Gestionemos una biblioteca escolar INCLUSIVA Y RESILIENTE[*] Amílcar Saavedra Rosas[**] Leer es salir de uno y una misma en busca de LUZ MARÍA CHAPELA ![]() La pandemia por el virus SARS-CoV2 dejó secuelas en la vida de millones de personas, pero también nuevos aprendizajes en diferentes ámbitos. En este caso proponemos que la biblioteca escolar ofrezca a docentes y alumnos, así como a madres y padres de familia, la oportunidad para que actúen de manera resiliente, capitalizando sus saberes, capacidades y habilidades adquiridos durante el aprendizaje a distancia, ampliando la visión de lo que puede aportar una biblioteca vinculada a las familias, la escuela y la comunidad, y fortaleciendo un diálogo a favor de un proyecto para beneficio de la comunidad.
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c A poco más treinta meses del inicio de la pandemia
¿El 11 de marzo se cumplieron dos años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogara la propagación global del virus SARS-CoV2 (causante de covid-19) como una pandemia. Desde entonces, el virus ha cobrado más de seis millones de vidas en el mundo; y en México afectó a 5 651 553 personas, de las cuales, 322 761 fallecieron, esto hasta el 29 de marzo de 2022 según información oficial (Conacyt, s. f.) El impacto social ha resultado devastador en varios sectores, en particular en la educación, donde se suspendieron las actividades escolares a partir de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) decretó el 16 de marzo de 2020, la suspensión de clases como medida precautoria. Luego de ello, se diseñó la Estrategia Aprende en Casa, mediante transmisiones por televisión y radio a partir del 23 de marzo de 2020, dirigidas al alumnado de educación básica. Aprende en Casa es una estrategia nacional de aprendizaje a distancia que tiene como propósito brindar el servicio educativo de tipo básico a través de los medios disponibles […] para garantizar su derecho a la educación, aun en contextos de emergencia como el que representa la presencia del virus SARS-CoV2 (covid-19) en un esfuerzo coordinado entre la Federación, los estados y la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México (SEP, 2021, p. 1). Los alumnos y los docentes se encontraron de manera repentina en un escenario educativo mediado por las tecnologías de la información y la comunicación Se efectuó también un gran despliegue de recursos humanos y tecnológicos para continuar la operación del sistema educativo. Sin embargo, faltaban los alumnos y los docentes, quienes de manera repentina se encontraron en un escenario educativo mediado por las tecnologías de la información y la comunicación, que se prolongó por casi dos años. Los docentes confirmaron las implicaciones del trabajo a distancia, el cual en muchos casos se vio severamente afectado por las condiciones prevalecientes en los hogares de los alumnos, quienes no contaban con los recursos tecnológicos ni con las competencias para participar del aprendizaje a distancia, y tampoco disponían del acompañamiento por parte de sus padres o familiares cercanos para garantizar su aprendizaje. Sin dejar de mencionar que ni siquiera los propios docentes disponían en sus casas de la tecnología necesaria para desarrollar la enseñanza a distancia ni contaban con las competencias pedagógicas para el trabajo educativo remoto. Con el propósito de ofrecer datos que fundamenten lo antes expresado, retomamos los que ofrece la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación,[1] realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2021): El principal recurso para el desarrollo de las actividades escolares fue el teléfono celular en 65.7 por ciento de los casos, junto con otros dispositivos electrónicos usados para las actividades escolares o clases a distancia, en los siguientes porcentajes: computadora portátil, 18.2; computadora de escritorio, 7.2; televisión digital, 5.3; y tableta, 3.6 por ciento. Dicha situación se confirma cuando la misma población encuestada, en 28.6 por ciento, señala que efectuó un gasto adicional en teléfonos celulares; y además, 26.4 por ciento contrató el