de 29 de marzo [en línea]: <www.bne.es/export/sites/BNWEB1/ es/Colecciones/Adquisiciones/DepositoLegal/LegislacionAutonomica/docs/Llei_Sistema_Bibliotecari.pdf>. Ir al sitio GÓMEZ-HERNÁNDEZ, J. A. (2016). Usuarios en vulnerabilidad social: ¿por qué y para qué generar capital cultural desde la biblioteca? En: Anuario ThinkEPI, vol. 10, pp. 83-93 [en línea]: <dx.doi.org/10.3145/thinkepi.2016.13>. Ir al sitio IFLA [International Federation of Library Associations and Institutions] (2002). Directrices de la IFLA/UNESCO para la biblioteca escolar [en línea]: <archive.ifla.org/VII/s11/pubs/sguide02-s.pdf>. Ir al sitio Marchesi, Á. (2011). Lectura y bibliotecas escolares: un objetivo estratégico para las políticas educativas y culturales. En: I. Miret y C. Armendano (coords.). Lectura y bibliotecas escolares, pp. 7-9. Madrid: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura / Fundación Santillana [en línea]: <www.oei.es/historico/noticias/spip.php?article9241>. Ir al sitio —(1991). La biblioteca es imprescindible [entrevista con Álvaro Marchesi, director general de Renovación Pedagógica del Ministerio de Educación y Ciencia]. En: Educación y Biblioteca, Asociación Educación y Bibliotecas Tilde (Madrid, España), año 3, núm. 15, pp. 14-15 [en línea]: <gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/110687/1/EB03_N015_P14-15.pdf>. Ir al sitio UNESCO, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (1994). Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública, noviembre [en línea]: <unesdoc.unesco.org/images/0011/001121/112122so.pdf>. Ir al sitio UNESCO / IFLA (2000). Manifiesto UNESCO / IFLA sobre la biblioteca escolar. VV. AA. (2015). Nadala 2015. Biblioteques. De l’Escola de Bibliotecàries al llibre electrónic. Barcelona: Fundació Carulla. NOTAS* Doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana; especialista en temas de educación, organizaciones de la sociedad civil y comunidades vulnerables.
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c Créditos fotográficos
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