Las Pozas de Edward James,
RUINAS MODERNAS

Edgar Alejandro Hernández Barrera[*]




El poeta y aristócrata británico Edward James (1907-1984) diseñó Las Pozas, en Xilitla, uno de los espacios más visitados hoy dentro de la huasteca potosina. Sus caprichosas y desproporcionadas estructuras de concreto convierten a ese lugar en un ruinoso paisaje de tinte surrealista. La obra que le daría notoriedad internacional a su creador fue la culminación de su larga y fructífera relación de amistad y mecenazgo con personajes como Salvador Dalí, René Magritte y Leonora Carrington.




c Las Pozas de Edward James, ruinas modernas

Han pasado veinte años desde que visité Xilitla para conocer Las Pozas de Edward James y tengo la certeza de que siguen con el mismo aspecto de ruina que me recibieron aquella calurosa mañana en la huasteca potosina. Para corroborar lo que digo tendría que realizar otro viaje al lugar, pero en el fondo esta confirmación resulta innecesaria, ya que desde su creación (1962-1984) fueron pensadas como lugares que carecían de cualquier utilidad y cuyo valor era el de mimetizarse con la naturaleza, igual que cualquier ruina arqueológica.

Edward Frank Willis James (1907-1984) fue un poeta y aristócrata británico que se convirtió en mecenas de los más prominentes representantes del movimiento surrealista, como Salvador Dalí, René Magritte y Leonora Carrington, además de ser autor de libros de poesía y una novela que obtuvieron cierto reconocimiento en su época, pero siempre bajo la sombra de que se trataba de obras publicadas más por provenir de un rico aristócrata que por sus cualidades literarias. “Pude haber tenido cualquier cosa que hubiera deseado, pero porque era rico, nadie me aceptaba o me consideraba un poeta” (Hooks, 2007, p. 50), afirmaba el propio James.

Si bien existe una seria discusión respecto a si James pertenecía al movimiento surrealista, la realidad es que siempre buscó crear lugares que carecieran de toda funcionalidad y que, en esencia, podrían llamarse surrealistas.

Heredero de una fortuna que provenía de la industria estadounidense y de la aristocracia británica, desde su juventud James tuvo el impulso de modificar arquitectónicamente los espacios para darles un toque surreal. Lo intentó primero en la década de 1930 en la mansión familiar de West Dean (Inglaterra), pero no obtuvo la aprobación de sus parientes y se concentró en modificar un espacio más reducido llamado Monkton House, que a la postre sería su residencia surrealista inglesa.

No obstante, su proyecto más ambicioso se desarrollaría décadas después cuando, después de vivir en los Estados Unidos, viajó a México y encontró, por una conjunción de casualidades, el apartado pueblo de Xilitla.

James llegó a la huasteca potosina en 1945 buscando un tipo de orquídea salvaje que supuestamente florecía en el mes de noviembre en lo más alto de la sierra huasteca. Antes de empezar este viaje visitó la ciudad de Cuernavaca, donde conocería en una oficina de telégrafos a su principal colaborador en México, Plutarco Gastélum, quien primero sería su guía y a la postre se encargaría de la creación del “Jardín del edén” (Hooks, 2007, p. 61) en una finca cafetalera llamada La Conchita en Xilitla, que James compró pero que no pudo poner a su nombre por ser extranjero y la dejó a nombre de Gastélum.


Edward James modificó la llamada Monkton House, que a la postre sería su residencia surrealista inglesa

Plutarco Gastélum, guía de Edward James y su colaborador en la creación del “Jardín del edén”


Tras una década de trabajo, James logró crear una serie de terraplenes que le permitieron plantar miles de orquídeas y bromelias, además de otras flores exóticas. Entre las variedades se encontraban la orquídea Oncidium de Hawái; la Vanilla fragans, usada en la época prehispánica para endulzar chocolate; la Phalaenopsis u orquídea palomilla; y la Cattleya, de color púrpura (Hooks, 2007, p. 81).