servicio de internet. Por otra parte, según esta encuesta, la población escolar que no concluyó el año escolar 2019-2020, principalmente motivada por la pandemia de covid-19, identifica las siguientes razones: 28.8 por ciento de los estudiantes perdieron contacto con sus docentes o no pudieron hacer la tarea, en tanto que 17.7 por ciento no disponía de computadora o conexión a internet. Y no se puede dejar de lado el hecho de que en 22.4 por ciento de los casos alguien de la vivienda se quedó sin trabajo o sufrió la reducción de sus ingresos, así como que a 15.4 por ciento no le satisfizo las clases a distancia. Más aún, de los alumnos que no se inscribieron al ciclo escolar siguiente, una cuarta parte (26.6 por ciento) considera que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje. La participación de las mujeres (abuelas, tías, mamás y otras personas), en particular el apoyo brindado por las mamás a sus hijos en las actividades escolares, fue determinante para que los alumnos concluyeran el ciclo educativo a distancia. ![]() Finalmente, de manera empírica puedo señalar que las madres de familia desarrollaron diversas competencias relacionadas con el uso de las tecnologías y el acompañamiento pedagógico,[2] situación que se debería capitalizar a favor del aprendizaje de los alumnos con el regreso de la presencialidad a la escuela, y en el caso de las mujeres fortalecer dichos saberes a través de programas gubernamentales. Ante el regreso a clases, los maestros se preguntan qué hacer para remediar el daño, para recuperar el aprendizaje perdido. Al comentar sobre el estado de los aprendizajes en sus alumnos, subrayan la falta de habilidades para acceder al conocimiento, y la necesidad de que los alumnos “se pongan al corriente”. En particular en los primeros grados de la educación primaria, la principal preocupación se relaciona con la adquisición de la lengua escrita, ya que ésta media el aprendizaje, desde ya pero también en el futuro.
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c ¿Qué tipo de biblioteca necesita la escuela?
Para que las escuelas se adapten a las necesidades de los estudiantes, tanto en las habilidades fundamentales de alfabetización y aritmética, como respecto a la salud mental y bienestar, se requiere un apoyo adicional para los alumnos y también para los maestros. En este sentido, desde la biblioteca escolar se puede promover dicho andamiaje, pero desde ahora se debe señalar que se requiere una biblioteca con una vocación resiliente y articulada al proyecto escolar; que incluya y vincule a los diversos actores sociales de manera activa, al capitalizar los aprendizajes y preocupaciones pedagógicas de los padres; y que se gestione con un carácter de pertenencia comunitario-cultural. El propósito es integrar una biblioteca escolar inclusiva, para lo cual se proponen seis acciones: 1. Crear una biblioteca como pilar del proyecto escolar A la persona titular de la dirección, como máxima autoridad de la institución, le corresponde nombrar a un docente como responsable de la biblioteca, cuyo perfil debe caracterizarse por su interés en el tema de la lectura, así como por reconocer la relevancia de la participación de madres y padres en los retos educativos y tener la voluntad de promover el trabajo pedagógico colegiado de los docentes para los procesos educativos. El maestro bibliotecario dedica su tiempo a la revisión del acervo con base en los programas escolares Podemos decir que lo necesario es que el maestro responsable se dedique de tiempo completo a la atención de la biblioteca, para lo cual es preciso descargarlo de la atención de su grupo, en cuyo caso sus alumnos podrían ser atendidos por sus colegas. Dicha acción se compensaría pedagógicamente al colectivo docente, en la medida que el maestro bibliotecario dedica su tiempo a la revisión del acervo con base en los programas escolares, con el fin de ofrecer materiales específicos de apoyo por tema, unidades o proyectos que se implementen en cada grupo, para finalmente integrar dicha información en un catálogo o compendio pedagógico,[3] al mismo tiempo que ofrece en la biblioteca