El largo camino hacia la equidad
HABLEMOS DE VIOLENCIA
Y CANCIONES DE AMOR: FEMINIDAD

Elsa Cristina Navarrete Ochoa[*]



En una entrega anterior, se habló de la canción como objeto cultural, así como de los cantantes varones como sujetos de enunciación, su impacto en la construcción de un discurso social acerca del amor y del género, y su relación con la violencia. La canción expresa ideas sobre lo que se espera de los hombres como sujetos amorosos, pero también sobre las mujeres, tal y como aquí se verá.




c Canción e imaginario amoroso

El escenario mediático de la canción, como muchas otras áreas, en mayor medida se compone por una muy amplia participación y aceptación de cantantes hombres (hasta 97 por ciento, como dicen algunos estudios).[1] Esto implica que las narrativas, expresadas desde perspectivas masculinas, dominen el imaginario colectivo, en donde se modela, intercambia, negocia o afirma el ideario amoroso entre jóvenes generaciones.

En la adolescencia, se viven experiencias de gran impacto en la construcción de la identidad y, por lo tanto, en las relaciones amorosas

Sabemos que en la adolescencia, particularmente en la etapa de la educación secundaria, se viven experiencias de gran impacto en la construcción de la identidad, cuando el interés por la sexualidad y las relaciones amorosas se exacerba. La canción aparece aquí como un importante componente en la construcción de la identidad; según Frith, “la música parece ser una clave de la identidad porque ofrece, con tamaña intensidad, tanto una percepción del yo como de los otros, de lo subjetivo en lo colectivo” (2003, pp. 185-186).

En canciones de los cantantes anglosajones Ed Sheeran y Charlie Puth, así como de los latinoamericanos Anuel AA y Romeo Santos, Paulo Londra, Maluma y Nego do Borel y de la banda Morat, es posible identificar ciertas ideas sobre la feminidad con las que se discute y construyen características acerca de lo que se espera de las mujeres, más que como sujetos, como objetos amorosos.


c Feminidad

Cuando estos hombres cantan y describen a las mujeres –su comportamiento, actitudes y atributos–, lo hacen desde suposiciones con las que se tiende a negar la agencia femenina (entendida como la capacidad de acción de las mujeres sobre su contexto), describiéndolas como frágiles, histéricas o infantiles; también se habla del placer femenino y de la histórica dicotomía entre la mujer buena y la mujer mala.



Negación de la agencia de las mujeres

La agencia de las mujeres es negada sistemáticamente a través de recursos como su supuesta

En la canción “Happier”, Ed Sheeran metaforiza la fragilidad mediante una narración escénica que plantea la imagen de una mujer globo

fragilidad (física y mental), la construcción de la mujer histérica y la infantilización de su criterio y necesidades, que las concibe como seres que requieren sujeción.


Fragilidad. En la canción “Happier” (Más feliz), Ed Sheeran (2017) metaforiza la fragilidad mediante una narración escénica que plantea la imagen de una mujer globo, con la cual la configura como un ser inestable, que vuela a donde la lleve el viento, y a la vez frágil, pues se rompe fácilmente. Como todo globo que se nos puede escapar, esta mujer globo lleva en la muñeca un cordón, una atadura retenida por el hombre que la ama y que simbólicamente sugiere la necesidad de controlarla. Paralelamente el texto dice:


Nadie te hace daño como lo hice yo,
pero nadie te quiere como lo hago yo.
Prometo que no me lo tomaré como algo personal,
si pasas página con alguien nuevo
[2]
(Sheeran, 2017).


La forma en la que se adjetiva a la mujer llama también la atención. Por ejemplo:


Tú siempre va’a ser mi diablita. Mi loquita, mojaíta’.
Tu cuerpo y tú a mí me excitan. Por dentro tú me necesita’.
Tú siempre va’a ser mi diablita. Mi loquita, bien bonita

(Anuel AA, 2018, “Ella quiere beber”).


Aquí, la mujer es adjetivada por medio de los diminutivos como loca, que supone falta de racionalidad; diabla, que supone peligro y maldad; mojada, por el deseo dirigido al hombre que la adjetiva y se transfiere a sí mismo la posesión de la mujer; y bonita, poniendo el énfasis en la apariencia femenina, según el gusto del varón y aprobada por el juicio de éste.

