Ser o no ser… PARECER O NO PARECER Guillermo Hernández Santana[*]
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c Ser o no ser… Parecer o no parecer
![]() Los verbos ser o estar en español tienen interpretaciones de tipo estativo (que implican un estado continuo) y rasgos temporales, pues mientras que el primero ocurre con expresiones que describen un tiempo amplio, como “yo soy ingeniero”, el segundo verbo tiene implicaciones de poco alcance temporal. Por ejemplo, la expresión “yo estoy sentado” implica un tiempo breve –claro, pensando que uno no vive toda la vida en esa posición–, mientras que el verbo ser tiene una interpretación de largo aliento, es decir, codifica situaciones vinculadas con lo que uno es cotidianamente o toda la vida: maestro, pianista, corredor de bolsa, etc. Esto no es igual en otros idiomas. De hecho, es muy distinto en cada lengua. Veamos. La expresión inglesa escrita por Shakespeare To be, or not to be? puede ser interpretada como ‘ser o no ser’ o en una segunda versión como ‘estar o no estar’, pues en español tenemos dos verbos de estado mientras que en inglés sólo hay uno: to be. Entonces, en español tendremos que usar dos verbos para dos casos que consideramos distintos: soy ingeniero, y estoy sentado; pero en inglés sólo se usa un verbo para estos dos casos: I’m an engineer; I’m sitting. El caso del francés es un poco parecido al del inglés, pues para las expresiones anteriores utilizaríamos el famoso verbo être, ‘ser/estar’. Así, para las dos expresiones anteriores tendremos el mismo verbo: je suis ingénieur; je suis assis. Esto es un poco raro dado que el español y el francés son lenguas más cercanas entre sí que el francés y el inglés. En italino, la historia con el verbo de estado essere es un poco distinta, ya que puede ser utilizado en expresiones que hacen referencia a situaciones de poca duración, pero también a situaciones permanentes: sono seduto, ‘estoy sentado’, y sono un ingegnere, ‘soy ingeniero’, pero de hecho juega un papel importante con el verbo avere, ‘haber’, y se puede intercambiar con este verbo dependiendo de la situación que se describa, por ejemplo, el caso io mi sono lagunato, ‘quejarme’, en el que también se usa el verbo essere. Justamente, el último caso es interesante, pues mientras que en italiano se utiliza una construcción donde el verbo auxiliar es estativo, en español hay un verbo que codifica dicha acción: quejarse. Las lenguas indoeuropeas, entre las que se encuentran todas las ya referidas, están emparentadas, aunque sea lejanamente; es decir, tuvieron un pasado lingüístico en común, por eso es más o menos fácil encontrar palabras y estructuras parecidas entre ellas. De hecho, es más fácil hacer una traducción entre lenguas que se encuentran emparentadas más cercanamente como es el caso del español, italiano y francés; pero es más complicado encontrar estructuras similares y palabras cognadas (de ortografía, pronunciación y significado similares) con lenguas que no están emparentadas entre sí. Entonces, si le echamos un vistazo a las lenguas que no están relacionadas con la familia indoeuropea, encontraremos otras formas de describir estas situaciones y desde luego lógicas distintas de expresarse y describir el mundo. Por lo anterior, en otras lenguas tendríamos más opciones para los verbos de estado, por ejemplo en seri, la raíz verbal –pacta se puede traducir como ‘ser, estar o parecer’, de tal forma que la expresión de Shakespeare To be, or not to be? podríamos traducirla con más opciones: ¿ser o no ser?, ¿estar o no estar? o ¿parecer o no parecer?, y una forma de expresar una situación que describa una profesión en seri sería he ziix hapsx caaitim, ‘yo soy médico’, que no incluye un verbo de estado como ser o estar, sino el verbo caai, ‘hacer’,[1] que se encuentra dentro de la expresión que puede ser traducida literalmente como “cosa que hace atentamente”, mientras que expresiones que codifican un tiempo más corto como estar sentado incluyen en seri el verbo quiij, que ya de por sí codifica la posición del sujeto. Así que la expresión he hant quiij iha literalmente quiere decir “yo estoy sentado”. Lo interesante de esta lengua es que algunos verbos de estado codifican la posición del sujeto, así tenemos los verbos quiij, ‘estar sentado’; coom, ‘estar acostado’, y caap, ‘estar parado’. Cuando nos asomamos a otras lenguas como las semíticas, hay más complicaciones para este tipo de expresiones. Por ejemplo, en hebreo, la expresión Debido a que cada lengua se vale de diferentes estrategias para comunicarse, los usuarios de la lengua de señas mexicana (LSM) hacen uso de una estrategia muy distinta, pues el verbo ser casi no se usa, quizá sólo se llega a manifestar en dos casos específicos: cuando un intérprete traduce algo de una lengua oral a señas, o en contextos educativos, cuando un maestro enseña español escrito a sus alumnos. En estos casos, el señante se apoya de una seña muy particular que puede ser traducida como ‘es’,[2] pero sería muy raro que encontráramos una expresión como ‘estoy sentado’ o ‘soy ingeniero’. De hecho, prácticamente todos los verbos en esta lengua son estativos, esto es, que codifican la ontología del sujeto o del objeto. Por ejemplo, una seña como escribir podría ser interpretada como ‘estoy escribiendo’ o ‘soy escritor’, pero también podría tener una interpretación del objeto al que se alude: ‘pluma’. Entonces existe una gama más amplia de posibilidades de interpretación, pero también tenemos un caso en que los sustantivos y los verbos no se diferencian claramente entre sí cuando los vemos de forma aislada. Incluso, algunos intérpretes de LSM han dicho que se trata de verbos sustantivados, lo cual suena un poco extraño, pero lo cierto es que en esta lengua los verbos se pueden diferenciar de los sustantivos por la posición que ocupan en el discurso. ♦ NOTAS* Doctorante en el posgrado de Antropología, UNAM. Profesor en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).
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c Créditos fotográficos
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