una propuesta de contenidos relacionados con el manejo de la información y el estímulo del desarrollo de la biografía lectora de los alumnos con actividades de animación y fomento de la lectura y la escritura. Lo anterior demanda reinventar la gestión de la escuela. Las dos primeras acciones del responsable de la biblioteca son: integrar un comité de apoyo a la biblioteca y constituir la biblioteca de la escuela. En el comité de la biblioteca participan los docentes, las madres, los padres y los niños de la comunidad, así como otras personas interesadas en formar una red de apoyo, dispuestas a sumarse a un proyecto educativo-cultural en beneficio de la comunidad. A continuación, es necesario constituir la biblioteca escolar, mejor aún si se hace en la perspectiva de un centro de recursos para el aprendizaje, lo que significa integrar todos los recursos existentes en la escuela, para ponerlos al servicio de la comunidad, por ejemplo:
![]() La dirección escolar confirmará el papel central de la biblioteca en el proyecto escolar, al acompañar la conformación del comité de la biblioteca y comprometerse a verificar el uso de ésta en los planes de clase de los docentes. 2. Organizar una biblioteca con efectos positivos en los usuarios Más allá de las características de la escuela (la modalidad, el nivel educativo), la biblioteca se debe distinguir, entre los servicios que se ofrecen a los alumnos y la comunidad, por estar bien instalada y bien clasificada: Bien instalada: Las condiciones de las escuelas son tan variadas que una buena instalación de la biblioteca puede significar diferentes escenarios, en algunos casos puede ocupar un salón de clase habilitado con muebles y libreros colocados apropiadamente; en otros, puede recurrirse al uso de tablas, huacales, percheros, tendederos, tablillas en la pared, como libreros y portalibros; en otros más, una canasta o un librero portátil colocados en un área del patio o jardinera delimitada por algunas señalizaciones subsanarán las carencias físicas. La biblioteca no es un lugar… es la ocasión de encuentro entre los libros y sus lectores. En todo caso, lo que se debe garantizar es que los usuarios de la biblioteca:
![]() La biblioteca se debe clasificar según las necesidades de los usuarios y los propósitos del proyecto escolar Bien clasificada: La biblioteca se debe clasificar según las necesidades de los usuarios y los propósitos del proyecto escolar. Es posible colocar los libros considerando diversas características, pero antes de decidir, se debe pensar en los usuarios, en qué clasificación permite que los docentes empleen los libros como un recurso de apoyo pedagógico a su clase. Por ejemplo, la Secretaría de Educación Pública (SEP, 2022b) propone organizar las bibliotecas escolares y de aula por géneros (literarios, informativos) y categorías (La naturaleza, Los números y las formas, Las historias del pasado, entre otros) distinguiendo con colores los temas, información que se muestra en las portadas de los libros. 3. Idear una biblioteca que fortalezca el sentido de pertenencia en los lectores Las bibliotecas escolares administradas por personas responsables comprometidas con los servicios bibliotecarios constituyen una forma de modelaje de la interrelación lectores-acervo, lo cual tiene un efecto positivo al servir de orientación en la vida de los niños, niñas y jóvenes, en particular en quienes tienen pocas posibilidades de acceso a recursos socioculturales. Para fortalecer el sentido de pertenencia de la comunidad escolar, es importante que participen las madres y los padres de familia, los cuales pueden colaborar en ofrecer los servicios bibliotecarios: estantería abierta, préstamo de libros a domicilio, mesa de novedades, área de lectura, actividades de fomento a la lectura, entre otras acciones. Pero más aún, pueden ser responsables de extender el horario de servicio de la biblioteca, lo que significa abrirla antes y después del horario de clase. La justificación se encuentra en que a partir de la pandemia muchos padres se comprometieron pedagógicamente con sus hijos al acompañar su aprendizaje; desarrollaron