Histeria. El cantante Charlie Puth (2017), en su canción “Attention” (Atención), habla a una mujer a la que le dice:


Sólo quieres atención, no quieres mi corazón.
Tal vez sólo odias pensar en mí con alguien nuevo.
Sí, sólo quieres atención, lo supe desde el principio.
Sólo te estás asegurando de que nunca te supere.
[3]


En el videoclip de esta canción se ve al protagonista con expresión de tristeza y a una mujer que en ciertos momentos lo seduce y en otros, fuera de sí, rompe objetos y daña el departamento, aparentemente, propiedad del varón. Esta manera de producir el relato caracteriza a una mujer como mala porque lastima al varón al que no le da su amor, como una mujer caprichosa y peligrosa, es decir, histérica e irracional.


En el videoclip del cantante Charlie Puth (2017), de su canción “Attention”, se caracteriza a una mujer como caprichosa y peligrosa, es decir, histérica e irracional


Suele identificarse a una mujer como histérica cuando le reclama al varón su falta de responsabilidad afectiva. La evasión masculina es tal, que la demanda femenina deviene ininteligible para él, lo que lleva a las mujeres a estados de impotencia, cuando no de desesperación. La narración se produce desde la perspectiva del hombre, como unívoca, en tanto que el sentir de la mujer es desconocido.


Infantilización. En otras canciones, la negación de la agencia femenina se produce tratando a la mujer como infantil, o infantilizada, minorizada como dice Segato (2016). Por ejemplo, empleando sustantivos que afectan al sujeto adjetivándole: “Bebecita, yo te vo’a devorar” (Anuel AA, 2018) y otros diminutivos ya mencionados arriba. Tal uso de diminutivos sugiere una minimización de la mujer. Es de notar en este ejemplo el uso adjetivante “bebecita” que, por un lado, pone en duda su criterio, y por el otro, evoca una mujer-niña. Igualmente se minorizan sus necesidades en las soluciones que el hombre, vistiendo traje de héroe, propone a los problemas de las mujeres como si sus necesidades fueran insignificantes o infantiles:


Porque vine pa’l rescate.
[…]
Como Superman para salvarte.
Te traje helado y chocolate, y una buena charla

(Londra, 2019, “Por eso vine”)


Placer femenino

Se considera que el placer masculino ocupa un lugar central en su escala de necesidades. No obstante, cuando se habla del placer de la mujer, se hace desde la negación, no sólo privándola de autoconcebirse como ser deseante, que busca el placer para sí misma, sino definiéndola como un ser para otros, un medio que sirve para dar placer al varón, de tal manera que la mujer que llega a ejercer una sexualidad equiparable a la masculina es fuertemente repudiada y socialmente excluida:


Andan diciendo por la calle,
que sólo le eres fiel al viento.
El mismo que nunca hizo falta,
para levantar tu falda cada día de por medio

(Morat, 2016, “Cómo te atreves”).


El repudio y la exclusión social son efectos que no se verán reflejados contra el comportamiento varonil y que como parte del ejercicio de la sexualidad masculina no sufren reprobación, por el contrario, entre sus pares hombres, es un signo que afirma su virilidad y su poder.

“Corazón”, canción del colombiano Maluma, es un buen ejemplo de esto. Él canta a la mujer que, según dice, le rompió el corazón:


Te gusta estar rodando por camas ajena’.
Ahora me tocó a mí cambiar el sistema.
Andar con gatas nuevas,
repartir el corazón sin tanta pena.


La narración escénica tiende a naturalizar el comportamiento masculino que ejemplifica la transmisión de estas prácticas culturales que pasan de las generaciones adultas a las generaciones jóvenes. En la escena del video musical la narración está enmarcada por aspectos lúdicos en que se le confirma a un joven adolescente, que ser un conquistador y poseer muchas mujeres a la vez a través de engaños, es divertido. Esto implica establecer relaciones de poder en las que el que engaña tiene el control sobre las engañadas. La mujer engañada en esta escena deviene trofeo del varón y despreciada por él, pues a estas mujeres –por cierto, llamadas “gatas”– no les ofrecerá una relación recíproca en compromiso amoroso: “Andar con gatas nuevas, repartir el corazón sin tanta pena”.


