La potencia DE LA CERCANÍA Gerardo Daniel Cirianni*[*] ![]() La cuestión de los contenidos y los métodos de enseñanza está siempre en el centro del debate pedagógico. La balanza se ha inclinado hacia uno u otro aspecto de la tarea educativa según las épocas y las concepciones sobre las que se hayan fundamentado los vínculos entre estudiantes, docentes y el resto de la comunidad educativa. Sin embargo, la importancia de la cercanía afectiva y la escucha no siempre es reconocida en su real dimensión para que el aprendizaje ocurra con solidez y eficacia. En este artículo hablamos de lo que generalmente se niega o se minimiza: la importancia de estar cerca para garantizar la libertad de decir lo que cada quien necesita, la manera en que las palabras adquieren otra relevancia cuando quien habla y quien escucha se respetan, el lugar del cariño como garantía de que las experiencias que se sumen a lo largo de la vida escolar no se olviden fácilmente.
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c La potencia de la cercanía
Desde hace ya muchos años, en coincidencia con signos claros que se expresan de múltiples maneras en nuestra vida diaria, la educación recibe mensajes permanentes relacionados con la practicidad y la utilidad; a veces son explícitos y a veces subliminales, pero el mensaje es que todo lo que no se reconozca como práctico para la vida cotidiana de los estudiantes podría relegarse o desaparecer de las actividades escolares. Otro mensaje claro es el de que contenidos y métodos lo son todo o casi todo en el proceso de enseñanza (y por lo tanto las discusiones acerca de qué hay que enseñar y cómo hacerlo generan constantes y acalorados debates). Coincidimos con estos señalamientos: es necesario debatir acerca de la utilidad, es imprescindible acordar qué se quiere enseñar y es fundamental estar convencidos de con qué métodos trabajaremos para que el aprovechamiento del aprendizaje sea el esperado. Sin embargo, la cuestión que nos preocupa –pues no advertimos que se tenga en cuenta, o cuando aparece lo hace de manera anecdótica– es la de cómo se dan los vínculos entre los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por ejemplo:
Estos asuntos se encuentran presentes en todos los momentos de la vida en la escuela y en todas las disciplinas de estudio que se encaren. A continuación, comentaremos las repercusiones que tiene, en la comprensión y en la interpretación de lo que se lee, el hecho de que la visión pragmática ocupe el centro de la escena y se diluya o desdibuje la importancia de la identificación emotiva, o el rechazo, la familiaridad o la extrañeza con los personajes de las lecturas y las circunstancias en las que transcurren las historias. Para apoyar nuestras consideraciones, transcribiremos algunos relatos o fragmentos de ellos y haremos preguntas que ayuden a advertir cómo suelen ser leídos y cómo se podrían leer. Animales en general ![]() Una vez fui invitado a una casa que tenía un cuarto con una ventana. Casi todos los cuartos tienen una ventana. Pero este cuarto tenía una ventana muy especial. Esa ventana daba a un establo. En los establos en general hay vacas. Pero también puede haber ovejas o caballos. Junto a la ventana había una cama y, el día en que ocurrió esta historia que les contaré, la ventana del cuarto estaba abierta. Entonces una vaca metió su gran cabezota por la ventana. En esa casa también había otros animales: dos perros, tres gatos, gallinas rojas, gallinas blancas y un hermoso gallo. Cuando uno de los perros vio a la vaca con su cabeza dentro del cuarto se quedó muy quietito; no sabía si ladrar o salir huyendo. Pero de repente, tal vez por asombro o tal vez porque le parecía que esa cabeza no debía estar allí, empezó a ladrar. El ladrido llamó la atención de los gatos; los tres se acercaron y muy atentos comenzaron a mirar al perro que ladraba y a la silenciosa cabeza de la vaca. ![]() Mientras tanto, las gallinas daban vueltas distraídas. En realidad, estaban atentas a si algunas miguitas o granos o cualquier cosa comestible hubiera quedado en el piso para rapidito comérselo. Las gallinas, cuentan por ahí, sólo prestan atención a la comida o al peligro. Y ni la cabeza de la vaca ni el perro ladrando ni los gatos mirando a los perros y a la cabeza de la vaca parecían representar algún peligro para ellas. El gallo, mientras tanto, con su gran cresta roja y su cola multicolor paseaba su orgullo de señor del gallinero. Sólo que ahora lo hacía en el cuarto y ni los perros ni los gatos prestaban atención alguna, cosa que parecía molestarle un poco. Sus pasos eran inseguros, no caminaba con la misma elegancia que en el gallinero. Un niño pequeño, tan pequeño que todavía gateaba, daba vueltas por la habitación. De repente se abrazaba a un gatito, de repente se sentaba y escuchaba admirado el ladrido de uno de los perros. De pronto, la vaca mugió. Mugió largo y no muy fuerte, como diciendo “¡Me voy!, tanto alboroto me va a hacer doler la cabeza, ¡tanto relajo me molesta!”. Y así como había metido la cabeza, la quitó y como por arte de magia desapareció. Entonces aproveché para cerrar la ventana. Lo hubiera querido hacer antes, pero me daba un poco de temor que la vaca se enojara. Todo esto pasó en el campo, en un ejido del estado de Hidalgo, México, adonde había ido a visitar a unos amigos. Y cuando todo volvió a la normalidad me recosté en la cama y me puse a pensar si todos esos animales eran o no eran mascotas de esa casa. No lo sé, de verdad no lo sé. Esa tarde esos animales me pusieron a pensar en el asunto de las mascotas, asunto que todavía no tengo resuelto. ¿Qué es una mascota?