habilidades y saberes relacionados con el manejo de la tecnología, y la búsqueda e identificación de información; e incluso están preocupados por que sus hijos consoliden diversas habilidades y restructuren nuevos conocimientos, de ahí su carácter resiliente. Ampliar el horario de funcionamiento de la biblioteca favorece la construcción de un vínculo escuela-comunidad, porque muchos padres reconocerán dicho proceder como un acto solidario y de compromiso pedagógico. Incluso, los servicios de la biblioteca se pueden ofrecer los fines de semana, lo cual requiere establecer acuerdos de colaboración, y de esta manera se fortalece el vínculo entre la escuela y la comunidad, así como los rasgos de identidad entre los usuarios de la biblioteca. 4. Sostener una biblioteca para la renovación del contrato didáctico con el grupo Las actividades o estrategias de fomento de la lectura las conocen muy bien los docentes, y pueden ser, entre otras: ![]()
Sin embargo, para incidir en la formación de lectores, es necesario considerar que cada actividad o estrategia particular requiere para su desarrollo por lo menos dos meses u ocho sesiones, a manera de proyecto, a fin de abordar un tema específico y lograr su consolidación, en forma de ondas expansivas. Así, cada determinado tiempo se renovará el contrato didáctico con el grupo, al proponer una nueva temática e incluso otra estrategia. 5. Promover una biblioteca cuyo acervo se emplee para apoyar el aprendizaje Como uno de los acuerdos pedagógicos, en la práctica es necesario considerar el empleo del acervo de la biblioteca escolar como parte de la planeación docente, lo que abrirá oportunidades de aprendizaje y apropiación de la cultura y el pensamiento científico para los alumnos a través de la lectura. Esto supone que la dirección acompañe la planeación y su implementación, y, más aún, que promueva entre docentes el intercambio de experiencias tendiente a mejorar los planes con apoyo de la biblioteca. Es conveniente señalar que el acervo de la biblioteca es un aliado de la metodología del aprendizaje basado en proyectos (ABP), y se puede emplear bajo las siguientes consideraciones:
6. Gestionar la adquisición de libros y la mejora de la biblioteca Las coordenadas de financiamiento para los proyectos de mejora de la infraestructura básica, de equipamiento y servicios, e incluso de construcción y reconstrucción de los planteles educativos, cambiaron desde la presentación del Programa La Escuela es Nuestra (LEEN) en 2019. En este sentido, las acciones de mejora quedaron a cargo del Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP) (SEP, 2022c) de cada escuela, que, una vez nombrado, tiene como una de sus principales acciones elaborar el diagnóstico sobre el estado y las condiciones del plantel, con el propósito de detectar las necesidades de infraestructura. En este caso se deben registrar los requerimientos para garantizar la habilitación de la biblioteca de la escuela, incluidas las necesidades de mobiliario y equipo escolar: mesas, escritorios, sillas, estantes e incluso computadoras; y como parte de los materiales didácticos y educativos se puede considerar la adquisición de libros para ampliar el acervo con nuevas obras, así como para la reposición de algunos títulos. Más aún, también se ofrece la oportunidad de considerar las necesidades de papelería e insumos, los cuales se pueden destinar a las acciones de promoción de la lectura y difusión de la biblioteca. No hay que descartar en las acciones mayores, la ampliación, remodelación e incluso construcción de la biblioteca escolar como un espacio educativo que puede repercutir favorablemente en la escuela y la comunidad. En caso de evaluar dicha posibilidad, es recomendable buscar asesoría profesional, con universidades o colegios de arquitectos de la entidad, a fin de garantizar la autorización de recursos por parte del Programa LEEN, pero sobre todo para que el diseño atienda las necesidades de la comunidad de lectores. En todo este proceso es necesario que alumnos, docentes, madres y padres de familia participen activamente. Otra posibilidad, para mejorar los servicios de la