La mujer buena y la mujer mala

La mujer buena es definida como la que sin protestar complace al varón, pero no en el plano sexual, pues es ese el lugar para las “gatas”. Se trata de la mujer a la que se busca como “madresposa”, como lo dice Lagarde (2001), quien posee como cualidad esencial el ser un sujeto para otros, complaciente, seguidora de su esposo:


Encontré un amor para mí, querida,
sólo lánzate de cabeza y sígueme
[4]
(Sheeran, 2017, “Perfect”).


El hombre es el sujeto de acción en la relación hombre-mujer basada en los constructos del amor romántico. Es el hombre quien, desde su lugar de privilegio, toma el lugar del sujeto activo, toma la iniciativa, es él quien elige a su pareja y simultáneamente la define como sujeto pasivo, admirado, sublimado:


Ahora sé que he conocido a un ángel en persona,
y ella se ve perfecta.
No, yo no me merezco esto
[5]
(Sheeran, 2017, “Perfect”).


Desde su posición de superioridad, el hombre define los atributos de la mujer caracterizada como perfecta para él. Pone la perfección en la cumbre de las cualidades con las que idealiza y adjetiva a la mujer elegible como madre y esposa: angelical y por lo tanto sublime, etérea; hermosa y dulce y por lo tanto frágil y alejada del terreno de lo masculino en donde se despliega la razón, la fuerza, lo tangible y constatable. El espacio de acción de ella es el hogar, en donde se espera comparta los sueños del hombre, ofrezca amor y procree a sus hijos:


Encontré una amante para llevar más que sólo mis secretos,
para llevar amor, para llevar a nuestros hijos
[6]
(Sheeran, 2017, “Perfect”).


Y se le asigna un lugar jerárquico inferior al del hombre esposo, como su compañera y cuidadora: “sígueme”.[7]

La mujer buena es también la mujer a la que el hombre ve triste o con amargura. Aquella que se esboza al hablar el hombre como juez y como héroe en líneas anteriores, en donde resulta que una mujer que no está disponible para el hombre que la desea, pues tiene una relación con otro, será una mujer triste, infeliz, a la que él propondrá salvar ofreciéndose como la vía hacia la anhelada felicidad:


Tú vives con otros y yo medio a solas.
A mí no me quieres, él no te valora.
Como Adán y Eva tengamos nuestro pecado.
Como dos ladrones, un secreto bien guardado.
Un camino y un destino asegurado
(Londra, 2018, “Por eso vine”).


En el extremo opuesto, además de lo ya dicho, una mujer es mala cuando se afirma como sujeto para sí misma y por lo tanto se desplaza, de identificarse y ser identificada como sujeto pasivo, a ser sujeto activo. Es la mujer que no pone al varón como sujeto central y fin de su existencia, ni busca complacerlo en su propio detrimento. Es una mujer que busca su autoafirmación como ser autónomo, dueña de sus decisiones y la gestión de su propio placer, es decir, como mujer libre.

c Reflexiones finales

A partir de lo planteado, se ha ido bosquejando el paisaje que configuran las narrativas utilizadas en las canciones, las cuales constituyen parte del imaginario sociocultural en el que las y los adolescentes encuentran apoyos para la vida práctica, particularmente en el terreno de lo amoroso.

Se ha hablado de canciones que son escuchadas por las adolescentes y cantadas por hombres. Quiere decir que principalmente se habla del imaginario femenino y éste se configura desde la perspectiva masculina en mayor medida, debido a que la proporción de cantantes mujeres y hombres en la escena musical no alcanza equilibrio.

Falta exponer acerca de lo que las cantantes mujeres aportan a esta discusión y, de gran relevancia también, aquello que se construye en el imaginario de los adolescentes varones, quienes, además, escuchan todavía a una menor cantidad de cantantes mujeres.

Aquí se buscó reflexionar acerca de las actuales audiencias de generaciones adolescentes en relación con su gusto musical, la disponibilidad de la canción como recurso narrativo en la construcción de ideas sobre lo amoroso y las diferenciaciones vinculadas con la feminidad y la masculinidad, desde la perspectiva de canciones interpretadas por varones y escuchadas por adolescentes estudiantes de secundaria.

