Un plan para la escritura
(MÁS ALLÁ DE LA CALIFICACIÓN)


Gerardo Daniel Cirianni[*]



Un taller de lectura puede significar cosas muy diversas: lectura de cuentos, entrenamiento para la interpretación de textos de divulgación científica, mejoramiento de las capacidades para el seguimiento de instrucciones técnicas, acercamiento a textos cotidianos como diarios y revistas para abrir espacios de conversación, etcétera. Pero cuando se habla de un taller de escritura, ese panorama suele estrecharse a tal punto que en general el concepto de escritura se asocia a la creación literaria, a la producción para el goce estético o en todo caso a los entrenamientos necesarios para el perfeccionamiento de las normas que hacen del uso de la escritura una herramienta eficiente de comunicación. El crecimiento como usuarios de la escritura queda entonces reducido a unas cuantas formas, válidas, desde luego, pero limitadas. Exploremos algunas opciones para trascender estos límites.



c Un plan para la escritura (más allá de la calificación)

Tenemos un problema muy serio. Después de los primeros años (a los que usualmente se denomina de alfabetización inicial), la escritura se desdibuja en sus objetivos y se debilita en cuanto a la variedad y frecuencia de su práctica. Fuera de la práctica escolar, se reduce a formas básicas de registro y a intercambios informativos breves y elementales.

A partir de un proyecto de trabajo intensivo, se podría evidenciar la profundidad de las carencias sociales en la práctica de la escritura, reconocer las razones de estas deficiencias, descubrir las posibilidades existenciales que generaría su uso frecuente como instrumento de reflexión y animar por medio de ideas y prácticas accesibles a ampliar las oportunidades, los propósitos y los modelos de escritura.

A continuación, propondremos algunas líneas de trabajo que, desde luego, no son más que sugerencias. No tienen un orden de prioridad y tampoco hay ninguna razón para pensar que deban ejercerse en su totalidad. Por otra parte, es importante señalar que los resultados de cualquiera de ellas (una vez considerada como susceptible de trabajarse en un grupo) deberían socializarse. En la escritura es fundamental la conciencia de su función social, y aquélla se diluye si no se comparte, si no se pone a consideración del colectivo, si no trasciende la noción escolar de la calificación.

Van entonces alguna líneas de acción que consideramos pueden ser de interés para fortalecer la práctica de la escritura.


Primeros pasos

  • Registro breve de ideas y emociones nacidas a partir de la escucha de un relato leído.

  • Intercambio de ideas que permitan visualizar la escritura como instrumento de apoyo de la conversación.

  • Reflexión acerca de los dichos de la escritura: analogías y diferencias con los dichos de la conversación.

  • Escucha, producciones escritas y debates a partir de las escrituras.

Comentario

Todo lo que se conversa puede transformarse en escritura. Esto, aunque evidente, no suele considerarse valioso. La idea de escritura como actividad superior a la conversación descarta esta evidencia sin que medien argumentos que den cuenta de esa descalificación de hecho.


Cuñitas

  • Registro escrito de ideas y emociones personales que podrían adherirse a un texto escrito preexistente.

  • Notas y apuntes; intercalados y añadidos personales a pie de página.

  • Sustitución de palabras o fragmentos breves de expresiones registradas en un texto escrito que se perciban o juzguen improcedentes o molestas a juicio de los lectores.

  • Construcción de listas de palabras u oraciones breves que pudieran funcionar como disparadoras de escrituras personales incomparables e incorregibles.

Comentario

La creencia de que toda escritura es original (que el hecho de sustentarse en otras escrituras le hace perder valor e incluso pueda calificarse como plagio) constituye un gran error. Cada vez que escribimos nos apoyamos consciente o inconscientemente en otras escrituras que nos antecedieron para mostrarnos un camino, para ayudarnos a reconocer gustos o rechazos.

Apoyarse en otras escrituras fortalece el plano semántico de quien comienza a animarse a escribir, y también el sintáctico, pues las estructuras de lo leído se van incorporando a los modos peculiares que cada nuevo escritor descubra en su propio modo de ser escritor.


Punto de partida, gimnasia inicial

  • Selección y lectura en voz alta de fragmentos breves de cuentos, novelas o poemas que posibiliten un punto de partida para la generación de escrituras personales: nuevos caminos para nuevos escritores.

  • Intercambio de anécdotas que reflejen alguna experiencia personal que sirva como plataforma inicial de una historia escrita.

  • Lectura y reescritura de historias vividas o escuchadas por otros.

Comentario

La selección de fragmentos de obras literarias que actúen como apoyatura de escritos personales constituye una tarea que exige la máxima atención del coordinador. Es muy común la autocensura por considerar que ciertos textos no van a ser entendidos por los nuevos escritores.

Hay que tener mucho cuidado con esto. Salvo textos con estructuras de complejidad extrema, muchos textos literarios (en particular los escritos en la lengua materna de los nuevos escritores) se pueden sumar sin dificultad a la experiencia de conversación y reescritura.


Producciones libres de riesgo: atreverse a ser en escritura

  • Lecturas seguidas de consignas que permitan producciones significativas e incomparables.

  • Lectura en voz alta y comentarios de los textos producidos.

  • Relaciones entre las lecturas, las consignas, los tiempos de producción y la confianza en el valor de la escritura producida por los participantes, más allá de las limitaciones que puedan advertirse en su ejercicio.

  • Elección de textos y tipo de consignas disparadoras y su impacto en los productos que puede esperarse.

Comentario

Asociar la escritura con una necesaria calificación está en el origen de la historia de la gran mayoría de las personas que han cursado algunos grados de educación formal. Esta idea ocupa un lugar tan trascendente que es difícil que un alumno conciba que puede hacer un ejercicio de escritura que no tenga una calificación.

