![]() Valoración o revaloración DE LAS LENGUAS ORIGINARIAS Enrique Barquera Pedraza[*]
Ahondar en el tema de la valoración de las lenguas indígenas desde y para los pueblos originarios, nos remite a hablar sobre los embates que han sufrido estas lenguas en el transcurso de la historia de nuestro país. Tales embates han sido diversos, y abarcan procesos históricos, con sus fenómenos económicos, sociales, culturales y lingüísticos, como la colonización, la evangelización, la discriminación, la migración, los conflictos por territorios y recursos naturales, la pobreza, desempleo o subempleo, la aculturación y la integración; así como la castellanización, el analfabetismo, la represión en el aula, entre otros. Como consecuencia de ello, muchas han sido arrolladas, han desaparecido y varias están en peligro de extinción. ![]() Valoración o revaloración de las lenguas originarias
las lenguas indígenas son milenarias y actuales, y a pesar de las embestidas que han sufrido, algunas siguen resistiendo. Las familias y las comunidades indígenas consideran que la lengua es de los padres y abuelos, de los sabios de la comunidad. Es la lengua que se usa para comunicarse con los dioses, con la madre tierra y el padre sol. Como la lengua proviene de los abuelos, la palabra de los ancianos tiene gran valor e inspira mucho respeto. Por ello decimos que vale y se cree en su palabra. No se puede perder de vista que los ancianos se están yendo, con todo y su sabiduría. De ahí la importancia de recuperar la memoria cultural, la historia ancestral, la visión del mundo y los valores morales y espirituales que rigen la vida cotidiana de las comunidades y pueblos indígenas. ![]() Por otro lado, las lenguas indígenas vistas como práctica social se mantienen vivas, dinámicas y en constante cambio. Esto se debe, en gran parte, a las prácticas socioculturales que existen en la comunidad. Tales prácticas y saberes persisten como formas alternativas de vida: la medicina tradicional, la alimentación, las fiestas y rituales, entre otras manifestaciones culturales y lingüísticas, tienen lugar en la ciudad, y también en las comunidades. Todavía hoy estamos rodeados de nombres indígenas en toponimias, nombres de montañas y cerros, alimentos, vestido, música y danza; las formas de organización y sobre todo la gran espiritualidad de los pueblos originarios están presentes y vivas. Ante esto se vislumbran oportunidades para contrarrestar la desvalorización de las lenguas indígenas: que las propias comunidades y pueblos valoren y desarrollen su lengua. Con ese propósito, primero es necesario que los hablantes y las familias la sigan utilizando; es importante también que las autoridades y las organizaciones de las comunidades utilicen su lengua en los diversos encuentros, conferencias, asambleas comunitarias, eventos sociales y culturales. Asimismo, es preciso que los municipios y comunidades indígenas continúen la reflexión y el análisis de los derechos constitucionales, y lograr que la Ley General de los Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (2003) se conozca y se convierta en letra viva, es decir, que los derechos se traduzcan en hechos, en realidades. Ahora bien, la lengua indígena es patrimonio de los ancianos, y el sistema de comunicación de la comunidad sigue siendo la oralidad; la escritura es de los niños y se sitúa en la escuela. Por ello, hoy en día, la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) impulsa la oralidad y la escritura de las lenguas originarias de manera simultánea. Se aprovecha la oralidad de los agentes educativos comunitarios –como son curanderos, parteras, artesanos, autoridades, entre otros– para el desarrollo de la escritura de la lengua indígena, y se avanza simultáneamente en ambos sistemas, el oral y el escrito. Respecto a la escritura, se puede afirmar que la desarrollada en lenguas indígenas ha tenido avances importantes. Se cuenta con materiales sobre las normas ortográficas y de uso, y se ha incrementado la elaboración de diversos textos en lengua indígena y en español, sobre los patrones establecidos por la oralidad, diccionarios y ensayos de gramática, además de poesía o narrativa indígena y otros temas de diferentes áreas del conocimiento. ¿Qué se está haciendo en el plano educativo respecto a la cultura y la lengua? Primero, se considera que la educación de las niñas y los niños es un derecho, y que la escuela debe impartir la enseñanza y aprendizaje a partir de la cultura y lengua originaria. Para ello es básica la participación de la comunidad en el proceso educativo. Es decir, se camina hacia una educación que parte del ámbito local, de las relaciones comunitarias, donde el docente y los alumnos tienen que ir más allá del aula y de los límites de la escuela, donde los ancianos colaboren en las aulas para contar relatos e historias a las niñas y los niños, donde los alumnos escuchan y observan cómo se hace el mole, recuerdan los nombres de las plantas y sus usos, tal como sus madres y las curanderas lograron sanarlos utilizando alguna de estas plantas o mediante rituales. ![]() Llevar la oralidad a la escuela permite reconocer y valorar que la lengua vive. Si los maestros hablan, entonces los alumnos hablan; y si la sociedad, a través de los medios masivos de comunicación, promueve y habla las lenguas originarias, entonces también lo harán en la televisión, la radio y los periódicos. Actualmente, con el uso de las nuevas tecnologías, se abren dos grandes posibilidades de recuperación de la oralidad y de la escritura de las lenguas originarias. El uso de los celulares para enviar mensajes de las culturas indígenas o la elaboración de páginas web en las que se recuperan videos, imágenes y audio para el aprendizaje del mazahua, mixe, rarámuri, huichol, entre otros, ayuda a que las niñas y los niños valoren su lengua. Además, la escritura, cuando está hecha por los propios indígenas, se convierte en sí misma, en un acto de valoración y toma de conciencia, porque permite la reflexión sobre la vida, los valores y la lengua misma para organizar el pensamiento. Mediante la escritura se recupera la memoria histórica, la dignidad, la identidad y la conciencia colectiva, pues en cada palabra, oración o frase se expresa el pensamiento y cultura de los indígenas. Entre muchas experiencias que tienen lugar en la DGEI, cabe resaltar la opinión del alumnado sobre los textos que se escriben en el Concurso Nacional de las Narraciones de Niñas y Niños Indígenas y Migrantes. Cada año, la DGEI convoca a este concurso a todas las niñas y niños del país, con el propósito de recuperar y ejercer los saberes propios de la diversidad cultural y lingüística, desde la mirada de las alumnas y los alumnos que se encuentran cursando el quinto y sexto grado de educación primaria indígena o migrante. Al participar como jurado en dicho concurso, he encontrado varios textos de narraciones y relatos en la lengua hñähñu de alumnas y alumnos de los estados de Querétaro, México, Guanajuato, Hidalgo y Nuevo León. Es decir, se identificaron textos de niños migrantes que están estudiando en los estados, y viven fuera de su localidad de origen, pero que aun así están escribiendo en su lengua. Una consideración fundamental que hace patente una forma muy importante de promover y valorar la lengua y la cultura. Para concluir este artículo, reproducimos algunos fragmentos de los textos escritos por niñas y niños indígenas y migrantes concursantes: ![]() Conocer estas reflexiones elaboradas por niñas y niños indígenas y migrantes nos permite dar dimensión a la necesidad de valorar y revalorar la lengua y los conocimientos de los pueblos indígenas, no sólo nosotros, sino también las personas no indígenas.♦ NOTAS* Coordinador del Área de Lenguas, Dirección de Educación Básica, Dirección General de Educación Indígena, Secretaría de Educación Pública.▼ Créditos fotográficos
- Imagen inicial: Correo del Maestro - Fotos 1 y 2: Dito Jacob (DGEI) |