La motivación principal fue profundizar en la comprensión del vínculo entre la escuela, los grupos de adolescentes como audiencia musical y las desigualdades de género, y a partir de ello, dilucidar la manera en que la escuela pueda avanzar en identificar y comprender los entresijos de la compleja tarea de desmantelar las bases que sostienen las asimetrías de género y que principalmente vulneran la seguridad de las mujeres y las niñas.

Ante esto, se considera que la escuela necesita preguntarse acerca de la manera en que reconoce sus posibilidades de promover sólidos referentes a partir de los cuales se enriquezcan las concepciones de adolescentes al respecto, a fin de que sean capaces de reflexionar y cuestionarse acerca de su lugar en el mundo.

Las mujeres adolescentes necesitan apoyos, ideológicos y humanos, a partir de los cuales les sea posible distinguir que el imaginario sobre el amor romántico naturaliza formas de relación asimétricas que las vulneran, mientras que los varones pueden colocarse en lugares de superioridad sobre los disponibles para ellas. Igualmente, los varones adolescentes requieren oportunidades para idear y distinguir otras formas posibles de ser y estar en el mundo que faciliten la reducción de la tendencia hacia la dominación y la agresividad masculina y avancen en la todavía larga tarea hacia la disminución de la violencia contra las mujeres y las niñas.

c Referencias

ANUEL AA y Romeo Santos (2018). Ella quiere beber [canción]. Ella quiere beber (Remix) - Single. Real Hasta La Muerte.

FRITH, Simon (2003). Música e identidad. Stuart Hall y Paul du Gay (comps.), Cuestiones de identidad cultural (pp. 181-213). Amorrortu.

MORAT (2016). Cómo te atreves [canción]. Sobre el amor y sus efectos secundarios. Universal Music Spain.

LAGARDE, Marcela (2001). Claves feministas para la negociación en el amor. Puntos de Encuentro. [Está disponible una edición de 2022 en Siglo XXI Editores.]

LONDRA, Paulo (2019). Por eso vine [canción]. Homerum. Warner Chappell Music.

— (2018). Adán y Eva [canción]. Adán y Eva - Single. Big Ligas.

MALUMA y Nego do Borel (2017). Corazón [canción]. F.A.M.E. Sony Music Entertainment US Latin.

PUTH, Charlie (2018). Attention [canción]. Voicenotes. Artist Partner Group.

SEGATO, Rita (2016). La guerra contra las mujeres. Traficantes de Sueños.

SHEERAN, Ed (2017). Perfect [canción]. ÷ (Deluxe). WMG.

SHEERAN, Ed (2017). Happier [canción]. ÷ (Deluxe). Asylum Records UK.

Notas

* Licenciada en Educación Musical, maestra en Arte Moderno y Contemporáneo y doctora en Pedagogía. Profesora e investigadora de tiempo completo adscrita a la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

  1. Se puede consultar: Elsa Cristina Navarrete (2021). Educación musical desde la perspectiva de género. La canción en el imaginario adolescente. [Tesis doctoral. UNAM.]
  2. Traducción propia del original: Ain’t nobody hurt you like I hurt you. But ain’t nobody love you like I do. Promise that I will not take it personal, baby. If you’re movin’ on with someone new.
  3. Traducción propia del original: You just want attention, you don’t want my heart. / Maybe you just hate the thought of me with someone new. / Yeah, you just want attention, I knew from the start. / You’re just making sure I’m never gettin’ over you.
  4. Traducción propia del original: I found a love / for me, / Darling, just dive right in / follow my lead.
  5. Traducción propia del original: Now I know I have met an angel in person, / And she looks perfect, / No, I don’t deserve this.
  6. Traducción propia del original: I found a lover, to carry more than just my secrets, / To carry love, to carry children of our own.
  7. Follow my lead.
c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1: Shutterstock

- Foto 2: www.youtube.com/watch?v=iWZmdoY1aTE

- Foto 3: www.youtube.com/watch?v=nfs8NYg7yQM

- Foto 4 a 5: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 319 • Diciembre 2022