El éxito de su jardín hizo que James emprendiera otro proyecto más ambicioso: la creación de una reserva para animales en peligro de extinción, como monos araña y venados. Pero en 1962 hubo una helada inusual en la sierra y destruyó las cerca de 18 mil orquídeas que tenía en su jardín. El daño fue tan devastador que James abandonó por completo la siembra de plantas y fue entonces cuando nació el proyecto de crear plantas que no estuvieran expuestas a los cambios de clima, por lo que ideó la construcción en concreto de las abigarradas figuras que luego emplazaría en diversos sitios a lo largo de varias hectáreas en Las Pozas.

Antes de profundizar en el diseño y construcción de ese proyecto, es importante recordar que antes y durante su estancia en Xilitla, James fue un activo mecenas no sólo de artistas vinculados al movimiento surrealista, sino que también apoyó espectáculos escénicos y la edición de libros de otros escritores.

Como ya mencionamos, Dalí, Magritte y Carrington fueron artistas muy cercanos al poeta y mecenas inglés. De hecho, Teléfono langosta (1936), de Dalí, fue idea de James, quien en una reunión comía langostas con sus amigos, de tanto en tanto lanzaba los caparazones de desperdicio y uno de ellos fortuitamente cayó sobre el teléfono, ocasión en la que se le ocurrió la idea. Magritte también dedicó dos retratos a James, uno de ellos el icónico La reproduction interdite (1937), en el que una figura masculina se mira en el espejo y no ve su reflejo, sino la imagen de su espalda. Carrington no sólo fue patrocinada por James, sino que era una visitante habitual de su casa en Xilitla, donde incluso pintó un mural monocromático.


Fotografía en la que Edward James
es retratado contemplando una obra
de Magritte titulada On the Threshold
of Liberty
y que Magritte usó de base
para su obra La reproduction interdite

Man Ray, Edward
James
, 1937, plata
sobre gelatina
con marcas de
recorte de tinta

René Magritte, La reproduction interdite, 1937, óleo sobre tela


El fotógrafo estadounidense Man Ray retrató en varias ocasiones a James y el grupo de artistas con el que estuvo vinculado, que también incluía a Pavel Tchelitchew, Remedios Varo, Benjamín Peret, Gunther Gerzso, Luis Buñuel, Kati Horna, Pedro Friedeberg y César Moro, por mencionar algunos. Como poeta James nunca tuvo éxito pero sí cierto reconocimiento con su novela, titulada El jardinero que vio a Dios.

A la postre, fue la construcción de Las Pozas en Xilitla lo que le dio reconocimiento internacional y convocó a medios de todo el mundo a visitar y entrevistar a James. Su creación tuvo como principales colaboradores no sólo a Gastélum, sino al carpintero José Aguilar Hernández, quien se las ingenió para crear los moldes y estructuras de concreto de las figuras que eran diseñadas por James y fraguadas por mano de obra de origen indígena, fundamentalmente otomí y huasteca.

Si bien resulta imposible describir un estilo o programa arquitectónico, es claro que Las Pozas tenían como inspiración la propia naturaleza, con columnas, muros y plantas que retomaban su forma de hojas, animales y algunos detalles arquitectónicos moriscos o indios.

Aun cuando hubo demandas laborales y algunos trabajadores inconformes, la gente que trabajaba en Las Pozas recibía una mejor paga, y se acostumbró a crear estructuras sin terminar o espacios que tarde o temprano serían invadidos por la naturaleza.

Margaret Hooks se pregunta si James buscaba crear una ruina, a lo que sólo atina a responder que al poeta inglés le daba alegría “que las esculturas que había creado carecían de propósito alguno” (2007, p. 110).

Entre los edificios hay algunos que son más reconocidos e incluso se les otorgó un nombre, por ejemplo: Casa de los peristilos, Casa de las plantas, Homenaje a Max Ernst, Casa de los tres pisos que pudieron ser cinco, La arcada de los murciélagos y Casa con techo en forma de ballena. Aunque no hay ningún programa o plano que permita identificar la totalidad de las construcciones, un estudio realizado en 1998 por el ingeniero Bud Goldstone descubrió 228 construcciones individuales, con una inversión estimada en cinco millones de dólares (Hooks, 2007, p. 122).