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c Preguntas usuales para saber si se ha comprendido un cuento
Lo habitual es interrogar a los lectores acerca de la información contenida en el cuento. Si son capaces de proporcionarla, se suele considerar que “han comprendido”. Formularemos tres preguntas de este tipo y ustedes sigan con varias más, las que quieran:
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c Preguntas inusuales para explorar qué nos pasa con el cuento
Formularemos cuatro preguntas, pero sería fantástico que ustedes elaboraran varias más de este tipo:
La cuestión de la comprensión transita por caminos muy diferentes con las preguntas usuales y con las inusuales, ¿verdad? Esta pregunta abre la posibilidad de varios y diferentes debates.
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c Entrar de puntitas
Una manera de saber si realmente estamos navegando por la historia es elegir un pasaje cualquiera y ensayar algún agregado que tenga que ver con lo que se está contando. Si el agregado tiene la entonación emotiva del texto original, será difícil saber si formaba parte del original o no. Este ejercicio combina la cuestión de la comprensión con la de la producción de escritura. Por ejemplo: Mientras tanto, las gallinas daban vueltas distraídas, encogiendo y alargando el cogote, dirigiendo sus picos hacia aquí y hacia allá. El desafío es elegir otros fragmentos y realizar inclusiones del mismo tipo.
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c Sintaxis del disparate
Puede ser muy divertido mezclar rasgos y atributos de los animales para generar un relato disparatado donde las vacas tengan cresta, maúllen los perros y ladren las gallinas. Para este desaguisado no habrá más límite que la imaginación (se trata de reírnos un rato). Por ejemplo: La vaca se había quedado afónica de tanto maullar. Se agitaba en su nido. Justo cuando estaba a punto de empollar para apurar el nacimiento de las nuevas vaquitas, su marido el gallo llegó con un ramo de flores. Qué envidia sentía el perro. Él hubiera querido que su novia gallina le hubiera hecho un regalo semejante. Pero nada. Resulta que… Viajes Ese niño no está en clase. “Parece que siempre anda de viaje”, dijo el otro día la maestra. La maestra es muy inteligente, ¡sabe tantas cosas! Ha dicho que andamos de viaje, y tiene mucha razón. Ayer, cuando estábamos haciendo la fila para entrar al salón, los ojos de Malena andaban en el parque. La maestra se dio cuenta y yo también. Hoy, cuando esperábamos que nos revisara la boca un dentista para ver si teníamos caries, mi amigo Miguel estaba comiendo una rodaja de sandía roja y jugosa, se le notaba en su sonrisa. Clara viaja todos los días y a toda hora: salta la cuerda, come helados, viaja en helicóptero. Es increíble todo lo que viaja y viaja mientras mira atentamente y casi sin pestañear cómo habla y habla la maestra. ![]() Rosita viaja de otro modo. Muchas veces se duerme en clase y cuando despierta nos cuenta cosas que le pasan en otras escuelas con niños que ninguno de nosotros conoce. Esto de viajar se ha hecho tan común en la clase que hoy nos dimos cuenta de que la maestra también andaba de viaje. Un niño se acercó para pedirle permiso porque tenía ganas de ir al baño y ella se asustó. Parece que estaba viajando la maestra. Yo creo que a lo mejor estaba en medio de una ciudad, con autos que corrían como locos y personas que también corrían todo el tiempo y a lo mejor sintió que la iban a atropellar o algo así. ¿O ya estaría viajando a su casa? ¿O estaría hablando con su novio? Vaya uno a saber. Nuestro salón es como un avión. Un lugar que nos lleva a lugares fantásticos, donde todos disfrutamos de alguna aventura viajera. ![]()
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c De viajes a viajes
Hay viajes que hemos hecho y otros que hemos imaginado. Viajes largos o muy cortitos, viajes a lugares conocidos o a sitios desconocidos. La propuesta es hacer dos listas: una con viajes que hemos realizado y otra con viajes que hemos imaginado. Luego podríamos elegir uno y conversar y escribir acerca de él. Por ejemplo: ![]() El ruido era ensordecedor. Al llegar a la cima me acerqué con cuidado para poder ver con mis propios ojos la lava que bullía. Estoy en el principio de un camino que conduce al centro de la Tierra, pensé. Ese pensamiento me produjo un leve mareo. Entonces me retiré tantitito. Fue en ese momento cuando… ¿Han reflexionado sobre que, en general, pensamos en viajes cuando pensamos en paseos o vacaciones? ¿Esas son en verdad las únicas posibilidades de viajar?
