Plagiar, UN ACTO DE VIOLENCIA Guillermo Hernández Santana[*]
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c Plagiar, un acto de violencia
Escribir es un arte, y no sólo por la complejidad que implica Plagium se derivó a la forma plagiar del español actual, plagier del francés, plagiare del italiano y plagiarize del inglés. Ahora bien, aunque se trata de términos cognados, no necesariamente tienen el mismo significado en todos estos idiomas. En español, plagiar se refiere a la acción de “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias” (RAE). Pero el término también se entiende en algunos dialectos del español actual como secuestrar a alguien. Es decir, la acción ilegal de privar a una persona de su libertad, típicamente realizada por un secuestrador. Tanto la acepción de privar de la libertad como la de copiar información sin citar la fuente se desarrollaron a partir del significado original de donde proviene este término. Históricamente, la palabra proviene de la raíz indoeuropea *plak, que significa ‘golpear’, y en latín existen las formas plagium, que es el nominativo singular, y el plural plagia. ![]() En la mitología griega, Perséfone es plagiada por Hades, quien se la lleva a su reino subterráneo En español ibérico, el significado del término plagiar sólo se refiere a copiar información de otra persona, al igual que el término francés plagier, que es sinónimo de imiter, copier, calquer, démarquer y piller. En palabras de Antoine-Vincent Arnault (1766-1834), “un poète qui en pille un autre n’est pas conquérant, mais plagiaire, titre moins honorable”, “Un poeta que hurta a otro no es un conquistador, sino un plagiador, título menos honorable”. Pero en inglés, plagiarize posee dos significados: el primero es tomar una idea y hacerla pasar como propia, y el segundo, raptar a una persona. En el Chambers’s Twentieth Century Dictionary, se puede ver que en inglés, plagium es un latinismo, y una de sus acepciones hace referencia a privar de la libertad a otra persona, es decir, “the crime of kidnapping”, “el delito de secuestro”. En la Gramática castellana de Nebrija de 1492, se define el término plagium como “el hurto de esclavos libres”, y plagiarus, como “el que los hurta”. En el siglo XVI, en una de las disposiciones del rey de Aragón registrada en Colón (1992, p. 9), se condena este delito como consta en este fragmento: “ob quod crimen plagi et alia diversa crimina comiserunt in nostri regalis magnificentie offensam et non modicam lesionem”, “por eso el delito de plagio y otros miserables crímenes diversos hacia nuestra real magnificencia son una ofensa y no una pequeña injuria”. En la antigua Roma, plagium se refería a la acción de tomar como esclavos a personas libres. Había dos formas de hacerlo: en la guerra, o robando esclavos que había capturado otra persona, en cuyo caso se trataba de un crimen. También en América encontramos el término en los textos de fray Bartolomé de Las Casas (1552), quien lo utiliza con el significado de crimen: Y los que a fabiendas compraban los hombres libres hurtados, incurren en las penas de muerte, y las demás que las leyes tienen eftablecidas contra tales ladrones plagiarios […] Lo mifmo entiendo y affi lo afirmo de aquellos Efpañoles, que a fabiendas los huuieron de los otros inmediatos, a quien los Indios primero los dieron, aunque paffen en mil manos. Como se puede advertir, en el plano jurídico, plagiar se refiere a la acción de privar de la libertad, pero desde los primeros años de nuestra era ya se empieza a considerar el plagio en el plano literario. Quizá uno de los primeros poetas en reportar esto fue el romano Marcus Valerius Martialis, quien vivió del año 40 al 104 y le dedica varios de sus epigramas a Fidentino, otro poeta latino: ![]() Estas dos acepciones del término, la de copiar y la de raptar, no son las únicas que se derivaron de plagium. Asimismo, de esta raíz se derivó llaga, el verbo plañir, el término plaga y también llanto, cuyo nominativo latino es planctum. Al final, la historia etimológica del término como las acepciones que se derivaron de plagium se relacionan a connotaciones negativas como golpear, raptar, atribuirse ideas de otros, plaga y llanto. De hecho, desde el derecho romano, el plagio de esclavos estaba reglamentado y se castigaba a quien lo hacía fuera del contexto bélico. Cuando llevamos estos términos al plano académico, no quisiéramos incurrir en algo indebido. Al fin y al cabo, el plagio sigue siendo un acto de violencia, que atenta contra el autor y contra la obra primigenia, como lo diría Marcus Valerio, “El libro que recitas, Fidentino, es mío; pero cuando lo recitas mal, empieza a ser tuyo” (Guillén, 2004, p. 93). ♦
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c Referencias
COLÓN, Germán (1992). Reflejos cultos de plagium y plagiarius en algunas lenguas europeas. Voces, 3, pp. 9-20. DE LAS CASAS, fray Bartolomé (1552). Brevissima relacion de la destrvycion de las Indias [versión facsimilar digital]. http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=162221 Ir al sitio GUILLÉN, José (texto, introducción y notas) (2004). Epigramas de Marco Valerio Marcial. Institución Fernando el Católico. RAE, Real Academia de Española (s. f.). Plagiar. Diccionario de la lengua española [versión 23.4 en línea]. dle.rae.es/plagiar?m=form Ir al sitio Notas * Maestro en Estudios Mesoamericanos por la UNAM. Profesor de tiempo completo en la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México y asesor virtual de Prepa en Línea SEP.
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c Créditos fotográficos
- Imágenes de Shutterstock CORREO del MAESTRO • núm. 305 • Octubre 2021 |