biblioteca escolar se puede encontrar en las Reglas de Operación del Programa La Escuela es Nuestra para el ejercicio fiscal 2022 (Diario Oficial de la Federación, 28 de febrero de 2022), modificadas con el Acuerdo número 08/04/22 (SEP, 2002c). De acuerdo con dichas reglas, el horario de servicio de la biblioteca se puede extender con base en la remuneración del horario ampliado de los maestros bibliotecarios existentes y los maestros comisionados a cargo de la biblioteca, lo cual abre la posibilidad de ofrecer un servicio educativo para la comunidad. Lo anterior se debe valorar considerando su viabilidad administrativa y pertinencia pedagógica a partir del proyecto de cada escuela.♦
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c Referencias
Conacyt, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (s. f.). Covid-19 México. https://datos.covid-19.conacyt.mx/ Ir al sitio Inegi, Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2021). Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación. https://www.inegi.org.mx/investigacion/ecovided/2020/ Ir al sitio LÓPEZ, Selene; y Amílcar Saavedra (2020). Continuar aprendiendo en tiempos de pandemia. Una estrategia de educación a distancia en una comunidad rural del Estado de México. Correo del Maestro, 290, pp. 16-28. https://issuu.com/edilar/docs/cdm-290/1 Ir al sitio SAAVEDRA, Amílcar (2018a). El reúso de celulares en el aula, una vuelta de tuerca pedagógica. Primera parte. Correo del Maestro, 264, pp. 16-23. https://issuu.com/edilar/docs/cdm-264/1 Ir al sitio (2018b). El reúso de celulares en el aula, una vuelta de tuerca pedagógica. Segunda parte. Correo del Maestro, 265, pp. 5-10. https://issuu.com/edilar/docs/cdm-265/1 Ir al sitio SEMADENI, Deyanira (2018). Conoce los neurotransmisores del aprendizaje y la felicidad. UNITEC/Blog, 8 de mayo. https://blogs.unitec.mx/vida-universitaria/conoce-neurotransmisores-aprendizaje/ Ir al sitio SEP, Secretaría de Educación Pública (2021). Estrategia Aprende en Casa, Informe de resultados 2020-2021. https://www.ine.mx/wp-content/uploads/2021/09/crt-9so-2021-09-29-p2-a3.pdf Ir al sitio (2022a). Boletín SEP no. 1 Se declara lista la SEP para el regreso a clases presenciales tras el período vacacional de invierno. https://www.gob.mx/sep/es/articulos/boletin-sep-no-1-se-declara-lista-la-sep-para-el-regreso-a-clases-presenciales-tras-el-periodo-vacacional-de-invierno?idiom=es Ir al sitio (2022b). Clasificación de la biblioteca escolar y de aula. [Video.] https://www.youtube.com/watch?v=b4g4dRt2N3g Ir al sitio 2022c). Manual del Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP). https://educacionbasica.sep.gob.mx/wp-content/uploads/2022/06/LEEN_Manual_del_CEAP_2021.pdf Ir al sitio (2022d). Acuerdo número 08/04/22 por el que se modifican las Reglas de Operación del Programa La Escuela es Nuestra para el ejercicio fiscal 2022, emitidas mediante diverso número 05/02/22, publicado el 28 de febrero de 2022. Diario Oficial de la Federación, 28 de abril. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5650588&fecha=28/04/2022#gsc.tab=0 Ir al sitio Notas * El presente artículo tiene su origen en la conferencia “¿Y después del regreso a clases?: Una biblioteca inclusiva”, que impartí durante la Semana Académica y Cultural convocada por la Secretaría de Educación del estado de Yucatán, en abril de 2022.** Psicólogo social por la Universidad Autónoma Metropolitana, con maestría en Ciencias de la Educación por el Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México; tiene un máster en Literatura Infantil y Juvenil por la Universidad de Castilla-La Mancha, España y es especialista en formación de docentes. Integrante de la RED: Movimiento de Cooperación Pedagógica.
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c Créditos fotográficos
Imagen inicial: Shutterstock Foto 1: otra-educacion.blogspot.com Foto 2: cedie.neuquen.edu.ar Foto 3 a 4: Shutterstock Foto 5: Foto cortesía Coordinación Estatal del Programa de Lectura de Yucatán Foto 6: Shutterstock Foto 7: bibliotucci.blogspot.com Foto 8: www.pinterest.es/jmanuelgarrido CORREO del MAESTRO • núm. 316 • Septiembre 2022 |