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c Cuando decimos algo, pero en realidad queremos decir otra cosa
Observemos las siguientes frases:
Cuando decimos estas cosas, ¿creemos en verdad que esa persona no entiende nada?, ¿o que esa otra ya se ha derretido de tanto amor?, ¿o que además de cantar mucho no hace otra cosa en todo el día?, ¿o que alguien no para de viajar? En el cuento, ¿no se estará usando de un modo especial la palabra viaje? Hablemos sobre eso.
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c Pensar cómo hablamos
Hay maneras diferentes de entonar las palabras (según donde vivamos y nuestro ánimo). Hay distintas posibilidades de decir las cosas de manera parecida. Hay palabras que aparecen todos los días de nuestra vida, y otras, muy rara vez. Vale la pena pensar en estas cosas. Vale la pena escuchar qué dicen nuestros amigos sobre las palabras, sus formas, sus colores, su cercanía o su distancia. Vamos a dar algunos ejemplos de esto. Luego será la conversación y el tiempo lo que hará más rica esta plática. Ejemplos: Entonaciones y sentido Ahora díganlo con preocupación, luego de manera burlona, y al final con enojo. Verán cuánto cambia el sentido de esta oración. Modos distintos de decir cosas parecidas Ahora intentemos otras posibilidades de decir lo mismo. “Ese muchachito no está en el aula.” Estas frases las tomamos del cuento que hemos leído. Pero ustedes podrían pensar y escribir las oraciones que quieran y hacer los mismos experimentos. Un cuento más, para que lo disfruten y luego piensen propuestas de actividades donde comprender no sea sólo repetir, sino contar acerca de nuestras emociones durante la lectura y después de ella. Amaneceres ![]() Esta mañana amaneció una biblioteca. Una biblioteca es un cuento. Un cuento en el que asoman asombrosas páginas a pleno sol. Hay en ellas ojos que se admiran de aventuras, de suspensos, de nuevos sonidos buenos. Puede que arriben bucaneros que a punta de hojas ilustradas nos cuenten desembarcos, travesías, naufragios y batallas vueltas a librar sin una gota de sangre, batallas floridas como las que soñaron los antiguos, antes que la fiebre del oro las tomara un día por asalto. Desde una historia antigua, ellos cantan. Cuentan que desde hace mucho ya se decía: “soñar no cuesta nada”. El día atardece en los ensueños de cada palabra entonada de poemas, en cuentos vibrantes, en sospechosas historias de novelas nuevas. ![]() Anochece y la biblioteca no se ha ido. Bosteza un poquito y descansa en sus páginas blancas. Espera nuevos colores, voces que le han de susurrar de madrugada ¿un nuevo amor?, ¿una batalla?, ¿un mar embravecido?, ¿la fórmula de la felicidad?, ¿un disparate? Eso nunca se sabe. Una voz suave nos dice hasta mañana. Caen los párpados. Otra aventura ha de comenzar.
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c Conclusión
Leer siempre fue y será entretejer las palabras de las historias con las historias de nuestras palabras. Darnos tiempo para abordarlas es lo que hace falta en el aula, en la casa o donde sea que nos ocurra ese encuentro maravilloso entre lo que otros han pensado y sentido y lo que despiertan en nosotros a partir de su encuentro. ![]() La tarea es buscar nuevas formas de abordaje, escapar de las repeticiones anodinas que vacían de sentido esos encuentros, proponernos escuchar lo que nos dice lo escrito y lo que les dice a otros, propiciar otras formas de escuchar y sentir las historias. Y escribir y conversar. Pensar la lectura como una acción siempre o casi siempre silenciosa nos ha impedido saber cómo piensan y sienten los otros, lo que nosotros hemos leído. Es más, también ha producido nuestra propia sordera, pues escuchar nuestra voz suele ser motivo de asombros y descubrimientos. Por último, es muy importante animarnos a pensar y escribir preguntas que nos ayuden a mirar desde lugares distintos a los habituales lo que supuestamente ya leímos y sobre lo que no habría nada más que agregar. Las propuestas de actividades que pueden leer a lo largo de estas páginas demuestran que siempre existe la posibilidad de mirar de otro modo las historias que ya hemos leído.♦ Notas * Maestro. Como promotor de la lectura y la escritura desde hace más de veinticinco años en varios países de América Latina, ha coordinado diplomados e impartido cursos y talleres dirigidos a la formación de maestros de educación básica y media superior, ha sido asesor de planes nacionales de lectura y autor de numerosos libros y artículos.
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c Créditos fotográficos
- Imagen inicial: Shutterstock - Foto 1 a 7: Shutterstock CORREO del MAESTRO • núm. 317 • Octubre 2022 |