Es necesario incorporar la idea de que se escribe para compartir, para comunicar, para expresar. Éstos son los propósitos centrales de la escritura libre de riesgo. No hay por qué temer al juicio de los otros al compartir lo propio, y en ese camino, también es preciso aprender a escuchar la escritura de quienes comparten con nosotros este atrevimiento de la escritura al alcance de todos.


Consignas para dar y repartir

Sabemos que la escritura se fortalece en el ejercicio cotidiano y diverso. Las posibilidades de comunicación y de expresión no tienen límite. Pero ciertas operaciones para alcanzar destrezas tendientes a usar con eficacia la tecnología de la escritura pueden ser trabajadas en modelos de ejercicios que luego resulten útiles en circunstancias y para propósitos diferentes.

Les presentamos a continuación una idea general de modelos de consignas que ayudan a esa gimnasia:

  • Consignas que apunten a la ampliación de textos a partir de la observación de modelos referenciales.

  • Consignas que apunten a la reducción de textos a partir de la observación de modelos referenciales.

  • Consignas que apunten a la sustitución de elementos de los textos a partir de la observación de modelos referenciales.

  • Consignas que apunten al movimiento de las partes de los textos a partir de la observación de modelos referenciales.

Comentario

Compartir es lo que nos posibilita entender. Si observamos pero no compartimos, nos colocamos (querámoslo o no) por sobre los observados. Compartir escrituras es un camino imprescindible para mejorar aspectos formales de su ejercicio. Compartiendo entramos de lleno en las vivencias de los otros y eso nos abre al conocimiento.

La escritura se percibe entonces como instrumento de reflexión, de escucha y de orientación. De ese modo, de a poco también ingresamos en el conocimiento de las normas que hacen posible que la escritura cumpla su función comunicativa y expresiva sin que se requiera la presencia de quien la produce para clarificar su sentido.

Lo más importante es tener algo que contar que sea potente, que tenga valor personal y comunitario; lo demás vendrá paulatinamente por añadidura.


c Algunos ejemplos para que lo dicho hasta aquí resulte más claro para todos

A continuación, damos dos ejemplos de prácticas de escritura donde se articulan destrezas necesarias para su ejercicio y, al mismo tiempo, para el desarrollo de la creatividad.


Primer ejercicio: Intercalando ideas


El punto de partida serán dos breves fragmentos de “La luna”, poema del poeta mexicano Jaime Sabines.



La idea es intercalar nuevos versos que nos hablen de los posibles poderes benéficos de la luna.

No habrá más límite que el deseo de cada uno y la posibilidad de expresarlo con palabras. Veamos estos ejemplos:



O bien:


Segundo ejercicio: Contraindicaciones


Como cualquier medicina, si no se siguen las indicaciones, su ingesta puede ser perjudicial para las personas. La idea es organizar una ronda de conversación para que cada participante contribuya citando ejemplos de casos y circunstancias en que la luna podría perturbar.

Enriquecidos con la creatividad del grupo, luego sugerimos utilizar de dos maneras las ideas aportadas: agregándolas al texto original o construyendo una historia (en forma de poema o relato) alimentada exclusivamente de contraindicaciones.

Veamos el siguiente ejemplo de intercalación de beneficios y contraindicaciones:



Las ocurrencias sobre los nuevos beneficios, así como también los perjuicios, originarán comentarios que pueden ayudar a los miembros de un grupo a conocerse mejor. Será posible percibir lo que valoran, lo que rechazan e incluso desarrollar el sentido del humor.

Veamos un segundo ejemplo en el que, al igual que en el caso anterior, abrimos el juego-ejercicio con un poema, en este caso, elegimos “Poema que no debe ser escrito por un poeta de la luna”, del poeta ecuatoriano Antonio Preciado:



Cambiemos de rumbo. La modificación de un verso del poema obliga a la reescritura de todos los siguientes. Resultará atractivo descubrir hacia dónde nos puede llevar el cambio. Veamos:



El ejercicio de cambiar un verso para comprobar hacia dónde nos conduce, mostrará con claridad que un texto fantástico y un texto ilógico son dos cosas bien diferentes. El cambio de un verso empuja hacia una nueva dirección del significado y éste puede ser ilusorio o real. Distinguir este tipo de cosas nos parece importante, pues la mayoría de las personas las confunde.

c Al abordaje

Hemos planteado en estas páginas algunas líneas de acción y reflexión para que la escritura se incorpore con naturalidad a la vida cotidiana. Ahora ha llegado el momento de animarse a seguir al menos alguna de ellas para saber a ciencia cierta cómo nos sentimos con una práctica que implica constante producción personal.

La práctica de la lectura a veces puede confundirse con el consumo; la escritura, jamás. En la escritura somos, nos evidenciamos, nos exponemos.

Estamos seguros de que el desafío les será, además de útil, grato.

Para que la cultura escrita lo sea de verdad, es imprescindible escribir. Todas las personas podemos hacerlo. Iniciemos entonces esta aventura. Lancémonos a su abordaje.

Notas

* Maestro. Como promotor de la lectura y la escritura desde hace más de veinticinco años en varios países de América Latina, ha coordinado diplomados e impartido cursos y talleres dirigidos a la formación de maestros de educación básica y media superior, ha sido asesor de planes nacionales de lectura y autor de numerosos libros y artículos.

c Créditos fotográficos

- Imagen inicial: Shutterstock

- Foto 1 a 6: Shutterstock

CORREO del MAESTRO • núm. 287 • abril 2020