Aproximación del arte
a la “mente absorbente”

DE LOS NIÑOS

Inbal Miller Gurfinkel[*]




El presente escrito expone la necesidad de brindar una educación artística y cultural activa e informada a los niños, de manera que se aproveche su capacidad intuitiva creativa y su “mente absorbente”. La propuesta es aproximarlos al arte con una mediación adecuada, que cree en ellos una experiencia estética memorable.




c Aproximación del arte a la “mente absorbente” de los niños

En los últimos quince años, ha aumentado la atención y el respeto hacia las primeras infancias, con un creciente reconocimiento de su capacidad cognitiva, intuitiva y creativa. Ya en 1949, María Montessori había puesto de relieve la importancia de la primera infancia: “el período más rico es el de la primera infancia. Éste debe ser utilizado de todos los modos posibles e imaginables mediante la educación. La pérdida de este periodo es irreparable […]. […] a los tres años el niño ya ha establecido los cimientos de la personalidad humana, y necesita la ayuda particular de la educación escolar” (Montessori, 1996, pp.16, 18).

En numerosos estudios se ha comprobado que entre los 0 y los 6 años los niños tienen una mayor absorción de conocimiento, en palabras de Montessori: son “una mente absorbente”. Es importante, por lo tanto, considerar la enseñanza artística y cultural dentro de estos primeros momentos de su formación, con el propósito de contribuir a su desarrollo integral y pleno. Generar este tipo de conocimiento desde una temprana edad coadyuva al enriquecimiento cognitivo y al desarrollo de habilidades como el emprendimiento, la innovación, la creatividad y la curiosidad.

Está científicamente comprobado que el arte mejora la memoria y promueve el autocontrol, la introspección y el pensamiento innovador.

Por otro lado, el filósofo Alain de Botton (2016) ha profundizado sobre los beneficios cognitivos que conlleva el estudio y contacto con el arte, y a partir de ello sugiere que el arte tiene un fin terapéutico.

Entre las personas adultas, existe la costumbre de visitar museos como parte de unas vacaciones en donde, por lo general, nuestro estado de ánimo es relajado y feliz, aunque, como sugiere De Botton, para un ánimo decaído, el arte funciona como un incentivo de estimulación visual, lo que provoca un aumento en los niveles de dopamina, considerada la hormona de la felicidad.

Ahora bien, esto funciona de manera distinta entre los niños, ya que usualmente no existen los suficientes incentivos para que visiten museos de arte; al contrario, los maestros suelen generar dinámicas en donde la visita a dichos espacios constituye una obligación, que además implica el desarrollo de tareas específicas. El problema generado por este tipo de aproximación no es menor, ya que les priva de concurrir a esos espacios artísticos para vivir una experiencia agradable y con la orientación necesaria para generar un goce estético.


Es importante
considerar la enseñanza
artística y cultural antes
de los seis años


Un enfoque distinto supone preparar la visita al museo con antelación, de manera que se puedan sugerir diferentes tipos de aproximación a la obra de arte de acuerdo con la edad de los niños, así como planear actividades que funcionen como incentivo para provocar un alto nivel de disfrute, con el propósito de crear el hábito de recorrer estos lugares con cierta regularidad.

Dada la vasta oferta cultural que en muchas ciudades existe, en donde el visitante puede perderse en un escenario lleno de información, objetos y experiencias, los niños requieren una labor de mediación en su interacción con la obra de arte o el espacio museístico, que detone un vínculo significativo, permanente y transformador entre ambos y resulte en una experiencia cultural amena, comprensible y memorable. Por otra parte, el conocimiento del patrimonio cultural los aproxima a su aprecio y, eventualmente, al interés por su conservación.

Un museo es un espacio que debe invitar a su exploración y redescubrimiento continuos, a fin de irse adentrando en capas cada vez más profundas. El espacio y los objetos son un soporte de imaginación y memoria que contrasta con la virtualidad que nos rodea.

Los visitantes de museos de arte, principalmente los niños, requieren un hilo conductor que les permita hacer conexiones intelectuales y emocionales durante su recorrido. Puesto que si esa vivencia resulta agradable y vinculadora, será también significativa, es preciso que el guía o mediador parta de preguntas que les permitan detonar ideas fundamentales y complejas, así como emociones.



Las siguientes son algunas preguntas que conviene plantear a los niños en torno a la obra expuesta:

Contar con libertad para aproximarse a la obra y expresarse al respecto, pero también con información, enriquecerá la capacidad de los niños para la observación y el análisis de los objetos artísticos.

Asimismo, al relacionarnos con el arte es recomendable tener una visión plural y amplia, ya que cada vez más sus manifestaciones presentan una mayor variedad de formas y posibilidades estéticas.

Muchos museos han creado contenido en sus páginas de internet, donde ofrecen información y actividades tanto para un público infantil y adolescente, como para personas adultas, de manera que visitando dichos espacios digitales con antelación, se puede programar una visita que cumpla con los puntos que se mencionaron anteriormente y así garantizar una experiencia más enriquecedora.

Otra opción es recorrer virtualmente museos situados en otros países, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa), en https://www.moma.org/, por ejemplo, que ofrece un contenido variado para mejorar la experiencia del visitante. El internauta puede conocer la obra de artistas en específico, así como su cuerpo de trabajo o conceptos de arte.

Asimismo, un sitio en internet que ofrece un amplio contenido visual es la página Google Arts and Culture, https://artsandculture.google.com, donde es posible visitar diferentes museos del mundo, acercarse a sus colecciones y también interactuar con algunos juegos en torno a artistas y obras de arte.

Cada vez más, los museos y artistas crean espacios digitales que permiten un acceso amable e instantáneo a la persona interesada.

Como docente, es importante tener claro que el objetivo principal de la educación artística y cultural en el nivel básico es desarrollar en niñas, niños y adolescentes la sensibilidad y conciencia con una visión estética. Para lograrlo, requieren aprender a mirar con atención, descubrir los detalles, escuchar atentamente todo lo que los rodea, exaltar y reconocer su capacidad de asombro y de imaginación, en síntesis: necesitan que docentes y otros mediadores favorezcan encuentros reflexivos con los lenguajes del arte, así como la comprensión de sus relaciones con el medio social y cultural en el que viven.

c Referencias

DE BOTTON, Alain, y Armstrong, John (2016). El arte como terapia. Océano.

MONTESSORI, María (1996). La mente absorbente. Diana.

Notas

* Historiadora del arte, curadora y promotora cultural. Directora del Centro Cultural Brasil México.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 306 • Noviembre 2021