Edward James y Plutarco
Gastélum durante la construcción del “Jardín del edén”


Lo que le dio reconocimiento internacional y convocó a medios de todo el mundo a visitar y entrevistar a James fue la construcción de Las Pozas en Xilitla


Estructura con techo en forma
de ballena y al fondo el Palacio de Bambú


Al convertirse en un espacio reconocido internacionalmente, James ofreció en vida algunas entrevistas para documentales como el producido y dirigido por Patrick Boyle, en 1978, bajo el título The Secret Life of Edward James, donde el poeta reconoce la motivación detrás de su faraónica empresa: “Si me preguntara a mí mismo, en corazón y conciencia, sobre el incentivo detrás de la construcción de una torre, tendría que admitir que se trata de pura megalomanía”.

En este punto la pregunta de si James era un artista surrealista adquiere relevancia, ya que para muchos la respuesta es afirmativa; no obstante, existen voces como la de la historiadora del arte Lourdes Andrade, quien cuestiona esta afirmación:


Mientras que las pinturas y las fotografías de los artistas surrealistas permanecían fijas, inmutables, siempre encerradas dentro de sí mismas, los espacios diseñados por James se transformaban constantemente. El jardín no sólo cambia día con día conforme la vegetación se apropia del lugar, invadiendo los elementos arquitectónicos y cubriéndolos con su verdor y humedad, sino que cambia de acuerdo con la estación del año (Hooks, 2007, p. 112).


Más allá de este debate, lo cierto es que la obra que trascendió de James fueron Las Pozas de Xilitla, ya que su gran colección de arte, que incluía a Hans Arp, Giorgio de Chirico, Joseph Cornell, Paul Delvaux, Marcel Duchamp, Max Ernst, Alberto Giacometti, Paul Klee, Joan Miró, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Leonora Carrington y Pavel Tchelitchew, fue vendida en lote por la casa de subastas Christie’s, en 1986, apenas dos años después de su muerte.


Cascada inferior cerca de la entrada a Las Pozas


Construcción gótica

Escalera al cielo



Orquídea de concreto


Tras la pandemia, una nota periodística informaba que el Jardín Escultórico Edward James Las Pozas alistaba su reapertura, ya que debido a la alerta sanitaria había cerrado sus puertas. Por la gran afluencia de público, que provocaba filas de hasta cuatro horas, los boletos de entrada ahora sólo se venderán vía internet y se recogerán en un espacio remoto, el Museo Leonora Carrington (Rangel, 2020, p. 1). Así, las ruinas modernas son hoy un éxito turístico en la huasteca potosina, y ya no, como deseaba su creador, un espacio que carecía de propósito alguno.

c Referencias

BOYLE, Patrick (dir.) (1978). The Secret Life of Edward James [video]. https://www.youtube.com/watch?v=0oosdgHLTGY Ir al sitio

HOOKS, Margaret (2007). Edward James y Las Pozas. Un sueño surrealista en la selva mexicana. Turner.

RANGEL, Ivett (2020). Surrealismo sin multitudes en Xilitla. De Viaje, Reforma, 13 de julio.

Notas

* Crítico de arte. Maestro en Historia del Arte, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: www.facebook.com/JardinEscultoricoDeEdwardJamesLasPozas/photos/

- Foto 1: www.pinterest.at/pin/468304061250791077

- Foto 2 a 3: www.facebook.com/JardinEscultoricoDeEdwardJamesqLasPozas/photos/

- Foto 4: www.mutualart.com

- Foto 5: artsdot.com

- Foto 6: www.facebook.com/JardinEscultoricoDeEdwardJamesLasPozas/photos/

- Foto 7: Shutterstock

- Foto 8: periodicoviaje.com

- Foto 9 a 12: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 317 • Octubre 2022